Lutero no buscaba reformar la Iglesia -fundación divina- sino destruirla mediante la creación de una fundación humana suya a su gusto y conveniencia. No fue reformador sino deformador.
Si se inicia celebrando la rebelión de Lutero contra la Iglesia de Cristo y la doctrina revelada, con la misma lógica se debería acabar celebrando también la rebelión de Lucifer y sus demonios contra Dios.
Si Lutero, el heresiarca, blasfemaba de mil maneras, como cuando dijo "la misa católica es la mayor y más horrible de las abominaciones papistas", Lucifer gritó: "Non serviam" (no le serviré) refiriéndose a Dios hecho hombre.
Ambas rebeliones tuvieron por denominador común la SOBERBIA. Por ello, según la visión que tuvo Sor María Serafina Micheli*, ambos se encuentran en el infierno. Y celebrar a Lutero es homenajear a un réprobo.
*NOTA. Ver (haz clic): LA BEATA SOR MARÍA SERAFINA MICHELI TUVO LA VISIÓN DE LUTERO EN EL INFIERNO
Barbarie
ResponderEliminarEl asunto de las indulgencias fue el pretexto. Lutero vino a arrasar con muchos dogmas y enseñanzas que Cristo nos dejó y que la Iglesia custodia y transmite. Fue un rebelde lleno de soberbia y orgullo (el mismo pecado de Lucifer) que siendo NADIE, sin ninguna autoridad, trató de demoler la Iglesia que fundó N.S. Jesucristo para crear una secta acorde a sus gustos y conveniencias. Esa secta -como todo error- se ramificaría en decenas de miles, pues el error es múltiple (varías, luego mientes). Se presentó como un iluminado siendo que era un simple monje sin autoridad alguna, sin verdadera fe y con poca ciencia teológica. Los heresiarcas siempre quieren imponer su opinión personal, basados sólo en su criterio personal por encima de todo y contraviniendo la Revelación divina.
ResponderEliminarSi Lutero está en el infierno por soberbia no será soberbia criticar a los Papas elegidos por el Espíritu Santo?
ResponderEliminarLas mociones del Espíritu Santo en el cónclave requieren la acogida de los electores. Por eso el entonces prefecto de la Doctrina de la Fe, Cardenal Ratzinger (futuro Benedicto XVI), recordó con toda sencillez que, mirando a lo sucedido a lo largo de la historia de los 264 sucesores de Pedro, «hay muchos Papas que el Espíritu Santo probablemente no habría elegido».
EliminarEn su opinión, «el papel del Espíritu Santo hay que entenderlo de un modo más flexible. No es que dicte el candidato por el que hay que votar. Probablemente, la única garantía que ofrece es que nosotros no arruinemos totalmente las cosas».
Varios santos han resistido y hecho ver algún error al papa en turno (en aquello que no afecta al don de la infalibilidad que solo se da en determinadas y precisas condiciones), empezando por san Pablo con san Pedro en Antioquia. No hay en ello soberbia sino caridad.
Ver:
http://www.catolicidad.com/2009/07/la-reprension-de-san-pablo-al-primer_10.html