jueves, 3 de diciembre de 2009

QUIEN ES FIEL EN LO MENOR LO ES EN LO GRANDE: EL PECADO VENIAL NO ES DE POCA IMPORTANCIA



Se comete un pecado venial cuando no se observa en una materia leve la medida prescrita por la ley moral, o cuando se desobedece a la ley moral en materia grave, pero sin pleno conocimiento o sin entero consentimiento.

Venial viene de la palabra venia, que significa perdón, y alude al más fácil perdón de este tipo de faltas: se remiten no exclusivamente en el fuero sacramental sino también por otros medios.

De acuerdo a la enseñanza de Santo Tomás, el pecado venial es un desorden en las cosas, un mal empleo de las fuerzas para caminar hacia Dios, pero en el que se conserva la ordenación fundamental al último fin: los pecados que incurren en desorden respecto a las cosas que orientan al fin, pero que conservan su orden al fin último, son más reparables y se llaman veniales (S. Th., I-II, q. 88, a. 1).

El pecado venial no priva de la gracia santificante, ni de la amistad con Dios, ni de la caridad, ni por lo tanto, de la bienaventuranza eterna. No obstante, siendo una ofensa a Dios no es un asunto de poca importancia, pues enfría la caridad y si es constante y sin arrepentimiento predispone al pecado mortal. Es cierto que quien es fiel en lo menor lo es en lo grande. Así, cuando se dice que si se es fiel en lo poco se será fiel en lo mucho, este "poco" no significa "poca monta", pues la ofensa a Dios -conviene repetir y enfatizar- nunca será de poca importancia y, además, es necesario tener presente que quien se habitúa a luchar contra el pecado venial, le será más fácil evitar el pecado mortal.

Para clarificar estos conceptos suele ponerse el ejemplo del que emprende un viaje con el objeto de llegar a un determinado lugar. El pecado mortal equivaldría al hecho de que ese viajero de pronto se pusiera de espaldas y comenzara a caminar en sentido contrario, alejándose así cada vez más de la meta buscada. En cambio, quien comete un pecado venial es como el viajero que simplemente hace una desviación, un pequeño rodeo, pero sin perder la orientación fundamental hacia el punto donde se dirige.

CONDICIONES PARA QUE HAYA PECADO VENIAL

Un pecado puede ser venial por dos razones:

1) porque la materia es leve (p. ej., una mentira jocosa, falta de aprovechamiento del tiempo en los estudios -que no tienen consecuencias graves en los exámenes-, una pequeña desobediencia a los padres, etc.);

2) porque siendo la materia grave, la advertencia o el consentimiento no han sido perfectos (p. ej., los pensamientos impuros semi-consentidos, una ofensa en un partido de futbol por apasionamiento, etc.).

CUÁNDO EL PECADO VENIAL PUEDE TORNARSE EN PECADO MORTAL
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Conviene tener en cuenta también que el pecado venial objetivamente considerado puede hacerse subjetivamente mortal por las siguientes causas:

1) Por conciencia errónea (p. ej., si se cree que una mentira leve es pecado grave, y se dice, se peca gravemente);

2) Por un fin gravemente malo (p. ej., si se dice una pequeña mentira deseando cometer, gracias a ella, un hurto grave);

3) Por acumulación de materia (p. ej., cuando la suma de pequeños robos hace una cantidad considerada como grave)

4) Por el grave detrimento que se siga del pecado venial:

a) De daños materiales (p. ej., el médico que por un descuido leve ocasiona la muerte del paciente);

b) De peligro de pecado mortal (p. ej., el que por curiosidad acude a un espectáculo sospechando que será para él ocasión de pecado);

c) Por peligro de escándalo (p. ej., el que inventa aventuras que llevan a otros a cometer pecados).

EFECTOS DEL PECADO VENIAL

"El pecado venial:

- debilita la caridad,
- entraña un afecto desordenado a bienes creados,
- impide el progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y la práctica del bien moral,
- merece penas temporales,
- el pecado venial deliberado y que permanece sin arrepentimiento, nos dispone poco a poco a cometer el pecado mortal.
- aumenta el purgatorio.
..
No obstante, el pecado venial no nos hace contrarios a la voluntad y la amistad divinas; no rompe la Alianza con Dios. Es humanamente reparable con la gracia de Dios. No priva de la gracia santificante, de la amistad de Dios, de la caridad, ni, por tanto, de la bienaventuranza eterna.
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No es una práctica saludable acostumbrarse a pasar mucho tiempo sin confesarse, pues en el Sacramento de la Confesión se reciben gracias específicas para el fortalecimiento de la voluntad en la lucha contra el pecado. Y estas gracias son muy necesarias para los pecados graves, pero también para los pecados veniales, sobre todo si son pecados habituales. Por esto, aunque no se tengan pecados mortales es muy conveniente confesarse frecuentemente y acusarse de los pecados veniales, aunque no sea una obligación como sí lo es en el caso de los pecados mortales.

CONFESIÓN FRECUENTE

La confesión frecuente (mensual) es una práctica muy recomendable y muy necesaria para:
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- el progreso espiritual
- ir creciendo en fortaleza ante el pecado
- evitar también los pecados veniales
- ir purificando progresivamente el alma
- ir eliminando la inclinación al pecado

CINCO CONDICIONES PARA CONFESARSE BIEN

- Examen de conciencia para darse cuenta de los pecados cometidos desde la última confesión.
- Arrepentimiento para reconocer los pecados y estar verdaderamente arrepentido de haber pecado.
- Propósito de enmienda para resolverse a no volver a cometer el o los pecados que se confiesan, ni algún otro.
- Decir los pecados al Confesor: Esto es propiamente la Confesión ante el Sacerdote.
- Cumplir la penitencia que mande el Confesor.

NOTA: Aunque se haya hecho la Confesión ante el Sacerdote, si falta alguna de estas 5 condiciones no hay perdón de los pecados. Especialmente hay que estar pendiente de que se tenga un verdadero arrepentimiento de los pecados y un verdadero deseo de no volver a cometerlos.

DOS FORMAS DE ARREPENTIMIENTO

A)- Arrepentimiento perfecto o Contrición:

Es un acto de arrepentimiento del pecado cometido, movido por amor y respeto a Dios. Contrición por haber ofendido a Dios, nuestro Dueño, nuestro Creador, nuestro Todo, infinitamente Bueno y Misericordioso, digno de todo nuestro respeto y nuestro amor. En caso de pecado grave, implica, al menos implícitamente, la intención de confesarse a la brevedad posible.

B)- Arrepentimiento imperfecto o Atrición:

Es arrepentirse por motivos legítimos y buenos todos, pero no tan elevados como nuestro amor a Dios. Pueden ser, por ejemplo, miedo al castigo, miedo al infierno, deseos de comulgar, peso de la conciencia, etc.

-¿Ambos arrepentimientos sirven para el perdón de los pecados?
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El arrepentimiento perfecto, por supuesto, agrada más a Dios y comunica más gracias al alma arrepentida.

Y otra ventaja: si acaso la persona que ha pecado gravemente llega a morir sin poder confesarse, el arrepentimiento perfecto perdona hasta los pecados mortales, con lo cual el alma tiene acceso a la salvación eterna.

No así con el arrepentimiento imperfecto: este arrepentimiento inferior requiere la Confesión sacramental para que los pecados queden perdonados. Por sí mismo no perdona los pecados, a no ser que vaya acompañado -como hemos ya dicho- de la Confesión sacramental.

-Conveniencia del arrepentimiento perfecto

Por estos motivos es costumbre muy conveniente y saludable tener el hábito del arrepentimiento perfecto cada vez que se cometa algún pecado, mortal o venial.

-¿Significa esto que no hay que confesarse si uno se arrepiente de manera perfecta?

No. Ambos arrepentimientos requieren confesarse lo más pronto posible. Aunque se haya hecho un arrepentimiento perfecto, es indispensable confesarse. Sólo que si por providencia divina llegara la muerte antes de la Confesión, los pecados arrepentidos perfectamente han quedado perdonados.

Es fundamental considerar que para recibir los sacramentos de vivos (confirmación, comunión, extremaunción, orden sacerdotal y matrimonio) se requiere la confesión sacramental previa, en caso de estar en pecado mortal.

-¿Cuándo arrepentirse y cuándo confesarse?

Es una práctica muy saludable y conveniente arrepentirse con contrición perfecta (por amor a Dios) en cuanto se ha cometido algún pecado, y esto es fundamental si es una falta grave. Y, en tal caso, se debe uno confesar cuanto antes sea posible. Aún si no hubiere pecado grave, conviene confesarse con frecuencia, al menos una vez al mes.
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Ver comentarios.
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3 comentarios:

  1. Que excelente artículo, en verdad muy útil al alma. Lers agradezco mucho su publicación.

    Todo mundo deberíamos estudiarlo y leerlo y releerlo.

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  2. Esto es muy util y nos ayuda a cada uno para saber los limites del pecado...a veces al confesarme me dicen que no hace falta pero yo siento que si...los grandes santos dedicaban mucho tiempo a confesar, en estos dias dificil es encontrar confesores

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  3. Estupendo. Me despejó todas las dudas que yo tenía y aprendí aspectos nuevos en los que nunca había pensado.

    Dios los bendiga por su portal.

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