martes, 1 de junio de 2010

¿CÓMO VA A AFECTAR A MIS HIJOS EL "MATRIMONIO" HOMOSEXUAL?


Al reconocer las uniones entre personas del mismo sexo como "matrimonios" ante la ley, se ha provocado que en la sociedad -en general- se hable de ellos como algo normal, socialmente aceptable y moral. ¿Estarías de acuerdo que a tus hijos desde maternal les enseñen y les hagan aceptar a las parejas gay? Conoce el caso de la familia Parker.





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9 comentarios:

  1. Es muy bueno el video,porque previene sobre lo que se viene si aceptamos como legal el matrimonio gay.
    Gracias por el aporte.

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  2. Yo hablo con mis hijos (soy heterosexual, casado con una mujer y con 2 hijos adolescentes), no les oculto que existen homosexuales y por supuesto no los denigro.

    Con respecto al video,eso no es persecución religiosa, es cumplir con la ley civil. Si se acepta el matrimonio sin distinción de géneros es lógico que se enseñe como tal. En esa nota se muestra solamente la página de libro que habla sobre un relación homosexual y que tienen un hijo, pero en realidad el libro muestra todas las realidades posibles.

    Se nota que el video esta “preparado” para dar esa reacción. Lo mismo hicieron en USA cuando se les impuso enseñar tanto a Darwin como a la Teoría Creacionista. Hacer campañas sucias de que sus hijos dudarian de Dios si enseñaban las 2 teorias.

    La solución es escuelas católicas en donde se enseñe solo lo que los padres católicos quieran, pero eso no hará más que generan diferencia del resto de la sociedad, y por extensión un futuro de aislamiento de los católicos del resto.

    Creo que hay que profundizar la enseñanza propia en nuestros hogares y en nuestras escuelas católicas y permitir que en la sociedad existan diferentes maneras de ser. Sino como dije antes nos aislaremos del resto.

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  3. Es obvio, la finalidad del matrimonio gay no puede ser NADA acorde con la naturaleza, ni es la seguridad jurídica, ni, mucho menos, la justicia. El objetivo de esa "institución" es meramente mercadotécnico, lo que buscan los gays es presentarse como seres normales y su promiscuidad y concupisencia como algo NORMAL de acuerdo con la naturaleza, de aquí su insistencia en que se reconozcan como "matrimonio" sus uniones y sean así denominadas por la sociedad

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  4. Ernesto:

    Te agradecemos tu comentario, sin embargo es importante precisar lo siguiente:

    1.- Dices: "Si se acepta el matrimonio sin distinción de géneros es lógico que se enseñe como tal". Precisamente ése es el mal ACEPTAR legalmente el matrimonio contra natura. Sabemos por nuestra fe que Cristo instituyó el sacramento sólo entre hombre y mujer. En cuanto al matrimonio natural es lo mismo: sólo hombre y mujer. Es evidente que si se legaliza absurdamente el dizque "matrimonio" gay, las mismas escuelas lo enseñarán como algo normal. AHÍ ESTÁ EL GRAVÍSIMO PELIGRO. El error parte de haberlo aprobado legalmente.

    2.- Un aspecto es que exista la homosexualidad y otra que la veamos y aceptemos como algo bueno. Diferente es el respeto que como PERSONAS creadas por Dios nos merecen los homosexuales. El católico no puede promover el odio contra el homosexual, muy de acuerdo, pero ello no significa que no sea ni pecado ni contra natura la homosexualidad si se practica. La Iglesia acoge a todo mundo pero no justifica lo incorrecto. Ama al pecador pero condena el pecado.

    3.- En cuanto a la educación, el derecho a ella depende directamente de los padres. Éstos lo subrogan a la escuela. Luego, ésta no tiene derecho a "enseñar" en contra de lo que los padres saben es contario a la ley natural, a los principios éticos y morales, y a su propia fe y religión.

    Ni el gobierno ni la escuela están por encima del derecho de educación que procede directamente de los padres.

    Es claro que la educación que impide la línea pedagógica que desean los padres imprimir, sí es persecutoria, intolerante y arbitraria.

    4.- Mostrar como natural y aceptable la homosexualidad y el "matrimonio" homosexual (otro aspecto es el respeto a la persona del homosexual) a niños que se inician en el conocimiento de la vida y sin defensas para distinguir, es naturalmente pernicioso. Que junto al dizque "matrimonio" gay se muestre también el matrimonio heterosexual, no cambia el daño, pues se ponen a ambos como algo bueno y natural, y en el mismo plano.

    Sigue abajo...

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  5. 5.- Otro aspecto es que un padre católico -como usted- explique el tema a sus hijos de acuerdo con la edad de éstos y enseñandoles la verdad, conforme a las enseñanzas de nuestra fe y previniéndoles los peligros de todo ello para que los eviten. Esto es muy distinto a que una escuela enseñe a párvulos y niños muy pequeños -que no tienen anticuerpos contra esas falsedades- que los dizque "matrimonios" (que no lo son realmente) gays, son supuestamente igual de aceptables y correctos que los de personas de diferente sexo.

    6.- Claro que una gran solución es crear escuelas católicas, pero de verdad, pues muchas son sólo de nombre y no enseñan una verdadera educación que pueda llamarse integralmente católica. Por cierto, no hay tal peligro de aislamiento, la experiencia personal y de muchísimas personas lo prueban abundantemente.

    7.- No estamos imponiendo a nadie un modo de ser. El hombre tiene libre albedrío para el bien o para el mal. Cada quien obra como es su elección. Pero la tolerancia no significa claudicación en nuestras convicciones, ni en la defensa del bien común y de la verdad.

    8.- Si el video está o no preparado para dar tal o cual reacción, no le vemos lo malo, si es que presenta una realidad cierta. Qué bueno que se denuncie una injusticia. ¿O vamos a aceptar cárcel para los padres que sí son responsables y se preocupan por la educación de sus hijos? ¿O vamos aceptar la preeminencia de la escuela y el estado en la educación? ¿Acaso el gobierno o la escuela tiene un derecho superior a los padres? Evidentemente no.

    9.-Sabemos que el tema de la homosexualidad y el dizque "matrimonio" gay es complejo para tratarse en una breve respuesta, ya lo veremos en un futuro post con mayor profundidad. Si los gays quieren juntarse no tiene que mal llamar a ello "matrimonio", ni legislarse con tal denominación. Señalar esto no implica ni homofobia ni intolerancia; sino de otro modo acabaremos "legislando" y dando valor jurídico a otros pecados y delitos contra la moral.

    El verdadero peligro es que el católico se "adapte" al mundo y se haga indolente e indeferente al error en vez de combatirlo. Claro, siempre es más cómodo eso que ir contracorriente a los errores del mundo, el demonio y carne.

    Por último, creemos que tiene usted razón cuando señala la necesidad de profundizar la enseñanza católica en nuestros hogares y escuelas. Lamentablemento, esto no se realiza suficientemente.

    Un abrazo en Cristo
    Atentamente
    CATOLICIDAD

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  6. Primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios (6,29): ´´No os engañeis: ni los lujuriosos ni los idólatras ni los adúlteros ni los afeminados NI LO HOMOSEXUALES, ni los ladrones ni los avaros ni los borrachos, ni los difamadores ni los estafadores tendrán parte en el Reino de Dios´´.

    Está bastante claro ¿no es verdad?

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  7. Habría que preguntarse si los activistas del "matrimonio" homosexual son verdaderamente representativos de las personas que practican la homosexualidad. Porque sucede una cosa muy curiosa: una vez que se aprueba el matrimonio sólo el 3 al 5% de las personas que se reconocen homosexuales se casan. Eso quiere decir que la presión de los activistas no representa a entre el 95 al 97% de la comunidad homosexual que ya de por sí es una comunidad muy poco numerosa. El matrimonio no interesa a casi la totalidad de los homosexuales. Con la adopción sucede exactamente lo mismo.

    El matrimonio es la unión permanente y exclusiva entre un varón y una mujer. De él surgen los deberes de cohabitación, fidelidad y asistencia mutua. Estos valores del matrimonio entre personas heterosexuales, no se verifican en las uniones homosexuales, que son sustancialmente distintas.

    En las uniones homosexuales es muy difícil la exclusividad y la fidelidad. Las personas que se encuentran en uniones o matrimonios homosexuales, tienen hasta 8 parejas por año y hasta 500 en toda la vida, según diversos estudios. Son parejas abiertas, que no viven la exclusividad. Por eso, en caso de que se impusiera la norma homosexual, habría que suprimir el valor de exclusividad de los matrimonios en tanto que institución heterosexual.

    continúa....

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  8. En las uniones homosexuales no hay permanencia. La duración es aproximadamente y en promedio de 1,5 años a 3, según los distintos estudios. Esto las hace constitutivamente inestables. Por eso, si los activistas redefinieran la institución matrimonial, habría que suprimir la estabilidad, que tanto bien causa a los niños en su desarrollo.

    Son más violentas. Las uniones homosexuales son 30 veces a 1 más violentas que el matrimonio entre personas heterosexuales. Las personas que practican la homosexualidad tienen más ansiedad, más tendencia al suicidio, y consumen con más frecuencia estupefacientes. Esto las hace menos amigables a los niños y menos beneficiosas para el Estado.

    En cuanto a la adopción por parejas homosexuales:

    Un niño no es un medio para que los adultos sean felices, es un fin en sí mismo. Si un niño necesita madre y padre, privarlo por egoísmo adultocéntrico es contrario a la primacía de los derechos de los niños por sobre los de los adultos.

    Para los niños es traumático crecer sin un padre y tiene efectos gravemente nocivos ya comprobados por muchos estudios concordantes. También es muy traumático crecer sin una madre.

    Para el desarrollo pleno de su identidad relacional y psíquica el niño requiere un padre y una madre; no dos madres o dos padres.

    La complementariedad entre lo masculino y femenino se expresa en esa institución que es el matrimonio, que expresa la mutua donación para toda la vida y que, por la garantía que ofrece esa mutua donación, es el ámbito propio y exclusivo para la unión sexual, que de suyo los une y está abierta a la vida.

    La naturaleza del hombre es sexuada. De esa naturaleza surge una inclinación espontánea del hombre a unirse con una mujer y preservar de esa manera la especie humana. Los padres naturalmente tienden a cuidar a sus hijos y educarlos. De esta unión de hombre y mujer, perdurable y exclusiva para la óptima educación de los hijos, nace la institución natural del matrimonio. El matrimonio es de "ley natural", porque expresa una dimensión constitutiva de la naturaleza humana. La tradición clásica del pensamiento llama "ley natural" a aquella norma de conducta que expresa esas inclinaciones espontáneas que surgen de la naturaleza humana. Esas leyes naturales están orientadas hacia el fin del hombre. Si el hombre vive según su naturaleza, se plenifica y es feliz. Si el hombre contraría su naturaleza, muchas veces sufre y se siente incompleto: o bien se deshumaniza o se sobrehumaniza (cuando sucede una renuncia en orden a ideales más altos, hallando lo completo en lo espiritual). La ley natural se refiere a bienes que no son disponibles por el legislador, porque la naturaleza humana escapa a la potestad del legislador. Por más que el legislador dijera que el ser humano es algo que no es (por ejemplo, cuadrúpedo); el hombre seguiría siendo lo que es (en el ejemplo, bípedo). El hombre es lo que es y la ley no puede desfigurar ese dato. Ni siquiera la totalidad de los legisladores pueden modificar la naturaleza del hombre. De ahí que el matrimonio, constituyendo una institución natural regida por la ley natural en orden al fin del hombre y el bien común de la sociedad,
    sea indisponible para el legislador.

    continúa....

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  9. En cuanto a la adopción por parejas homosexuales:

    Un niño no es un medio para que los adultos sean felices, es un fin en sí mismo. Si un niño necesita madre y padre, privarlo por egoísmo adultocéntrico es contrario a la primacía de los derechos de los niños por sobre los de los adultos.

    Para los niños es traumático crecer sin un padre y tiene efectos gravemente nocivos ya comprobados por muchos estudios concordantes. También es muy traumático crecer sin una madre.

    Para el desarrollo pleno de su identidad relacional y psíquica el niño requiere un padre y una madre; no dos madres o dos padres.

    La complementariedad entre lo masculino y femenino se expresa en esa institución que es el matrimonio, que expresa la mutua donación para toda la vida y que, por la garantía que ofrece esa mutua donación, es el ámbito propio y exclusivo para la unión sexual, que de suyo los une y está abierta a la vida.

    La naturaleza del hombre es sexuada. De esa naturaleza surge una inclinación espontánea del hombre a unirse con una mujer y preservar de esa manera la especie humana. Los padres naturalmente tienden a cuidar a sus hijos y educarlos. De esta unión de hombre y mujer, perdurable y exclusiva para la óptima educación de los hijos, nace la institución natural del matrimonio. El matrimonio es de "ley natural", porque expresa una dimensión constitutiva de la naturaleza humana. La tradición clásica del pensamiento llama "ley natural" a aquella norma de conducta que expresa esas inclinaciones espontáneas que surgen de la naturaleza humana. Esas leyes naturales están orientadas hacia el fin del hombre. Si el hombre vive según su naturaleza, se plenifica y es feliz. Si el hombre contraría su naturaleza, muchas veces sufre y se siente incompleto: o bien se deshumaniza o se sobrehumaniza (cuando sucede una renuncia en orden a ideales más altos, hallando lo completo en lo espiritual). La ley natural se refiere a bienes que no son disponibles por el legislador, porque la naturaleza humana escapa a la potestad del legislador. Por más que el legislador dijera que el ser humano es algo que no es (por ejemplo, cuadrúpedo); el hombre seguiría siendo lo que es (en el ejemplo, bípedo). El hombre es lo que es y la ley no puede desfigurar ese dato. Ni siquiera la totalidad de los legisladores pueden modificar la naturaleza del hombre. De ahí que el matrimonio, constituyendo una institución natural regida por la ley natural en orden al fin del hombre y el bien común de la sociedad, sea indisponible para el legislador.

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