Tú has sido, eres y serás hasta el día postrero de la tierra, el único, el irreemplazable nudo de luz donde pueden fundirse pastores y monarcas, menesterosos y opulentos. ¡Niño de Belén: mira nuestra zozobra y nuestro caos! ¡Vence hoy, vence con tu sonrisa y derrite mezclándolos a los pies de tu cuna, los corazones de los ricos petrificados por el egoísmo y de los pobres empedernidos por el odio!
martes, 5 de enero de 2010
REYES Y PASTORES
Fraternizaron en tu cuna, para adorarte, pastores y monarcas. Rey y Pastor eres Tú. Y anonadados los reyes, sintiéronse menos que pastores ante la cándida abdicación de tu majestad; y embelesados los pastores se sintieron más que reyes, palpando en su pobreza una consolación desconocida y una insondable dignidad.
Tú has sido, eres y serás hasta el día postrero de la tierra, el único, el irreemplazable nudo de luz donde pueden fundirse pastores y monarcas, menesterosos y opulentos. ¡Niño de Belén: mira nuestra zozobra y nuestro caos! ¡Vence hoy, vence con tu sonrisa y derrite mezclándolos a los pies de tu cuna, los corazones de los ricos petrificados por el egoísmo y de los pobres empedernidos por el odio!
Tú has sido, eres y serás hasta el día postrero de la tierra, el único, el irreemplazable nudo de luz donde pueden fundirse pastores y monarcas, menesterosos y opulentos. ¡Niño de Belén: mira nuestra zozobra y nuestro caos! ¡Vence hoy, vence con tu sonrisa y derrite mezclándolos a los pies de tu cuna, los corazones de los ricos petrificados por el egoísmo y de los pobres empedernidos por el odio!
Alfonso Junco
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