lunes, 31 de agosto de 2009

¿REALMENTE EXISTEN SANTOS EN LA ACTUALIDAD?



Generalmente concebimos a los santos como aquellas virtuosísimas personas que por su vida ejemplar y cristiana han alcanzado, tras su muerte, la visión eterna de Dios y que, ante Él, interceden por nosotros; habiendo sido, además, canonizados por la Iglesia. Y en efecto, ellos son santos. Han alcanzado la visión beatífica por su aceptación incondicional de la voluntad divina. Sin embargo, no sólo los canonizados debido a sus virtudes extraordinarias y heroicas son los únicos santos, ya que quien quiera que haya alcanzado la bienaventuranza eterna es santo. Es decir, existen en el Cielo más santos no canonizados que aquellos que consta -por el juicio de la Iglesia- que efectivamente lo son. Unos y otros han alcanzado el fin trascendente para el que todo hombre fue creado: la posesión eterna de Dios. De algunos tenemos certeza de su santidad (los canonizados), pero de la mayoría desconocemos su identidad. Ahora bien, no sólo quienes han alcanzado la salvación son santos. La santidad no es privativa de los bienaventurados. La santidad se inicia aquí en la tierra. A veces, es algo más habitual de lo que creemos. ¡Con cuántos santos nos cruzamos diariamente por la calle! ¡Cuántos saludamos sin ni siquiera suponer que lo son! A veces están más cerca de lo que imaginamos, porque el bien es silencioso: pueden ser la esposa, el hermano, los hijos, el amigo o el compañero de trabajo. Quizá hasta tú mismo seas o hayas sido santo.
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Porque si la santidad es estar en Gracia, o sea, no estar en pecado mortal, tan es santo el niño recién bautizado como el pecador arrepentido de sus pecados que se confiesa. Así, es santo quien vive en Gracia de Dios al cumplir con sus mandamientos y sus deberes de estado. El que cree en todo lo que Dios ha revelado y además obedece su ley, es santo. Incluso, el que peca, se arrepienta y se confiesa y recupera, por lo tanto, la Gracia ¡es santo!
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La santidad se alimenta y se enriquece a través de la oración, los sacramentos y el ejercicio de la virtud. La santidad es algo actual, vigente, necesario. Sin ella no alcanzaríamos nuestro fin último. No sólo se manifiesta en virtudes heroicas como algunos suponen. Es la Gracia la que confiere a la conducta recta una dimensión divina, viviendo para sobrenaturalizar todo acto bueno por sencillo que éste sea. Así, cualquiera que genuinamente lo desee puede ser santo cumpliendo simplemente con todos sus deberes por amor de Dios. Por lo tanto, no sólo son santos los que están canonizados. A quienes muchas veces vemos tan lejanos y tan difíciles de imitar; siendo que fueron personas de carne y hueso; con dudas, temores y a veces grandes fallas ¡como nosotros!, pero que finalmente entregaron su voluntad incondicionalmente a Dios al grado de alcanzar virtudes verdaderamente heroicas. Los santos también existen aquí y ahora, están más cerca de ti de lo que te imaginas. De seguro te has topado con ellos sin reconocerlos. Los hay que son obreros y los hay profesionistas; existen entre los pobres y entre los ricos o los de clase media; son ancianos o jóvenes, niños o adultos; los encuentras entre los enfermos y los sanos, ¡en fin! ¡los hay de tantas clases y tipos! Son aquellos que han tenido la inteligencia de pensar en su fin último y han sido generosos al aceptar la voluntad de Dios. Tú puedes convertirte en uno de ellos, así como trabajar y ayudar a tu familia para transformarla en una verdadera familia católica para que al fin de esta vida, puedan alcanzar la posesión eterna del Bien Supremo, que es el único "negocio" que verdaderamente nos debe importar.


.No pospongas más tu decisión: ¡Sé santo, sé santa!...Y tendrás la prueba irrefutable de que existen en nuestro espacio y en nuestro tiempo.
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Autor: Lic. Oscar Méndez Casanueva
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12 comentarios:

  1. es la invitacion que nos da Dios: Sed Santos como yo soy santo

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  2. Ciertamente que existen y tenemos la suerte de conocerlos. Hay muchos que viven su fe de forma heróica, que viven las virtudes en silencio y escondido. Muchos predicando la palabra de Dios en sitios recónditos, al igual que los mártires, siguen existiendo, pero eso no es noticia hoy. Menos mal que la Iglesia dedica un día a recordarlos a todos. Estos de hoy serán venerados mañana. Gracias por tan buena entrada.

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  3. ¡Por supuesto que los hay! Y por ellos el Señor no ha destruido aun la tierra.
    Recordemos cuando Dios le promete a Abraham que por solo cinco justos, perdonara a toda una ciudad de pecadores.

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  4. Gracias por el artículo. Dios nos llama a la Santidad a todos. ¡A ser santos se ha dicho!

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  5. ¡Muy buen artículo! Está muy bueno este blog.

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  6. Gracias por tu comentario y ojalá promociones nuestro blog con tus amistades y conocidos.

    Un fuerte abrazo en Cristo
    CATOLICIDAD

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  7. A luchar por ser santos!

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  8. Cuando Dios entrega un alma a un cuerpo que se comienza a formar en el seno materno, esa alma es pura, sin mancha de pecado original mientras no se une al cuerpo.
    En ese momento fulmíneo, que va desde que Dios crea el alma hasta que se une al cuerpo hemos sido Santos, porque nuestra alma salió Santa de las manos de Dios.
    Al comenzar a animar al cuerpo contrae la culpa original, que no es otra cosa sino la falta de gracia.
    Pero Dios nos devuelve por el baautismo el estado en que vivían nuestros Padres.
    El Bautismo puede ser de agua, de deseo, de sangre...
    Y cuando nuestro cerebro alcance el uso de razón comenzamos a ser responsables de nuestros actos.
    A veces no obramos según debemos. Entonces cometemos una falta.

    Jesus nos ha dejado el Sacramento del perdón para que volvamos a adquirir la gracia que hemos perdido.

    El pecador que arrepentido se confiesa, vulve a ser inocente ante Dios, de tal modo que si se condena no se va a condenar por las culpas cometidas antes de la confesión, porque ésas ya están perdonadas. Ya no existen. Se condenará si despues de una confesión y la muerte volvió a pecar y no se arrepintió.

    Actualmente no es facil encontrar un confesor, pero es facil encontrar la muerte.
    Por eso cuando tenemos la debilidad de pecar debemos hacer un acto de perfecta contricción con ánimo de confesarnos.
    Entonces si nos morimos tambien se nos han perdonado las culpas que llevan al infierno.

    Pero Dios aun nos lo pone mas facil: Si no podemos pedirle a Dios perdón con los labios, con la palabra es suficiente que lo pidamos con el pensamiento. Tambien nos salvaremos, si con el pensamirnto pedimos perdón a Dios con ánimo de confesarnos si podemos.

    Claro que quien lea esto estará diciendo: ¡Para actos de perfectas contricciones vamos a estar si nos atropella un coche!.
    Pues acostumbrarse a hacer cada día un acto de perfecta contriccion. Y si no alcanzamos a decirle a Dios: Señor me pesa de haber pecado porque con el pecado te he ofendido y te amo....Si no alcanzamos a decirle que lo amamos, por lo menos debemos desear sentir ese dolor pefecto, esa contriccion perfecta.

    Ese deseo tambien hace de Contriccion. ¿Verdad que es muy bueno Dios que nos pone el cielo al alcance de las manos?.

    Pues, venga, a pedirle perdón, porque es bueno.
    Digámosle arrepentidos " SEÑOR DIOS PERDÓNAME POR QUE HE PECADO"

    Javier.

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  9. Estimado Javier:

    Todo tu mensaje está muy bien, pero...¿en dónde enseña la Iglesia que la creación del alma es anterior a que se una al cuerpo?

    No creo que exista tal enseñanza.

    Un saludo.
    Toño

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    Respuestas
    1. De hecho en el Génesis el cuerpo de Adán es formado antes que su espíritu, el cual le viene por un soplo de Dios al cuerpo.
      Además el pecado original tiene más que ver con pertenecer al género humano por ser caído más que por unirse a un cuerpo, y en nuestras almas existen tendencias malas por el pecado original (como la soberbia), si el cuerpo fuera lo único manchado sólo tendríamos malas inclinaciones en el cuerpo.
      Decir que tuvimos un momento de santidad al ser creada nuestra alma es como decir que fuimos concebidos inmaculados, privilegio que sólo tuvo la Virgen Santísima, y bueno, Jesús como es Dios pues obviamente imposible que se manchara del pecado original.

      No soy teólogo, así que si hay algún error en esto pues se me corrija,

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  10. P.D. Otro aspecto más: El acto de contrición es eso: un acto. No es un simple deseo sino un ACTO de nuestra voluntad mediante el cual nos dolemos enormemente de haber ofendido a Dios por que lo amamos sobre todas las cosas, por ser Él quien es y por todas sus bondades.

    Tienes mucha razón, deberemos realizarlo diariamente y en caso de peligro de muerte. Naturalmente, deberemos luego acudir a la confesión sacramental. Pero si no alcanzamos ésta, en caso de muerte, basta ese ACTO de contrición perfecto para alcanzar el cielo.

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  11. !Si hay Santos vivos aqui¡ por ejemplo, los martires en arabia y en norcorea y en todos los lugares donde se odia a Dios. Pero ellos no lo odian, estos martires lo aman.

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