jueves, 20 de enero de 2011

LA ENSEÑANZA DE DULCINEA

Dulcinea

No, no nos referimos a quien desencadenó el amor idealista de don Quijote de la Mancha sino a otro "personaje" (valga la licencia de emplear ese término). Se trata de una perrita con el mismo nombre.

La historia no es muy larga pero sí grande -de grandeza– y merece todo respeto y reflexión. Es que los animales viven, sienten y actúan con frecuencia para ejemplo de los humanos.

Es una noticia fechada en Madrid entre los días 13/14 de enero de este mismo año (2011). En la carretera que rodea la montaña del Guadarrama por el Escorial, entre Avila y Madrid, los transeúntes estuvieron viendo a un par de perros sorteando el peligro de ser atropellados por los coches y camiones que pasan diariamente por ella. Vieron a dos pero, luego, durante varios días solamente a uno. Era la perrita Dulcinea que durante quince días estaba siempre alrededor del cadáver de su compañero que yacía en la cuneta porque tuvo peor suerte. La perrita no se movía del sitio ni para buscar comida o agua y estaba aguardando el momento, que ya nunca llegaría, de que su compañero se levantese para seguir el camino que habían emprendido juntos. Varios conductores intentaron acercarse, pero Dulcinea no estaba dispuesta a dejar que se aproximasen a su compañero que ya no se movía, aunque ella lo intentaba todo para que se recuperase, y es posible que no sepa el porqué no lo hizo. Seguía fiel a él y ni las necesidades básicas para la supervivencia la alejaron del sitio en donde ella aguardaba lo imposible ya.
 

Alguien alertó al servicio de recogida de animales de Avila, que intentaron recoger a Dulcinea y al cadáver de su compañero, pero no había forma de acercarse, ni siquiera ofreciéndole comida para distraerla. Sólo unos dardos que la anestesiaron sirvieron para poder llevarla a un local de la protectora de animales.

En cuanto se corrió la noticia, apareció una familia que ya le brinda calor y compañía en su casa, donde la perrita se repone de aquella tragedia.

Mientras tanto, su ejemplo nos ha ofrecido materia de reflexión a los humanos. Por ejemplo, puede uno meditar en cuántos padres ancianos y enfermos se hallan totalmente abandonados en asilos o casas de asistencia sin siquiera una visita esporádica de sus hijos. O, bien, cuántos presos son abandonados a su suerte, durante años, por sus familiares. O sobre aquellos(as) que olvidan o descuidan a su cónyuge cuando ya está enfermo o incapacitado.
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A veces los animales nos dan muchas enseñanzas.

Como veis, aún quedan en nuestro mundo signos de grandeza y fidelidad.



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2 comentarios:

  1. que bonita y ejemplar historia.

    los animalitos nos dan ejemplo de fidelidad. ai que cuidarlos y qererlos

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  2. ¡Los animales nos enseñan tanto! A veces me entristece saber que con los puros que son y el amor desinteresado que dan, no vayan al cielo. Pero, como una niñita, me hace feliz pensar que la misericordia de Dios es tan grande que quizás, nuestras mascotas queridas nos esperen junto a nuestros familiares en el cielo. También, sé que viven menos porque su misión de dar amor sin pedir nada, de salvar la vida de muchos humanos, de acompañar en momentos buenos o malo, de ser una gran compañía a los ancianos o a la gente que se quedó sola o que sus familiares ya no desean ver, etc., la cumplen muy bien. Yo estoy triste porque tengo a un perrito muy mal, le pido a Dios que si es su voluntad no salvarlo, al menos lo haga pasar de un sueño a otro para no tener que sacrificarlo. San Francisco de Asís intercede ante el Padre por Danilo, mi perrito, para que no sufra.

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