Al abandonar este fin de semana el hospital tras la grave herida que sufrió en la plaza de Aguascalientes, el de Galapagar expresó emocionado su profundo agradecimiento a los médicos, el público mexicano y a la Virgen de Guadalupe el haberse «podido agarrar a la vida con la fuerza con que agarré».
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2 mayo 2010. R.R./ReL. El torero José Tomás ha abandonado este fin de semana el hospital Miguel Hidalgo de Aguascalientes (centro de México), después de que los médicos lo dieran de alta, dando las gracias por estar vivo a los médicos, a la afición mexicana y española y a la Virgen de Guadalupe.
«Soy consciente de que hoy estoy aquí gracias a esas manos tan oportunas que en el ruedo taponaron mi herida, al equipo médico que me atendió; sin ellos no me hubiera podido agarrar a la vida con la fuerza que me agarré, por supuesto a la Virgen de Guadalupe», ha dicho el diestro de Galapagar.
«Hace unos días, aquí mismo en Aguascalientes, con motivo de un acto de la fundación que presido, decía: “Aquí en esta tierra me hice torero, aquí recibí mi primera cornada grave, desde entonces llevo sangre mexicana en mis venas, me siento mexicano de adopción”», añadió Tomás visiblemente emocionado.
«No se puede sentir uno más mexicano y más agradecido. Gracias México. Gracias a todos, a todos los llevo en mi corazón», ha dicho antes de recibir un fuerte aplauso de los presentes quienes han coreado «torero, torero».
José Tomás, de 34 años, resultó gravemente herido en el tercio superior del muslo izquierdo el pasado sábado por el quinto toro de la tarde en la plaza de Aguascalientes (centro de México) durante la Feria de San Marcos. La herida, de unos 20 centímetros, seccionó la arteria femoral profunda y le causó una hemorragia con la que perdió la mitad de sangre de su cuerpo, poniendo en muy grave peligro su vida.
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