martes, 14 de octubre de 2014

LA MISERICORDIA NO ES UN INVENTO NUEVO...




5 comentarios:

  1. Aquel que peca mortalmente, que no se arrepiente, que no hace propósito de enmienda y no se confiesa, no puede comulgar, porque San Pablo divinamente inspirado habla de la necesidad del estado de gracia para poder recibir el Cuerpo del Señor. Quien comulga en pecado grave o quien recibe la Eucaristía en estado de pecado mortal habitual (como los divorciados dizque vueltos a "casar" o los homosexuales que practican su homosexualidad y no se arrepienten de ello o cualquier pecador que no desea dejar su pecado mortal, sea éste cual fuere) comete un sacrilegio muy grave y "come y bebe su propia condenación", según enseña y explica San Pablo. Quien contradijera esta enseñanza habrá que aplicarle lo que dice la Palabra de Dios: “Pero aun si nosotros o un ángel del cielo, les enseñara un evangelio contrario al de Jesucristo, que sea condenado (anatema)”.

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  2. Excelente puntualización de Catolicidad, tanto el artículo como el comentario, tal como lo ha enseñado la Iglesia durante 20 siglos. Pero, ¿cómo instruir o hacer entender a toda esa panda de modernistas que infestan el Vaticano?

    Saludos.

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  3. ¡Exacto!, no puede ensancharse el camino a gusto de los pecadores. La puerta ancha y su camino espacioso ya se sabe a dónde conducen. ¿Ensancharse para los marginales, cuando siempre han tenido cabida, cuando la puerta siempre ha estado abierta para ellos y para cualquiera que lo deseé? Hay que buscar, entonces, la puerta y el camino angosto que dice la Escritura lleva al cielo. TODOS estamos invitados a ello. A nadie se le ha excluido nunca. Uno es quien se auto-excluye.

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  4. Las parejas homosexuales, así como cualquier otro pecador público, no solamente están en pecado mortal y en peligro de condenarse eternamente ellos mismos, sino que además escandalizan a los de fe débil y poco instruida, haciéndoles pensar que sus acciones no son pecaminosas. Por lo tanto, sus obras no son meritorias (porque sus almas están muertas a los ojos de Nuestro Señor, y no pueden merecer nada mientras su relación con Él esté rota por el pecado mortal) y por lo tanto no representan en realidad ningún aporte a las riquezas de la Iglesia (la comunión de los Santos); pero además, si son parte del Cuerpo Místico de Cristo por el Bautismo, vienen a ser más bien como células cancerosas, pues infectan (escandalizan) a las demás células del Cuerpo.
    En definitiva, aunque a los ojos de los humanos hagan cosas ¨positivas¨, a los ojos de Dios no tienen ningún valor, y en todo caso su conducta tiene más efecto dañino que ¨positivo¨, pues arriesgan su propia salvación y enseñan a otros a arriesgar la suya. No es ninguna misericordia alentar al pecador a seguir pecando, ni es verdadero pastor el que deja que sus ovejas sigan el camino al precipicio y las alienta a seguir. Jesucristo dijo a la adúltera; ¨Yo tampoco te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar¨.
    Oremos mucho para que el Señor y su Dulcísima Madre no permitan que el modernismo avance más en la Iglesia, que se conviertan los modernistas y se reparen los daños causados por sus escándalos.
    Muchas felicitaciones por su blog. Esta es la segunda vez que les escribo, la vez anterior les pedía oraciones por la conversión de personas cercanas a mí y realmente he sido testigo de verdaderos cambios de actitud en muchas de ellas. No tengo duda de que sus oraciones y las de todos los lectores los días 13 de cada mes han contribuido mucho para ello. Así que les agradezco infinitamente a todos los editores y lectores del blog, y les pido que sigan orando para que el Señor siga derramando abundantes gracias sobre todas las personas que he conocido, especialmente las más cercanas a mí, y puedan llegar a la Salvación donde lo adoren eternamente. Que el Señor les devuelva a ustedes el 100 por 1 por cada gracia que pidan para estas personas.
    Un abrazo en Cristo y María.

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  5. La infalibilidad es propia del Papa (y de los obispos unidos conjuntamente con el Papa) en las definiciones sobre fe y moral o cuando se repite una verdad de fe que se enseñó siempre y en todas partes. Ni siquiera una elección del cónclave es infalible. La inspiración del Espíritu Santo es condicional a que sea aceptada por el receptor. Siendo cardenal, Benedicto XVI escribió hace algunos años: “No me gustaría decir cómo interviene el Espíritu Santo en la elección del Papa, porque está claro que hay muchos ejemplos de Pontífices en los que no ha tenido nada que ver”.

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