martes, 4 de octubre de 2016

CUANDO LOS INDÍGENAS SE ABRIERON A LA GRACIA TENÍAN GRANDES DOTES NATURALES


Hoy, 4 de octubre, que celebramos la fiesta de nuestro seráfico Padre San Francisco de Asís, fundador de los franciscanos, es importante recordar con gran agradecimiento a los doce apóstoles de México, también conocidos como los doce apóstoles de Nueva España. Ellos fueron un grupo de doce misioneros franciscanos (el mismo número de los discípulos con los que Jesucristo inció su Iglesia) que llegaron -procedentes de Belvís de Monroy, Cáceres- al recién fundado virreinato de Nueva España en mayo de 1524 con el objetivo de traer la verdadera fe y convertir al cristianismo a la población indígena. Fueron grandes defensores de los indios. El grupo estaba compuesto por:

Fray Martín de Valencia,
Francisco de Soto,
Martín de Jesús (o de la Coruña),
Juan Juárez,
Antonio de Ciudad Rodrigo,
Toribio de Benavente (Motolinía),
García de Cisneros,
Luis de Fuensalida,
Juan de Ribas,
Francisco Jiménez,
Andrés de Córdoba y
Juan de Palos (estos dos últimos hermanos legos).


Fray Toribio de Benavente, quizá el más dotado intelectualmente de los doce, su aspecto eran tan pobre que por eso los indios le llamaron "Motolinía" que en lengua náhuatl quiere decir "pobrecito". De él se decía: "pusiéronle este nombre de Motolinia los caciques y señores de México, que quiere decir en su lengua el fraile pobre, porque cuanto le daban por Dios lo daba a los indios y se quedaba algunas veces sin comer, y traía unos hábitos muy rotos y andaba descalzo y siempre les predicaba, y los indios lo querían mucho porque era una santa persona" (Historia verdadera de la conquista de la Nueva España II de Bernal Díaz del Castillo).

¿Qué opinión le merecían a este santo varón los indígenas que recién se abrían a la Gracia de Cristo?


Decía Motolinía: "El que enseña al hombre la ciencia, ese mismo proveyó y dio a estos Indios naturales grande ingenio y habilidad para aprender todas las ciencias, artes y oficios que les han enseñado, porque con todos han salido en tan breve tiempo, que en viendo los oficios que en Castilla están muchos años en los deprender (en aprender), acá en sólo mirarlos y verlos hacer, han quedado muchos maestros. Tienen el entendimiento vivo, recogido y sosegado, no orgulloso ni derramado como otras naciones." (Historia de los Indios de la Nueva España).


Foto: Ramón Moreno. Azulejo ubicado a las afueras del convento franciscano de Belvís de Monroy, Cáceres.

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