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lunes, 29 de julio de 2024

El Celular y las Nuevas Tecnologías han superado a la televisión en cuanto a peligros para la salvación

 

El Celular y las Nuevas Tecnologías han superado a la televisión en cuanto a peligros para la salvación.

San Juan Bosco, apóstol incansable de los jóvenes y fundador de la Congregación Salesiana, dedicó cada momento de su vida a la educación y formación moral de la juventud en tiempos de profundas crisis. Hoy, en una era donde el celular y las nuevas tecnologías han invadido cada rincón de la vida de los jóvenes, es imprescindible reflexionar desde su perspectiva pastoral y apostólica. San Juan Bosco advertiría con gran vehemencia que estas herramientas no solo representan una amenaza para la pérdida de tiempo, sino también exponen a los jóvenes a contenidos inmorales, desviándolos peligrosamente del plan divino para sus vidas. Utilizando sus escritos y enseñanzas, junto con las reflexiones de otros grandes santos de la tradición católica, analizaremos estos peligros con mayor profundidad y ofreceremos una guía para enfrentar estos desafíos.

La Pérdida del Tiempo y su Relación con la Salvación

San Juan Bosco enfatizó incansablemente la importancia del buen uso del tiempo, consciente de que cada segundo perdido es una oportunidad desaprovechada para la santidad. Él afirmaba con contundencia: "La juventud es el tiempo de la preparación; el tiempo que se pierde nunca se recupera" (Bosco, 1876). En una era donde los jóvenes pueden pasar horas interminables en sus celulares, esta advertencia es más relevante y urgente que nunca. La pérdida de tiempo en actividades digitales sin propósito desvía a los jóvenes de sus deberes académicos y familiares, y lo que es más grave, les roba el tiempo precioso que deberían dedicar a la oración y a la formación espiritual.

San Agustín, en sus "Confesiones," complementa esta visión al afirmar: "El tiempo no es un amigo, sino un testigo de nuestra vida. Aprovecha cada momento para hacer el bien." La distracción constante de las redes sociales y los videojuegos puede impedir que los jóvenes desarrollen una relación profunda con Dios y vivan según Su voluntad. Asimismo, Santo Tomás de Aquino subraya en su "Suma Teológica" que "el tiempo es un don divino que debe ser utilizado para la contemplación de la verdad y la práctica de la virtud."

La Influencia Corruptora del Contenido Inmoral

Uno de los mayores peligros del uso indiscriminado del celular es la exposición a contenidos inmorales. San Juan Bosco, con su profundo amor por la pureza de los jóvenes, habría sido un firme opositor a la pornografía y otros contenidos corruptores que están fácilmente accesibles a través de los dispositivos digitales. En una de sus cartas, él escribió: "La impureza es la ruina de las almas jóvenes; evítenla a toda costa" (Bosco, 1884). Este acceso fácil y constante a material inmoral representa una grave amenaza para la pureza y la inocencia que debemos proteger en nuestros jóvenes.

Santo Tomás de Aquino subraya que "el que peca mortalmente se aparta de su último fin," recordándonos que el pecado grave nos separa de la gracia divina. La facilidad con que los jóvenes pueden acceder a estos materiales inmorales a través de sus celulares es una puerta abierta a la tentación y al pecado, erosionando su moral y alejándolos de Dios.

San Bernardo de Claraval también advierte sobre los peligros de la tentación: "La carne es el enemigo más cercano del hombre, y la indulgencia en los placeres sensuales es la trampa más común del demonio." Las redes sociales y otros medios digitales pueden convertirse en herramientas del enemigo si no se utilizan con discernimiento y prudencia.

La Pérdida de la Realidad y la Verdad

San Juan Bosco, conocido por su dedicación a la formación integral de los jóvenes, subrayó la importancia de vivir en la realidad y de buscar la verdad en todas las cosas. Él decía: "La verdad es lo que nos hace libres; las mentiras y las ilusiones nos esclavizan" (Bosco, 1887). En la era digital, la constante inmersión en las redes sociales y los videojuegos puede llevar a los jóvenes a vivir en una realidad virtual, alejándolos de la verdad objetiva y divina.

La verdad no es solo un concepto abstracto, sino una manifestación del plan divino para la salvación de nuestras almas. Jesús mismo nos lo recuerda en el Evangelio de Juan: "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:32). Esta libertad es la que nos permite vivir conforme a la voluntad de Dios y alcanzar la bienaventuranza eterna.

San Juan de la Cruz, en su "Subida al Monte Carmelo," nos enseña que "la verdad padece, pero no perece," recordándonos que la búsqueda de la verdad es un camino arduo pero esencial para la vida cristiana. La constante exposición a contenidos falsos y superficiales en las redes sociales puede desviar a los jóvenes de esta búsqueda, atrapándolos en un mundo de ilusiones y mentiras.

Además, la búsqueda de aprobación y validación a través de "me gusta" y seguidores en las redes sociales puede inflar su ego y fomentar la soberbia. San Agustín nos advierte: "La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano." La constante comparación con los demás puede generar una autoestima equivocada y alejar a los jóvenes de la humildad y la simplicidad que Cristo nos enseña.

La Pereza y la Procrastinación

San Benito, con su lema "Ora et labora (Reza y trabaja)," nos enseña a integrar la oración y el trabajo en nuestra vida diaria. El abuso del celular fomenta la pereza y la procrastinación, desviando a los jóvenes de sus responsabilidades y del llamado a la acción que Dios les hace. San Juan Bosco, en su amor por la juventud, habría exhortado a los jóvenes a aprovechar su tiempo de manera productiva y a evitar las distracciones digitales que los alejan de sus deberes espirituales y morales.

San Juan de la Cruz también nos advierte sobre la importancia de la diligencia en la vida espiritual: "El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa" (Subida al Monte Carmelo). Este amor activo y diligente es lo que debemos fomentar en nuestros jóvenes, alejándolos de la pereza inducida por el uso excesivo de la tecnología.

La Afectación de la Autoestima y el Fomento de la Soberbia

Las redes sociales pueden generar una autoestima equivocada y fomentar la soberbia. San Juan Bosco, quien siempre promovió la humildad y la virtud, habría advertido a los jóvenes sobre los peligros de buscar la validación en las opiniones de los demás en lugar de en la verdad de Dios. Él decía: "La verdadera grandeza del hombre estriba en ser grande ante Dios y no ante los hombres" (Bosco, 1885).

San Francisco de Sales también nos recuerda que "la humildad es la verdadera grandeza," instándonos a buscar la aprobación de Dios más que la de los hombres. La constante búsqueda de validación en las redes sociales puede desviar a los jóvenes de este camino de humildad y sencillez.

La Desviación del Plan de Dios

El plan de Dios para nuestras vidas es que usemos nuestros talentos y recursos para glorificarlo y alcanzar la salvación. El abuso del celular y las tecnologías modernas puede desviarnos de este plan, convirtiéndose en distracciones en lugar de ser medios útiles. Santa Teresa de Ávila nos recuerda: "El tiempo es un regalo de Dios; úsalo sabiamente para amar y servir." Debemos ser vigilantes y disciplinados en nuestro uso del tiempo y la tecnología, asegurando que estén orientados hacia el bien y no se conviertan en obstáculos en nuestro camino hacia Dios.

San Juan Bosco también insistía en la importancia de la educación y la formación moral: "Educar a los jóvenes es una obra de amor. Solo a través del amor podemos guiar a las almas jóvenes hacia Dios" (Bosco, 1883). En este sentido, los padres y educadores deben estar atentos y guiar a los jóvenes en el uso prudente de las tecnologías, asegurando que estas herramientas se utilicen para el bien y no se conviertan en el instrumento de su perdición.

La adicción a las redes sociales y el abuso del celular representan peligros significativos desde la perspectiva de San Juan Bosco y la tradición católica . Estos dispositivos no solo representan una pérdida de tiempo, sino que también exponen a los jóvenes a contenidos inmorales, fomentan la pereza, la soberbia, y los alejan de la realidad y de su fin último. A la luz de las enseñanzas de santos como San Agustín, Santo Tomás de Aquino, San Bernardo de Claraval, San Juan de la Cruz y San Francisco de Sales, estamos llamados a utilizar nuestro tiempo y recursos de manera que favorezcan nuestra salvación y la práctica de la virtud.

Es crucial que los padres asuman la responsabilidad de no proporcionar estos instrumentos a sus hijos en edades tempranas. Sólo hacerlo a edad mayor y cuando realmente sea necesario y con los controles adecuados, pues son realmente instrumentos que hacen peligrar algo más que la vida: las almas de aquellos a quien más aman.

Debemos recordar que el tiempo es un don divino, un recurso precioso que debe ser utilizado con sabiduría y propósito, asegurando que nuestras acciones temporales nos conduzcan hacia nuestro fin último: la bienaventuranza eterna.

OMO

Bibliografía:

- Bosco, San Juan. Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales. 1876.

- Bosco, San Juan. Cartas y Escritos. 1883-1887.

- Agustín de Hipona, San. Confesiones. 397-400.

- Tomás de Aquino, Santo. Suma Teológica. 1265-1274.

- Teresa de Ávila, Santa. Camino de Perfección. 1566.


miércoles, 16 de noviembre de 2022

EL CONSUMIDOR DE PORNOGRAFÍA PIERDE SU CAPACIDAD DE AMAR


Es increíble como incluso 5 segundos de pornografía pueden quedar en la mente para toda la vida y muchos años de formación cristiana pueden olvidarse en cuestion de un momento cuando se elige pecar, y es que la pornografía atormenta el alma, la destruye y la lleva a la perdición, convierte a la persona en un esclavo. 

Lamentablemente un hombre que se ha formado viendo pornografía busca lo que ha visto en una mujer y la rebaja a un simple objeto que sirve para el placer sexual, pues esto es lo que presenta la pornografía, una mujer siendo utilizada como un mero objeto creado para satisfacer mis impulsos carnales.

Poco a poco el consumidor de pornografía va perdiendo su capacidad para amar, pues todo vicio nos aleja de Dios que es quien infunde el verdadero amor en nosotros, deja de pensar que la mujer debe ser conquistada con cariño y respeto, porque es un ser humano que ama y busca ser amada, en cambio él piensa que debe conquistarla para en algún momento llevarla a la cama y satisfacer su propio placer, el consumidor de pornografía nunca logrará amar porque el verdadero amor es sacrificio y donación, cuando los esposos se unen para el acto conyugal hacen un sacrificio de amor, buscan entregarse el uno al otro, no sólo satisfacerse a sí mismos, es en esta entrega sagrada que Dios se hace presente y se le puede dar gloria a Dios.

Ahora, ¿si soy consumidor de pornografía y aún quiero saber lo que es amar y ser amado puedo hacerlo? Mientras siga siendo consumidor nunca lo sabrá pues cada vez se aleja más de Dios, pero si se tiene un arrepentimiento sincero por haber ofendido tanto a Dios y se aleja de la ocasión del pecado (es decir, si es necesario botar la computadora, el celular, el televisor, revistas, discos, alejarse de ciertas "amistades" o familiares, etc. y lo hace por amor a Dios), se busca la vida de gracia, confesión frecuente, Santo Sacrificio frecuente, santo rosario diario, mortificación diaria y un buen director espiritual, y se lee la vida de los santos buscando imitarlos, y también se busca de todo corazón detestar el pecado, con estas prácticas hechas vida, claro que puede lograr amar y ser amado, pero como con todo vicio es necesaria la virtud de la persevarancia, no desistir, ni creer que como ya llevo "X" meses o años sin caer ya no caeré nunca más, porque la realidad es que es una lucha que siempre será para TODA LA VIDA, pero que bien vale la pena llevar una vida que nos conducirá al amor verdadero en este plano y, finalmente, a la bienaventuranza eterna con Dios.


viernes, 14 de octubre de 2022

INMODESTIA Y PORNOGRAFÍA A LA VISTA DE NIÑOS Y ADULTOS


Tras un siglo de lucha, hoy se ha matado el pudor en millones de mujeres, que no dudan en exhibirse semidesnudas (con tres trapitos malcubriendo sus “vergüenzas”) todos los veranos, a lo que deben agregarse otros -hombres y mujeres- que se desnudan por precio en los sets de televisión y en los estudios de los pornógrafos. El resultado es un mar de carne convertida en un pingüe negocio al alcance —cine, televisión e internet mediante— de todos los bolsillos y de todas las edades.

A quienes son responsables de la corrupción de los niños se les debe recordar las palabras de Cristo:

"Cualquiera que escandalizarse a alguno de estos pequeñitos que creen en Mí, mucho mejor le fuera que le ataran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y le echaran al mar". Mc 9: 42.


viernes, 19 de noviembre de 2021

CUIDADO CON LA PORNOGRAFÍA


Es increíble como incluso cinco segundos de pornografía pueden quedar en la mente para toda la vida y muchos años de formación cristiana pueden olvidarse en cuestion de un momento cuando se elige pecar, y es que la pornografía atormenta el alma, la destruye y la lleva a la perdición, convierte a la persona en alguien con poca voluntad, pues la somete a una difícil adicción que la esclaviza.

 Lamentablemente un hombre que se ha formado viendo pornografía busca lo que ha visto en una mujer y la rebaja a un simple objeto que sirve para el placer sexual, pues esto es lo que presenta la pornografía, una mujer siendo utilizada como un mero objeto creado para satisfacer los impulsos carnales. 

 Poco a poco el consumidor de pornografía va perdiendo su capacidad para amar, pues todo vicio nos aleja de Dios que es quien infunde el verdadero amor en nosotros, deja de pensar que la mujer debe ser conquistada con cariño y respeto, porque es un ser humano que ama y busca ser amada, en cambio él piensa que debe conquistarla para en algún momento llevarla a la cama y satisfacer su propio placer, el consumidor de pornografía no logrará amar porque el verdadero amor es sacrificio y donación, cuando los esposos se unen para el acto conyugal hacen un sacrificio de amor, buscan entregarse el uno al otro, no sólo satisfacerse a sí mismos, es en esta entrega sagrada que Dios se hace presente y se le puede dar gloria a Dios. 

 Ahora, ¿si soy consumidor de pornografía y aún quiero saber lo que es amar y ser amado puedo hacerlo?

 Mientras siga siendo consumidor nunca lo sabrá pues cada vez se aleja más de Dios, pero si tiene un arrepentimiento sincero por haber ofendido tanto a Dios y se aleja de la ocasión del pecado (es decir, si es necesario botar la computadora, el celular, el televisor, revistas, discos, alejarse de ciertas "amistades" o familiares, etc. por amor a Dios), busca la vida de gracia, confesión frecuente, Santo Sacrificio de la Misa frecuente, santo rosario, mortificación diaria y lee la vida de los santos buscando imitarlos, busca de todo corazón detestar el pecado, con estas prácticas hechas vida claro que puede lograr amar y ser amado, pero como con todo vicio es necesaria la virtud de la persevarancia, no desistir, ni creer que como ya llevo "X" meses o años sin caer ya no caeré nunca más, porque la realidad es que es una lucha para TODA LA VIDA, pero que lo vale todo.

viernes, 30 de octubre de 2015

miércoles, 15 de abril de 2015

UN DOCUMENTO REAL: CARTA DE UNA HIJA A SU PADRE ADICTO A LA PORNOGRAFÍA


El texto es auténtico. El nombre de la persona que lo escribe no aparece por razones obvias.
Querido Papá:
Antes que nada quiero que sepas que te amo y que te perdono por lo que esto ha hecho en mi vida. También quiero que sepas qué es exactamente lo que tu adicción a la pornografía ha hecho en mi vida. Es probable que creas que esto te ha afectado sólo a ti, o también tu relación con mi Mamá, pero es justo que sepas que también ha tenido un profundo impacto en mí y en todos mis hermanos.
Encontré tus videos pornográficos en algún lugar de tu computadora cuando tenía alrededor de doce años, justo cuando empezaba a volverme una mujer. En primer lugar me pareció muy hipócrita de tu parte que trataras de enseñarme qué cosas sí y qué cosas no valía la pena ver en términos de videos, películas y televisión cuando tú regularmente entretenías tu mente con esa basura. Tus consejos sobre el cuidado que debía tener con las cosas que veía simplemente no tenían ningún significado para mí.
Debido a tu pornografía caí en la cuenta de que mi madre no era la única mujer a la que mirabas. Cuando salíamos juntos desarrollé una gran sensibilidad para darme cuenta de cuándo activabas una mirada sensual por otras mujeres, carteles o cosas. Esto me enseñó que todos los hombres tienen un lado indecente en el cual no se puede confiar. Aprendí a sospechar, e incluso a despreciar a los hombres por el modo lascivo en el que percibían a las mujeres.
Recuerdo que trataste de hablar conmigo sobre la modestia, sobre cómo mi modo de vestir afecta a las personas en mi entorno y sobre la importancia de valorarme por mi interior. Tus acciones, sin embargo, me decían que sólo sería verdaderamente hermosa y aceptada si me veía como las mujeres de las portadas de revistas o las de tus videos pornográficos. Tus discursos no servían para otra cosa que para enojarme profundamente.
Cuando crecí estas ideas se hicieron más fuertes gracias a la cultura en la que vivimos. Todo a mi alrededor gritaba que la belleza es una cosa que sólo puede ser alcanzada si te ves y actúas como “ellas”. También aprendí a confiar cada vez menos en ti porque nada de lo que decías era coherente con lo que hacías. Ya en esa época vivía preocupada de la posibilidad de no poder encontrar nunca un hombre que me aceptase y amase por lo que soy y no por mi cara bonita.
Cuando invitaba amigas a la casa me preguntaba cómo las veías. Si para ti eran mis amigas y nada más, o si también a ellas las imaginabas en tus fantasías. Ninguna hija debería jamás preguntarse algo así sobre su padre.
Conocí a un hombre. Una de las primeras cosas que le pregunté fue si él también miraba pornografía. Le estoy muy agradecida a Dios porque esa práctica nunca ha tocado su vida significativamente. Sin embargo, todavía tenemos peleas por las profundas raíces que tiene en mi corazón la desconfianza hacia los hombres. Sí, a pesar de todos los años que han pasado, tu pornografía también ha afectado la relación que actualmente tengo con mi esposo.
Si pudiera decirte sólo una cosa sobre este tema, te diría lo siguiente: la pornografía no sólo afectó tu vida sino que afectó la vida de todos los que estábamos a tu alrededor de maneras que nunca podrás imaginar. Hasta el día de hoy me afecta gracias también al peso que esta tiene en nuestra sociedad. Tengo miedo del día en que tenga que hablar con mi pequeño hijo sobre la pornografía y sus potentes e insaciables alcances; cuando tenga que decirle cómo la adicción al porno, como la mayoría de los pecados, no sólo afecta a uno mismo.
Como ya lo dije, te he perdonado. Y estoy profundamente agradecida por el trabajo que Dios ha hecho en mi vida en este campo. Es un área donde aún me toca luchar de vez en cuando, pero me sobrepasa la gratitud hacia la ayuda que Dios y mi esposo me han ofrecido. Rezo porque tú hayas superado este vicio y para que todos los hombres que lo consideran inofensivo abran sus ojos a la verdad.
Con amor, tu hija
Uno nunca sabe, pero si después de leer esto aún quedase alguna persona que piensa que su vicio no puede afectar a nadie porque él esconde muy bien el material que utiliza, vale la pena terminar con un gran y rotundo: ¡No seas tonto! (para decirlo caritativamente). En primer lugar por una razón espiritual: ¡Se te ve en los ojos y en el corazón! en el modo cómo tratas y miras a las personas que te rodean, especialmente a las mujeres. En segundo lugar por una razón práctica: las conversaciones más divertidas que tienen muchos adolescentes cuyos padres ven pornografía trata sobre lo ingenuos y ciegos que son estos para darse cuenta que los lugares misteriosos, claves indescifrables, contraseñas inenarrables, archivos ocultos y escondrijos top-secret donde guardan este material, ya fueron descubiertos hace mucho tiempo. La moraleja es muy sencilla, si el amor a Dios no es suficiente para no ver pornografía y si no puedes ir a Marte a verla, entonces tampoco lo hagas, porque tus hijos lo sabrán tarde o temprano.

Fuente: Thingtheology.

LEE ESTO: DOCE PASOS PARA LIBERARTE DE LA PORNOGRAFÍA

lunes, 15 de diciembre de 2014

LA DROGA DE LA PORNOGRAFÍA MARCÓ A TODA UNA GENERACIÓN (video)


No era necesario tener el actual conocimiento científico sobre los nocivos efectos de la pornografía que con justa razón preocupan a muchos, bastaba creerle a Dios para rechazarla. Su Ley siempre será para nuestro bien. Supervisa lo que ven tus hijos. Cuidado con el internet (PCs, tablets, teléfonos, etc.), T.V., películas, revistas, etc. ¡Cuánto descuido de los padres existe en este rubro! Daremos de ello cuenta a Dios.


viernes, 3 de enero de 2014

¿CÓMO AFECTA LA PORNOGRAFÍA A LAS MUJERES?


Muchos de los “defensores” del uso de la pornografía asumen que el consumo de la pornografía es un “entretenimiento” sin víctimas. A menudo apoyan la idea de que alguien (hombre o mujer) que ve pornografía de forma aislada, “no le está haciendo daño a nadie”.
En el Segundo Simposio Nacional Multidisciplinario de la Sexualidad Humana, en Argentina, se ha considerado que la pornografía actual desvirtúa la sexualidad humana, expresándola en formas violentas, ya sea explícitas o implícitas, y siempre en una relación de poder (del adulto hacia el menor) y servidumbre (de la mujer con respecto al hombre) u otras deformaciones. Aunque parezca paradójico, a pesar de que hoy vivimos bombardeados por la información que procede de múltiples fuentes, la desinformación sobre el tema de la sexualidad es preocupante. De esta manera muchos adolescentes se encuentran ante una poderosa estimulación erótica ambiental sin la debida preparación, absolutamente indefensos.[1]
Aunque la mayoría de las personas cree que sólo los hombres ven pornografía, la realidad muestra que las mujeres no son inmunes a la ella. Al menos una de cada seis mujeres es adicta a la pornografía.[2] La diferencia radica en que las mujeres no suelen admitirlo tan a menudo como lo hacen los hombres.
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Tanto las mujeres como los hombres comparten los mismos efectos con respecto al uso de la pornografía. En el caso de las mujeres, a menudo se manifiesta más a través del uso de las salas de chat erótico y la lectura de historias eróticas o de sexo explícito. En cambio los hombres se enganchan mucho con las imágenes. Ambas manifestaciones son igual de dañinas y difíciles de superar.
Pero, ¿cómo afecta la pornografía visual a las mujeres?
1. La pornografía es adictiva y altera la función cerebral
Además, aunque muchos pretenden ocultar la verdad acerca de la pornografía la verdad es que cada vez están saliendo a la luz más documentos científicos, médicos, psicológicos, donde se comprueba la naturaleza adictiva y el daño cerebral que produce la pornografía.
Existen pruebas de apoyo a la tesis de que la adicción a la pornografía, sobre todo cuando se acompaña de la masturbación compulsiva durante un largo período, altera la química del cerebro y eventualmente puede producir daño cerebral. Esto no es una teoría conspirativa. Se trata de una tesis intelectualmente defendible para el que ahora hay un creciente cuerpo de evidencia científica.[3] [4]
El Neurólogo de la Universidad de Columbia, el Dr. Norman Doidge, describe en su libro “The brain that changes itself” cómo la pornografía causa un “recableado” de los circuitos neuronales. El Dr. Doidge señala que, en un estudio hecho a hombres que habían visto pornografía en Internet, éstos actuaban de la misma manera que aquellas ratas adictas que empujaban desesperadamente las palancas en las cajas experimentales de Skinner para obtener su “dosis”. El Dr. Doidge señalaba que “los hombres estaban buscando desesperadamente la próxima dosis con el clic del ratón del computador, al igual que las ratas que empujaban la palanca”. Además mencionó que “todas las adicciones causan cambios de por vida, cambios neuroplásticos en el cerebro”.
La pornografía se convierte en una adicción grave, comparable a la heroína, al “crack”, o a la cocaína. La adicción comienza su asalto mortal y lento en el cerebro.[5]
Aunque las mujeres se enganchan menos con las imágenes, cuando empiezan a ver pornografía el efecto producido en su cerebro es el mismo que se produce en el hombre.
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El Dr. Gary Lynch, neurocientífico de la Universidad de California en Irvine, al discutir sobre el efecto que una sola imagen muy erótica puede tener en el cerebro, señala: “Lo que estamos diciendo aquí es que un evento que dura medio segundo [imagen - impresión], dentro de cinco o diez minutos se ha producido un cambio estructural que en cierto modo es tan profundo como los cambios estructurales que se ven en daños cerebrales”. Además de comentar sobre cómo una palabra o imagen puede alterar de inmediato la estructura del cerebro, el Dr. Lynch sostiene: “en cuestión de segundos, teniendo una señal muy modesta, una palabra… que está en tu cabeza como una señal eléctrica por no más de unos pocos segundos, puede… dejar un rastro que va a permanecer por años“.
En otras palabras, NO es necesaria una larga exposición a estas imágenes para que tu cerebro cree la memoria de las mismas y las guarde allí por largo tiempo. La Dra. Judith Reisman va un paso más allá y menciona que este daño cerebral es como “un sabotaje para el cerebro”, dando a entender con ello que los pornógrafos, de hecho, participan en una especie de “terrorismo sexual”. Afirma que “en tres décimas de segundo una imagen visual pasa del ojo al cerebro y, si se quiere, el cerebro cambia estructuralmente y los recuerdos se crean; literalmente se forma un nuevo cerebro con cada experiencia visual”. Por eso “los niños y otras personas que no pueden leer al instante pueden decodificar y experimentar lo mismo ante las imágenes pornográficas… De hecho, las imágenes eróticas (altamente excitantes) comúnmente subvierten la cognición del hemisferio izquierdo”.
2. Cosificación de las personas
La pornografía obstaculiza la capacidad de la persona en la toma de decisiones claras (por el mismo efecto destructor en el cerebro: daño en el lóbulo frontal, encargado de la toma de decisiones) y distorsiona la visión de la persona sobre los cuerpos, las relaciones y la sexualidad. Es decir que quienes ven pornografía se deshumanizan, ya no se ve a la pareja, a las otras personas como seres humanos sino como juguetes sexuales que existen para la propia satisfacción. Se busca a los hombres solamente por el placer sexual que me proporcionan, para experimentar aquella ficción que se ve en los videos: ese falso goce o “felicidad” momentánea.
3. Pérdida del verdadero significado de las relaciones sexuales y del amor
La pornografía facilita la insensibilidad sexual en las relaciones y separa completamente las relaciones sexuales del amor y del interés por la familia y los niños.[6] También se ha comprobado que la pornografía deja la impresión en los espectadores de que el sexo no tiene relación alguna con la intimidad; que no está relacionado con el amor, el compromiso o el matrimonio; que formas extrañas del sexo dan la mayor satisfacción y que el sexo irresponsable no tiene consecuencias adversas.[7]
Otro efecto secundario frecuente causado al ver pornografía es que también reduce drásticamente la capacidad de amar (por ejemplo, da lugar a una marcada disociación del sexo de la amistad, el afecto, el cuidado, y otras emociones y rasgos saludables normales que ayudan a las relaciones de pareja). Su lado sexual se convierte en un sentido deshumanizado. Muchos de ellos desarrollan un “estado de ego ajeno” (o el lado oscuro), cuyo núcleo es la lujuria antisocial desprovista de la mayoría de los valores. Con el tiempo, el “estar drogada” viendo pornografía y masturbándose se vuelve más importante que las relaciones de la vida real.[8]
La pornografía ha degradado el verdadero sentido de las relaciones sexuales; éstas en sí mismas no son malas, han sido creadas para ser vividas y disfrutadas dentro del matrimonio. El sexo es algo natural, creado para unión de los esposos y como medio de procreación de los hijos.
Cuando la mujer se da cuenta del daño que la pornografía ha hecho en su vida empieza a ver el sexo como algo sucio y percibe que el goce de las relaciones sexuales es sólo para las “chicas malas” (prostitutas, estrellas porno) y como consecuencia ella no debería disfrutar del sexo. El amor de los esposos se expresa a través de las relaciones sexuales y la pornografía está robando ese goce sexual que es algo hermoso y maravilloso dentro del matrimonio.
4. Desarrollo de desviaciones sexuales
Cuando la satisfacción sexual se produce en el contexto del uso de la pornografía, puede dar lugar a la formación de un amante virtual de todo tipo. El Dr. Victor Cline, en su ensayo “Efectos de la pornografía en Adultos y Niños”, describe este proceso de la siguiente manera:
“En mi experiencia como terapeuta sexual, cualquier persona que se masturba regularmente con el uso de la pornografía está en riesgo de convertirse, con el tiempo, en un adicto/a sexual, y se va condicionando a sí mismo a tener una desviación sexual y/o una relación perturbada con el novio o cónyuge.”
Varios estudios han demostrado que todas las personas que ven pornografía, normales o no balanceadas, desarrollan un anhelo de materiales cada vez más fuertes y aberrantes, al igual que los drogadictos anhelan drogas más y más fuertes. Todas estas personas fantasean cada vez más con actos y materiales desviados, y muchos incluso incorporan las aberraciones en sus relaciones sexuales. Muchas de estas personas empiezan a emplear métodos más violentos en sus relaciones sexuales.
Los psiquiatras británicos Martin Roth y Edward Nelson mencionan que “lejos de tener un efecto purificador, la exposición a la pornografía produce un interés mayor en la desviación sexual“.[9]
Donnerstein, Zillman y Malamuth informan que “la exposición masiva a la pornografía no violenta, no coercitiva, de tarifa estándar, crea un apetito por materiales más inusuales, extraños y desviados, como la violencia en un contexto sexual, como representaciones de sadomasoquismo y violación“.
Al igual que con los usuarios de drogas, los usuarios de la pornografía necesitan materiales cada vez más desviados para mantener sus niveles previos de la excitación sexual.[10]
En conclusión, la pornografía daña el carácter, debilita la voluntad y produce una desviación sexual en aquellos que se exponen a ella. Esto, por la evidencia científica con la que se cuenta, es ya indudable.[11]
5. Mala lectura del cuerpo femenino: competencia fallida ante la estrella porno
Si bien es más frecuente que hombres vean pornografía, son las mujeres las que se sienten más afectados por el golpe en su propia imagen.
belleza inexistente
Como sostiene Naomi Wolf enEl mito de la belleza, “la cultura ha obligado a las mujeres a basar su valor personal en su capacidad para vivir de acuerdo con un estándar de belleza física imposible de alcanzar“. Las mujeres somos constantemente “informadas” por los medios de comunicación sobre la forma como debemos vestir o vernos si queremos vernos hermosas. Desafortunadamente las imágenes que los medios de comunicación nos presentan a menudo son imágenes poco realistas de mujeres que han tomado medidas poco saludables para lucir así, o son sencillamente “mejoradas” con programas para computadoras como Photoshop. Muchas mujeres se ven continuamente atraídas y atrapadas por estos inexistentes paradigmas de belleza, creyendo que tienen que “ser así” si quieren ser atractivas y aceptadas.[12] Por eso es cada vez más frecuente ver que aún de niñas las mujeres ya quieren implantarse senos, glúteos, etc.
Aún más devastadora es la pornografía en sí misma. Hay una diferencia en cómo los hombres y las mujeres ven la pornografía: los hombres miran pornografía para “avivar” su “masculinidad”, mientras que las mujeres ven las imágenes como lecciones sobre cómo se ven las mujeres.
Además del efecto perjudicial causado por los medios de comunicación sobre las mujeres, las feministas vinculadas a la pornografía por los años 1960 y 1970 han buscado promover la promiscuidad sexual en la cultura como un medio “para destruir la irracional devoción de la mujer al hombre”. El resultado fue una cultura que en la década de los ochenta defendió a la sexualmente voraz superestrella pop Madonna. Los “modelos femeninos” que la siguieron hasta hoy han seguido sus pasos. La nueva Miley Cyrus ha rechazado su conducta adolescente sana para mostrarse ahora “atrevida”, desnuda, erótica ante el escenario mundial. El ponerle el trasero a su acompañante de baile, su “twerking” y su dedo de espuma con el que hace el gesto de masturbarse ante el mundo entero, celebran una visión de la mujer como es representada en la pornografía. A las jóvenes mujeres se les enseña ahora en nuestra cultura erotizada que mientras más bella eres, mientras más muestras, mientras más atrevida eres, más valorada serás. En cambio, nuestra cultura desprecia cada vez más el carácter moral y emocional de la mujer.
La feminista Sophie Bennett, en una entrevista ofrecida a la escritora Dina Rickman, observó que
“las mujeres y las niñas están constantemente bajo presión para preocuparse de lo que parecen. La publicidad, los medios de comunicación, los videos musicales y juegos de video perpetúan todos el mito de que la mujer para ser bella debe ser joven, blanca o de piel clara, sana, delgada y depilada, presionando a las mujeres al definir el éxito por su apariencia en lugar de sus logros”.[13]
La mujer que consume pornografía siempre se verá a sí misma con defectos, puesto que al no poder dejar de compararse con la “estrella porno” descubre que su cuerpo dista mucho de ser como el de ella. Muchas caen entonces en la trampa de buscar fabricarse cuerpos perfectos, sometiéndose a dietas estrictas que ponen en riesgo su salud y acudiendo a cirujanos con la finalidad de ser más deseadas por los hombres, en vez de buscar que los hombres las respeten, las valoren y las amen por lo que son.
6. Aislamiento, desolación y mala lectura de su dignidad
Las mujeres que consumen pornografía o que lo hicieron a menudo se sienten avergonzadas de ello y lo ocultan. Se aíslan, ya sea porque están tan inmersas en la adicción o porque no quieren exponer el tema por el rechazo que esto genera en los medios donde se desenvuelven. La pornografía es una industria pensada de manera muy inteligente, puesto que aísla a la víctima de quienes podrían ayudarla.
El usuario o adicto/a a la pornografía a menudo confunde su adicción con su dignidad. En lugar de decir: “Yo hice algo malo al ver pornografía”, se dice a sí mismo/a: “Yo soy malo/a”.
A menudo los consumidores de pornografía lo ocultan por las respuestas que ésta ha tenido en sus seres queridos (familiares, cónyuges, amigos); muchas veces las víctimas han sido condenadas, avergonzadas e incluso castigadas por su falta.
Es un verdadero reto empezar a hablar del tema sin condenar al usuario/a sino al medio (la pornografía). Avergonzar, culpar, castigar a quien es víctima de la pornografía no ayuda en su recuperación, sino que más bien genera un bloqueo en estas personas que crean barreras y nuevas mentiras. Se ven atrapadas en este círculo vicioso con tal de no ser señaladas como pervertidas.
Mantener el problema en secreto no solo no ayuda a resolverlo, sino que lo empeora. Debemos cambiar la condena por la compasión y empezar a generar espacios en los que las víctimas de este problema puedan ir sanando y ayudando a quienes sufren de esta adicción o dependencia.
Si tú eres una de estas mujeres que está luchando por dejar la pornografía, ¡recuerda que no estás sola en tu batalla! Hay muchas mujeres que al igual que tú están enfrentando su adicción y con la ayuda apropiada se están librando del veneno que la pornografía ha dejado en ellas.
Dra. Verónica Ortega, Miembro y Colaboradora activa de La Opción V
Artículos relacionados:
Artículos que tratan sobre los efectos de la pornografía en los hombres:
[4] Hilton DL, Watts C. Pornography addiction: A neuroscience perspective. Surg Neurol Int.2011;2:19
[9] “Porn Traffickers Share Guilt in Sexual Murders.” The Wanderer, March 9, 1989, page 2.
[10] The Hill-Link Minority Report of the Presidential Commission on Obscenity and Pornography. This report may be ordered from Morality in Media, 475 Riverside Drive, New York, New York 10115.
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jueves, 2 de enero de 2014

LA PORNOGRAFÍA ESCLAVIZA

Un negocio que mueve grandes cantidades de dinero y que daña el alma y la psique de las personas



Decenas de estudios de profesionales de las ciencias sociales, reproducidos por cientos de sitios web muestran cómo el mapa mundial de la pornografía –su producción y consumo- ha ido en ascenso desde la creación de Internet hasta hoy. Sus causas, millonarios beneficios económicos y consecuencias sobre la vida de personas y sociedades señalan –en opinión de los especialistas- la urgencia de abordar en forma multisectorial esta realidad.

Es precisamente lo que se concluye en el más reciente estudio sobre el tema (“Los adolescentes y jóvenes que consumen pornografía son más proclives a cometer violencia sexual”), publicado el pasado 7 de octubre por la Revista Jama Pediatrics.

Las profesionales Michele Ybarra, del Centro para Investigación Innovadora de Salud Pública en San Clemente (California), y Kimberly Mitchell, psicóloga de la Universidad de New Hampshire, en Durham, señalan en dicho informe que un 10% de los jóvenes menores de 21 años encuestados reconocieron haber violentado sexualmente a otro al menos una vez en su vida. Agregan que dicha conducta está directamente relacionada con el consumo habitual de pornografía. “La violencia sexual potenciada por la pornografía y su consumo deja más de un millón de víctimas cada año y costos de 127.000 millones de dólares. Por ello, es urgente controlar el consumo de pornografía mediante políticas públicas y mediante programas educativos de prevención”, señalan las investigadoras.

El alma esclavizada

“Ustedes son esclavos de la pornografía tanto como cualquier estrella del porno. Si ustedes están viendo pornografía o son adictos a ella, ustedes están tratando de llenar un vacío dentro de ustedes que sólo Dios puede llenar. Siempre que ustedes miran pornografía, están haciendo el vacío más grande, y destruirán sus vidas”. Estas fueron las categóricas palabras de la ex actriz porno Jennifer Case, publicadas en la revista The porn effect en 2011 y que afirman una causa espiritual en la raíz de la adicción.

Al respecto y acorde al sexto mandamiento (No cometerás adulterio) que previene de las ofensas a la castidad, la Iglesia Católica advierte que la pornografía atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una ganancia ilícita.  Advierte que, además, introduce a unos y a otros en la ilusión de un mundo ficticio y la considera una falta grave (pecado mortal). Sostiene, además, que las autoridades civiles deben impedir la producción y la distribución de material pornográfico”.

Coincidente con la anterior sentencia, el Departamento de Psiquiatría de la Pontificia Universidad Católica de Chile identifica al consumo de pornografía como un “comportamiento” en directa relación con la adicción al sexo... “Las personas con este trastorno –señalan los expertos referidos- tienen problemas laborales, familiares, económicos y sociales por su adicción ya que su comportamiento sexual les obliga a acudir frecuentemente a prostíbulos, comprar artículos pornográficos, llamadas frecuentes a líneas eróticas o a mantener relaciones sexuales con desconocidos... haciendo que su vida gire en torno al sexo, sin sentir en la mayoría de las veces ningún tipo de placer sino sentimientos de culpa y sufrimiento”.

Asimismo el médico psiquiatra Enrique Rojas, denuncia en el N° 10 de Revista Humanitas, que las estadísticas reflejan un hoy donde existe “una verdadera idolatría del sexo. Se ha instalado en el corazón de nuestra sociedad el sexo a todas horas, a impulsos de la pornografía y sus derivados. Cosificación degradante del sexo. Con una nota sui generis: trivializa el sexo y a la vez, lo convierte en religión”.

El cerebro esclavizado

Para el investigador William M. Struthers, especialista en neurología y biopsicología por la Universidad de Illinois “conocer cómo opera la red de conexiones y reacciones a estímulos del cerebro” permite entender por qué la exposición a la pornografía “genera adicción y permanencia en el tiempo… con un daño no sólo sociológico y psicológico, sino también espiritual”.

En su libro “Wired for Intimacy: How Pornography Hijacks the Male Brain” el profesional identifica siete aspectos para mostrar lo que ocurre en el cerebro de quien ve pornografía:

El material sexualmente explícito desencadena la activación de un efecto espejo en algunas neuronas del cerebro masculino. Estas neuronas -que participan del proceso de imitación de un comportamiento-, poseen también la capacidad de orientar el comportamiento. En el caso de la pornografía, este sistema de ‘neuronas espejo’ desencadena la excitación, lo que conduce a la tensión sexual y a la necesidad de satisfacerla. "La triste realidad es que cuando el espectador de pornografía actúa (a menudo masturbándose), esto genera un condicionamiento hormonal y neurológico, que por su diseño lo atan al objeto en que se centra", dice Struthers, y agrega... "En el plan de Dios, éste sería su esposa, pero para muchos hombres el objeto es la imagen en una pantalla. La pornografía lo esclaviza como espectador de una imagen, secuestrando la respuesta biológica destinada a unir un hombre con su esposa, por lo que, inevitablemente, se daña ese vínculo."

En los hombres, prosigue el experto, hay cinco químicos esenciales involucrados en la excitación sexual y su respuesta. El que probablemente juega el papel más importante en la adicción a la pornografía es la dopamina. La Dopamina juega un rol vital en el sistema responsable del aprendizaje ‘orientado a la recompensa’ que ocurre en el cerebro. Cada tipo de recompensa que ha sido estudiada incrementa el nivel de transmisión de dopamina en el cerebro; y también una variedad de drogas adictivas, incluyendo estimulantes tales como la cocaína, la anfetamina y la metanfetamina actúan directamente sobre la dopamina en el sistema. La dopamina surge cuando una persona está expuesta a estímulos nuevos, sobre todo si son de índole sexual, o cuando un estímulo es más excitante de lo previsto. Debido a que las imágenes eróticas estimulan la dopamina a un nivel más elevado que el sexo con la pareja habitual, la exposición a la pornografía provoca una "adicción a la excitación", porque (el incremento de dopamina) condiciona al cerebro a preferir la imagen y a estar menos satisfechos con sus parejas sexuales de la vida real.

¿Por qué los hombres buscan una variedad de nuevas imágenes sexuales explícitas, en lugar de estar satisfecho con las ya vistas? La razón se atribuye al efecto Coolidge, un fenómeno que se observa en las especies de mamíferos mediante el cual los hombres (y en menor medida las mujeres) pueden mostrar interés sexual renovado ante una potencialmente receptiva (aunque sea en imagen) nueva pareja sexual; incluso después de rechazar el sexo con su pareja sexual anterior que aún estuviere disponible. Este mecanismo neurológico es una de las principales razones de la abundancia y adicción a la pornografía en Internet.

La sobre estimulación en el cerebro de los circuitos neuronales de recompensa, señala el científico, como ocurre con las alzas repetitivas de dopamina provocadas por la visualización de pornografía crea desensibilización. Gary Wilson explica: "Cuando los receptores de dopamina caen, por demasiada estimulación, el cerebro no responde tanto, y nos sentimos menos recompensados con el placer. Esto nos impulsa a buscar, incluso sin medir consecuencias, esa sensación de satisfacción…, por ejemplo, accediendo a estímulos sexuales más extremos, aumentando la duración o cantidad de sesiones de porno que veo hasta adormecer el cerebro”.

El perfil psicológico de nuestra conducta y hábitos emocionales que consolidan nuestro carácter sexual, se construye en base a las decisiones que hagamos”, dice Struthers. “Cada vez que la secuencia de excitación y respuesta es activada, se forma una memoria neurológica que influenciará nuestro procesamiento y respuesta futuros a las señales sexuales. El cómo esta vía sea activada y recorrida, se constituirá en el camino (mental) preferido que regularmente seguiremos. Las consecuencias de esto son de largo alcance”.

¿Qué hace que la pornografía por Internet sea única?, se pregunta Wilson e identifica un número de razones que incluyen: (1) La pornografía de Internet ofrece novedad extrema; (2) A diferencia de lo que ocurre con la comida y las drogas, casi no hay limitaciones físicas para el consumo de pornografía por Internet; (3) La pornografía por Internet permite mantener en alza el estímulo en dos sentidos: nuevos ‘compañeros’ (actrices-actores porno) y viendo géneros de esta actividad nuevos e inusuales; (4) A diferencia de lo que ocurre con las drogas y alimentos, la pornografía por Internet no activa eventualmente el sistema de aversión natural del cerebro; y (5) El impacto sobre el usuario… El cerebro de un adolescente está en su cima de posibilidades de producción de dopamina y neuroplasticidad, haciéndolos altamente vulnerables a la adicción y condicionamiento.

En los hombres que se exponen a material sexualmente explícito existe una correlación con la ansiedad social, depresión, baja motivación, disfunción eréctil, problemas de concentración y auto-percepciones negativas en cuanto a la apariencia física y el funcionamiento sexual.

El profesional Struthers concluye que la pornografía altera la esencia trascendente del ser humano… “Lleva a la sexualidad humana de su pretendido propósito de participar en la creación profundizando la sana intimidad entre dos seres humanos, a degradarla en un producto a ser consumido. Los seres humanos se convierten en objetos de consumo en lugar de individuos que requieren la dignidad, y, en este proceso, las personas involucradas en su producción y su consumo se ven perjudicados. Este es un daño no sólo sociológico y psicológico, sino también espiritual.

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