miércoles, 26 de mayo de 2010

GRACIAS POR ENSEÑARME LO POBRE QUE SOMOS



Un día el padre de una familia muy rica llevó a su hijo de viaje al campo con el firme propósito de mostrarle a su hijo la pobreza en que la gente puede vivir.

Pasaron un par de días en una granja de lo que podría considerarse una familia “muy pobre”. En el viaje de regreso, el padre le preguntó:

- Hijo, ¿Qué te pareció el viaje?

-Fabuloso, papá.

-¿Te diste cuenta de cuan pobre puede ser la gente? –preguntó el papá.

-Oh, sí. -respondió el hijo.

-Bueno y ¿qué aprendiste del viaje? -preguntó el papá.

-Me di cuenta que tenemos un perro y ellos cuatro. Una alberca que llega a la mitad de nuestro jardín y ellos tienen un arroyo que no tiene límite. Iluminamos nuestro jardín con faroles importados, mas ellos tienen las estrellas por la noche. Nuestra terraza llega al patio del frente y ellos tienen todo el horizonte. Poseemos un pedazo pequeño de tierra para vivir y ellos campos que van más allá de lo que alcanza nuestra vista. Tenemos criados que nos sirven, pero ellos sirven a otros. Compramos nuestra comida y ellos cultivan la suya. Para protegernos tenemos cercas alrededor de nuestra propiedad, ellos tienen amigos que los protegen.

Con esta respuesta el padre del muchacho se quedó sin habla.

Entonces su hijo añadió:

- “Gracias, papá, por mostrarme lo pobres que somos”

Muchas veces nos olvidamos de lo que tenemos y nos concentramos en lo que no tenemos. Lo que para algunos es su objeto más menospreciado para otros puede ser su posesión más valiosa. Todo se basa en la perspectiva de cada uno. Yo añadiría, mas bien la perspectiva de Dios, la cual, los santos se han esforzado tanto en tener. ¡Cuán menospreciados, cuán pobres, cuántas renuncias, cuántos sacrificios por atesorar en el cielo en vez de atesorar, como muchos de nosotros, en la tierra!

Esto nos lleva a preguntarnos lo que pasaría si todos le diéramos gracias a Dios por lo que generosamente nos ha dado, en vez de siempre querer más.

Agradezcamos y gocemos lo que Dios nos ha dado a todos y cada uno de nosotros.

Ver comentarios:

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

4 comentarios:

  1. La medida de la pobreza es directamente proporcional a la cantidad de cosas que deseamos y no tenemos.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por vuestro post de hoy, es maravilloso.
    Esta enseñanza es la que día a día trato de dar a mi hija.
    Este reconocimiento de la pobreza nos acerca Dios, nos permite estar en paz y felicidad.
    La angustia existencial no existe cuando nos reconocemos pobres y agradecidos al Padre.
    El que quiere lo que no tiene y se enoja por no poder conseguirlo, peca un poco de soberbia.
    Bendiciones para todos.

    ResponderEliminar
  3. Mil gracias por vuestros atinados comentarios.

    Atentamente
    CATOLICIDAD

    ResponderEliminar
  4. necesito trabajar en equipo catolico apostolico,soy catequista,con gratitud a DIOS,ayudar a los drogadictos en un centro de reabilitacion,ya que tambien tengo un hijo sumergid en esta carcel,no contamos con los medios necesarios,pero si,con material humano de todo corazon.bendiciones...

    ResponderEliminar