viernes, 10 de octubre de 2025
COMEN Y BEBEN SU PROPIA CONDENACIÓN
Quien es católico bautizado y conserva la fe pero es un pecador que no se arrepiente de sus pecados y vive como si la ley de Dios no existiera, vive en camino de condenarse y si se mantiene así hasta el final de su vida, finalmente se condenará.
No puede acceder a los sacramentos de vivos mientras no se arrepienta de sus pecados graves y los acuse con verdadero arrepentimiento y propósito de enmienda; sin embargo si mantiene la fe, sigue siendo parte de la Iglesia.
Vivirá en pecado, no le será lícito comulgar, estará separado de Dios por no tener la gracia santificante, será un necio que caminará hacia su perdición eterna, pero mientras mantenga la fe sigue siendo parte de la Iglesia y tendría la posibilidad de arrepentirse.
Claro, hoy el modernismo es tan "incluyente" con todos, todos, todos, que inventa el "discernimiento" para quien vive en adulterio (los divorciados de su legítimo cónyuge en segunda unión) para que sacrílegamente comulgue. Flaco "favor" le hacen pues lo inducen a comer y beber su propia condenación.
No quisiera estar, el día del juicio, en los zapatos ni de los otorgantes ni de los receptores de tan nefasto sacrilegio.
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