Un mes despues de la concepción, un ser humano mide de largo un sexto de pulgada. El diminuto corazón ya ha comenzado a latir desde hace una semana, y los brazos, piernas, cabeza y cerebro ya han comenzado a tomar forma. A los dos meses, el niño ya cabe en una cáscara de nuez: acurrucado, la persona mide poco más que una pulgada. Dentro de tu puño cerrado, la persona sería invisible, y podrían aplastarlo sin tener intención de ello incluso sin darte cuenta. Pero si abres tu mano, la persona está prácticamente completa, con manos, pies, cabeza, órganos internos, cerebro, todo en su sitio. Todo lo que necesita es crecer. Mirando incluso más cerca con un microscopio estándar, puedes ser capaz de ver sus huellas dactilares. Todo lo necesario para establecer su identidad ya está en su lugar.
-Jerome Lejeune. Genetista Moderno.
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