sábado, 23 de mayo de 2009

INDULGENCIAS ESPECIALES DURANTE EL AÑO SACERDOTAL


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Un decreto de la Penitenciaría Apostólica
explica las condiciones...¡aprovechémoslas!
Además, urge rezar por los sacerdotes:
Necesitamos sacerdotes santos y fieles,
necesitamos muchos pastores según el
corazón de Cristo. El maligno intenta socavar
las vocaciones y tentar en la fidelidad doctrinal
o en su moral personal, a las almas
consagradas. Indudablemente estamos ante
la presencia de una gran batalla metafísica.
En ella, nuestras oraciones son decisivas.
El demonio sabe que las caídas morales de los
sacerdotes hacen dudar a los débiles en la fe.
En lugar de comentar tanto o publicar esas caídas
de algunos, unámonos a esta Cruzada a favor del
sacerdocio católico. La oración logra todo.
Recordemos que el bien y la virtud son cualidades
silenciosas, mientras que el escándalo de algunos
corre como pólvora y hace titubear a muchos.
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CIUDAD DEL VATICANO, martes 12 de mayo de 2009.- Los sacerdotes y fieles que realicen unos determinados ejercicios de piedad durante el Año Sacerdotal recibirán la indulgencia plenaria.

Así informa un decreto hecho público hoy por la Oficina de Información de la Santa Sede, firmado por el cardenal James Francis Stafford y el obispo Gianfranco Girotti, O.F.M. penitenciario mayor y regente de la Penitenciaría Apostólica, respectivamente.
La Iglesia celebrará el Año sacerdotal del 19 de junio de 2009 al mismo día del año siguiente con motivo del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, Cura de Ars.

El Año Sacerdotal empezará el 19 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, con la celebración, presidida por el Papa, de las Vísperas ante las reliquias de San Juan María Vianney, llevadas a Roma por el obispo de Belley-Ars.

Benedicto XVI concluirá el "sagrado periodo" un año después en la Plaza de San Pedro con sacerdotes de todo el mundo, que "renovarán la fidelidad a Cristo y el vínculo de fraternidad", según el texto.

El decreto explica detalladamente las modalidades para la obtención de las indulgencias.

En primer lugar, podrán obtener la indulgencia plenaria los sacerdotes que "arrepentidos de corazón", recen cualquier día las Laudes o Vísperas ante el Santísimo Sacramento expuesto a la adoración pública o en el sagrario y, siguiendo el ejemplo de San María Vianney, se ofrezcan para celebrar los sacramentos, sobre todo la Confesión, "con espíritu generoso y dispuesto".

El texto señala que los sacerdotes podrán beneficiarse de la indulgencia plenaria aplicable a otros sacerdotes difuntos como sufragio, si en conformidad con las disposiciones vigentes se confiesan, comulgan y rezan por las intenciones del Papa.

También recibirán indulgencia parcial, siempre aplicable a los hermanos en el sacerdocio difuntos, "cada vez que recen oraciones debidamente aprobadas para llevar una vida santa y cumplir los oficios que se les han confiado".

Por otra parte, todos los cristianos podrán beneficiarse de la indulgencia plenaria siempre que "arrepentidos de corazón" asistan a la Santa Misa y ofrezcan por los sacerdotes de la Iglesia oraciones a Jesucristo y cualquier obra buena.

Todo ello complementado con el sacramento de la confesión y la oración por las intenciones del Papa "los días en que se abre y se clausura el Año sacerdotal, el día del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, los primeros jueves de mes o cualquier otro día establecido por los Ordinarios de los lugares para la utilidad de los fieles".

Los ancianos, los enfermos y todos aquellos que por motivos legítimos no puedan salir de casa, también podrán obtener la Indulgencia plenaria, si con ánimo alejado del pecado y el propósito de cumplir las tres condiciones necesarias tan pronto como les sea posible, "en los días indicados rezan por la santificación de los sacerdotes y ofrecen a Dios por medio de María, Reina de los Apóstoles, sus enfermedades y sufrimientos".

El decreto indica que se concederá la Indulgencia parcial a todos los fieles cada vez que recen cinco Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y otra oración debidamente aprobada "en honor del Sagrado Corazón de Jesús para que los sacerdotes se conserven en pureza y santidad de vida".

El texto señala que el santo Cura de Ars "aquí en la tierra fue un maravilloso modelo de verdadero pastor de la grey de Cristo".

También destaca que las indulgencias pueden ayudar a los sacerdotes, junto con la oración y las buenas obras, a obtener "la gracia de resplandecer con la fe, la esperanza, la caridad y las demás virtudes" y "mostrar con su conducta de vida, también con su aspecto exterior, que están plenamente dedicados al bien espiritual de la gente".


Señor: Danos sacerdotes.

Señor: Danos sacerdotes santos.

Señor: Danos muchos sacerdotes santos.

Señor: Danos muchos sacerdotes santos, según tu corazón.

Amén.
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