"Fui un hombre sin nombre. Viví el perfecto bien que goza el que no es ni envidioso ni envidiado.
"No supe profundas teologías, pero fui pastor de ovejas, y por serlo presentí que hay algo mayor que el mundo. Lo aprendí en la regularidad perfecta de las estaciones; en el exacto camino de los astros; en la maravillosa visión de la eterna vida que se renueva tras la muerte. Vi nacer los corderillos, y vi surgir el brote de las plantas y de los árboles en la primavera. Ciego, loco o necio tendría que haber sido para no darme cuenta de que hay Alguien que hizo al mundo y que lo ordena, y que por lo tanto hay que respetar ese orden.
"Fui parte de la vida. Cuando llegó mi muerte la recibí con voluntad conforme, como parte de la vida. Y ahora vivo vida nueva...".
Maravillas de la creación:
Muy bello y sabio texto. Gracias.
ResponderEliminarElvira Campos