lunes, 1 de agosto de 2011

DEFENSOR DE LA HISPANIDAD, APÓSTOL SANTIAGO




Aunque su fiesta se celebra el 25 de julio, siempre es momento para invocar a este gran santo, protector de España y de toda la hispanidad.
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2 comentarios:

  1. Les dejo un fragmento del penúltimo sermón (antológico) de Fray Rabieta:

    No hay para qué decirlo, pero lo diremos igual: la mayoría de los católicos de después de la Segunda Guerra Mundial, resolvieron que había que darle a la Iglesia Católica un aspecto más atractivo, más simpático, más condescendiente, más agradable al paladar del mundo post-1945. Y entonces, desde el instante mismo en que se empeñó en volverse atractiva para el mundo, la Iglesia se mundanizó. Así fue, no me lo discutan porque es indiscutible: para seducir al mundo adoptó una axiología, un lenguaje, una liturgia, una sociología, un estilo, una apariencia y, brevemente, un modo de estar ahí, que se le antojaba no podía sino atraer a más hombres, al mundo. Por supuesto que la cosa se dio al revés, y ellos fueron los seducidos. Y lo llamaron, a fe mía un poco anticipadamente, “la primavera de la Iglesia”.

    Pero en buen romance, eso se llama “colusión con el mundo” y se trata de una negociación de cosas que no son negociables, del ocultamiento de cosas inocultables, del disfraz de verdades que no admiten cosmética, del silencio sobre asuntos que nadie tiene derecho a callar. Y para hacer el negocio más digerible, la Iglesia se llenó de un torrente de palabras, neologismos, giros, mots de passe, claves y clichés con el que esconderían la traición a la Tradición, al sagrado depósito de las verdades de Fe: tolerancia, diálogo, ecumenismo, progreso, comunidades de base, teología de la liberación, aggiornamento, svolta antropologica y tutte le quanti. Y además, para los que se opusieran al Gran Proyecto echaron mano a un arsenal de adjetivos que cargaron con máxima connotación negativa: inquisitorial, medieval, oscurantista, integrista, retrógrado, son sólo algunos de los insultos progres que me vienen a la cabeza, aunque tampoco se privaron de usar los viejos denuestos de soberbio, intolerante, fariseo, loco, mentiroso o lo que viniera a mano.

    Ahora bien, .. esa colusión con el mundo dio frutos que tenemos, cuarenta años después, a la vista: relativismo en cuestiones dogmáticas, racionalismo exegético, desacralización litúrgica, herejías al por mayor, confusión y más confusión, generalizada ignorancia y un optimismo a prueba de balas, aunque de ese optimismo sesentista quede cada vez menos...

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  2. ¡¡¡De tantos falsos pastores, defiéndenos Señor Santiago!!!

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