miércoles, 4 de agosto de 2010

EL FARO DE LA TRADICIÓN CATÓLICA


"He aquí que se levantó una tempestad tan recia en el mar, que las ondas cubrían la barca; mas Jesús estaba durmiendo; y acercándose a Él sus discípulos le despertaron diciendo: Señor sálvanos que perecemos.


"Díceles Jesús: ¿De qué teméis, oh hombres de poca fe? Entonces, puesto en pie, mandó a los vientos y al mar". (Mt. VIII, 24-26).


Hoy de nuevo gritamos: ¡Señor, sálvanos que perecemos en esta tormenta, en esta crisis que asola a la Iglesia! Pero el faro de la Tradición Católica permanece incólume ante las tempestades revolucionarias. Está dicho: las puertas del infierno no prevalecerán. Cristo estará con su Iglesia hasta la consumación de los siglos y la Iglesia resurgirá triunfante, pasada la tormenta, con más brillo y gloria. Finalmente, el Inmaculado Corazón de María triunfará.

Señor, a quien obedecen los vientos y las tempestades: Sálvanos que perecemos. Abrevia los días por amor a tus elegidos. Señor misericordioso: Te encomendamos que nosotros y nuestras familias enteras nos encontremos entre ellos. Cristo-Dios, humildemente te rogamos: Danos fe y mantennos totalmente fieles a ella. Cordero de Dios ten piedad de nosotros y llévanos a tu Gloria con toda la Iglesia Triunfante.

Santa María de Guadalupe, dulcísima Madre Nuestra: Salva nuestra Patria, conserva nuestra fe y líbranos de los falsos pastores.


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2 comentarios:

  1. Santa María de Guadalupe, dulcísima Madre Nuestra: Salva nuestra Patria, conserva nuestra fe y líbranos de los falsos pastores.

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