martes, 14 de mayo de 2013

ES DECLARADA SANTA LA MADRE LUPITA, UNA RELIGIOSA MEXICANA

LA CEREMONIA DE CANONIZACIÓN SE CELEBRÓ EN ROMA

María Guadalupe García Zavala, una religiosa mexicana conocida como la Madre Lupita, que consagró su vida a Dios a través del cuidado de los enfermos, fue declarada santa el pasado domingo 12 de mayo (2013) en una misa multitudinaria oficiada por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, en Roma, a la que asistió una delegación de cerca de 500 fieles mexicanos.

El Cardenal Juan Sandoval dijo en Roma: "Se trata de una mujer que fue muy santa. La conocí personalmente. Llena de caridad, fuerte en las persecuciones tanto de afuera como de adentro, pero muy valiente, incluso durante la persecución religiosa". En ese tiempo, entre otros aspectos de su vida, la Madre Lupita ayudó a algunos sacerdotes a ocultarse en un hospital, entre ellos al Arzobispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jiménez sin importarle que esto le podría costar la vida.  Esta religiosa mexicana que fundó la congregación de las Siervas de Margarita María y de los Pobres, se convirtió en la segunda mexicana en ser elevada a los altares; la primera fue María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre, originaria de Zapotlanejo, Jalisco.

Asimismo, en esa ceremonia de canonización, también se declararon santos tanto a los 813 mártires de Otranto (supervivientes del asedio y de la invasión de Otranto, que fueron decapitadas en las afueras de la ciudad por no haber querido renegar de su fe católica) como a la religiosa colombiana Laura de Santa Catalina de Siena Montoya y Upegui, virgen, fundadora de la Congregación de las religiosas misioneras de la Bienaventurada Virgen María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena (hemos agregado una breve biografía suya en los comentarios, abajo). Estuvo presente el presidente de ese país, Juan Manuel Santos, quien luego fue recibido por el Pontífice.

4 comentarios:

  1. Y también fue canonizad la Madre Laura, de Colombia, una vida ejemplar al servicio de los indígenas y de los negros, explotados y maltratados por colonos ambiciosos. Si Catolicidad va a ser fiel a su nombre (universalidad) debería abandonar los nacionalismos exagerados. Si no, es mejor cambiarle el nombre por Catolicidad Mexicana.

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    1. Estimado amig@:

      Quizá no leyó la noticia completa. En el párrafo final se habla también tanto de la religiosa colombiana Laura de Santa Catalina de Siena Montoya y Upegui como de los 813 mártires de Otranto. La noticia no es exclusiva de la religiosa mexicana.

      Incluso, si observa bien, el único político asistente al acto que se nombra en nuestro post es el presidente Santos de Colombia. No tratamos de ser ultranacionalistas, aunque es natural que nos sea más cercana la madre Lupita. Si bien, se trataba de una nota breve, quizá usted se refiera a que debimos también hacer una pequeña semblanza de la religiosa colombiana. Si usted o alguien más gusta escribir algo detallado sobre la Madre Laura, nos parecería magnífico. Con mucho gusto publicaremos cualquier comentario que amplíe la información de nuestro post. Los ejemplos de personas así son para toda la Iglesia y a todos nos edificarán sin importar nacionalidades. Este espacio de los comentarios sirve para ello y está a su disposición. De cualquier manera, publicamos abajo (en el siguiente comentario) mayor información sobre ella.

      Por último, si usted ha seguido nuestro blog habrá notado que los temas tratados aquí son de carácter universal y de interés para todo católico, pues no sólo tratamos temas o noticias de nuestro país, sino notas de todo el mundo y sobre la doctrina católica en general.

      Agradecemos su observación. Gracias por escribir.
      Un abrazo en Cristo
      Atte
      CATOLICIDAD

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    2. LAURA MONTOYA Y UPEGUI

      Nació en Jericó (Antioquia, Colombia) el 26 de mayo de 1874; sus padres, Juan de la Cruz Montoya y Dolores Upegui, eran profundamente cristianos. Recibió el Bautismo ese mismo día y el sacerdote le impuso el nombre de María Laura de Jesús. Cuando Laura tenía dos años su padre fue asesinado, durante una guerra cruel y fraticida, por defender la religión y la patria, y sus bienes fueron confiscados; su familia quedó en extrema pobreza. Su madre le enseñó a perdonar y a fortalecer su carácter con sentimientos cristianos. Desde niña, vivió intensas experiencias trinitarias que la llevaron a crecer constantemente en una dimensión mística.

      Quedó huérfana e ingresó a los 16 años en la “Normal de Institutoras de Medellín”. Concluidos los estudios, se siente llamada a realizar lo que llamaba “la Obra de los indios”. En 1907 estando en la población de Marinilla, escribe: «me vi en Dios y como que me arropaba con su paternidad haciéndome madre, del modo más intenso, de los infieles. Me dolía como verdaderos hijos». El ardiente “Sitio” -Tengo sed”- de Cristo en la Cruz, la impulso a saciar esta sed del crucificado y a un trabajo heroico al servicio de los indígenas de la selva que lleva, en 1914, Mons. Maximiliano Crespo, obispo de Santa Fe de Antioquia, a fundar la congregación de las “Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena”. Comprendiendo la dignidad humana y la vocación divina de los indígenas, se inserta en su cultura y en su vida cotidiana, derribando el muro de discriminación racial de quienes la juzgaban y no comprendían el anhelo de extender la fe y el conocimiento de Dios hasta los lugares más remotos e inaccesibles, brindando una catequesis viva del Evangelio.

      Pasó los últimos nueve años en silla de ruedas sin dejar su apostolado de la palabra y de la pluma. Después de una larga agonía, murió en Medellín el 21 de octubre de 1949.

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  2. http://publicatuimagen.com/wp-content/uploads/2013/08/Saanta-Laura-Montoya-Upegui.jpg27 de octubre de 2013, 21:44

    http://publicatuimagen.com/?p=24

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