miércoles, 24 de marzo de 2010

PIDEN RESPETO A LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA EN LA CAPITAL MEXICANA


Ante los "enlaces" gays en México D.F. impuestos por la izquierda perredista, expertos juristas argumentan por qué hay que garantizar este derecho de objeción a los oficiales del Registro Civil y advierten que la reforma legal sólo busca ganar votos.


MÉXICO, 23 DE MARZO 2010. REDACCIÓN HO/ACIPRENSA.- El experto en derecho Alberto Patiño Reyes se ha sumado a las voces que piden a los legisladores garantizar el derecho a la objeción de conciencia de los oficiales del Registro civil del D.F., ante la nueva ley de uniones homosexuales, cuyos promotores buscaron "con la consigna de ganar sufragios en las próximas elecciones de un colectivo que vota y tiene presencia en la política, los medios de comunicación y en la academia", señala.

"Es menester, proteger a los Oficiales del Registro civil, cuando el Estado se hace cada vez más intervencionista, legislando sobre cuestiones de fuerte contenido ético, en este caso pretender equipar al matrimonio de varón y mujer, con la unión homosexual", señaló el también miembro del Consejo de Analistas Católicos de México en el área de estudio de la relación Iglesia-Estado, Estado Laico y Objeción de Conciencia.

Patiño explicó que el sistema jurídico mexicano adolece de "un reconocimiento expreso del derecho de objeción de conciencia". Sin embargo, el Estado mexicano está obligado a respetarlo al haber suscrito y ratificado instrumentos internacionales como la Convención Interamericana de Derecho Humanos o Pacto de San José que "reconoce el derecho de la persona a la libertad de conciencia y de religión", y que "se ubican jerárquicamente por encima de las (leyes) federales".

El experto indicó que ante un conflicto entre seguir la ley civil o la propia conciencia, el oficial del Registro civil atraviesa por una "importante carga moral", y por ello, "el Estado debe garantizar lo que importa (que) es la conciencia de cada funcionario (…). Ya que la objeción de conciencia es un derecho individual, no colectivo".

"La objeción de conciencia, aunque tenga raíces en creencias religiosas institucionalizadas, es un fenómeno esencialmente individual. Es la conciencia de cada persona la que, desde su autonomía como individuo, genera el conflicto con una concreta obligación jurídica", explicó.

Por ello, ante este dilema, Patiño preguntó si "así como se legisló un tema que toca las fibras morales de la persona ¿promoverán (los parlamentarios) una ley para garantizar la objeción de conciencia a los funcionarios que por motivos de conciencia se rehúsen a acatar esta nueva disposición?

"La última palabra la tienen los legisladores, no sólo del Distrito Federal, el problema incumbe también a los federales", expresó.
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3 comentarios:

  1. Es estúpido que un Oficial de Justicia se niegue a hacer su trabajo (su trabajo es hacer cumplir la Ley, es como me dijera que un médico se niegue a atender a un homosexual o a una mujer que se desangra por un aborto mal hecho y clandestino.

    El Estado DEBE garantizar que se cumplan las leyes, no que hagan quien quiera lo que se le da la gana.

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  2. Si una ley humana contradice la la Ley Natural o la Ley Divina. Éstas tienen prioridad. La Biblia señala que hay que obedecer a Dios antes que al hombre.

    Así, un médico católico (o no católico pero con conciencia recta), debe negarse a practicar un aborto o un juez a dizque "casar" a unos homosexuales. Puede y debe ejercer la objeción de conciencia. Una legislación moderna debe respetar y legislar la objeción de conciencia, pues no se debe violentar la conciencia moral de ningún individuo.

    La objeción de conciencia no aplica a los casos que usted señala. No va contra ninguna ley moral atender a un enfermo homosexual o atender a una paciente que se desangra por un aborto mal realizado. Lo que sí prohibe es asesinar a un bebé no nato.

    La ley humana no puede estar por encima de la ética y la moral. La civilización -si realmente es tal- debe contemplar la objeción de conciencia que es un derecho del individuo.

    Gracias por su comentario.
    CATOLICIDAD
    Atentamente

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  3. La ley es para los hombres y no los hombres para la ley.

    Hay leyes ilegítimas aunque las dicte una legítima autoridad.

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