"A partir de los Salmos y de nuestra experiencia cotidiana, [descubrimos] que el «muy hermoso» del sexto día –expresado por el Creador– es permanentemente cuestionado, en este mundo, por el mal, el sufrimiento y la corrupción. Casi parece que el maligno quiera ensuciar permanentemente la creación, para contradecir a Dios y hacer irreconocible su verdad y su belleza. En un mundo tan marcado por el mal, el «Logos», la Belleza eterna y el «Ars» eterno, debe aparecer como «caput cruentatum» (cabeza herida). El Hijo encarnado, el «Logos» encarnado, lleva una corona de espinas, y sin embargo, así, en esta figura sufridora del Hijo de Dios, empezamos a ver la belleza más profunda de nuestro Creador y Redentor; podemos, en el silencio de la noche oscura, escuchar su Palabra. Creer no es otra cosa que, en la oscuridad del mundo, tocar la mano de Dios, y así, en silencio, escuchar la Palabra, percibir el Amor»."
lunes, 25 de febrero de 2013
EL PAPA ADVIERTE A LA CURIA QUE EL MALIGNO QUIERE ENSUCIAR LA CREACIÓN PARA CONTRADECIR A DIOS
SE REFIRIÓ A LA "OSCURIDAD DEL MUNDO"
Han pasado casi inadvertidas las palabras que Benedicto XVI ha pronunciado ante la curia, al concluir los ejercicios espirituales; palabras importantísimas, llenas de un aliento escatológico y profético que refleja a la perfección la gravedad del tiempo presente:
Sobre ellas Juan Manuel de Prada ha comentado: "La alocución del Papa se remató con una afirmación esperanzada en la victoria final de Dios, pero la meditación en torno al «caput cruentatum», a la acción del maligno, al silencio de la noche oscura y a la creación ensuciada permanentemente por el mal, el sufrimiento y la corrupción, adquiere un tono admonitorio incuestionable. Sobre todo, si consideramos que tales palabras las dirigía a la curia romana".
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