viernes, 29 de junio de 2012

"DALE LIMOSNA, MUJER...."


la Torre de la Vela. Este torreón de la Alhambra, en la ciudad española de Granada, es famoso porque en él ondeó por vez primera el pendón cristiano a las tres de la tarde del 2 de enero de 1492, una vez consumada la Reconquista cristiana peninsular con la toma de Granada. Cuenta la leyenda que las jóvenes que acudan a tocar la campana el 7 de octubre, que es el aniversario de la batalla de Lepanto, se casarán antes del fin de ese año. Dicen que el escritor, poeta y diplomático mexicano Francisco de Icaza -entonces recién casado- caminaba junto a su esposa por el barrio del Albaicín cuando encontró ahí un mendigo ciego que pedía limosna, iba a pasar de largo el matrimonio cuando Icaza pareció pensarlo mejor, se detuvo y dijo -improvisadamente- a su mujer los versos que ahora se pueden leer en la base de la citada torre:

"Dale limosna, mujer,
 que no hay en la vida nada
 como la pena de ser
 ciego en Granada".



Vista de Granada desde la Alhambra
Ver también: http://catolicidad-catolicidad.blogspot.mx/2009/06/la-reconquista-cristiana-espanola.html
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3 comentarios:

  1. ¿Qué embrujo tendrá Granada que el mejor piropo que ha recibido fue la inspiración momentánea de un diplomático y poeta mexicano?

    Fue, además, la ciudad musa para otro mexicano -el músico poeta Agustín Lara- que compuso, en su honor, una de las más bellas canciones que se hayan escrito y que más se han cantado en todo el mundo.

    El amor por esa tierra de ensueño para los mexicanos se sigue manifestando aquí. La prueba es este post en un blog mexicano.

    Gracias a los editores de ese país por difundir algo tan bello de nuestra España.

    Hermanados en la fe y nuestras tradiciones, les mando un abrazo muy sincero.

    Rodrigo.

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  2. Quien conoce Granada se queda enamorado de ella de por vida.

    Te agradecemos tu comentario.

    Un fuerte abrazo en Cristo. Hermanados en su fe.

    Atte
    CATOLICIDAD

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  3. Se fue a Granada por silencio y tiempo y Granada le sobredio armonía y eternidad,

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