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sábado, 31 de mayo de 2025

ACUSO AL INFIERNO



Seguramente muchos habrán escuchado la famosa frase que se atribuye al poeta Charles Pierre Baudelaire, esa de: "el gran engaño del demonio es hacer creer que no existe". Si a eso le agregamos que es de lo más común oír “no estés viendo al demonio en todos lados”, y también que es de lo más común desear cada vez más y en grandes dosis el confort, el conformismo, resulta que el hombre vive en una indiferencia gravísima y asaz dañina sobre la realidad del infierno.

Quien haya inventado el “no estés viendo el demonio en todos lados”, dudo mucho que haya tenido argumentos sólidos para sostener su afirmación. San Pedro enseñó algo diametralmente opuesto y nos exhortó: “Sed sobrios, y vigilad, porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. Allá, en el infierno, no se duerme. Hasta la consumación de los tiempos los demonios merodean por este mundo, intentando, sin descanso, ganar personas para llevarlas al infierno donde será el llanto y el rechinar de dientes. Las tentaciones diarias nos dan cuenta de la existencia de los seres angélicos caídos: están ahí, nos tientan, nos molestan, nos sugieren malas cosas, buscan perdernos. San Pablo en su carta a los de Éfeso habló de las potestades malignas que se mueven en los aires, y nos indicó que tenemos una lucha diaria y constante contra ellos: “la lucha no es contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los poderes mundanos de estas tinieblas, contra los espíritus de la maldad en lo celestial”; mi lucha es pelear para que los demonios no me hundan. Si bien se aprecia, a su vez la potestad angélica del mal se sirve de lo mundano que está en las tinieblas. El mundo de hoy, no temo decirlo, se ha transformado como jamás se dio, en una feria gratuita de pecados, al por mayor y de variadísima gama, que se nos ofrecen con el visto bueno de la aprobación social conformista. La caída es tan fácil, la lucha tan ardua. 

Principalmente los demonios acechan y tientan sin cuartel a las almas religiosas y a las almas que hacen defensa pública de la fe: contra ellas lanzan finísimos ataques y elaboran complejas estrategias para lograr las caídas. Cualquier general busca con los suyos abatir si pudieran a los más bravíos hombres de las tropas que tiene por enemigas; y si eso hace en buena lógica un general humano, ¿qué no hará el Príncipe de este mundo contra las almas que quieren vivir amigas de Dios y defendiendo la fe?

Andan como “león rugiente”. No es que uno los vea en todos lados, es que por más que alguien no quiera verlos ellos seguirán manifestándose por doquier. La indiferencia no los ahuyenta, les da más campo de acción. El alma dada a la oración y a la vigilancia sí puede mantener a raya a los espíritus malignos, a distancia si se quiere, pero ellos no dejan de intentar sus invasiones. Recordemos la anécdota del monje que se fue de compras a una ciudad: a cierta distancia de esta última, tuvo una visión en la que vio cantidad de demonios dormidos sobre ella; mas al regresar al monasterio, volvió a tener visión y vio cómo cantidad de demonios buscaban la caída de los monjes. Descansaban en la ciudad revelando así que ya tenían liquidadas aquellas almas, que habían de alguna manera alcanzado su objetivo, mas combatían en el monasterio mostrando la rabia contra los varones amigos de Dios. 

Y ante la caída buscar levantarse. Acudir siempre a la Santísima Virgen María y a San José. San Juan Clímaco predicaba: “Que tengan ánimo los que soportaron la humillación de estar sometidos a las pasiones. Incluso si caen en todos los precipicios, si se dejan capturar en todas las trampas o si son alcanzados por todas las enfermedades, cuando recobra la salud, llegan a ser médicos, faros, lámparas y pilotos para todos, enseñando los síntomas de cada enfermedad; su propia experiencia los vuelve capaces de impedir a los otros que caigan”. Y cómo no memorar aquellas tan alentadoras palabras del Doctor Melifluo, San Bernardo, de las que solo cito algunas: “Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la Estrella, llama a María. Si eres agitado por las ondas de la soberbia, si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, mira a la Estrella, llama a María. Si la ira, o la avaricia, o la impureza impelen violentamente la navecilla de tu alma, mira a María. Si, turbado a la memoria de la enormidad de tus crímenes, confuso a la vista de la fealdad de tu conciencia, aterrado a la idea del horror del juicio, comienzas a ser sumido en la sima del suelo de la tristeza, en los abismos de la desesperación, piensa en María.” 

Hay algo sutilmente muy fino que ha logrado Satán además de hacer creer a los hombres que él no existe. Y ese logro es este: “Que ha hecho creer que, en el diario vivir, no hay ninguna lucha espiritual que librar en orden a la salvación eterna”.  El hombre gasta todos sus esfuerzos en obtener una vida cómoda, en el máximo confort. Desprecia la cruz. Preguntando a las personas cuáles son los tres enemigos contra los que debemos luchar, miran raro, como diciendo: “¿de qué me estás hablando?” Uno respondió: “Inglaterra, los políticos corruptos…”. Pocos saben que esos tres enemigos que bregan para nuestra perdición eterna son “el demonio, el mundo y la carne”.  En resumidas cuentas, “un gran engaño del demonio es haber logrado la indiferencia del hombre moderno en la lucha por ganar la vida eterna.”

Autor: Tomás I. González Pondal

jueves, 5 de diciembre de 2024

LA ESTRATEGIA: AL AGUA PURA AGREGAN UNAS GOTAS DE VENENO


«Dice San Eutimio: “Cristo nos enseñó a no creer nunca a los demonios, aun cuando lo que digan sea verdad. Porque como ellos aman la falsedad, y son hostilísimos hacia nosotros, nunca hablan la verdad sino para engañar. Ellos usan la verdad como si fuera un anzuelo”. Porque, como los mentirosos que son, ellos ocultan y disfrazan sus mentiras bajo color de verdad. Al comienzo dicen algunas cosas que son verdaderas, y después entretejen con ellas lo que es falso, para que aquellos que han creído a lo primero puedan creer también a lo último. Por esta razón San Pablo expulsó al espíritu pitónico que lo alababa (Hechos XVI, 18)»

 PADRE CORNELIO ALÁPIDE SJ, Comentario sobre San Marcos I, 25.

viernes, 11 de octubre de 2024

EXORCISMO

 

Durante el exorcismo, los demonios le dijeron al santo que con el Rosario que predicaba, llevaba el terror y el espanto a todo el infierno, y que él era el hombre que más odiaban en el mundo a causa de las almas que les quitaba con esta devoción.

Santo Domingo arrojó su Rosario al cuello del poseso y les preguntó a cuál de los santos del cielo temían más y cuál debía ser más amado y honrado por los hombres. Los enemigos, ante estas interrogantes, dieron gritos tan espantosos que muchos de los que estaban allí presentes cayeron en tierra por el susto.

Los malignos, para no responder, lloraban, se lamentaban y pedían por boca del poseso a Santo Domingo que tuviera piedad de ellos. El santo, sin inmutarse, les contestó que no cesaría de atormentarlos hasta que respondieran lo que les había preguntado. Entonces ellos dijeron que lo dirían, pero en secreto, al oído y no delante de todo el mundo. El santo, en cambio, les ordenó que hablaran alto, pero los diablos no quisieron decir palabra alguna.

Entonces el P. Domingo, puesto de rodillas, hizo la siguiente oración: “Oh excelentísima Virgen María, por la virtud de tu salterio y Rosario, ordena a estos enemigos del género humano que contesten mi pregunta”.

De pronto, una llama ardiente salió de las orejas, la nariz y la boca del poseso. Los demonios seguidamente le rogaron a Santo Domingo que, por la pasión de Jesucristo y por los méritos de su Santa Madre y los de todos los santos, les permitiera salir de ese cuerpo sin decir nada porque los ángeles en cualquier momento que él quisiera se lo revelarían.

Más adelante, el santo volvió a arrodillarse y elevó otra plegaria: “Oh dignísima Madre de la Sabiduría, acerca de cuya salutación, de qué forma debe rezarse, ya queda instruido este pueblo, te ruego para la salud de los fieles aquí presentes que obligues a estos tus enemigos a que abiertamente confiesen aquí la verdad completa y sincera”.

Apenas terminó de pronunciar estas palabras, el santo vio cerca de él una multitud de ángeles y a la Virgen María que golpeaba al demonio con una varilla de oro, mientras le decía: “Contesta a la pregunta de mi servidor Domingo”. Aquí hay que tener en cuenta que el pueblo no veía, ni oía a la Virgen, sino solamente a Santo Domingo.

Los demonios comenzaron a gritar: “¡Oh enemiga nuestra! ¡Oh ruina y confusión nuestra! ¿Por qué viniste del cielo a atormentarnos en forma tan cruel? ¿Será preciso que por ti, ¡oh abogada de los pecadores, a quienes evitas el infierno; oh camino seguro del cielo!, seamos obligados –a pesar nuestro– a confesar delante de todos lo que es causa de nuestra confusión y ruina? ¡Ay de nosotros! ¡Maldición a nuestros príncipes de las tinieblas!”.

“¡Oíd, pues, cristianos! Esta Madre de Cristo es omnipotente y puede impedir que sus siervos caigan en el infierno. Ella, como un sol, disipa las tinieblas de nuestras astutas maquinaciones. Descubre nuestras intrigas, rompe nuestras redes y reduce a la inutilidad todas nuestras tentaciones. Nos vemos obligados a confesar que ninguno que persevere en su servicio se condena con nosotros”.

“Un solo suspiro que ella presente a la Santísima Trinidad vale más que todas las oraciones, votos y deseos de todos los santos. La tememos más que a todos los bienaventurados juntos y nada podemos contra sus fieles servidores”.

De igual manera los malignos confesaron que muchos cristianos que la invocan al morir y que deberían condenarse, según las leyes ordinarias, se salvan gracias a su intercesión. “¡Ah! Si esta Marieta –así la llamaban en su furia– no se hubiera opuesto a nuestros designios y esfuerzos, ¡hace tiempo habríamos derribado y destruido a la Iglesia y precipitado en el error y la infidelidad a todas sus jerarquías!”.

Luego añadieron que “nadie que persevere en el rezo del Rosario se condenará. Porque ella obtiene para sus fieles devotos la verdadera contrición de los pecados, para que los confiesen y alcancen el perdón e indulgencia de ellos”.

Es así que Santo Domingo hizo rezar el Rosario a todo el pueblo muy lenta y devotamente, y en cada Avemaría que rezaban, salían del cuerpo del poseso una gran multitud de demonios en forma de carbones encendidos.

Cuando todos los enemigos salieron y el hereje quedó libre, la Virgen María, de manera invisible, dio su bendición a todo el pueblo, que experimentó gran alegría. “Este milagro fue causa de la conversión de gran número de herejes, que incluso se inscribieron en la Cofradía del Santo Rosario”, concluyó San Luis María Grignion de Montfort.


viernes, 9 de agosto de 2024

LA PRESENCIA DEL MAL EN EL MUNDO MODERNO: UN GRITO DE ALERTA DESDE EL CORAZÓN DEL EXORCISTA

“El demonio existe. Lo he visto actuar, lo he escuchado gritar, y he sentido su odio en las almas que he intentado liberar”. Con estas palabras, el Padre Gabriele Amorth, el exorcista más famoso del mundo, nos advierte de la realidad espiritual que muchos en la sociedad moderna prefieren ignorar. En un tiempo en el que lo maligno se disfraza de cultura, entretenimiento y progreso, el demonio opera con más libertad que nunca, sembrando su influencia en cada rincón de nuestra vida diaria. Este artículo es un llamado urgente a despertar ante la amenaza real del mal y a buscar refugio en la protección divina, especialmente en el Inmaculado Corazón de María.

1. La Música Satánica: Una Sinfonía de Desesperación

“Las notas de ciertas músicas no solo vibran en el aire, sino que resuenan en las almas, abriendo puertas que nunca debieron ser abiertas”. El Padre Amorth advertía sobre el peligro de la música que glorifica lo oscuro. Grupos de black metal y otros géneros han llevado la adoración al demonio al escenario principal, no solo con letras blasfemas, sino con rituales que invocan directamente a las fuerzas malignas. “He visto cómo jóvenes que empezaron escuchando esta música terminaron en una desesperación tan profunda que solo un exorcismo pudo liberarlos”, decía Amorth con dolor en su voz. La música no es solo un entretenimiento; es un vehículo que puede llevar el alma a Dios o alejarla irremediablemente de Él.

2. Películas y Series que Glorifican el Mal

“La imagen tiene un poder inmenso; puede edificar el espíritu o destruirlo”. Amorth no ignoraba el impacto cultural de películas como El Exorcista, pero advertía que la línea entre advertir y glorificar es muy fina. “El demonio es astuto; lo que se presenta como una advertencia puede convertirse en una atracción hacia lo prohibido”. Series como Lucifer transforman al enemigo de la humanidad en un personaje fascinante y simpático, desensibilizando a las audiencias jóvenes y normalizando la rebelión contra Dios. “El mal no es un juego; es una realidad aterradora que no debería ser tratada con ligereza”, insistía Amorth, llamando a los padres a ser guardianes de lo que entra en sus hogares a través de las pantallas.

3. La Santería y Otras Prácticas Ocultas: Peligros Disfrazados de Ayuda

“La santería no es solo una superstición inofensiva; es una trampa del demonio, un veneno disfrazado de medicina”. Amorth veía en la proliferación de prácticas sincréticas, como la santería y el vudú, una puerta abierta al mal. “Las personas vienen a mí, diciendo que solo querían solucionar un problema; lo que encuentran es un problema mucho mayor”. Estas prácticas, que mezclan elementos cristianos con rituales paganos, no invocan a santos ni a ángeles, sino a demonios disfrazados. “El demonio es un imitador, un engañador. No ofrece nada que no sea destrucción a largo plazo”, advertía Amorth.

4. Ouijas y Juegos Espirituales: Jugando con el Fuego

“No hay nada más peligroso que invocar lo desconocido; una vez que abres la puerta, no sabes quién entrará”. El uso de la ouija y otros juegos espirituales ha sido responsable de innumerables casos de posesión que llegaron a las manos del Padre Amorth. “Lo que comenzó como un juego entre amigos terminó en gritos, en ataques de furia incontrolable, y en almas atrapadas por fuerzas que no pueden comprender”. Estos instrumentos son puertas que, una vez abiertas, difícilmente se pueden cerrar sin la ayuda divina. “No hay nada inofensivo en invocar espíritus. Cada invocación es una invitación, y el demonio siempre está dispuesto a aceptar”.

5. La Santa Muerte: Adorando a la Oscuridad

“La muerte no es una divinidad; es una consecuencia del pecado. Quien adora la muerte, adora la derrota”. Amorth no podía entender cómo la devoción a la Santa Muerte se había extendido tanto en las culturas que antes eran profundamente cristianas. “La vida es sagrada, y la muerte solo es redimida en Cristo. Adorar a la muerte es entregar el alma al enemigo que vino a robar, matar y destruir”. Para Amorth, la Santa Muerte es una perversión de la fe, una idolatría que lleva a la desesperanza y a la oscuridad.

6. El Ateísmo y el Materialismo: Negación de lo Sagrado

“Cuando el hombre niega a Dios, no se libera; se esclaviza a sí mismo”. Amorth veía en el ateísmo y el materialismo un campo abonado para el mal. “El demonio se esconde en la negación de lo espiritual; cuando no se cree en nada, se es vulnerable a todo”. El vacío dejado por la fe se llena con ídolos modernos: dinero, poder, placer. “Estos ídolos no solo no salvan; condenan”, afirmaba Amorth, quien insistía en que la única libertad verdadera es la que se encuentra en Cristo.

7. Drogas y Alcohol: Abriendo la Mente al Mal

“Las drogas no solo destruyen el cuerpo; abren la mente y el alma a influencias que nadie debería experimentar”. Amorth, en su ministerio, vio repetidamente cómo las adicciones eran el comienzo de una espiral descendente hacia la oscuridad. “El demonio se aprovecha de la debilidad, y las drogas hacen al alma indefensa”. Las adicciones, según Amorth, no son solo enfermedades; son brechas en la armadura espiritual que protegen el alma.

8. El Aborto: La Cultura de la Muerte

“El aborto no es solo un crimen contra el cuerpo; es un crimen contra el alma, tanto del niño como de la madre”. Amorth era contundente en su condena del aborto, viendo en él uno de los actos más graves de la cultura de la muerte que domina el mundo moderno. “El demonio odia la vida porque es un don de Dios. Cada aborto es una victoria para el mal”. Las secuelas espirituales del aborto son profundas y duraderas, afectando no solo a quienes lo practican, sino a toda la sociedad que lo permite.

9. Nueva Era y Espiritualismo: El Engaño de la Luz Falsa

“El demonio no siempre se presenta como oscuridad; a menudo se disfraza de luz”. Amorth advertía contra las prácticas de la Nueva Era que prometen paz, bienestar y poder personal. “La meditación trascendental, el reiki, y otras prácticas espirituales de la Nueva Era no conducen a Dios; conducen a uno mismo, y al final, a la desesperación”. Estas prácticas, según Amorth, son peligrosas porque mezclan verdades superficiales con errores profundos, desviando a las almas de la verdadera fuente de luz, que es Cristo.

10. El Relativismo Moral: La Gran Mentira

“Cuando todo es relativo, nada es verdadero, y donde no hay verdad, el mal reina”. El relativismo moral, para Amorth, era una de las mayores amenazas espirituales de nuestro tiempo. “El demonio no necesita convencer a la gente de hacer el mal; solo necesita convencerlos de que no existe el bien”. La confusión moral que prevalece en la sociedad moderna, donde el pecado es normalizado o incluso celebrado, es, según Amorth, una estrategia directa del demonio para destruir almas.

11. Sectas Satánicas y Ocultismo: El Camino Directo al Infierno

“Las sectas satánicas no son un mito ni una exageración; son una realidad aterradora que crece en la oscuridad de nuestra sociedad moderna”, advertía Amorth. Estas sectas, que operan en secreto, buscan adorar explícitamente al demonio a través de rituales que incluyen desde sacrificios de animales hasta la profanación de la Eucaristía. “He exorcizado a personas que, sin darse cuenta, fueron arrastradas a estas sectas por la promesa de poder, riqueza, o simplemente por curiosidad. Lo que encontraron fue una prisión espiritual de la que solo Dios puede liberarlos”, decía Amorth.

El ocultismo, en sus diversas formas, como la astrología, la adivinación, y los rituales de magia, son puertas que pueden llevar directamente a la posesión demoníaca. “El demonio siempre está dispuesto a entrar donde se le invoca, incluso si es de manera indirecta. No hay práctica de ocultismo que sea inofensiva”, insistía Amorth.

12. La Pornografía: La Destrucción de la Dignidad Humana

“He visto cómo el consumo de pornografía lleva a una espiral de pecado que puede culminar en la desesperación y la pérdida de la fe”, decía Amorth. “El demonio utiliza la pornografía para destruir la dignidad humana, convirtiendo al ser humano en un objeto y despojándolo de su nobleza como imagen de Dios”. Esta adicción, que parece inofensiva para muchos, es en realidad una puerta abierta a la degradación moral y espiritual, que puede llevar a la destrucción de las relaciones familiares, el aislamiento social, y una profunda crisis de fe.

13. La Idolatría del Cuerpo y el Culto a la Belleza

“Cuando el cuerpo se convierte en un ídolo, el alma se debilita”, advertía Amorth. En una sociedad obsesionada con la apariencia física y el culto a la juventud y la belleza, el Padre Amorth veía un peligro espiritual significativo. “La obsesión por la belleza física, el culto al cuerpo, y la búsqueda de la perfección exterior son distracciones que alejan a las personas de la verdadera belleza, que es la santidad”. Para Amorth, esta idolatría es una forma sutil de caer en las trampas del demonio, que busca desviar la atención de lo espiritual hacia lo material y superficial. “He visto cómo esta obsesión conduce a la vanidad, a la envidia, y a la desesperación cuando el cuerpo falla, pero la belleza de un alma en gracia nunca se marchita”.

El Inmaculado Corazón de María: Refugio y Protección Suprema

“El demonio tiembla ante el nombre de María. No hay ser humano más puro, más lleno de gracia, y por lo tanto, más temido por las fuerzas del mal que la Virgen Santísima”. Estas palabras del Padre Gabriele Amorth subrayan la importancia de recurrir al Inmaculado Corazón de María en la batalla espiritual que enfrentamos en el mundo moderno. El demonio, que odia todo lo que refleja la pureza y la santidad de Dios, no puede soportar la presencia de la Virgen, cuya humildad y obediencia a la voluntad divina son una derrota perpetua para él.

“En el Inmaculado Corazón de María encontramos un refugio que el demonio no puede penetrar. Allí, el alma se fortalece, se purifica, y se renueva en la gracia de Dios”, decía Amorth. La devoción al Inmaculado Corazón no es solo un acto de piedad; es un escudo contra las tentaciones y ataques del maligno. “He visto cómo las almas que se consagran a María reciben una protección especial. El demonio no puede soportar la pureza del Corazón de María y huye ante su intercesión”. En los momentos de mayor tentación, la invocación del Inmaculado Corazón es una defensa poderosa y eficaz.

Conclusión: Un Llamado a la Conversión y la Vigilancia

El Padre Gabriele Amorth no solo era un exorcista; era un pastor de almas, un hombre que dedicó su vida a proteger a los más vulnerables de las garras del mal. Su mensaje es claro y urgente: “El mal es real. No es un concepto ni una metáfora. Es una presencia viva y operante en el mundo, y su objetivo es la destrucción del hombre”. Pero Amorth también nos deja un mensaje de esperanza: “Dios es infinitamente más poderoso que el demonio. No hay oscuridad que pueda resistir la luz de Cristo”.

En un mundo que se aleja cada vez más de Dios, el llamado de Amorth es a una vigilancia constante, a una vida sacramental robusta y a una devoción profunda al Inmaculado Corazón de María, quien aplasta la cabeza de la serpiente. “La victoria es de Cristo, pero debemos luchar cada día, cada momento, para mantenernos en su luz”. Dios quiere que en estos tiempos, más que nunca, recurramos al Inmaculado Corazón de María como nuestro refugio seguro. En su Corazón, que nunca ha sido tocado por el mal, encontramos la protección que necesitamos para resistir las insidias del maligno. María, nuestra Madre, ha sido dada por Dios como el refugio para las almas en estos tiempos difíciles, y en su Inmaculado Corazón, encontramos la fuerza y la gracia para mantenernos firmes en la fe.

Este artículo, inspirado en las advertencias y enseñanzas del Padre Gabriele Amorth, se presenta como un grito de alerta, una llamada a despertar ante la realidad espiritual que nos rodea y a tomar en serio la lucha contra el mal, que no es solo un enemigo de la fe, sino un enemigo de la humanidad. No podemos permitirnos ser indiferentes. Es hora de abrir los ojos y los corazones, y volver a Dios con toda nuestra fuerza, para resistir las insidias del maligno y proteger nuestras almas de su influencia destructiva, confiando siempre en el refugio seguro del cristiano  el Corazón de María.

OMO

miércoles, 3 de mayo de 2023

CREDO

 

1º. Creo que existe el diablo y que es muy eficaz y potente.

2º. Creo que tiene mucho interés en hacerme creer que no existe.

3º. Creo que ataca por el punto más débil.

4º. Creo que ataca poco a poco.

5º. Creo que se envalentona si me acobardo y se acobarda si con valor doy rostro.

6º. Creo que está empeñado en que me quede solo.

7º. Creo que utiliza táctica alternante. Cuando estoy en baja: placeres aparentes. Cuando en alza: desganas, desconfianzas, desalientos.

8º. Creo que intentará haga yo mudanza en tiempo de desolación.

9º. Creo que se disfraza de «ángel bueno».

10º. Creo que si permanezco unido a la Virgen Inmaculada, no tengo nada que temer.

P. Tomás Morales S.J.

martes, 10 de enero de 2023

EL LADRÓN NO ATACA AL MENDIGO

“Los buques que nada llevan, dice San Crisóstomo, no temen a los piratas; los que los temen, son los que van cargados de oro, de plata y de piedras preciosas: he aquí por qué el demonio no se decide fácilmente a perseguir al pecador, sino antes bien al justo, que posee grandes riquezas, es decir, muchas virtudes y méritos.

El ladrón no ataca al mendigo, sino al rico. El demonio, que es el ladrón de los ladrones, deja, por decirlo así, descansar al pecador, porque todo lo ha saqueado en él, el cuerpo y el alma, el espíritu y el corazón, el tiempo y la eternidad; pero trata de robar y de asesinar al hombre cargado con el tesoro de las virtudes.

El justo es una presa que el demonio mira como muy deliciosa. Alimentándose constantemente de pecadores, Satanás encuentra soso su alimento que es siempre el mismo; le repugna, lo desprecia y lo arroja. Pero codicia al justo, que no le pertenece, y del cual no ha podido alimentarse todavía; lo devora con el deseo, y le persigue tenazmente”.

“Tesoros de Cornelio Á Lápide”

sábado, 1 de febrero de 2020

NO POR INVISIBLES SON MENOS REALES


 "El que por primera vez se entera del descubrimiento de Pasteur sobre los gérmenes infecciosos que pululan por todas partes, siente como una reacción que lo hace ponerse a la defensiva, movido por el instinto de conservación. San Pablo, que ya nos enseñó cómo las cosas de la naturaleza son imágenes de las sobrenaturales, nos revela aquí, en el orden del espíritu lo mismo que Pasteur en el orden físico, para que podamos vivir a la defensiva de nuestra salud contra esos enemigos infernales, que a la manera de los microbios, no por invisibles son menos reales, y que como ellos nos rondan sin cesar buscando nuestra muerte. Nótese que estos demonios son llamados príncipes y potestades. Jesús los llama ángeles del diablo. ¿No es cierto que pensamos pocas veces en la realidad de este mundo de los malos espíritus, donde están nuestros más peligrosos enemigos?".

  Mons. Straubinger
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sábado, 21 de diciembre de 2019

NO TE DEJES ENGAÑAR


"El infierno no puede aparentar ser atractivo, así que el diablo hace parecer atractivo el camino que lleva a él".

San Basilio el Grande.
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martes, 2 de octubre de 2018

¡CUIDADO! ¡MUCHO CUIDADO!


Cuidado con lo que estás jugando; podrías estar entreteniéndote con alguien que no te quiere bien.

jueves, 19 de julio de 2018

CONCILIÁBULO REALIZADO POR LUCIFER CON SUS DEMONIOS EN EL INFIERNO, TRAS LA MUERTE DE CRISTO NUESTRO SEÑOR por la Venerable Sor María de Jesús de Ágreda


La caída de Lucifer con sus demonios desde el monte Calvario al profundo del infierno, fue más turbulenta y furiosa que cuando fue arrojado del cielo. Y aunque siempre aquel lugar es tierra tenebrosa y cubierta de las sombras de la muerte, de caliginosa (tenebrosa) confusión, de miserias, tormentos y desorden, como dice el santo Job: pero en esta ocasión fue mayor su infelicidad y turbación; porque los condenados recibieron nuevo horror y accidental pena con la ferocidad y encuentros que bajaron los demonios, y el despecho que rabiosos manifestaban. Cierto es que no tienen potestad en el infierno para poner las almas a su voluntad en lugares de mayor o menor tormento; porque esto lo dispensa el poder de la divina justicia, según los deméritos de cada uno de los condenados, porque con esta medida sean atormentados. Pero, a más de la pena esencial, dispone el justo Juez que puedan sucesivamente padecer otras penas accidentales en algunas ocasiones; porque sus pecados dejaron en el mundo raíces y muchos daños para otros que por su causa se condenan, y el nuevo efecto de sus pecados no retratados les causa estas penas. Atormentaron los demonios a Judas con nuevas penas, por haber vendido y procurado la muerte a Cristo. Y conocieron entonces que aquel lugar de tan formidables penas, donde le habían puesto, era destinado para castigo de los que se condenasen con fe y sin obras, y los que despreciasen de intento el culto de esta virtud y el fruto de la redención humana. Y contra estos manifiestan los demonios mayor indignación, como la concibieron contra Jesús y María.

Luego que Lucifer tuvo permiso para esto y para levantarse del aterramiento en que estuvo algún tiempo, procuró intimar a los demonios su nueva soberbia contra el Señor. Para esto los convocó a todos, y puesto en lugar eminente les habló, y dijo: A vosotros, que por tantos siglos habéis seguido y seguiréis mi justa parcialidad en venganza de mis agravios, es notorio el que ahora he recibido de este nuevo Hombre y Dios, y como por espacio de treinta y tres años me ha traído engañado, ocultándome el ser divino que tenía, y encubriendo las operaciones de su alma, y alcanzando de nosotros el triunfo que ha ganado con la misma muerte que para destruirle le procuramos. Antes que tomara carne humana le aborrecí, y no me sujeté a reconocerle por más digno que yo de que todos le adorasen como superior. Y aunque por esta resistencia fui derribado del cielo con vosotros, y convertido en la fealdad que tengo, indigna de mi grandeza y hermosura; pero más que todo esto me atormenta hallarme tan vencido y oprimido de este Hombre y de su Madre. Desde el día que fue criado el primer hombre los he buscado con desvelo para destruirlos; y si no a ellos, a todas sus hechuras, y que ninguna le admitiese por su Dios ni le siguiese, y que sus obras no resultasen en beneficio de los hombres. Estos han sido mis deseos, estos mis cuidados y conatos; pero en vano, pues me venció con su humildad y pobreza, me quebrantó con su paciencia, y al aún me derribó del imperio que tenía en el mundo con su pasión y afrentosa muerte. Esto me atormenta de manera, que si a él le derribara de la diestra de su Padre, donde ya estará triunfante, y a todos sus redimidos los trajera a estos infiernos, aun no quedara mi enojo satisfecho, ni se aplacara mi furor.

¡Es posible que la naturaleza humana, tan inferior a la mía, haya de ser tan levantada sobre todas las criaturas! ¡Que ha de ser tan amada y favorecida de su Criador que la juntase a sí mismo en la persona del Verbo eterno! ¡Que antes de ejecutarse esta obra me hiciese guerra, y después me quebrantase con tanta confusión mía! Siempre la tuve por enemiga cruel; siempre me fue aborrecible e intolerable. ¡Oh hombres tan favorecidos y regalados del Dios que yo aborrezco, y amados de su ardiente caridad! ¿Cómo impediré vuestra dicha? ¿Cómo os haré infelices cual yo soy, pues no puedo aniquilar el mismo ser que recibisteis? ¿Qué haremos ahora, o vasallos míos? ¿Cómo restauráremos nuestro imperio? ¿Cómo cobraremos fuerzas contra el hombre? ¿Cómo podremos ya vencerle? Porque si de hoy mas no son los mortales insensibles ingratísimos, si no son peores que nosotros contra este Hombre y Dios que con tanto amor los ha redimido, claro está que todos le seguirán a porfía; todos le darán el corazón y abrazarán su suave ley; ninguno admitirá nuestros engaños; aborrecerán las honras que falsamente les ofrecemos, y amarán el desprecio; querrán la mortificación de su carne, y conocerán el peligro de los deleites; dejarán los tesoros y riquezas, y amarán la pobreza que tanto honró su Maestro; y a todo cuanto nosotros pretendamos aficionar sus apetitos, les será aborrecible por imitar a su verdadero Redentor. Con esto se destruye nuestro reino, pues nadie vendrá con nosotros a este lugar de confusión y tormentos; y todos alcanzarán la felicidad que nosotros perdimos; todos se humillarán hasta el polvo, y padecerán con paciencia, y no se logrará mi indignación y soberbia.

¡Oh infeliz de mí, y qué tormento me causa mi propio engaño! Si le tenté en el desierto fue darle ocasión para que con aquella victoria dejase ejemplo a los hombres, y que en el mundo le hubiese tan eficaz para vencerme. Si le perseguí, fue ocasionar la enseñanza de su humildad y paciencia. Si persuadí a Judas que le vendiese, y a los judíos que con mortal odio le atormentasen y pusiesen en la cruz, con estas diligencias solicité mi ruina, y el remedio de los hombres, y que en el mundo quedase aquella doctrina que yo pretendí extinguir. ¿Cómo se pudo humillar tanto el que era Dios? ¿Cómo sufrió tanto de los hombres, siendo tan malos? ¿Cómo yo mismo ayudé tanto para que la redención humana fuese tan copiosa y admirable? ¡Oh qué fuerza tan divina la de este Hombre, que así me atormenta y debilita! Aquella mi enemiga, Madre suya, ¿cómo es tan invencible y poderosa contra mí? Nueva es en pura criatura tal potencia, y sin duda la participa del Verbo eterno, a quien vistió de carne. Siempre me hizo grande guerra el Todopoderoso por medio de esta Mujer tan aborrecible a mi altivez, desde que la conocí en su señal o idea. Pero si no se aplaca mi soberbia indignación, no me despido de hacer perpetua guerra a este Redentor, a su Madre y a los hombres. Ea, demonios de mi séquito, ahora es el tiempo de ejecutar la ira contra Dios. Llegad todos a conferir conmigo por qué medios lo haremos, que deseo en esto vuestro parecer.

A esta formidable propuesta de Lucifer respondieron algunos demonios de los más superiores, animándole con diversos arbitrios que fabricaron para impedir el fruto de la redención en los hombres. Convinieron todos en que no era posible ofender a la persona de Cristo, ni menguar el valor inmenso de sus merecimientos, ni destruir la eficacia de los Sacramentos, ni falsificar ni revocarla doctrina que Cristo había predicado; mas que no obstante todo esto convenía que, conforme a las nuevas causas, medios y favores que Dios había ordenado para el remedio de los hombres, se inventasen allí nuevos modos de impedirlos, pervirtiéndolos con mayores tentaciones y falacias. Para esto algunos demonios de mayor astucia y malicia, dijeron: Verdad es que los hombres tienen ya nueva doctrina y ley muy poderosa, tienen nuevos y eficaces Sacramentos, nuevo ejemplar y maestro de las virtudes, y poderosa intercesora y abogada en esta nueva Mujer; pero las inclinaciones y pasiones de su carne y naturaleza siempre son unas mismas, y las cosas deleitables y sensibles no se han mudado. Por este medio, añadiendo nueva astucia, desharemos, en cuanto es de nuestra parte, lo que este Dios y Hombre ha obrado por ellos; y les haremos poderosa guerra procurando atraerlos con sugestiones, irritando sus pasiones, para que con grande ímpetu las sigan, sin atender a otra cosa; y la condición humana, tan tímida, embarazada en un objeto, no puede atender al contrario.

Con este arbitrio comenzaron de nuevo a repartir oficios entre los demonios, para que con nueva astucia se encargasen como por cuadrillas de diferentes vicios en que tentar a los hombres. Determinaron que se procurase conservar en el mundo la idolatría, para que los hombres no llegasen al conocimiento del verdadero Dios ni de la redención humana. Si esta idolatría faltaba, arbitraron se inventasen nuevas sectas y herejías en el mundo; y que para todo esto buscasen los hombres más perversos y de inclinaciones depravadas que primero las admitiesen, y fuesen maestros y cabezas de los errores. Y allí fueron fraguadas en el pecho de aquellas venenosas serpientes la secta de Mahoma, las herejías de Arrio, de Pelagio, de Nestorio, y cuantas se han conocido en el mundo, desde la primitiva Iglesia hasta ahora, y otras que tienen maquinadas, que ni es necesario ni conveniente referirlas. Este infernal arbitrio aprobó Lucifer, porque se oponía a la divina verdad, y destruía el fundamento de la salud humana, que consiste en la fe divina. A los demonios, que lo intentaron y se encargaron de buscar hombres impíos para introducir estos errores, los alabó y acarició, y los puso a su lado.

Otros demonios tomaron por su cuenta pervertir las inclinaciones de los niños, observando las de su generación y nacimiento. Otros de hacer negligentes a sus padres en la educación y doctrina de los hijos, o por demasiado amor, o aborrecimiento, y que los hijos aborreciesen a sus padres. Otros se ofrecieron a poner odio entre los maridos y mujeres, y facilitarles los adulterios, y despreciar la justicia y fidelidad que se deben. Todos convinieron en que sembrarían entre los hombres rencillas, odios, discordias y venganzas, y para esto los moviesen con sugestiones falsas, con inclinaciones soberbias y sensuales, con avaricia y deseo de honras y dignidades, y les propusiesen razones aparentes contra todas las virtudes que Cristo había enseñado; y sobre todo divirtiesen a los mortales de la memoria de su pasión y muerte, y del remedio de la redención, de las penas del infierno y de su eternidad. Y por estos medios les pareció a todos los demonios que los hombres ocuparían sus potencias y cuidados en las cosas deleitables y sensuales, y no les quedaría atención ni consideración de las espirituales, ni de su propia salvación.

Oyó Lucifer estos y otros arbitrios de los demonios, y respondiendo dijo: Con vuestros pareceres quedo muy obligado, todos los admito y apruebo, y todo será fácil de alcanzar con los que no profesaren la ley que este Redentor ha dado a los hombres. Pero en los que la admitan y abracen, dificultosa empresa será. Más en ella y contra estos pretendo estrenar mi saña y furor, y perseguir acerbísimamente a los que oyeren la doctrina de este Redentor y le siguieren; y contra ellos ha de ser nuestra guerra sangrienta hasta el fin del mundo. En esta nueva Iglesia he de procurar sobresembrar mi cizaña, las ambiciones, la codicia, la sensualidad y los mortales odios, con todos los vicios de que soy cabeza. Porque si una vez se multiplican y crecen los pecados entre los fieles, con estas injurias y su pesada ingratitud irritarán a Dios para que les niegue con justicia los auxilios de la gracia que les deja su Redentor tan merecidos; y si con sus pecados se privan de este camino de su remedio, segura tendremos la Victoria contra ellos. También es necesario trabajemos en quitarles la piedad, y todo lo que es espiritual y divino; que no entiendan la virtud de los Sacramentos, o que los reciban en pecado, y cuando no le tengan, que sea sin fervor ni devoción; que como estos beneficios son espirituales, es menester admitirlos con afecto de voluntad, para que tenga más fruto quien los usare. Y si una vez llegaren a despreciar la medicina, tarde recuperarán la salud, y resistirán menos a nuestras tentaciones; no conocerán nuestros engaños, olvidarán los beneficios, no estimarán la memoria de su propio Redentor, ni la intercesión de su Madre; y esta feísima ingratitud los hará indignos de la gracia, e irritado su Dios y Salvador se la niegue. En esto quiero que todos me ayudéis con grande esfuerzo, no perdiendo tiempo ni ocasión de ejecutar lo que os mando.

No es posible referir los arbitrios que maquinó el dragón con sus aliados en esta ocasión contra la santa Iglesia y sus hijos, para que estas aguas del Jordán entrasen en su boca. Basta decir que les duró esta conferencia casi un año entero después de la muerte. de Cristo, y considerar el estado que ha tenido el mundo y el que tiene después de haber crucificado a Cristo nuestro bien y maestro, y haber manifestado su Majestad la verdad de su fe con tantas luces de milagros, beneficios y ejemplos de varones santos. Y si todo esto no basta para reducir a los mortales al camino de la salud, bien se deja entender cuánto ha podido Lucifer con ellos, y que su ira es tan grande, que podemos decir con san Juan: ¡Ay de la tierra, que baja a vosotros Satanás lleno de indignación y furor! Mas ¡ay dolor, que verdades tan infalibles como estas y tan importantes para conocer nuestro peligro, y excusarle con todas nuestras fuerzas, estén hoy tan borradas de la memoria de los mortales con tan irreparables daños del mundo! El enemigo astuto, cruel y vigilante; ¡nosotros dormidos, descuidados y flacos! ¿Qué maravilla es que Lucifer se haya apoderado tanto del mundo, si muchos le oyen, le admiten y siguen sus engaños, y pocos le resisten, porque se olvidan de la eterna muerte que con inculpable indignación y malicia les procura? Pido yo á los que esto leyeren, no quieran olvidar tan formidable peligro. Y si no le conocen por el estado del mundo y sus desdichas, y por los daños que cada uno experimenta en sí mismo, conózcalo a lo menos por la medicina y remedios tantos y tan poderosos, que dejó en la Iglesia nuestro Salvador y Maestro, pues no aplicara tan abundante antídoto, si nuestra dolencia y peligro de morir eternamente no fuera tan grande y formidable.

“MÍSTICA CIUDAD DE DIOS”. Año 1888.

viernes, 20 de abril de 2018

EL PECADO PREDILECTO DEL DEMONIO ES LA SOBERBIA



El orgullo es el pecado de Lucifer. El orgullo nubla la razón y el entendimiento. Cuando alguien se siente lastimado en él reacciona como animal herido perdiendo toda capacidad de juicio.

Buscar la verdad a pesar de nuestro orgullo herido es una virtud que pocos alcanzan. Sólo pidiéndola a Dios se logra. Es una cualidad casi imposible de hallar hoy en día. Es para los elegidos, que la imploraron.

Por la soberbia se ciegan y se pierden muchos. Es de los pecados más difíciles de superar. Lleva muchas almas a la perdición eterna. El demonio se vale de los soberbios para atacar lo que más detesta.

Fue ese el pecado de Lutero y de tantos como él.

Deberíamos rezar y pedirle diariamente a Dios que aunque lastimen nuestro ego, eso no nos ciegue nunca y conozcamos la verdad y permanezcamos en ella siempre. El problema es que anteponemos con tanta facilidad nuestro parecer porque nos resulta más cómodo. Y la soberbia nos ancla en él.

viernes, 2 de junio de 2017

EL SUPERIOR DE LOS JESUITAS, UN "PASTOR" CON OLOR A AZUFRE, NIEGA EL DOGMA DE LA EXISTENCIA DEL DEMONIO

  • Dios maldijo a la antigua serpiente: "Maldita serás... pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Ella (la Sma. Virgen) te aplastará la cabeza" (Gén 3,14-15).

“Los cristianos...hemos hecho figuras simbólicas, como el diablo, para expresar el mal". Esta herética tesis la sostiene, en reciente entrevista al diario EL MUNDO, el P. Arturo Sosa Abascal, sucesor de Pedro Arrupe -no de San Ignacio- en la nuevaolera Compañía de Jesús de la que es superior general (Prepósito General). El mismo que en febrero de 2017 escandalizó al mundo católico por sostener que "La doctrina (católica) no sustituye al discernimiento" y cuestionó las palabras de Cristo consignadas en la Biblia (Palabra de Dios) porque "en esa época nadie tenía una grabadora para registrar sus palabras" (entrevista concedida al vaticanista suizo Giuseppe Rusconi para el blog Rossoporpora y el "Giornale del Popolo" de Lugano).

Es Cristo, en tantísimos pasajes del Nuevo Testamento, quien llama al demonio "príncipe de este mundo" (Jo. 12-31; 14-30; 16-11). No es el caso exponer todos los lugares en que el mismo Cristo y la Biblia hablan de la Caída de los ángeles, que no se mantuvieron firmes en la verdad (Jo. 8-44), por lo que fueron condenados al fuego eterno (Mt. 25-41). Los diablos tientan a los hombres, a Judas (Lc. 22-3; Jo. 13-27), etc., etc. y como "león rugiente busca a quien devorar" (Pt. 1, 5-8). Basta saber que Cristo mismo exorcizó demonios y que es un dogma inmutable de nuestra fe su existencia. Juan Pablo II le dijo al Padre Amorth: "Quien no cree en el demonio no cree en los Evangelios". El propio Amorth, sacerdote exorcista, le dijo a un cardenal modernista que negaba la existencia del diablo: "Eminencia, es el Evangelio el que habla del demonio. Es el Evangelio el que nos dice que Jesús expulsa los demonios. Y no solo esto, es el Evangelio el que dice que entre los poderes que ha dado a los apóstoles está el de echar a los demonios. ¿Qué desea hacer, eliminar el Evangelio?... El Evangelio dice que el demonio existe y que tentó hasta al mismo Cristo. Jesús ha dado las armas, nos las ha dado también a nosotros, para vencerlo. El demonio puede todavía tentarnos, todos podemos ser tentados, como lo demuestra la oración contra el maligno que el mismo Jesús nos enseñó, en el Padrenuestro ("Líbranos del mal" se refiere al maligno)".

Durante exorcismos realizados por el P. Marcello Pellegrino Ernetti el demonio le reveló: "Pero sobre todo me alegran y me llenan de placer todos aquellos eclesiásticos que niegan mi existencia y mis obras en el mundo. ¡Son muchísimos! ¡Oh, qué gozo, qué gozo inmenso es eso para mí! ¡Porque de este modo trabajo tranquilo y seguro! Hoy en día incluso los teólogos son los que niegan mi existencia. ¡Qué hermoso, qué gozo! Incluso niegan a su Dios, que vino para destruirme. ¡Pero lo he vencido! ¡Bravo por estos sacerdotes! ¡Bravísimo por estos obispos! ¡Bravísimo por estos teólogos! Porque al actuar así todos se hacen mis fieles esclavos y yo hago con ellos lo que me dan ganas de hacer".

Sin duda, Satanás se ha introducido a los más altos puestos de la Iglesia.

No hablaremos de otras heterodoxas tesis modernistas, que también sostuvo este pseudojesuita en la misma entrevista, a favor de los matrimonios civiles entre homosexuales "para que no haya discriminación" y sobre su siguiente deseo: "La Iglesia del futuro tiene que tener una jerarquía distinta, con unos ministerios distintos" y sobre el dizque "sacerdocio" femenino. Pueden leerlas haciendo clic AQUÍ. Quien no cree en el demonio deja de ser católico. Y si se desean "pastores con olor a oveja", ¿por qué se mantiene en los más altos puestos a falsos pastores con olor a azufre? Falsos pastores que buscan "autodestruir" la Iglesia desde dentro y hacer prosélitos al modo que Cristo denunciaba: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros" Mat 23:15.

Si así está la cabeza de los jesuitas que traiciona no sólo a San Ignacio sino a Cristo mismo y a su Iglesia... no es de extrañarse cómo están la mayoría de ellos. 


TEMAS RELACIONADOS: 1) ¡EL DEMONIO EXISTE!, 2) CALLAR SOBRE EL INFIERNO: GRAVE PECADO DE OMISION, 3) LOS DEMONIOS, 4) EL PADRE AMORTH, EXORCISTA CATÓLICO, SE ENFRENTÓ A CARDENAL HEREJE QUE NIEGA LA EXISTENCIA DE SATANÁS

martes, 20 de septiembre de 2016

¿LOS EXORCISMOS SON COSA DEL PASADO? RESPONDE EL PADRE AMORTH (Año 1998)

  • En la Biblia constan casos de posesión demoniaca
  • El demonio es causa de tentaciones, por ello pedimos no caer en ellas en el Padrenuestro, oración que Cristo nos enseñó
  • "Líbranos del mal" se refiere al maligno
  • Lo que diga el demonio en un exorcismo debe ponerse en duda, pues es el padre de la mentira
  • Ningún exorcista es infalible al interpretar la veracidad o mentira de lo que afirma el diablo
  • El oficio de exorcista no es señal de que éste no pueda errar en su ministerio sacerdotal



El Padre Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis de Roma, la diócesis del Papa, es el autor del libro “Habla un exorcista”. En él se habla de la existencia él demonio, cómo se puede detectarlo, cómo se comporta, cómo se lo combate con los exorcismos, y quién puede expulsar al demonio, la edición en lengua castellana, publicada por Planeta-Testimonio, que incluye una introducción del padre Cándido Amantini y un documento de la Congregación para la Doctrina é la Fe, fue presentada recientemente en Madrid. En esa ocasión el padre Gabriele Amorth efectuó las siguientes declaraciones:

–– ¿Por qué el satanismo se está implantando en todas partes y, en cambio, el exorcismo se convierte en un tema tabú?

–– Cuando disminuye la fe aumenta la superstición. El ocultismo siempre ejerce una gran fascinación. Atrae sobre todo con lo que promete: satisfacer las tres grandes pasiones, la ambición (éxito, poder), la riqueza (poseer todo lo que se quiera) y el placer (sexo, gula).

El exorcismo se ha vuelto tabú porque ya no se cree en la existencia del demonio, como se presenta en la Biblia. Ya no se cree en las posesiones y los maleficios, pensando que son males psíquicos a los que tiene que responder la medicina. Esto conduce a creer que el exorcismo es cosa del pasado, imposible de aceptar en la sociedad actual. Incluso muchos sacerdotes tienen ignorancia o confusión acerca del exorcismo e incluso hay incrédulos en el tema.

–– ¿Quitar a la Iglesia los exorcismos no es una manera de quitarle signos de salvación?

–– Sin duda alguna los exorcismos realizados por Jesús eran un signo de que había comenzado el Reino de Dios y que el reino de Satanás había sido derrotado. Son un signo de la divinidad de Cristo, porque los demonios se ven obligados a obedecerle. Un signo de la felicidad futura, porque Cristo ha derrotado a Satanás y las consecuencias de los daños introducidos por él: el pecado, el sufrimiento y la muerte.

–– ¿Es necesario para un cristiano conocer el poder de las tinieblas?

–– Si, para combatirlo con la fortaleza de la fe. Todos estamos sometidos a las tentaciones del demonio; Jesús mismo aceptó esta condición humana. San Pablo afirma que nuestra lucha es contra los demonios. El conocimiento del poder de las tinieblas es útil para comprender el mal que hay en el mundo.

–– ¿Dónde se ve al diablo?

–– Hay el riesgo de pensar que no existe, que muchos sostienen hoy, pero también el peligro de verlo en todas partes, ante cualquier enfermedad, por pequeña que sea, o cualquier contrariedad. Pero quien tiene ideas claras sobre el demonio sabe distinguir lo que depende de él de lo que no depende de él.

–– ¿No puede crear falsos miedos hablar del diablo, de los exorcismos, de posesiones?

–– Los brujos y magos son falsos sustitutos de los exorcistas. (NOTA NUESTRA: Se debe entender los falsos brujos y magos actuando como como curanderos. Pues existen como el mismo Padre lo afirma brujos y magos verdaderos que trabajan con el demonio). En la mayoría de los casos son simples mentirosos, pero cuando están unidos a Satanás pueden causar graves maleficios. Ciertamente no pueden hacer nunca el bien; quienes recurren a ellos para ser liberados de sus males, sólo pueden agravar su condición.

–– ¿Es decir que los brujos y magos son seudosustitutos de los exorcistas?

–– Cierto. Se ha conseguido que los cristianos se olviden de que, además del Reino de Cristo, hay otro reino. El centro del mensaje evangélico es la persona de Jesús, único salvador y único maestro. Sólo gracias a Él se vence el mal. Muchos cristianos hoy se dejan guiar por sectas, gurúes, religiones orientales. Y de esta manera dejan el Reino de Dios, abandonan la Iglesia, pierden la fe.

–– ¿Quiere usted decir que han olvidado que frente al Reino de Dios existe otro reino?

–– ... Pablo VI, en su famoso discurso sobre el diablo, el 15 de septiembre de 1972, enumeró algunos signos de la influencia satánica: cuando hay una radical y sutil negación de Dios, que llega a predicar “la muerte de Dios”; cuando el amor ha desaparecido y reina el egoísmo frío y cruel; cuando el nombre de Jesús es atacado con odio consciente y cruel; cuando el espíritu del Evangelio es tergiversado y desmentido. Detrás de todo esto está el impulso del diablo.

–– ¿Cómo exorcista oficial de la diócesis de Roma ha tenido usted experiencias directas con él? ¿Posee tanta maldad el diablo como dicen algunos?

–– Su malicia es inmensa porque es un espíritu puro, con una inteligencia no condicionada por lazos materiales. En mi libro cuento muchos ejemplos de ello.

–– ¿No es el pecado mortal la máxima posesión diabólica?

–– Debemos distinguir entre el mal moral hecho para arruinar un alma y una posesión corporal. En el primer caso sólo puede tener lugar con el consentimiento del hombre, y la salvación sólo llega a través de la conversión. En el caso en que el diablo toma posesión de un cuerpo o es causa de maleficio, el alma no da su consentimiento. De aquí se deduce que debemos temer más al pecado, que depende de nosotros y es una entrega del alma a Satanás, que temer los males que el demonio puede causar a nuestro cuerpo.

–– ¿Cómo es el oficio de exorcista?

–– El ministerio de exorcista es una tarea comprometida y fatigosa. El sacerdote que lo cumple está espiritualmente alerta, se siente en contacto con el mundo invisible y esto ayuda a la fe, además de la posibilidad de hacer mucho bien. Las más de las veces basta con dirigir a las personas afectadas hacia una vida cristiana comprometida. ¡Son tantos los que hoy se profesan creyentes, pero no practicantes! En los casos en que hay una influencia satánica, se libera de males terribles a las personas atacadas por el demonio.

Fuente: (AICA)
EL DEMONIO NOS TIENTA HACIÉNDONOS CREER QUE NO ES ÉL QUIEN NOS TIENTA

jueves, 27 de agosto de 2015

miércoles, 10 de junio de 2015

EXORCISMO MAGNO EN MÉXICO


ANTECEDENTES:

Durante un exorcismo practicado, en Roma, por el P. Gabriele Amorth a un poseso mexicano, los demonios fueron obligados a decir que la inmensa escalada de violencia en México está relacionada con el aborto y que “habrá tantos crímenes violentos como abortos existan”. La gran cantidad de muertes -y la inhumana crueldad de las mismas, que no se duda en calificar de satánica en muchos casos- generadas por el crimen organizado, es un mal que prolifera en todo el país.   En otro escrito, el autor de este artículo -Roberto O’Farrill-, periodista católico que participó en el Exorcismo Magno celebrado en la catedral de San Luis Potosí, explica que México sufre una infestación demoníaca, similar a la que vivían estos territorios antes de la evangelización y la aparición de la Virgen de Guadalupe, cuando las culturas precolombinas realizaban sacrificios humanos a sus falsos dioses. En virtud de todo lo anterior, se realizó el pasado 20 de mayo, en la Catedral de San Luis Potosí, el primer Exorcismo Magno en la historia de México en el que exorcistas venidos de distintos lugares de la nación se reunieron para exorcizar a los poderes de la tinieblas no de una persona, sino de todo un país. Previamente, el 12 de diciembre de 2014, como recordarán nuestros lectores, se efectuó un acto religioso de desagravio en la catedral primada metropolitana de la arquidiócesis de México cuando en la Santa Misa, el cardenal Juan Sandoval Iñiguez consagró México al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de la Virgen María. El P. José Antonio Fortea, exorcista que participó en el Exorcismo Magno, declaró a Aciprensa: “Sería un error pensar que por realizar un gran exorcismo a toda la nación, ya automáticamente todo cambiará. El pecado tiene muchas causas, no sólo el demonio”. Y agregó: “Si con el poder recibido de Cristo alejamos a los demonios de una nación, ciertamente eso repercutirá positivamente, puesto que hacemos que se marchen una gran cantidad de tentadores, si bien ese alejamiento es parcial...con una sola ceremonia no expulsamos a todos los malos espíritus de un país. Pero aunque no se marchen todos, los que han sido alejados ya no están”. Luego de la ceremonia se ha comentado que sería muy aconsejable que en cada diócesis el obispo del lugar efectuara también un Magno Exorcismo, pues éste tiene efecto principal en el lugar que se realiza y luego en todo el territorio nacional. Para lograr esto pueden influir los propios fieles. Es preciso indicar que cuando la Iglesia se ve en la necesidad de practicar el Exorcismo Magno en un territorio es porque el mal se ha extendido estrepitosamente, como está sucediendo en México.

Ahora sólo quedan dos pendientes: el primero es derogar la ley maldita que auspicia y promueve la muerte de inocentes en el seno materno mediante los abortos en la capital mexicana y parcialmente en otros estados. El segundo es que cada mexicano se proponga deponer actitudes de violencia para disponerse a un proceso de conversión a Dios, pues la lucha de la Santísima Virgen María contra Satanás no debe librarla ella solita, sino con la participación de todos sus hijos.


EXORCISMO MAGNO 
por Roberto O´Farrill

Me encontraba bajo sigilo, y por lo tanto no podía hacer público el gran acontecimiento que tuvo lugar en la catedral de San Luis Potosí, del que fui testigo además de participante; pero ahora, toda vez que ha transcurrido el tiempo necesario para que el papa Francisco fuese enterado, ya puedo decirlo: el miércoles 20 de mayo de 2015, hacia el medio día, se celebró el ritual del magno exorcismo de México, a puerta cerrada, con la participación del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, arzobispo emérito de Guadalajara; monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, arzobispo de San Luis Potosí; el Padre José Antonio Fortea, demonólogo y exorcista; el Padre Carlos Spahn, exorcista; el Padre Alberto Ferrara Schievano, exorcista de Tehuacán; varios exorcistas más, los señores canónigos de Catedral, sacerdotes, seminaristas y algunos laicos.

En el ritual, preparado por el Padre Fortea, se explica que “Estos ritos se realizan en diferentes puntos de la catedral. Creemos, estamos seguros, totalmente ciertos de que estos ritos tienen una efectividad real en el mundo de los espíritus. El poder entregado por Cristo a los Apóstoles pervive en los obispos y sacerdotes, y cuando Nuestro Maestro nos encargó que expulsáramos a los demonios, estamos seguros de que alejamos a los demonios. No vemos el mundo invisible, pero todo este ritual tiene un efecto en el mundo invisible. El presente ritual está cargado de ritos simbólicos, pero los demonios saben que esos ritos tienen efecto sobre ellos. La Iglesia tiene una labor de predicación y una labor de enviar la gracia a las almas, con los sacramentos y sacramentales; pero la Iglesia también tiene una labor de defensa frente a los poderes de las tinieblas. La Santa Iglesia Católica no sólo predica la Verdad, también defiende a las almas frente a las potestades y dominaciones de los infiernos”.

Debido a que el Magno exorcismo se celebró hacia el interior de la catedral, y a puerta cerrada, presento en seguida, por los grandes beneficios que esto traerá para nuestro país, los elementos principales del ritual.

1) Ritos de circunvalación:

La procesión recorrió el perímetro de la catedral, por dentro, y se detuvo a hacer un exorcismo a las milicias infernales en cada punto cardinal. A lo largo del recorrido hubo una sucesión de oraciones deprecativas y de fórmulas conjuratorias.

2) Conjuración al Norte:

- Oración deprecativa: “Señor, tú eres nuestra defensa y nuestro refugio; 
te pedimos que libres a tu Santa Iglesia de las trampas de los demonios y de las palabras crueles de sus perseguidores. Protégela bajo la sombra de tus alas, rodéala con el escudo de tu fortaleza 
y muéstrale la clemencia de tu salvación. Por Cristo, nuestro Señor. Amén”.

3) Conjuración al Oeste:

- Oración deprecativa: “Dios, Creador y Defensor del género humano, dirige tu mirada sobre tu santa Iglesia. El antiguo adversario desea atormentarla cruelmente, quiere oprimirla con fuerte violencia
y desea atormentarla con cruel terror. Envía sobre ella tu Espíritu Santo para que la haga fuerte en la lucha,
le enseñe a rogar en la tribulación
y la defienda con su poderosa protección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.

Cardenal Juan Sandoval Íñiguez
- Conjuración: “Te conjuro, Satanás, que engañas al género humano, reconoce al Espíritu de la verdad y de la gracia
que repele tus insidias y confunde tus mentiras. Retrocede ante la Iglesia fundada por Dios,
a quien el mismo Espíritu marcó con su sello poderoso. Retírate de este edificio que Dios hizo templo sagrado
con una unción espiritual. Retírate de esta construcción material y de la Iglesia universal. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén”.

4) Conjuración al Sur:

- Oración deprecativa: “Escucha, Padre santo,
el gemido de tu Iglesia suplicante;
no permitas que tus hijos
sean engañados por el padre de la mentira. No dejes que tus servidores,
a quienes Cristo redimió con su Sangre, sean llevados a la cautividad del diablo; impide que el templo de tu Espíritu
sea mancillado por los espíritus inmundos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

- Conjuración: Retírate, Satanás, en el nombre del Padre +, y del Hijo +, y del Espíritu + Santo; retírate por la fe y la oración de la Iglesia; retírate por la señal de la santa Cruz, de nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén”.

5) Conjuración al Este:

- Oración deprecativa: “Dios justo y bueno, líbranos de aquellos enemigos que fueron expulsados de los cielos. Custódianos de aquellos agresores que lanzan flechas invisibles sobre las almas. Tú eres nuestra fortaleza. Con tu favor, veremos la derrota del Enemigo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén”.

- Conjuración: “Exorcizo a todo espíritu maligno que intenta atacar a la Iglesia. Exorcizo a todo poder satánico que ataca a la Iglesia. En el nombre y virtud de Nuestro Señor Jesucristo, te ordeno que salgas y huyas de la Iglesia de Dios, de las almas creadas a imagen de Dios y redimidas por la preciosa Sangre del Divino Cordero. En adelante no oses, perfidísima serpiente, engañar al género humano, perseguir a la Iglesia de Dios y zarandear a los elegidos. Te lo manda Dios Altísimo, a quien en tu insolente soberbia aún pretendes asemejarte. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.

6) Invocación de los Santos Ángeles:

El Padre Carlos Spahn los invocó para que ayuden y protejan a la Iglesia: “San Miguel Arcángel, querubines de Dios, serafines de Dios, ángeles y arcángeles, protejan al Rebaño de Cristo de los lobos infernales (pausa brevísima). Escucha, Señor, la oración de San Miguel Arcángel y de todos los ángeles que te sirven. Dios de todo bien, impide la acción diabólica; Tú que eres la fuente de la verdad y del perdón, destruye las falaces insidias del diablo; Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.

7) Conjuración hacia la Puerta del Abismo:

-La gran oración deprecativa: “Señor de la libertad y de la gracia, desata los lazos de la perversidad. Tú que amas y salvas al hombre, que escuchas paternalmente la oración de los apóstoles Pedro y Pablo y de todos los santos que con tu gracia vencieron las asechanzas del Maligno, protege a tu Santa Iglesia de todo ataque demoniaco, para que te glorifique con sus alabanzas. Libra al Rebaño de Cristo de los lobos infernales. Pon una muralla alrededor de tu Iglesia universal. Pon a tus ángeles alrededor de este templo. Aleja a los tentadores de esta ciudad. Pon en fuga de esta diócesis a los invisibles sembradores de la iniquidad, para que así reine la paz. Cierra las puertas del Abismo, cierra las compuertas del Infierno, cierra la salida del Averno. Que tu mano todopoderosa impida que salgan los poderes infernales, para que así tú seas glorificado con la concordia de tus hijos, con la alabanza de los renacidos del agua y del Espíritu. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.

-Exorcismo, que pronunció el cardenal Sandoval revestido con la mitra y con el báculo en la mano: “Te exorcizamos, Serpiente Antigua, aléjate del Rebaño de Cristo. Te lo manda la majestad de Cristo, el Verbo eterno de Dios hecho hombre, quien para salvar a la estirpe perdida por tu envidia, edificó su Iglesia sobre roca firme. Amén”.

Rito de la Percusio: “Señor, Rey del Cielo y de la Tierra, golpea los poderes del infierno (golpeó el suelo tres veces con el báculo). Dios Todopoderoso, por la intercesión de María Santísima e Inmaculada, golpea y aplasta a las potestades y principados rebeldes (golpeó por segunda vez el suelo tres veces con el báculo). Creador de todas las cosas celestes y terrestres, golpea, aplasta y quebranta a todas las jerarquías del Abismo. Vengan, santos ángeles de Dios, ayúdenos en esta tarea” (golpeó por tercera y última vez el suelo con tres solemnes golpes). Luego de la Percussio, otro sacerdote hizo el siguiente exorcismo:

“Te exorcizo, Serpiente Antigua, aléjate de la Santa Iglesia de Dios. Te lo manda el santo signo de la Cruz + y la virtud de todos los Misterios de la fe cristiana. Te lo manda la excelsa Madre de Dios, la Virgen María, quien con su humildad desde el primer instante de su Inmaculada Concepción aplastó tu orgullosa cabeza. Señor, cierra la Puerta del Abismo. Que no salgan de ella hacia la tierra las potestades infernales. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”. (Con estos exorcismos se ordena a los demonios que no salgan del infierno para atormentarnos).

8) Invocación a la Santísima Virgen María para que ayude con su intercesión a la Iglesia: “Virgen Santísima, terror de los demonios, no nos desampares. Ruega a Dios por nosotros. Protégenos como madre nuestra que eres. Nuestros enemigos son grandes, pero tú, Madre de Dios, eres más grande todavía (pausa brevísima). Escucha, Dios misericordioso, la oración de la bienaventurada Virgen María, cuyo Hijo encomendó a la Madre todos los hombres como hijos. Que resplandezca en tu Iglesia, todavía más, la luz de la verdad, que aletee en ella el Espíritu de la paz. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.

9) Conjuración hacia la Puerta de la Iglesia, que es símbolo de apertura para que las almas entren, pero que también es símbolo de lo que se cierra para que no entren los que no deben entrar:

- Exorcismo: “Te exorcizamos, Serpiente Antigua, aléjate de la Santa Iglesia de Dios. Te lo manda la majestad de Cristo, el Verbo eterno de Dios hecho hombre, quien para salvar a la estirpe perdida por tu envidia, edificó su Iglesia sobre roca firme. Amén”.

- Un exorcismo más: “Te exorcizo, Serpiente Antigua, aléjate de este templo, aléjate de esta ciudad, aléjate de esta diócesis, aléjate de la Santa Iglesia de Dios. Te lo manda Dios Padre +, te lo manda Dios Hijo +, te lo manda Dios Espíritu Santo +. Por Cristo Nuestro Señor. Amén”.

Unción de las puertas, en silencio: El Padre Fortea trazó dos cruces con el Sagrado Crisma, una en cada puerta, y otras dos cruces en el eje central del portón. La puerta es símbolo de acogida, pero también es símbolo de que la Iglesia se debe cerrar a todo aquello que no tiene cabida dentro de ella. Los demonios no tienen cabida dentro de la Iglesia, son sus enemigos, y lo único que hace la Iglesia respecto a ellos es expulsarlos.

10) Oración final: “Señor, Dios nuestro, que libras de las ataduras del pecado a tus hijos y los defiendes contra el Maligno y sus secuaces, haz que constantemente crezca nuestra esperanza de conseguir el premio de tu gloria. Por Nuestro Señor Jesucristo”. Luego vino la Bendición, y con un canto mariano terminó la celebración.

Recordemos que el 12 de diciembre de 2014, en la catedral primada metropolitana de la arquidiócesis de México, en la Santa Misa presidida por el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, México fue consagrado al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de la Virgen María. Ahora, con el Magno Exorcismo celebrado el 20 de mayo en la catedral de San Luis Potosí, lo que resta es modificar nuestras actitudes para deponer toda acción de violencia y confiar, con la fe en Cristo-Jesús, en que pronto terminará la violencia en México, se reducirán sustancialmente los abortos y recuperaremos la paz. Oremos todos juntos para que así sea, en el nombre de Jesucristo.

Fuente: Ver y Creer.