jueves, 4 de octubre de 2012

LA VIRGEN DEL CAMINO Y EL MENDIGO DE PANCORBO (Relato)





A las afueras de la población, hacia el Norte, camino de Madrid, el viajero se encuentra con una pequeña ermita, que está dedicada a Nª Sra. del Camino. A través de la reja que hay en la puerta, se vislumbra en penumbra la venerada imagen de la Virgen, con flores, velas, y algunas monedas esparcidas por el suelo que tienen a bien echar -como ofrenda- los devotos junto con sus plegarias. Esas monedas son para la Virgen, como nosotros no hacemos nada gratis pensamos que nuestras suplicas serán así más tenidas en cuenta ¡como si la Señora necesitase nuestra calderilla...! Pues sí, la necesita, a la vista está en la historia del mendigo de Pancorbo.

Hace décadas mendigaba por aquellos parajes un anciano pobre. Con humildad iba pordioseando, de puerta en puerta, una limosna y, cuando se la daban, agradecido besaba el mendrugo de pan que le ofrecían para saciar su hambre, y cuando no rezaba una oración por los de casa. Pobre pero honrado, amable y educado... era estimado por todos los vecinos por su carácter agradecido ¡Nunca había dado que hablar el mendigo de Pancorbo, ni un mal modo ni un desaire!

Ermita semirupestre que se encuentra en la
carretera N1 Madrid-Irun cerca del bonito
 pueblo de Pancorbo. Lo más destacable y
curioso es dónde se encuentra la campana
  (peñas arriba), todo un deporte de riesgo.

 Se venera ahí a la Virgen del Camino.
Un buen día le encontraron muerto en su choza destartalada chavola. Llamaron al cura, quien tras rezar un responso, dispuso de sus escasos enseres. Tan apenas un bastón con la punta ennegrecida, una lata de pez y un añoso zurrón, donde -entre miajas- había un pequeño cuadernillo viejo y manoseado junto a un pequeño lapicero. El sacerdote lo abrió y leyó: - Día 3 de enero de 1931: “Le tomo prestados a la Virgen dos reales”. Día 22 de Febrero de 1931: “Le debo a la Virgen lo que me prestó”. Día 28 de febrero: "Cojo tres gordas a la Virgen". Día 14 de Marzo: “Le devuelvo lo que le pedí y la adelanto a la Virgen un real”… Y así seguía su peculiar apunte relacionando los préstamos y devoluciones: “Debo a la Virgen…” “La Virgen me debe…”

Y es que aquel buen hombre, pobre pero honrado, cuando arreciaba el crudo invierno y las limosnas eran escasas…, sin que nadie le viera, introducía por la reja de la ermita su bastón embadurnado de alquitrán en la punta y así recogía las monedas que se pegaban a él de entre las que estaban esparcidas por el suelo. A la vista está -porque lo canta su libreta- que sólo lo hacía en caso de extrema necesidad y con el firme propósito de devolverlas en cuanto posible le fuera. ¿Acaso negaría la Madre a sus hijos más necesitados lo que necesitasen? Sabedor el buen mendigo que aquellas monedas eran empleadas en el culto de la ermita (flores,cera, manteles, Misas...) ¡con qué interés afinaba sus apuntes de deudas! Cuánta delicadeza...

El cura pasó con ligereza aquellas viejas hojas hasta dar con la última anotación, escrita justo el día anterior. En el último apunte contable, que había hecho el mendigo, figuraba escrito: “Devuelvo cuanto le debo ¡Estoy en paz con la Virgen!…” En paz con la Virgen murió… Así ya se pudo morir contento.

Hermoso testimonio de finura, más que de honradez, y de piedad la de aquel anciano menesteroso. He de confesar que, al recordar esa anécdota, se me nublan los ojos de emoción porque mendigo ando yo por la vida y en permanente deuda con Ntra. Señora en mi camino ¡Cuántas gracias, mercedes y dones extraídos de su corazón maternal y nunca suficientemente reconocidos y correspondidos! ¡Cuántas situaciones de necesidad remediadas por su maternal socorro! Ah, si llevara yo cuentas de cuánto le adeudo, de cuántos auxilios me prestó, de cuántas gracias le robé desde su capilla...

Autor: Miguel P. León.

Tomado de "Cura de Aldea".


8 comentarios:

  1. todos los viajes que hacíamos de pequeños por esa carreta, que no eran pocos, nos contaba mi madre esta historia. Hace unos meses me dió por pensar si sería verdad o un invento de tantos que a ella se le ocurrían. Pregunté hast en un hotel de Pancorbo, pero nadie ha sabido darme razón. Así que os lo agradezco de verdad, era una deuda que tenía conmigo misma. Gracias.

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    1. Sí, yo me he pasado la infancia pasando por esa carretera los fines de semana y recuerdo con que emoción pasaba por la zona de la virgen. Q ue bella historia!
      Un saludo...

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  2. siempre que podemos paramos y quitamos las velas ya no sirven y la rezamos nos da animos y fuerzas llegar asu hermita y siempre rezamos por los van en esas carreteras y lleguen ien asus destinos.. VIRGENCITA DEL CAMINO

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  3. Que no habré rezado yo a mi Virgen del Camino, que a cada pancorbino nos hace volver a casa desde cualquier parte del mundo, con la alegría de regresar y la gran pena de marchar..

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  4. Ay, mi Virgen del Camino que a la entrada de mi pequeño pueblo siempre protege y bendice a todo aquel que pasa por su ermita..como decimos, caminante que rendido has llegado a este lugar a la Virgen del Camino una salve rezaras....

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    1. Me emociona el comprobar tamaña devoción por la Santísima Virgen del Camino. Ahora peino canas y acumulo exceso de años, pero cuando no las peinaba y mis andares y movimientos eran ligeros, allá por los años sesenta del siglo pasado, siempre parábamos mi familia y yo -esposa y tres hijos- en Pancorbo para acercarnos a rezar a la Santísima Virgen, que nos protegía durante nuestro viaje de vacaciones desde Irún hasta la provincia de Ávila, tanto a la ida como a la vuelta. Lamentablemente, el progreso se ha 'comido' la vieja carretera y ya pasamos de largo atravesando el Túnel de Hontoria, pero nunca falta una sentida oración para nuestra amada Señora.

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  5. DESDE PEQUEÑO CON MIS PADRES SIEMPRE PARAMOS EN LA VIRGEN HOY DIA LA CARRETERA YA NO PASA POR LA ERMITA PERO SIEMPRE LE REZO UN AVE MARIA AL PASAR

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