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jueves, 24 de noviembre de 2022

SOBRE EL AMOR A DIOS


"¡Ah!, en el Juicio, Nuestro Señor nos censurará por su amor. ¡Tú me amaste menos que a las criaturas! ¡Tú no hiciste de Mí la felicidad de tu vida! ¡Tú me amaste lo suficiente para no ofenderme mortalmente; pero no para vivir de Mí!

Habrá quien diga: ¡Qué exageración! ¿Pero qué es el amor sino exageración? Exagerar es ir más allá de la ley; pues bien, el amor debe exagerar.

¡Vamos! Entremos en Nuestro Señor. Amémoslo un poco por Él. Sepamos olvidarnos y entregarnos a ese buen Salvador. Inmolémonos un poco. Considerad estos cirios, esta lámpara, que se consume sin dejar vestigio, sin reservar nada".

San Pedro Julián Eymard


miércoles, 16 de noviembre de 2022

EL CONSUMIDOR DE PORNOGRAFÍA PIERDE SU CAPACIDAD DE AMAR


Es increíble como incluso 5 segundos de pornografía pueden quedar en la mente para toda la vida y muchos años de formación cristiana pueden olvidarse en cuestion de un momento cuando se elige pecar, y es que la pornografía atormenta el alma, la destruye y la lleva a la perdición, convierte a la persona en un esclavo. 

Lamentablemente un hombre que se ha formado viendo pornografía busca lo que ha visto en una mujer y la rebaja a un simple objeto que sirve para el placer sexual, pues esto es lo que presenta la pornografía, una mujer siendo utilizada como un mero objeto creado para satisfacer mis impulsos carnales.

Poco a poco el consumidor de pornografía va perdiendo su capacidad para amar, pues todo vicio nos aleja de Dios que es quien infunde el verdadero amor en nosotros, deja de pensar que la mujer debe ser conquistada con cariño y respeto, porque es un ser humano que ama y busca ser amada, en cambio él piensa que debe conquistarla para en algún momento llevarla a la cama y satisfacer su propio placer, el consumidor de pornografía nunca logrará amar porque el verdadero amor es sacrificio y donación, cuando los esposos se unen para el acto conyugal hacen un sacrificio de amor, buscan entregarse el uno al otro, no sólo satisfacerse a sí mismos, es en esta entrega sagrada que Dios se hace presente y se le puede dar gloria a Dios.

Ahora, ¿si soy consumidor de pornografía y aún quiero saber lo que es amar y ser amado puedo hacerlo? Mientras siga siendo consumidor nunca lo sabrá pues cada vez se aleja más de Dios, pero si se tiene un arrepentimiento sincero por haber ofendido tanto a Dios y se aleja de la ocasión del pecado (es decir, si es necesario botar la computadora, el celular, el televisor, revistas, discos, alejarse de ciertas "amistades" o familiares, etc. y lo hace por amor a Dios), se busca la vida de gracia, confesión frecuente, Santo Sacrificio frecuente, santo rosario diario, mortificación diaria y un buen director espiritual, y se lee la vida de los santos buscando imitarlos, y también se busca de todo corazón detestar el pecado, con estas prácticas hechas vida, claro que puede lograr amar y ser amado, pero como con todo vicio es necesaria la virtud de la persevarancia, no desistir, ni creer que como ya llevo "X" meses o años sin caer ya no caeré nunca más, porque la realidad es que es una lucha que siempre será para TODA LA VIDA, pero que bien vale la pena llevar una vida que nos conducirá al amor verdadero en este plano y, finalmente, a la bienaventuranza eterna con Dios.


sábado, 1 de octubre de 2022

¡MI VOCACIÓN ES EL AMOR!: SANTA TERESITA


“Al contemplar el cuerpo místico de la Iglesia, no me había reconocido á mi misma en ninguno de los miembros que san Pablo enumera, sino que lo que yo deseaba era más bien verme en todos ellos. En la caridad descubrí el quicio de mi vocación. Entendí que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de ellos: entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. Entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase este amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno.

Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé:

«Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo y mi deseo se verá colmado.»”


miércoles, 27 de julio de 2022

EL VERDADERO AMOR


"El verdadero amor crece con las dificultades; el falso, se apaga. Por experiencia sabemos que, cuando soportamos pruebas difíciles por alguien a quien queremos, no se derrumba el amor, sino que crece. Aguas torrenciales (esto es, abundantes tribulaciones) no pudieron apagar el amor (Cant 8, 7). Y así los santos, que soportan por Dios contrariedades, se afianzan en su amor con ello; es como un artista, que se encariña más con la obra que más sudores le cuesta".

 Santo Tomás de Aquino


jueves, 26 de mayo de 2022

ODIO, FALTA DE OBJETIVIDAD Y AUTODESTRUCCIÓN


La verdad es siempre la verdad, la diga quien la diga. Y con alguien que pensaba muy distinto a nosotros, en serios aspectos, nos sorprendió gratamente coincidir en un concepto fundamental: El odio termina estupidizando porque hace perder la objetividad. El odio es ciego como puede llegar a serlo el amor, pero mientras éste es creador, el otro acaba destruyéndonos a nosotros mismos.

Y esto es tan cierto que cuando se pierde la objetividad se está literal y verdaderamente perdido. Y cuando esta pérdida, por haber sido alimentada por el odio, es voluntaria, poco, muy poco o nada se puede hacer ya por esa persona más que rezar por ella. Los jóvenes tienen una expresión muy en boga. Dirían con razón: "ya la perdimos".

El odio es estúpido porque nos estupidiza y no sólo nos estupidiza sino que además, al envenenarnos, nos destruye y nos hace perder el rumbo. De ahí lo terapéutico que resulta el mandamiento del amor, dictado hace dos mil años, por el que Cristo dijo que se reconocerían sus discípulos. ¡Pobres de aquellos que esto no lo comprenden!

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lunes, 16 de agosto de 2021

EL AMOR VERDADERO


"El verdadero amor crece con las dificultades; el falso, se apaga. Por experiencia sabemos que, cuando soportamos pruebas difíciles por alguien a quien queremos, no se derrumba el amor, sino que crece. Aguas torrenciales (esto es, abundantes tribulaciones) no pudieron apagar el amor (Cant 8, 7). Y así los santos, que soportan por Dios contrariedades, se afianzan en su amor con ello; es como un artista, que se encariña más con la obra que más sudores le cuesta".

 Santo Tomás de Aquino


lunes, 28 de junio de 2021

AMOR A DIOS


Debes amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente; es decir, tus pensamientos, tus palabras, tus acciones deben ser para Él; has de pensar sólo en Él, vivir sólo por Él, desearlo sólo a Él. Si lo posees, posees todo; si lo pierdes, pierdes todo. ¿Qué has amado hasta este momento? No lo podrías pensar sin avergonzarte. ¡Oh Jesús! hazte conocer de los hombres y te amarán. Porque te conozco poco es que te amo poco (San Agustín). 

Ama a Dios más que a todas las cosas del mundo, pues Él excede infinitamente a todo lo que existe en el universo. Entra un poco en ti mismo; ¿tienes más amor por Dios que el que tienes por tus parientes, tus amigos, tus placeres, tus riquezas, tu felicidad? ¿Estás presto a perder todos esos bienes y la vida misma antes que perder su amistad? Si no te hallas en esta disposición, no amas a Dios; y aunque digas cien veces al día que lo amas con todo tu corazón, tus acciones desmentirían tus palabras. Ama al que es para ti todo lo que existe de amable y de deseable (San Bernardo). 

 ¿Quieres saber si amas a Dios? Mira si observas sus mandamientos. Jesucristo mismo nos dice: Aquél que conoce mis mandamientos y los observa, ése me ama. Quien obre de otro modo, injustamente se lisonjea de amar a Dios; ¡Jesucristo promete y da tan grandes recompensas a los que lo aman y obedecen, y uno ni siquiera se inquieta por ello!

sábado, 3 de octubre de 2020

"YO SERÉ EL AMOR": Santa Teresita del Niño Jesús


En el corazón de la Iglesia yo seré el amor 

De la narración de la Vida de santa Teresita del Niño Jesús, virgen, escrita por ella misma:

"Teniendo un deseo inmenso del martirio, acudí a las cartas de san Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los Corintios, y en el primero de ellos leí que no todos pueden ser al mismo tiempo apóstoles, profetas y doctores, que la Iglesia consta de diversos miembros y que el ojo no puede ser al mismo tiempo mano. Una respuesta bien clara, ciertamente, pero no suficiente para satisfacer mis deseos y darme la paz. 

 "Continué leyendo sin desanimarme, y encontré esta consoladora exhortación: Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. El Apóstol, en efecto, hace notar cómo los mayores dones sin la caridad no son nada y cómo esta misma caridad es el mejor camino para llegar a Dios de un modo seguro. Por fin había hallado la tranquilidad. 

"Al contemplar el cuerpo místico de la Iglesia, no me había reconocido a mí misma en ninguno de los miembros que san Pablo enumera, sino que lo que yo deseaba era más bien verme en todos ellos. Entendí que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de ellos: entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. Entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase este amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno. 

"Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé: «Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo, y mi deseo se verá colmado»."
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 Oración 

 Oh Dios, que has preparado tu reino para los humildes y los sencillos, concédenos la gracia de seguir, confiadamente el camino de santa Teresa del Niño Jesús, para que nos sea revelada, por su intercesión, tu gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

lunes, 6 de julio de 2015

MUCHO DEBEMOS AMAR A QUIEN MUCHO NOS HA PERDONADO

«¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me has dado agua con que se lavaran mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Tú no me has dado el ósculo de la paz; ella, en cambio, desde que entró, no cesó de besar mis pies. Tú no ungiste con óleo mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies. Por eso te digo que sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha amado mucho. Que ama menos aquél a quien menos se le perdona». En seguida dijo a la mujer: «Tus pecados te son perdonados». (Lc VII, 44-48).

Las ovejas no ponen condiciones ni establecen circunstancias para seguirle, sólo oyen y siguen su voz. ¡Su voz les basta!


El hombre, abandonado a su debilidad, es capaz de cometer los mayores pecados. Nada hay más frágil que la naturaleza humana. San Pedro prometió al Salvador que habría de morir antes que abandonarlo y, por unas palabras de una sirvienta, por tres veces renegó de su divino Maestro. ¿Qué más apto para hacernos temblar y para inspirarnos una saludable desconfianza en nosotros mismos? ¿Si ha caído quien sería la columna de la Iglesia, qué no nos sucederá a nosotros, que somos débiles como cañas? «Señor, he caído por mi propia flaqueza; sólo por vuestra bondad me he levantado» (San Agustín).

Si has caído en alguna falta, aunque fuese el más horrible de todos los pecados, no te desanimes por ello; la bondad de Dios sobrepuja infinitamente la malicia humana. Vuelve a tu Padre; Él te espera, te llama y está preparado para recibirte. Tu arrepentimiento borrará tu culpa en el Confesionario y volverás a ser parte del redil amoroso del Buen Pastor. Él se alegrará de haber recobrado a su querida oveja. Tanto te ama que está dispuesto a dejar a buen recaudo las otras noventa y nueve ovejas para ir amorosamente en tu busca... si tú deseas reencontrarte con Él. Dios está dispuesto a perdonar y siempre perdona cuando hay verdadero arrepentimiento y propósito de enmienda. Una vez ya confesado, entrégate a Él; porque mucho debes amar al que mucho ha perdonado. Y si Él te perdonó, también perdónate a ti mismo. Tanto ama Dios al pecador que mandó a su Hijo a morir por cada uno de nosotros para rescatarnos. "Como ovejas descarriadas hemos sido todos nosotros; cada cual se desvió para seguir su propio camino, y a Él le ha cargado el Señor sobre las espaldas la iniquidad de todos nosotros" (Is. LIII, 6). Cristo pensó en ti particularmente -y en cada uno de nosotros- en el momento de su Pasión, y se ofreció como víctima en pago de nuestros pecados. Cada una de nuestras faltas las tuvo presentes mientras sufría las peores torturas y pendía de un leño en el Calvario. Si meditáramos esto en toda su dimensión, deberíamos de no pecar más. ¿Puede haber más amor que dar, así, la vida por sus amigos?

Pero si aceptamos su Sacrificio y nos confesamos, una vez convertidos vendrán más pruebas para nosotros, pues el demonio envidioso rondará para tratar de hacernos caer de nuevo, pero...¡que nada nos descontrole ni nadie nos vuelva alejar de Él! Y si hay un tropiezo, incorporémonos de nuevo. Está la mano amiga de Cristo, ¡siempre presta para levantarnos! Nosotros fallamos, ¡Él nunca nos falla!. Él sabe qué conviene y qué quiere de nosotros. 

Agradezcamos mucho a Dios porque nos ha perdonado mucho y amemos mucho a Dios que mucho nos ha amado con un amor sin defectos ni límites, al contrario del nuestro. Cristo es el Buen Pastor que guía a sus ovejas y recupera a las perdidas, "va delante de ellas y las ovejas le siguen, porque conocen su voz" (Jn. X, 4-7). Las ovejas no ponen condiciones ni establecen circunstancias para seguirle, sólo oyen y siguen su voz. ¡Su voz les basta! Por eso Jesús dijo: "En verdad, en verdad os digo, que yo soy la puerta de las ovejas" (Jn. X, 4-7).

¿Estamos dispuestos a arrepentirnos y seguirlo, siempre, ¡siempre!, en cualquier circunstancia que se nos presente o sólo en las condiciones por nosotros impuestas? ¿En verdad, en verdad amamos mucho a Quien todo debemos y mucho nos ha perdonado?

Seamos de las ovejas que reconocen y siguen siempre la voz del Buen Pastor. Poco será lo que hagamos y lo que suframos comparado con la distancia que existe con lo que Cristo ha hecho por nosotros. A quienes más nos ha perdonado, más obligados estamos de amarle.

jueves, 26 de marzo de 2015

AMAR A DIOS ES...




“Amar a Dios es apasionarse por Él; es vivir para Él, es dolerse por las ofensas que se comenten contra Él. Amar a Dios, para un joven, debe significar entusiasmos sin medida. Ardores apasionados de santo, sueños de heroísmos, ardores y arrojos de leyenda”.



Temas relacionados: 1) http://www.catolicidad.com/2010/01/la-legion-y-el-cristo-de-la-buena.html 2) http://www.catolicidad.com/2009/09/la-muerte-no-es-el-final-el-novio-de-la.html 3) http://www.catolicidad.com/2011/03/romance-del-feo-de-rafael-de-leon.html

jueves, 6 de noviembre de 2014

EL RETORNO A LOS VALORES PERENNES DEL EVANGELIO


No puede concebirse un auténtico cristianismo sin la práctica del único Amor, que es el Amor a Dios, el cual por generosidad divina, se convierte en el amor al prójimo realizado de la manera que me amo yo. El que dice que ama a Dios y no ama a su prójimo es un mentiroso, pues ¿cómo dice amar a Dios que no ve, si a su prójimo que ve no lo ama?

"El egoísmo o amor desordenado -afirma Santo Tomás- es el origen de todos los pecados, pues todo pecado procede del apetito desordenado de algún bien temporal; pero esto no sucedería, si no amáramos desordenadamente a nuestro propio yo, que es para quien buscamos ese bien equivocado; de donde se manifiesta que el desordenado amor de sí mismo es la causa de todo pecado".

Por eso la humanidad se bestializa cuando se aparta del amor a Dios y, así, sólo le importan sus pasiones, sus riquezas y el poder, aplastando a todos y por encima de cualquier principio. De esta manera surgen crímenes, robos, secuestros, abortos, extorsiones, violaciones, narcotráfico, fraudes, corrupción, injusticias, terrorismo, guerras injustas, subversión, etc.

La única y verdadera solución es el retorno a los valores perennes del Evangelio a través de la educación en el amor de Dios y el prójimo. Padres, educadores y sacerdotes darán cuenta del empeño puesto en esta trascendental obligación que se inicia con el propio testimonio personal y se continúa con la transmisión y siembra de firmes convicciones sin componendas con el mundo. Los gobiernos que destierran a Dios de la educación, tienen gran responsabilidad en la disolución de las costumbres y del incremento en los índices de criminalidad. La educación laica es en realidad atea. Todos daremos cuenta al justísimo Juez de lo que debimos hacer y no hicimos. Es decir, que seremos juzgados no únicamente por nuestros pecados de acción, sino también por los de omisión. 

 ¿Qué haces tú para revertir el mal en nuestra sociedad? ¿Realmente amas a tu prójimo como a ti mismo? No olvides que el mandamiento del amor es muy amplio y ¡es en serio!, y que a la tarde de la vida serás examinado en el amor.

jueves, 26 de junio de 2014

EL AMOR AL PRÓJIMO




¿Quién es mi prójimo? No nos compliquemos investigando quién es nuestro prójimo. ¿Será aquél que nos encontramos en la calle, el pobre, el sucio...? Sí, él es nuestro prójimo. Pero también recordemos que prójimo es sinónimo de próximo. Algunas veces nos cuesta trabajo amar verdaderamente a nuestro prójimo que está más cercano a nosotros, en el trabajo, en la escuela. Aquella persona con la que tengo contacto personal cotidiano y que a veces humanamente me es difícil convivir, que es una cosa muy normal, pero en esos momentos es donde verdaderamente entra el verdadero amor a nuestro prójimo.

"No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti". ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase? Muchas ocasiones, ¿verdad?, ¿No nos parece que se queda un poco corta? Es un poco pasiva, indiferente. Le falta algo. ¡Es un poco seca!

Cambiémosla a alguna frase más activa, más dinámica, que nos mueva a realizar algo y que nos ayude a no quedarnos solamente en el "no hagas a los demás". Sería mejor decir: "haz a los demás lo que quieras que te hicieran a ti". Interpretándola de forma correcta, no esperando en realidad que por nuestros actos tenemos que recibir el mismo pago. O esta otra que dice "hacer el bien sin mirar a quien". Pero aquí en lugar del “sin mirar a quién” veamos a Cristo representado en el prójimo.