¿Y quiénes se van al Infierno?
Los que mueren en pecado mortal, es decir, los que están privados de la gracia de Dios en el momento de la muerte.
Por eso qué tremenda importancia tiene el vivir siempre en gracia de Dios, y el confesarnos cuanto antes si hemos tenido la desgracia de cometer un pecado grave.
Es lo que Jesús nos dice en el Evangelio cuando nos avisa que el Señor vendrá a la hora menos pensada y que los siervos deben estar preparados en todo momento a recibirlo, con las lámparas encendidas y velando. Es decir, con la oración constante, la fe firme y en gracia de Dios.
Hoy se habla mucho de que Dios es Misericordia infinita, y está bien, pues es así, ya que un atributo de Dios es su Misericordia. Pero en Dios todo es perfecto y también Él es infinitamente Justo.
La Misericordia de Dios nos debe alentar para salir del pecado, para levantarnos de él, pero no para aprovecharnos de esa misericordia y seguir pecando tranquilamente, pensando que Dios nos perdonará, porque eso es presunción y la Escritura dice que de Dios nadie se ríe impunemente.
Entonces seamos sobrios y prudentes y obremos nuestra salvación con temor y temblor, confiando en Dios y amándolo, pero también teniendo el don de temor de Dios, es decir, temor a ofenderlo, por el amor que le tenemos y también por el castigo que mereceríamos. Porque dice la Escritura que el temor de Dios es principio de la sabiduría. Y como dice San Ignacio de Loyola: si del amor de Dios me olvidare, por lo menos que el temor al castigo me aleje del pecado.
El Infierno existe, es eterno y es tremendo, imposible de imaginar en este mundo. Muchos que están condenados quisieran volver atrás pero ya no hay posibilidad, porque el mundo, el demonio y la carne les habían hecho creer que el Infierno no existía. Y hay que destacar una cosa curiosa que comenta Santa Faustina Kowalska en su Diario, y es que cuando ella visitó el Infierno por permisión de Dios, notó que la mayor parte de las almas que allí estaban, eran las que no creían que el Infierno existía. Así que aprovechemos esta vida sobre la tierra para convertirnos y evitar la condenación eterna.
EL PECADO MORTAL, SUS CONSECUENCIAS Y REMEDIOS
RESUELVE, DE UNA BUENA VEZ, TU PASADO PARA RESOLVER, TAMBIÉN, TU FUTURO
DESCRIPCIÓN DEL INFIERNO por San Antonio María Claret
"Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia."
ResponderEliminarMateo 5:29 Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna.
ResponderEliminarMateo 10:28 «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
A quien nos escribió el 26 de marzo de 2010
ResponderEliminarEstimado Anónimo:
No publicamos mensajes en otros idiomas ni tampoco comprendemos que nos quiso decir con su escrito.
Atentamente
CATOLICIDAD