sábado, 31 de enero de 2015

DIAGNOSTICADO "EN COMA" DURANTE OCHO AÑOS, PERO EN REALIDAD CONSCIENTE



BARCELONA, 24 Ene. 15 (ACI).- La historia de Martin Pistorius es en realidad insólita. Enfermó a los 12 años de meningitis criptocócica y en un par de años quedó en estado vegetativo, pero luego fue recuperando gradualmente la conciencia, sin poder moverse. Los siguientes 8 años permaneció así, mientras todos creían que estaba en coma.

Pistorius, apodado como el “niño fantasma”, es actualmente un sudafricano de 38 años y, según lavanguardia.com, explicó su caso en la radio norteamericana NPR.

Dos años después de caer enfermo los médicos lo mandaron a casa, seguros de que él no sobreviviría. Sus padres se encargaron de cuidarlo diariamente y de llevarlo a un centro médico.

Sin embargo, no tenían muchas esperanzas de que se recuperaría. Su madre, en medio de su desesperación, llegó a decirle “ojalá murieras”, sin saber que su hijo podía escucharla.

Cuando Martín se dio cuenta que nadie podía saber que realmente estaba consciente, decidió aprender a controlar su mente. Las enfermeras en el centro médico donde sus padres lo dejaban todos los días solían hasta maltratarlo y lo podían dejar en un baño frío por bastante tiempo.

Cierto día se cansó de toda esta situación y puso todo su empeño en aprender a moverse. Su cuidadora, Vina van der Walt, se dio cuenta que el joven respondía con pequeños gestos coherentes a preguntas que le hacía.

La insistencia de la asistente hizo que los padres de Martin lo llevaran al Centro de Comunicación Aumentativa de la Universidad de Pretoria. Es así que tras años de terapia intensiva y ejercicios con ordenadores, pudo ser capaz de escribir mensajes y operar con una voz sintética, aprendiendo a leer y escribir.

Con el tiempo obtuvo su primer trabajo archivando papeles en una institución gubernamental. Posteriormente ingresó a un colegio para estudiar ciencias de la computación e inició su propia empresa de diseño.

Escribió un libro en el que relató su historia y a los 33 años contrajo matrimonio con Joanna, una trabajadora social. Ahora maneja una especie de teclado que sonoriza lo que desea comunicar y está aprendiendo a conducir, a pesar de estar en silla de ruedas.

1 comentario:

  1. Nuestra sociedad tiene recursos médicos y científicos avanzadisimos... Pero no tan avanzados como su egoísmo, que le hace dar la espalda a algunos enfermos que necesitan cuidados intensivos de larga duración. Se busca el éxito o la curación aquí y ahora. Y si no, las facilidades desaparecen.

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