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viernes, 19 de diciembre de 2014

UN NACIMIENTO SIN NACIDO



Se aproxima la Navidad… Recuerdo cuando éramos niños y nuestros padres, con gran dedicación, nos impartían la mejor catequesis del mundo. Mientras montábamos el Belén (el Nacimiento), con gran esmero y bajo su atenta mirada, nos sumergíamos en todo el misterio de la Navidad. Nuestras pequeñas almas, aun no abarcaban la grandeza de todo lo que estábamos celebrando, pero sabíamos que era algo muy importante, así nos lo hacía ver, todo el ambiente que nos rodeaba. Mientras poníamos cada figura en su sitio correspondiente, cantábamos Villancicos y escuchábamos los pasajes del Evangelio, que el hermano mayor iba leyendo: “In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum”. El padre de familia, un gran previsor, iba formando a la futura generación de Belenistas, que le sucederían en el cargo y así, de la mano del Adviento, íbamos llegando a la Navidad.

Las enseñanzas de nuestros progenitores, iban más allá de lo que era construir un Belén en una habitación de nuestra casa… Nos enseñaban a montar la posada, en nuestro interior, nos hacían querer ser, Católicos de pura cepa.

Los Confesonarios estaban todo el año en funcionamiento, pero en Adviento, desbordaban todas las previsiones, al igual que hoy en día, sucede con los centros comerciales. La gente gasta grandes cantidades de dinero en absurdos regalos y lo que se nos da gratis, como los Sacramentos, lo rechazamos, preferimos un kilo de camarones, a cien euros, que vivir en Gracia, aunque su coste económico, sea cero.

Recuerdo, como los Sacerdotes, nos recalcaban la importancia de estar limpios de pecado. Aunque nos confesáramos habitualmente, nuestras madres y nuestros Párrocos, nos recordaban la importancia de preparar nuestra alma para recibir al Niño en un día tan señalado. La noche del 24, acudíamos todos juntos en familia, a la Santa Misa y cuando nos arrodillábamos para recibir al mismo Cristo, en ese momento, nos sentíamos desbordados de alegría, por haberle preparado el mejor pesebre interior.

Hoy en día, la mayoría de las iglesias han echado el cierre a la Misa del Gallo, los más osados la celebran a las siete de la tarde, como un mero cumplimiento, para cuatro feligresas que viven en “Trento”… Y después, el resto del año, se hacen reuniones parroquiales que acaban a las diez de la noche, pero nadie tiene prisa. La noche del 24 al 25, el acontecimiento más importante, es encender los fogones de la cocina.

Navidad pagana, sin Belenes, sin Villancicos, sólo pensando en cenas interminables, que muchas veces, terminan en tragedia ¿Dónde está Dios en toda esta celebración? Conclusión: ¡Un nacimiento sin Nacido!

Las iglesias, que a lo largo de todo el Tiempo de Adviento nos han aturdido con todo tipo de representaciones y conciertos, en plena Navidad, ni siquiera, un Belén viviente.

Familias desunidas, personas que no tienen ganas de celebrar nada y sólo desean que estos días pasen cuánto antes… ¿Deberíamos cambiar el clásico Adeste Fideles por el Requiem aeternam? En el Tiempo de Navidad, celebramos un Nacimiento, no un Funeral. Estamos llenos de podredumbre interior y esto es porque hemos cambiado a Dios y nos hemos adaptado a un mundo pagano, que sólo ve en las celebraciones un momento ideal para fomentar el consumo. ¿Dónde están aquellos tiempos, en los que tres o cuatro generaciones se ponían en torno al Belén, entonaban cantos al Niño y deseaban que aquella noche, no se acabara jamás?

Hay un Villancico que se canta en esta época, titulado, “quiero una Navidad distinta”, sin entrar en valoraciones sobre el mismo…Qué hermoso sería que nuestros Pastores de almas, nos preparan en las parroquias, para esa Navidad distinta, en la que el protagonista fuera Jesús y sólo Él. No las compras, ni las ausencias, ni el vino, ni las cenas… Cómo diría el Hermano Rafael Arnaiz, “sólo Dios”.

Sonia Vázquez

Fuente: Adelante la fe.

domingo, 9 de marzo de 2014

ATTENDE DOMINE (Canto Penitencial)

Ahora que empezó la cuaresma...





ATTENDE DOMINE
(Canto Penitencial)

Attende Domine, et miserere quia peccavimus tibi. (Se repite luego de cada estrofa).
Ad Te Rex summe, omnium Redemptor oculos nostros sublevamus flentes: exaudi Christe, suplicantum preces.
Dextera Patris, lapis angularis, via salutis, janua coelestis, ablue nostri maculas delicti.
Rogamus Deus, tuam majestatem: auribus sacris gemitus exaudi, crimina nostra placidus indulge.
Tibi fattemur crimina admissa, contrito corde pendimus oculta, tua, Redemptor, pietas ignoscat.
Innocens captus, nec repugnans ductus, testibus falsis pro impiis damnatus: quos redemisti, tu conserva, Christe.

En el video omiten la última parte.

ATTENDE DOMINE
ESCUCHA, SEÑOR
(Canto Penitencial) (Traducción)

Escucha, Señor y ten misericordia porque hemos pecado contra Ti.  (Se repite luego de cada estrofa).
A Ti, Rey soberano, Redentor de todos levantamos nuestros ojos en llanto; escucha, Cristo, las plegarias de los que te suplican.
Oh diestra del Padre, piedra angular, camino de la salvación y puerta del cielo: lava las manchas de nuestros delitos.
Rogamos oh Dios, a tu majestad: con tus oídos santos escucha nuestros gemidos, perdona bondadoso nuestras culpas.
Nuestros pecados cometidos los confesamos ante Ti; con corazón contrito te manifestamos lo oculto; que tu clemencia, oh Redentor, nos las perdone.
Inocente, fuiste capturado, y llevado sin poner resistencia, y condenado por los impíos con testigos falsos. A los que redimiste, consérvalos Tú, oh Cristo.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

FALLECIÓ EL CARDENAL DOMENICO BARTOLUCCI

  • NUNCA DEJÓ DE CELEBRAR LA MISA CON EL RITO TRADICIONAL CODIFICADO POR SAN PÍO V
  • DEJA A LA IGLESIA Y AL ARTE UN LEGADO INVALUABLE DE MÚSICA SACRA

CATOLICIDAD. 13 de noviembre 2013. Falleció este lunes (11-XI-2013), en Roma a la edad de 96 años, el cardenal Domenico Bartolucci. Durante muchos años, director de la Capilla Musical Pontificia, llamada con el nombre de Capilla Sixtina.
 

Cardenal Domenico Bartolucci celebrando
 la Misa tradicional en Roma
El purpurado jamás dejó de celebrar el Santo Sacrificio de la Misa con el rito tradicional codificado por San Pío V. Él lo expresó con estas palabras: "Yo siempre la celebré (la Misa tradicional) ininterrumpidamente, desde mi ordenación. Por otro lado, tendría dificultad en celebrar la Misa en el rito moderno, ya que nunca lo hice". Agregó que el rito llamado tridentino nunca fue abolido y que esto "son palabras del Santo Padre (Benedicto XVI) que algunos fingen no entender...la reforma (litúrgica) fue hecha por personas áridas, repito, áridas. Yo las conocí. En cuanto a la doctrina, el Cardenal Ferdinando Antonelli, de venerada memoria, solía decir a menudo: "¿qué hacemos con liturgistas que no conocen la teología?"...Que el nuevo rito tiene deficiencias es ya una evidencia para todos y el Papa (B. XVI) ha dicho y escrito varias veces que debería “mirar al antiguo”; sin embargo, Dios nos guarde de la tentación de los líos híbridos; la Liturgia, con la “ele” mayúscula, es la que nos viene de los siglos, ella es la referencia, no se le debe corromper con compromisos “a Dio spiacenti e a l’inimici sui” [que desagradan a Dios y a sus enemigos]."*
.
Radio Vaticana informó que hoy, miércoles, 13 noviembre, a las 15.30, en el Altar de la Cátedra de san Pedro de la Basílica Vaticana, tendrán las exequias del purpurado. La Liturgia Exequial será celebrada por el cardenal Angelo Sodano, Decano del Colegio Cardenalicio.

El papa Francisco en un telegrama, expresó a la homónima fundación, a los familiares y a la comunidad diocesana florentina, los sentimientos de profundo pesar, pensando con afecto en este querido y estimado sacerdote, famoso compositor y músico que ejerció su largo e intenso ministerio, especialmente, en la música sagrada que nace de la fe y es expresión de la fe. El Papa recordó con viva gratitud su fructífera obra como director de la Capilla Sixtina y la valoración sapiente del tesoro precioso de la polifonía, que lleva a levantar el corazón en alabanza a Dios

El cardenal Domenico Bartolucci, en 1917 nació en Borgo San Lorenzo, en la provincia di Florencia. El maestro toscano era autor de una vastísima producción musical. El corpus de sus obras supera los cuarenta volúmenes y comprende libros de motetes, laudes, himnos, cantos y una serie de oratorios.

CRISIS DE LA MÚSICA SACRA
 
Injustamente destituido
En 1956, Pío XII lo nombró director perpetuo (hasta su muerte) de la Capilla Musical Pontificia (o Capilla Sixtina). Luego, bajo el pontificado de Pablo VI y con la nueva dirección litúrgica se verificó, de hecho, la crisis de la música sacra. Pese a que había sido nombrado "ad vitam" por Pío XII, y debido a una intervención del modernista Mons. Piero Marini, fue destituido. A esta medida se opuso el entonces Cardenal Joseph Ratzinger quien le dijo: "¡Resista, Maestro, resista!".

Bartolucci recordó la Pascua en la que volvió a su casa llorando. Dijo: “Nos echaron diciendo que no debía cantar la Sixtina sino el pueblo. Fue una revolución copernicana. El abandono del latín, que el Concilio mismo no auspiciaba, fue de hecho promovido por muchos liturgistas y así todo el repertorio tradicional de canto gregoriano y polifonía y, en consecuencia, las schola cantorum fueron señaladas como la causa de todo mal. El lema era ir al pueblo, sin entender las graves consecuencias de esta banalización de los ritos y de la liturgia. Yo siempre me opuse a esto y sostuve siempre la necesidad del gran arte en la iglesia para beneficio precisamente del pueblo. Se pensaba que participar quería decir cantar o leer algo y así se desatendió la sabia pedagogía del pasado. Paradójicamente, también todo el repertorio de cantos de devoción que el pueblo sabía y cantaba desapareció. Años atrás, por ejemplo, cuando el pueblo asistía a una Misa de difuntos, sabía cantar con devoción el Dies Irae y recuerdo que todos se unían para cantar el Te Deum o las antífonas de la Virgen. Hoy a duras penas se encuentra alguno capaz de hacerlo. Muchos hoy en día, afortunadamente, si bien un poco tarde, comienzan a darse cuentan de lo que ha sucedido. Era necesario pensar en ese entonces, antes de proceder con tanta presunta "sabiduría" a favor de una moda. Pero entonces todos renovaban, todos pontificaban".*

Antes de haber sido destituido, en 1965 el maestro fue nombrado académico de la Academia de Santa Cecilia. La misma Academia programó varias veces las temporadas sinfónicas de Bartolucci, a quien invitó como director. Además de la dirección de la Capilla Papal, se dedicó a la docencia en el Conservatorio de Santa Cecilia en Roma y el Instituto Pontificio de Música Sacra, fue profesor de la polifonía de Palestrina en Italia y en el extranjero, dirigió los principales conjuntos sinfónico-corales italianos y fue galardonado con altos honores y premios nacionales e internacionales.

En ocasión de su 85 cumpleaños, en 2002,  con el objetivo de mantener y difundir su notable patrimonio musical, se constituyó la Fundación Domenico Bartolucci, de la que formó parte el entonces cardenal Joseph Ratzinger.

Bartolucci fue creado cardenal por el papa Benedicto XVI en el Consistorio del 20 de noviembre de 2010, en opinión de muchos para reparar la injusta destitución del cargo que poseía "ad vitam" como director de la Capilla Musical Pontificia (o Capilla Sixtina).
 
La Iglesia está de luto por la muerte de un hijo fiel y de un compositor de música sacra que pasará a la Historia. Al término de la Santa Misa que se celebrará hoy (13 de noviembre), el papa Francisco presidirá el rito de la Ultima Commendatio y de la Valedictio del ritual de exequias.
 


miércoles, 6 de noviembre de 2013

CANTO GREGORIANO (48 minutos)





I. LES CLOCHES DE SOLESMES
II. KYRIE 9 (MODE 1) (from 2:08)
III. GLORIA 9 (MODE 7) (from 4:31)
IV. SANCTUS 9 (MODE 5) (from 8:06)
V. AGNUS DEI 9 (MODE 5) (from 9:58)
VI. KYRIE 11 (MODE 1) (from 11:37)
VII. CREDO I (MODE 4) (from 14:01)
VIII. INTROITUS: DOMINUS DIXIT AD ME (MODE 2) (from 18:29)
IX. INTROITUS: PUER NATUS EST (MODE 7) (from 20:37)
X. ALLELUIA: DIES SANCTIFICATUS (MODE 2) (from 23:51)
XI. INTROITUS: REQUIEM (MODE 6) (from 26:26)
XII. SEQUENTIA: DIES IRAE (MODE 1) (from 28:27)
XIII. HYMNUS: PANGE, LINGUA GLORIOSI LAUREAM CERTAMINIS (MODE 1) (from 35:03)
XIV. GRADUALE: HAEC DIES (MODE 2) (from 40:27)
XV. SEQUENTIA: VICVTIMAE PASCHALI (MODE 1) (from 43:31)
XVI. SEQUENTIA: VENI SANCTE SPIRITUS (MODE 1) (from 45:19)

Coro de Monjes de la Abadía de Saint-Pierre De Solesmes


jueves, 20 de junio de 2013

EXPERIENCIAS DE LA EUCARISTÍA: RITMO DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

“Creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por
 imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia.”
Santo Tomás de Aquino


Te adoro con fervor, Deidad oculta
que estás bajo estas formas escondida:
a Ti mi corazón se rinde entero,
y desfallece todo si te mira.

Se engaña en Ti la vista, el tacto, el gusto
mas tu palabra engendra fe rendida;
cuanto el Hijo de Dios ha dicho creo,
pues no hay verdad cual la verdad divina.

En la Cruz la Deidad estaba oculta,
aquí la humanidad yace escondida,
y una y otra creyendo y confesando,
imploro yo lo que imploraba Dimas.

No veo, como vio Tomás, tus llagas,
mas por su Dios te aclama el alma mía;
haz que siempre, Señor, en Ti yo crea,
que espere en Ti, que te ame sin medida.

¡Oh memorial de la pasión de Cristo,
oh pan vivo que al hombre das vida!:
concede que de Ti viva mi alma
y guste de tus célicas delicias.

Jesús mío, pelícano piadoso,
con tu sangre mi pecho impuro limpia,
que de tal sangre una gotita puede
a todo el mundo salvar de su malicia.

Jesús, a quien ahora miro oculto:
cumple, Señor, lo que mi pecho ansía,
que a cara descubierta contemplándote,
por siempre goce de tu clara vista. Amén.


SANTO TOMÁS DE AQUINO

(Citado en las Obras Completas del Beato Manuel González García, pp.1199-1200.)

ADORO TE DEVOTE
Esta composición -traducida arriba al español- corresponde a este canto gregoriano, uno de los cinco himnos eucarísticos de Santo Tomás (ver video):



jueves, 4 de abril de 2013

MANDAMIENTO DEL AMOR (y canto gregoriano)



Recuerda que en los videos católicos se suele insertar engañosamente propaganda financiada por sectas, ¡qué no te sorprendan!


sábado, 23 de febrero de 2013

MEDIA VITA IN MORTE SUMUS (Canto gregoriano)

Monjes Benedictinos de Santo Domingo de Silos.
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lunes, 27 de febrero de 2012

ADORO TE DEVOTE


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miércoles, 25 de enero de 2012

martes, 1 de marzo de 2011

MARÍA

María es el cáliz viviente que llevó a Jesús hecho hostia en su vientre.
María albergó en su seno a Aquel a quien ni los cielos ni la tierra pueden contener.
María le dió la vida a Quien es La Vida.
María dió a luz a Quien es La Luz del Mundo.
María alimento con sus pechos virginales a Quien es El Pan Vivo bajado del cielo.
María le enseñó a dar los primeros pasos a Quien es El camino.
María le enseñó a balbucear las primeras sílabas a Quien es El Verbo de Dios.
María en Caná de Galilea le "adelanta la hora” a Quien es Eterno....a Quien es El Alfa y la Omega.
¿Podremos medir el valor y la hermosura de esta Madre?
Ese Cristo agonizante, en testamento postrero nos dice: “Hijo, he ahí a Tu Madre”....y desde ese momento María nos da a luz en el doloroso parto del Calvario.
Desde ese momento, el camino más directo para llegar a Jesús, ¡pasa por María!


Texto de Raúl Nessier
Haz click en la flecha izquierda inferior:
Tota pulchra es Maria, Canto gregoriano nella devozione mariana, studio di Giovanni Vianini, Milano

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lunes, 10 de enero de 2011

"BAJO EL PONTIFICADO DE PABLO VI SE VERIFICÓ LA CRISIS DE LA MÚSICA SACRA": CARDENAL BARTOLUCCI

Mons. Bartolucci recibe el cardenalato

CARDENAL, PERO NO OBISPO

 Monseñor Domenico Bartolucci, 93 años, de Mugello, de 1956 a 1997 maestro “perpetuo” del coro de la Capilla Sixtina –el coro polifónico que acompaña las celebraciones papales–, estaba en su estudio, en el piano, cuando hacia las 11.30 hs. del 19 de noviembre pasado le llegó inesperadamente una llamada telefónica desde el Vaticano. El cardenal Tarcisio Bertone deseaba encontrarse con él a las 13.30 en la Secretaría de Estado vaticana.

Poco después, el “maestro”, como todos lo llaman ya desde hace décadas, era informado de la voluntad del Papa de crearlo cardenal en el consistorio que se realizaría al día siguiente. Bartolucci confiesa todavía su estupor y una cierta turbación interior al oír la noticia de la púrpura.

Dice al Foglio: “Nunca habría pensado en el cardenalato. Lo considero un gran honor y creo que el Papa ha querido darlo, por mi intermedio, a la música sacra. Sin embargo, dada mi edad y mi particular servicio a la Iglesia, he preferido no ser ordenado obispo”.

"UN CARDENALATO A LA MÚSICA SACRA"

Así ha percibido Bartolucci la decisión de Benedicto XVI. ¿Por qué? “Porque he dedicado toda mi vida a la música sacra y es evidente que es a ella a quien el Papa ha querido de algún modo rehabilitar el pasado 20 de noviembre. Una música sacra con frecuencia demasiado despreciada (Nota de CATOLICIDAD: en las últimas décadas) en la Iglesia, abandonada, socavada por innovaciones inoportunas y contrarias al auténtico espíritu de la liturgia, el espíritu que Benedicto XVI está tratando de recuperar a través de sus escritos y sus celebraciones. Se ha querido ir al encuentro del mundo sin darse cuenta de estar cediendo al mismo y a sus sirenas”.

La historia artística de Bartolucci comienza en Florencia, en su temprana juventud, cuando acompañaba a su maestro Francesco Bagnoli como organista en las celebraciones en la Catedral. Luego, sus primeras composiciones fueron mostradas a monseñor Raffaele Casimiri, ilustre estudioso palestriniano, que iba cada tanto a Florencia para llevar a cabo sus investigaciones. Maduró así la idea de trasladar al joven a Roma, donde las capillas musicales estaban en plena actividad. Bartolucci se convirtió casi de inmediato en vice-maestro en San Juan de Letrán; luego, en 1947, director de la Capilla Liberiana de Santa María la Mayor. Finalmente, en 1956, después de cuatro años transcurridos junto a Lorenzo Perosi, Pío XII lo nombra director perpetuo de la Capilla Sixtina. Como sus predecesores, también él es nombrado “ad vitam”. Cuenta todavía con pesar: “Llegado a los 80 años, me enviaron de golpe a reposo… Después de tanto trabajo, ni siquiera pude saludar al Santo Padre…”.

Hace ya décadas que Bartolucci habita en Roma. En via Monte della Farina, cerca de piazza Argentina, donde la Capilla Sixtina tiene su sede. Su departamento está lleno de recuerdos. Fotos, cuadros, libros, músicas, muchas cartas y un viejo gramófono Grundig que, dice, “lo tenía igual el Papa Juan y tiene todavía una acústica envidiable. Sin embargo, ya no lo escucho más; por la noche prefiero mirar los conciertos transmitidos vía satélite sobre todo desde el exterior. Cada tanto veo alguna Misa en latín. Hay un canal que transmite algunas bellísimas de Francia".

La casa de Bartolucci trasluce historia y muchas fotos amarillentas por los años llevan el pensamiento a su juventud: “Mi padre era un obrero de una fábrica de ladrillos en Borgo San Lorenzo, cerca de Florencia. Cantaba siempre en la iglesia, le gustaba. También cantaba los romances de Verdi y de Donizetti. He crecido rodeado por la música. Todo el pueblo cantaba. Recuerdo las canciones de los campesinos en casa y en el trabajo. ¡El teatro del pueblo tenía dos estaciones de ópera al año! Era otra vida”.

PÍO XII

De las palabras del cardenal se entiende que advierte un fuerte contraste entre aquellos años y hoy. Y su desilusión se vuelve explícita y espontánea sobre todo respecto a la música, sin necesidad de acosarlo con ulteriores preguntas. Dice: “Recuerdo las funciones en la Sixtina en los tiempos del Papa Pacelli. Entonces la música era una parte integrante y esencial de la liturgia: era su alma. Se conoce cuánto amaba la música Pacelli y cómo descansaba a menudo tocando el violín. Eran bellos tiempos”. El pontificado de Pío XII estuvo acompañado casi enteramente por la Capilla Sixtina dirigida por Lorenzo Pesori. Bartolucci, de hecho, fue nombrado director perpetuo en 1956: “Antes de convertirme en director, estuve cuatro años junto a Perosi, como vice-maestro. Él habitaba en el palacio del Santo Oficio y allí con frecuencia lo iba a ver. Paseábamos juntos por el lungotevere hasta la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio donde visitamos el Santísimo. Luego lo acompañaba nuevamente a casa”.

Pío XII prefirió evitar un incendio y no convocar un Concilio. Atrás de él, Mons. Montini -futuro Pablo VI- bajo cuyo pontificado se inició una profunda crisis de la música sacra

La música sacra de la Iglesia Católica sufrió una gran revolución después del Concilio Vaticano II. Cuenta Bartolucci: “El Concilio lo habría querido convocar también Pío XII. Lo dijo el cardenal Achille Silvestrini en el décimo aniversario de la muerte del cardenal Domenico Tardini. Se dio cuenta, sin embargo, que los numerosos focos de rebelión presentes en la Iglesia habrían querido provocar un incendio precisamente en Roma. Fue así el Papa Juan XXIII quien, después del Sínodo Romano, convocó el Concilio. Bajo su pontificado la Capilla Sixtina pudo finalmente ser reconstituida. Yo mismo presenté un proyecto de reforma general y el Papa lo aprobó plenamente. Obtuvimos la sede, el archivo, un equipo de cantantes adultos fijos y remunerados y, sobre todo, la schola puerorum dedicada exclusivamente a la formación de nuestros niños. El Papa Juan apreciaba mucho a la Capilla. En Navidad cantábamos en su apartamento con los niños, frente al pesebre. Respecto a la liturgia, creo que él no habría cambiado nada, pero luego murió. La reforma propiamente dicha con todos los cambios se hizo bajo Pablo VI”.

SE INICIA LA CRISIS BAJO EL PONTIFICADO DE PABLO VI

Bajo el pontificado del Papa Montini y con la nueva dirección litúrgica se verificó, de hecho, la crisis de la música sacra. Bartolucci recuerda todavía una Pascua en la que volvió a su casa llorando. Dice: “Nos echaron diciendo que no debía cantar la Sixtina sino el pueblo. Fue una revolución copernicana. El abandono del latín, que el Concilio mismo no auspiciaba, fue de hecho promovido por muchos liturgistas y así todo el repertorio tradicional de canto gregoriano y polifonía y, en consecuencia, las schola cantorum fueron señaladas como la causa de todo mal. El lema era ir al pueblo, sin entender las graves consecuencias de esta banalización de los ritos y de la liturgia. Yo siempre me opuse a esto y sostuve siempre la necesidad del gran arte en la iglesia para beneficio precisamente del pueblo. Se pensaba que participar quería decir cantar o leer algo y así se desatendió la sabia pedagogía del pasado. Paradójicamente, también todo el repertorio de cantos de devoción que el pueblo sabía y cantaba desapareció. Años atrás, por ejemplo, cuando el pueblo asistía a una Misa de difuntos, sabía cantar con devoción el Dies Irae y recuerdo que todos se unían para cantar el Te Deum o las antífonas de la Virgen. Hoy a duras penas se encuentra alguno capaz de hacerlo. Muchos hoy en día, afortunadamente, si bien un poco tarde, comienzan a darse cuentan de lo que ha sucedido. Era necesario pensar en ese entonces, antes de proceder con tanta presunta sabiduría a favor de una moda. Pero entonces todos renovaban, todos pontificaban. Afortunadamente, el Santo Padre está dando indicaciones muy precisas respecto a la liturgia y esperamos que el tiempo ayude a las nuevas generaciones”.

LAS OBRAS DE GIOVANNI PIERLUIGI DA PALESTRINA

La Capilla Sixtina después del Concilio, de todos modos, ha continuado teniendo una importante actividad ya que Bartolucci quiso promover su presentación en conciertos. “Con la Sixtina he dado la vuelta al mundo y, precisamente en los conciertos, he podido sentirme libre de programar las obras maestras que ya no era posible ejecutar dentro de la liturgia, en primer lugar las obras de Giovanni Pierluigi da Palestrina. Giuseppe Verdi lo define el “padre eterno” de la música de Occidente. Ya lo he dicho una vez en una entrevista: «Palestrina es el primer patriarca que ha entendido qué quiere decir hacer música; él ha intuido la necesidad de una escritura contrapuntística vinculada por el texto, ajena a la complejidad y los cánones de la escritura flamenca». No es casualidad que el Concilio de Trento fijara los cánones de la música litúrgica precisamente mirándolo a él. No hay autor que trate y respete el texto sagrado como Palestrina. Yo, en lo que he podido, he tratado de referirme a este mismo espíritu, a la solidez del canto gregoriano y de la polifonía palestriniana. Por esto he podido continuar escribiendo música en el surco de la tradición de la Escuela romana”.

Uno de los más importantes conciertos (Nota de CATOLICIDAD: ver tres videos abajo) en los cuales Bartolucci pudo presentar las obras maestras del príncipe de la música, junto a algunas composiciones personales, fue ofrecido precisamente a Benedicto XVI en el histórico marco de la Capilla Sixtina en el 2006. La ejecución confiada al Coro polifónico de la Fundación Domenico Bartolucci, con la cual el maestro ha grabado también algunos cd, fue introducido por el motete Oremus pro pontifice que el maestro ahora cardenal escribió precisamente para el Pontífice reinante, inmediatamente después de su elección. Benedicto XVI es para él una esperanza. Dice: “Lo es para mí y para la música sacra. Por eso pienso en mi cardenalato como en un reconocimiento, sobre todo, para la música, y me agrada que muchos hayan leído mi nombramiento de este modo”.

Y precisamente las palabras pronunciadas por el Papa (ver 3er. video) al final de aquella ejecución sugieren que la púrpura a Bartolucci le ha sido reconocida por sus méritos artísticos y por una seria recuperación de la tradición musical de la Santa Iglesia Romana: “Todas las piezas que hemos escuchado contribuyen a confirmar la convicción de que la polifonía sacra, en particular la de la así llamada «escuela romana», constituye una herencia que se debe conservar con esmero, mantener viva y dar a conocer, no sólo en beneficio de los estudiosos y cultores, sino también de la comunidad eclesial en su conjunto, para la cual representa un inestimable patrimonio espiritual, artístico y cultural. […]Usted, venerado maestro, siempre se ha esforzado por valorar el canto sacro, también como medio de evangelización. Mediante los innumerables conciertos dados en Italia y en el extranjero, con el lenguaje universal del arte, la Capilla musical pontificia dirigida por usted ha cooperado así a la misión misma de los Pontífices, que consiste en difundir por el mundo el mensaje cristiano”.


Discurso de Mons. Bartolucci ante S.S. Benedicto XVI:

D. Bartolucci: Ave Maria (Mottetto a 4 voci) Ave Maria, gratia plena, Dominus...

Discurso del Papa Benedicto XVI:

Noticias relacionadas con Mons Bartolucci:

Fuentes: Videos: You Tube Entrevista: Palazzo Apostolico. Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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miércoles, 29 de septiembre de 2010

miércoles, 4 de agosto de 2010

viernes, 18 de junio de 2010

IN SPLENDORIBUS



"En el esplendor de la santidad, en el útero, antes del amanecer te engendró". Himno de la sagrada comunión en Navidad, más dos cantos más; en un marco de una película con fotografía preciosista.




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domingo, 6 de junio de 2010

A LA BELLEZA NO SE PUEDE RENUNCIAR (SOBRE EL CANTO GREGORIANO)


En los últimos tiempos ha habido un renacimiento del canto gregoriano. Las grabaciones de los monjes de Santo Domingo de Silos, en España, contribuyeron a revivir esa altísima forma del arte musical. Es grande ahora el número de discos de canto gregoriano, y surgen en muchas partes agrupaciones que lo interpretan. Y miles de jóvenes han visto en él un gran descubrimiento. Se habían perdido la hondura y la belleza de ese canto, que a través de la música acerca al hombre al misterio de lo divino.

La Iglesia casi dejó de usar en su liturgia este canto sacro, y con eso renunció en gran medida a uno de sus más valiosos tesoros, al igual que cuando la multisecular Misa Tradicional dejó de oficiarse y, recientemente, ya se ha iniciado su redescubrimiento también. A la belleza, sin embargo, no se puede renunciar, y a la larga poco logran contra ella las disposiciones de los hombres que la habían decretada caduca. En estos días resulta gratificante escuchar las notas de esas antiguas partituras que llegan hasta nosotros desde el fondo de los siglos. Severas y majestuosas se elevan las melodías como humo de un incienso que se levanta al cielo. Esto es música vuelta oración; esto es oración vuelta música. Se escucha ese canto y se percibe que algo de nosotros sube también a la altura donde la Belleza vive su eterna vida...

Lo dicho: A la belleza no se puede renunciar, siempre permanece joven.



FACTUS EST REPENTE...
Ver comentarios abajo:
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martes, 4 de mayo de 2010

Canto Gregoriano, MISSA DE ANGELIS, Schola Gregoriana Mediolanensis


Kyrie, Gloria, Sanctus y Agnus Dei:


Recordemos que a través del canto también se ora y Santo Tomás de Aquino decía:
"Orar es amar, y "amar a Dios es la más alta perfección de la criatura racional, ya que por el amor se une en cierta manera a Dios". "Y la más alta perfección del hombre consiste en que el hombre tenga su mente atenta a Dios" (Santo Tomás de Aquino, C. Gentes, lib. I, cap. 80. y Lib. III, cap. 130)

Link a estación de radio con canto gregoriano (tarda un poco en empezar a escucharse la música): http://www.radioset.info/

Ver comentarios
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miércoles, 21 de octubre de 2009

VENI CREATOR SPIRITUS



VENI CREATOR

Veni, Creator Spiritus
mentes tuorum visita
Imple superna gratia quae
tu creasti pectora.

Qui Paraclitus diceris,
donum Dei Altissimi,
fons vivus, ignis, caritas,
et spiritalis unctio.

Tu septiformis munere,
dexterae paternae digitus,
tu rite promissum Patris,
sermone ditans guttura.

Accende lumen sensibus,
infunde amorem cordibus,
infirma nostri corporis,
virtute firmans perpeti.

Hostem repellas longius,
pacemque dones protinus,
ductore sic te praevio,
vitemus omne noxium.

Per te sciamus da Patrem,
noscamus atque Filium,
teque utriusque Spiritum
credamus omni tempore.

Deo Patri sit gloria,
et Filio qui a mortuis surrexit,
ac Paraclito in saeculorum saecula.

Amen.

-oOo-

Ven Espíritu creador;
visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia los corazones
que Tú mismo has creado.

Tú eres nuestro consuelo,
don de Dios altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú el dedo de la mano de Dios,
Tú el prometido del Padre,
pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
infunde tu amor en nuestros corazones
y con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra frágil carne.

Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto tu paz,
siendo Tú mismo nuestro guía
evitaremos todo lo que es nocivo.

Por Ti conozcamos al Padre
y también al Hijo y que en Ti,
que eres el Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo.

Gloria a Dios Padre
y al Hijo que resucitó de entre los muertos,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos.
Amén.

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martes, 18 de agosto de 2009

"¡Resista, Maestro, resista!": le dijo el C. Ratzinger a Mons. Bartolucci

Su Santidad Benedicto XVI y Mons. Bartolucci
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Ofrecemos la traducción al español de una valiosa entrevista a Monseñor Domenico Bartolucci, de 92 años, nombrado por Pío XII Maestro "ad vitam" de la Capilla Sixtina pero alejado del cargo en 1997, debido a la intervención de Mons. Piero Marini, una medida que fue vigorosamente rechazada por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger. El título del post, de hecho, hace referencia a las palabras que el mismo Ratzinger dijo a Mons. Bartolucci meses antes de que éste cesara en el cargo.
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Maestro, la reciente publicación del Motu Proprio “Summorum Pontificum” ha traído un soplo de aire fresco en el desolador panorama litúrgico que nos rodea; también usted puede ahora, por lo tanto, celebrar la “Misa de siempre”.

Pero, a decir verdad, yo siempre la he celebrado ininterrumpidamente, a partir de mi ordenación… tendría dificultad, en cambio, no habiéndola dicho nunca, en celebrar la Misa del rito moderno.
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¿Nunca abolida, entonces?

Son las palabras del Santo Padre, aún si algunos fingen no entenderlas y si muchos en el pasado han sostenido lo contrario.
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Maestro, será necesario conceder a los denigradores de la Misa antigua que esta última no es “participada”…

¡No digamos disparates! He conocido la participación de los tiempos antiguos tanto en Roma, en la Basílica, como en el mundo, como aquí abajo en el Mugello, en esta parroquia de este bello pueblo, un templo poblado de gente llena de fe y de piedad. El Domingo, en las vísperas, el sacerdote habría podido limitarse a entonar el “Deus in adiutorium meum intende” y luego ponerse a dormir sobre el asiento… los campesinos habrían continuado solos y los jefes de familia habrían pensado en entonar las antífonas.
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¿Una velada polémica, Maestro, respecto al actual estilo litúrgico?

Yo no sé si, ¡ay de mí!, han estado en un funeral: “aleluya”, aplausos, frases risueñas, uno se pregunta si esta gente leyó alguna vez el Evangelio; Nuestro Señor mismo lloró sobre Lázaro y su muerte. Aquí, con este sentimentalismo insípido, no se respeta ni siquiera el dolor de una madre. Yo les habría mostrado cómo asistía al pueblo a una Misa de difuntos, con qué compunción y devoción se entonaba aquel magnífico y tremendo “Dies Irae”.
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¿La reforma no ha sido hecha por gente consciente y doctrinalmente formada?

Discúlpeme, pero la reforma ha sido hecha por gente árida, se lo repito, árida. Y yo los he conocido. En cuanto a la doctrina, el Cardenal Ferdinando Antonelli, de venerada memoria, solía decir a menudo: ¿“qué hacemos (con) liturgistas que no conocen la teología?”.
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Estamos de acuerdo con usted, Monseñor, pero es cierto también que la gente no entendía…

Queridísimos amigos, ¿han leído alguna vez a San Pablo: “no importa saber más allá de lo necesario”, “es necesario amar el conocimiento ‘ad sobrietatem’”. De aquí a algunos años se intentará entender la transubstanciación como se explica un teorema de matemática. ¡Pero si ni siquiera el sacerdote puede comprender hasta el fondo tal misterio!
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¿Pero cómo se llegó, entonces, a esta distorsión de la liturgia?

Fue una moda, todos hablaban, todos “renovaban”, todos pontificaban, en la estela del sentimentalismo, de reformas. Y las voces que se levantaban en defensa de la Tradición bimilenaria de la Iglesia eran hábilmente calladas. Se inventó una especie de “liturgia del pueblo”… cuando escuchaba estas frases, me venían en mente las palabras de mi profesor del seminario que decía: “la liturgia es del clero para el pueblo”, ella desciende de Dios y no sale desde abajo. Debo reconocer, sin embargo, que aquel aire hediondo se ha hecho menos denso. Las jóvenes generaciones de sacerdotes son, tal vez, mejores que las que las han precedido, no tienen los furores ideológicos dominados por un modernismo iconoclasta, están llenos de buenos sentimientos pero les falta formación.
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¿Qué quiere decir, Maestro, con que “les falta formación”?

¡Quiero decir que queremos los seminarios! Hablo de aquellas estructuras que la sabiduría de la Iglesia había cincelado elegantemente durante los siglos. No se da cuenta de la importancia del seminario: una liturgia vivida, los momentos del año son vividos “socialmente” con los hermanos… el Adviento, la Cuaresma, las grandes fiestas que siguen a la Pascua. Todo esto educa, ¡y no se imagina cuánto! Una retórica tonta dio la imagen de que el seminario arruina al sacerdote, de que los seminaristas, alejados del mundo, permanecen encerrados en sí mismos y distantes de la gente. Todas fantasías para disipar una riqueza formativa plurisecular y para remplazarla luego con nada.
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Retornando a la crisis de la Iglesia y al cierre de muchos seminarios, ¿Usted es partidario de un retorno a la continuidad de la Tradición?

Mire, defender el rito antiguo no es ser del pasado sino ser “de siempre”. Vea, se comete un error cuando a la misa tradicional se la llama “Misa de San Pío V” o “Tridentina”, como si fuese la Misa de una época particular: es nuestra Misa, la romana, es universal en los tiempos y en los lugares, una única lengua desde la Oceanía hasta el Ártico.

Por lo que respecta a la continuidad en los tiempos, quisiera contarles un episodio. Una vez estábamos reunidos en compañía de un Obispo, cuyo nombre no recuerdo, en una pequeña iglesia del Mugello, y llegó la noticia de la repentina muerte de un hermano nuestro, propusimos celebrar enseguida una Misa pero nos dimos cuenta de que sólo había misales antiguos. El Obispo rechazó categóricamente celebrar. No lo olvidaré nunca y reitero que la continuidad de la liturgia implica que, salvo minucias, se pueda celebrar hoy con aquel viejo misal polvoriento tomado de un estante y que hace cuatro siglos sirvió a un predecesor mío en el sacerdocio.
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Monseñor, se habla de una “reforma de la reforma” que debería limar las deformaciones que vienen de los años sesenta...

La cuestión es bastante compleja. Que el nuevo rito tenga deficiencias es ya una evidencia para todos y el Papa ha dicho y escrito varias veces que debería “mirar al antiguo”; sin embargo, Dios nos guarde de la tentación de los líos híbridos; la Liturgia, con la “ele” mayúscula, es la que nos viene de los siglos, ella es la referencia, no se la debe corromper con compromisos “a Dio spiacenti e a l’inimici sui” [que desagradan a Dios y a sus enemigos].
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¿Qué quiere decir, Maestro?

Tomemos, como ejemplo, las innovaciones de los años sesenta. Algunas “canciones populares” beat y horribles y tan de moda en las iglesias en el ’68, hoy ya son trozos de arqueología; cuando se renuncia a la perennidad de la tradición para hundirse en el tiempo, se está condenado al cambiar de las modas. Me viene a la mente la Reforma de Semana Santa de los años cincuenta, hecha con una cierta prisa bajo un Pío XII ya cansado. Y bien, sólo algunos años después, bajo el pontificado de Juan XXIII (quien, más allá de lo que se diga, en liturgia era de un tradicionalismo convencido y conmovedor), me llegó una llamada de Mons. Dante, ceremoniero del Papa, que me pedía preparar el “Vexilla Regis” para la inminente celebración del Viernes Santo. Respondí: “pero lo han abolido”. Se me respondió: “el Papa lo quiere”. En pocas horas, organicé las repeticiones de canto y, con gran alegría, cantamos de nuevo lo que la Iglesia había cantado por siglos en aquel día. ¡Todo esto para decir que, cuando se hacen desgarros en el tejido litúrgico, esos agujeros son difíciles de cubrir y se ven! Nuestra liturgia plurisecular debemos contemplarla con veneración y recordar que, en el afán de “mejorarla”, corremos el riesgo de hacerle sólo daños.
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Maestro, ¿qué papel tuvo la música en este proceso?

Tuvo un rol importante por varias razones. El melindroso cecilianismo, al cual ciertamente Perosi no fue ajeno, introdujo con sus aires pegadizos un sentimentalismo romántico nuevo, que nada tenía que ver con aquella densidad elocuente y sólida de Palestrina. Ciertas extravagancias de Solesmes habían cultivado un gregoriano susurrado, fruto también de aquella pseudo restauración medievalizante que tanta suerte tuvo en el siglo XIX.

Cundía la idea de la oportunidad de una recuperación arqueológica, tanto en música como en liturgia, de un pasado lejano del cual nos separaban los así llamados “siglos oscuros” del Concilio de Trento… Arqueologismo, en resumen, que no tiene nada que ver con la Tradición y que quiere restaurar lo que tal vez nunca ha existido. Un poco como ciertas iglesias restauradas en estilo “pseudo-románico” por Viollet-le-Duc.

Por lo tanto, entre un arqueologismo que quería remitirse al pasado apostólico, prescindiendo de los siglos que nos separan de ellos, y un romanticismo sentimental, que desprecia la teología y la doctrina en una exaltación del “estado de ánimo”, se preparó el terreno para aquella actitud de suficiencia respecto a lo que la Iglesia y nuestros Padres nos habían transmitido.
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¿Qué quiere decir, Monseñor, cuando en el ámbito musical ataca a Solesmes?

Quiero decir que el canto gregoriano es modal, no tonal; es libre, no ritmado, no es “uno, dos tres, uno dos tres”; no se debía despreciar el modo de cantar de nuestras catedrales para sustituirlo con un susurro pseudo-monástico y afectado. No se interpreta un canto del Medioevo con teorías de hoy sino que se lo toma como ha llegado hasta nosotros; además, el gregoriano sabía ser también canto de pueblo, cantando con fuerza nuestro pueblo expresaba su fe. Esto Solesmes no lo entendió, pero todo esto sea dicho reconociendo el gran y sabio trabajo filológico que hizo con el estudio de los manuscritos antiguos.
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Maestro, ¿en qué punto estamos, entonces, de la restauración de la música sagrada y de la liturgia?

No niego que haya algunos signos de restablecimiento. Sin embargo, veo el persistir de una ceguera, casi una complacencia por todo lo que es vulgar, grosero, de mal gusto e incluso doctrinalmente temerario… No me pida, por favor, que dé un juicio sobre las “chitarrine” y sobre las “tarantelle” que todavía nos cantan durante el ofertorio… El problema litúrgico es serio, no se debe escuchar a aquellas voces que no aman a la Iglesia y que se lanzan contra el Papa. Y si se quiere sanar al enfermo, hay que recordar que el médico piadoso hace la llaga purulenta…
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Fuente: Disputationes Theologicae
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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viernes, 17 de julio de 2009

EN HONOR DE LA DULCÍSIMA VIRGEN MARÍA


A solicitud de un lector, colocamos este video nuevamente, pero con una dimensión mayor en la pantalla. Asimismo, hemos ampliado su tamaño en el tema original: El Inmaculado Corazón de María. Tiene razón nuestro amigo al señalar que no se apreciaban las bellas imágenes que acompañan estos cantos gregorianos en honor de Nuestra dulcísima Madre, la siempre Virgen María. Haz click en la pantalla para disfrutarlo:



Ojo: Hay comentarios, hacer click abajo:
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