sábado, 7 de noviembre de 2015

LA VERDADERA SOLUCIÓN


4 comentarios:

  1. De hecho, hasta yo mismo me sorprendo de ver cómo puedo aguantar la castidad cuando estoy en comunión con Dios, hay una fuerza extraordinaria que actúa reprimiendo las malas inclinaciones, que es la Gracia.

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    1. http://www.catolicidad.com/2013/09/las-tres-edades-de-la-vida-interior-por.html

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  2. A Una Voce Miami: Agradecemos su comentario. Vamos a investigar lo que nos señalan. Gracias.

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  3. A un comentario recibido hoy: Sólo el NECIO, ofuscado como se encuentra en su propia soberbia y cerrazón mental (cierra su oído y su razón), encuentra contradicción en lo que siempre enseñó la Iglesia durante 2,000 años y busca absurdamente poner una verdad en contra de otra. La Verdad nunca se contradice a sí misma. Probablemente ni entiende -ni intenta hacerlo- lo que se le explica. Solo entiende mal lo que imagina que se le dice y para dizque rebatir emplea los mismos argumentos que piensa y sostiene también el "contrario". Por lo cual, debatir con él resulta absurdo e irracional. No puede haber orden ni lógica alguna con quien mal entiende todo, y lo que se le explique con caridad será totalmente inútil y estéril, pues solo provocará su cólera y le dará pie al fácil insulto y a faltar al mandamiento de la caridad (como lo ha hecho en un comentario que no publicaremos por lo mismo). Busca, rebusca y mal interpreta supuestas pajas en ojos ajenos y ¡no ve las grandes vigas en los propios! Buscar contraposición entre dos verdades es propio solo de los necios, y su número -como dice la Escritura- es infinito. Por eso es NECIO Y CERRADO quien sostiene que se condenará todo aquel que confiese más de una vez una falta dominante. ¡Ésa no es doctrina católica! Además, que no creemos, sinceramente, que esa persona -que ese error sostiene- sea tan "santa" que solo haya confesado un mismo pecado más que una sola vez y nunca en la vida haya vuelto a cometer una misma falta. Intenta imponer rigorismos falsos que seguramente él mismo no practica. Lo mismo hacían los fariseos tan increpados por Cristo. No podemos dar tribuna -en los comentarios- a este tipo de errores y actitudes, contrarios a la fe de 2,000 años. Un asunto es predicar y practicar el odio al pecado y otro reconocer la fragilidad de la naturaleza caída por el pecado de nuestros primeros padres. Ambos aspectos son complementarios. No pueden ni deben contraponerse. En ninguna parte dice la Iglesia que un mismo pecado solo puede ser perdonado una sola vez. Lo cierto es que quien frecuenta la Confesión con las debidas condiciones (contrición y propósito de enmienda) será imposible que no corrija y mejore su modo de vivir.

    Por cierto, no hay obra más recomendable en este tema que PREPARACIÓN PARA LA MUERTE de SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, misma que siempre hemos promovido y que aparece en la biblioteca (columna derecha del blog) de CATOLICIDAD con el siguiente link: http://www.geocities.ws/misa_tridentina08/preparacion/preparacion01.pdf

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