miércoles, 26 de noviembre de 2025
RESULTA ABSURDO CALLAR UNA DOCTRINA CUANDO LO QUE HACE FALTA ES EXPLICARLA Y DIFUNDIRLA
San Juan Henry Newman, recientemente proclamado Doctor de la Iglesia por Su Santidad el Papa León XIV, defendió el título de Corredentora ante un prelado anglicano que se había negado a reconocerlo. Declaró:
«Cuando te encontraran con los Padres llamándola Madre de Dios, Segunda Eva, Madre de todos los vivientes, Madre de la Vida, Estrella de la Mañana, Nuevo Cielo Místico, Cetro de la Ortodoxia, Madre Inmaculada de la Santidad y títulos semejantes, habrían considerado una pobre compensación por tal lenguaje el que protestaras contra que se la llamara Corredentora».
El término Corredentora, que por sí mismo denota una simple cooperación en la Redención de Jesucristo, lleva desde hace varios siglos, tanto en el lenguaje teológico como en la enseñanza del Magisterio ordinario, el significado específico de una COOPERACIÓN secundaria y dependiente. Luego, basta enseñar este carácter secundario y dependiente de la función de María en dicha cooperación. Resulta absurdo callar (suprimir en la práctica) una doctrina cuando lo que hace falta es explicarla y difundirla, como debe realizarse con todas las demás. De otra manera, con el mismo pretexto (de que podrían mal entenderse), habría que callar (suprimir en la práctica) también todas las otras verdades.
Todo hace suponer que en realidad lo que pretende el cardenal "Tucho" es, con pretextos "ecuménicos", eliminar aquella doctrina que es DEMASIADO CATÓLICA para los protestantes (y también para modernistas como él). Afortunadamente, la mayoría del pueblo fiel con su sensus fidei ha rechazado esta imposición contraria al honor de la Santísima Virgen, aunque no faltarán los ingenuos que, de buena fe, sí caigan en la trampa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)










No hay comentarios:
Publicar un comentario