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jueves, 17 de octubre de 2019

EL PATRIARCADO "CATÓLICO" BIZANTINO FORMALIZA SU CISMA


El patriarca Elías, del Patriarcado "Católico" Bizantino que el 6 de junio de 2015, sin ninguna autoridad dizque "canonizó" al precursor del protestantismo, Juan Huss, cuyas herejías fueron condenadas por la Iglesia Católica, ahora acaba de formalizar su cisma al dizque elegir -en unión con sus obispos seguidores- un nuevo "Papa", siendo que dicho Patriarcado tiene el mismo poder que una Asociación de Abarroteros para elegir a un Vicario de Cristo para la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. 

El supuesto elegido es el arzobispo Viganó, que seguramente no aceptará el falso nombramiento, pero que en caso contrario incurriría en cisma al convertirse en Antipapa.

A continuación damos el enlace de la cismática dizque "canonización" del hereje Juan Huss: https://youtu.be/WoTdDD8Ube8

Pedimos a Cristo, Nuestro Señor, que en estos tiempos de confusión ningún católico fiel a la Iglesia y a su Tradición sea atrapado en las redes cismáticas de ese Patriarcado para que, de este modo, persevere, hasta el final, en la única arca de salvación: la Iglesia Católica Romana.

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viernes, 9 de diciembre de 2016

YA EXISTE UN CISMA DE PARTE DE QUIENES ROMPEN SU UNIÓN CON CRISTO: MONS. SCHNEIDER


El obispo Athanasius Schneider, apologeta de la fe católica reconocido internacionalmente, admite que ya estamos viviendo un extraño cisma en un parte del clero que profesa la unión con el Papa pero ha quebrado su unión con Jesucristo, la Verdad, y con Jesucristo, la verdadera Cabeza de la Iglesia. El obispo Schneider realizó estos comentarios en una entrevista reciente con la estación de televisión francesa por internet TV Libertes el pasado 4 de diciembre.

Habiendo respondido a la pregunta sobre qué podría pasar si la dubia presentada por los cuatro cardenales permanece sin respuesta, le preguntaron al Obispo Schneider si hay riesgo de cisma en caso de continuar el silencio por parte del Papa. El obispo Schneider respondió:
“No solo hay riesgo de cisma sino que ya existe un cierto tipo de cisma en la Iglesia. En griego, cisma significa separarse de la totalidad del Cuerpo. Jesucristo es la totalidad del Cuerpo de la Verdad Divina, y la unidad en Su cuerpo sobrenatural es también visible. Pero hoy estamos viendo una extraña forma de cisma. Externamente, numerosos eclesiásticos salvaguardan la unidad formal con el Papa, a veces por el bien de sus carreras o por una especie de papolatría. Y al mismo tiempo quebraron su unión con Jesucristo, la Verdad, y con Jesucristo la verdadera Cabeza de la Iglesia.
Por otro lado, hay eclesiásticos denunciados como cismáticos a pesar de que conservan la paz canónica con el Papa y siguen siendo fieles a Jesucristo, la Verdad, promoviendo Su Evangelio con diligencia.
Es evidente que los que de verdad son cismáticos interiormente, en relación a Jesucristo, utilizan la calumnia con el propósito de silenciar la voz de la verdad, proyectando absurdamente su propio estado de cisma interior en aquellos eclesiásticos que, indiferentes al halago o el vapuleo, defienden las verdades divinas.
De hecho, tal como dicen las escrituras, la palabra de la Verdad Divina no está encadenada. Incluso si un número de oficiales con altos cargos en la Iglesia de hoy oscurecen la verdad de la doctrina sobre el matrimonio y su disciplina inmutable, esta doctrina y disciplina se mantendrán siempre inalterables en la Iglesia dado que la Iglesia no es una fundación humana, sino divina.”
Al comienzo de la entrevista, el Obispo Schneider explicó la naturaleza de las creencias cismáticas impuestas en la Iglesia a través de ciertos eclesiásticos:
“Antes que nada, mi cuestionamiento de Amoris Laetitia concierne el asunto concreto de admitir a los divorciados vueltos a casar a la sagrada comunión. De hecho, durante los últimos dos sínodos sobre la familia, y luego de la publicación de Amoris Laetitia hubo, y continúa habiendo, una ardua y tempestuosa lucha sobre este asunto concreto.
Todos estos eclesiásticos quieren otro evangelio, es decir un evangelio con derecho al divorcio, un evangelio de libertad sexual — en resumen, un evangelio sin el sexto mandamiento de Dios. Estos eclesiásticos utilizan todo tipo de medios malvados, es decir trampas, decepción, retórica y dialéctica maestras, e inclusive la táctica de la intimidación y la violencia moral, para conseguir su objetivo de admitir a los divorciados vueltos a casar a la sagrada comunión, sin la condición tradicional de vivir en perfecta continencia, condición requerida por la ley divina.
Una vez alcanzado el objetivo, si bien limitado a los llamados casos excepcionales de discernimiento, queda abierta la puerta para introducir el evangelio del divorcio, el evangelio sin el sexto mandamiento. Y este ya no será el Evangelio de Jesucristo, sino un anti-evangelio, un evangelio según el mundo, aunque a dicho evangelio lo embellezcan con palabras tales como “misericordia”, “solicitud maternal”, o “acompañamiento”. 
En este contexto, debemos recordar una exhortación apostólica de San Pablo que dijo, “Pero, aun cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo os predicase un Evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema.” (Gálatas 1:8).”
En respuesta a la pregunta si había sucedido algo así antes en la Iglesia, el obispo Schneider respondió:
“En cuanto a la doctrina y la práctica relacionada con el sacramento del matrimonio y la inmutable validez de la ley moral, estamos siendo testigos en nuestro tiempo de una ambigüedad de tal alcance, comparable solo con la confusión general de la crisis arriana del siglo VI.”
Ante la pregunta de qué podría suceder si la dubia presentada permaneciera sin respuesta por parte del papa Francisco, el Obispo Schneider respondió:
“La principal responsabilidad del Papa está establecida por Nuestro Señor de forma divina, y consiste en confirmar a los hermanos en la fe. El confirmar en la fe significa disipar dudas y traer claridad. Solo el servicio de clarificar la fe genera unidad en la Iglesia y es la primera e ineludible responsabilidad del Papa.
Si en las actuales circunstancias el Papa no cumple su tarea, los obispos deberán predicar indefectiblemente el evangelio inmutable sobre la doctrina divina de la moralidad y la disciplina perenne del matrimonio. Incluso procediendo fraternalmente de estar manera para ayudar al Papa, porque el Papa no es un dictador. Y de hecho, Jesucristo dijo, “Los jefes de los pueblos, como sabéis, les hacen sentir su dominación, y los grandes sus poder. No será así entre vosotros, sino al contrario: entre vosotros el que quiera ser grande se hará el servidor vuestro, y el que quiera ser el primero de vosotros ha de hacerse vuestro esclavo.” (Mateo 20:25-27).
Más aún, toda la Iglesia debe rezar por el Papa, para que encuentre la sabiduría y el coraje para cumplir con su responsabilidad primaria. Cuando San Pedro, el primer Papa, fue encarcelado, toda la Iglesia rezó sin cesar por él y Dios lo liberó de sus cadenas.”
Al comienzo de su entrevista, el obispo Schneider señaló que el papa Francisco ha dejado claro que Amoris Laetitia no es parte del Magisterio:
“El valor magisterial de la exhortación apostólica Amoris Laetitia está determinado por la intención de su autor, el papa Francisco, quien expresó con afirmaciones claras, por ejemplo la que cito a continuación: “quiero reafirmar que no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben ser resueltas con intervenciones magisteriales.” (AL 3). Estas son las palabras del Papa.
Según el Vaticano II, la función propia de un acto magisterial consiste en, cito: “Este Magisterio, evidentemente, no está sobre la palabra de Dios, sino que, enseñando solamente lo que le ha sido confiado, la sirve en cuanto que por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo la oye con piedad, la guarda con exactitud y la expone con fidelidad, y de este único depósito de la fe saca lo que propone que se debe creer como divinamente revelado.”(Dei Verbum, 10).
Con sus palabras, el papa Francisco ha dejado en claro que no tenía la intención de postular su propia enseñanza magisterial. Según el papa Francisco, el objetivo de Amoris Laetitia era crear una situación para discusiones doctrinales, morales y pastorales, y que estas discusiones no necesitan resolverse con el Magisterio.”
Comentario

El cisma es un pecado mortal contra la fe de la Iglesia que el Catecismo de la Iglesia Católica describe como quebrando el primero de los diez mandamientos, “Adorarás al Señor tu Dios y solo a él servirás.” Estamos obligados a nutrir y proteger, con prudencia y vigilancia, la fe heredada de los apóstoles y el regalo individual de la fe entregado a nosotros por gracia de Dios. Debemos hacer todo lo que esté en nuestro alcance, con asistencia del Espíritu Santo, para rechazar todo cuando se oponga a la fe.

Tal como advierte el obispo Schneider, un número indeterminado de eclesiásticos vive en un estado de cisma interior contra la verdad divina de Jesucristo, y están utilizando medios malvados para esconder la realidad de su cisma, incluyendo la táctica de la intimidación y la violencia moral. Para justificar su cisma, estos eclesiásticos también intentan proyectar la acusación del cisma contra el clero, como los cuatro cardenales que con prudencia y seriedad buscan proteger la fe. Los insultos personales y ataques dirigidos a los cardenales que presentaron la dubia indican la verdad sobre quiénes son los verdaderos cismáticos, dado que el cisma es un pecado contra la caridad.

Como comenta Santo Tomás de Aquino, “el cisma se opone a la unidad de la caridad eclesial.”

FUENTE: Adelante la fe. (Traducido por Marilina Manteiga. Fuente original: EWTN GB. y OnePeterFive).

jueves, 30 de enero de 2014

APOSTASÍA EN ALEMANIA

  • NIEGAN VERDADES FUNDAMENTALES DEL CATOLICISMO
  • SE DICEN "CATÓLICOS" Y HAN DEJADO DE SERLO
  • RECIBEN SACRÍLEGAMENTE LOS SACRAMENTOS
  • SON  LOS "FRUTOS" DEL CLERO MODERNISTA

El 69% se dice "católico" sin necesidad
de aceptar los dogmas de la Iglesia. El
cardenal Lehman aseguró que se sabía
hace tiempo lo que estaba ocurriendo
El semanario Der Spiegel ha publicado el resultado en Alemania del cuestionario que la Santa Sede envió a todas las diócesis del mundo con motivo del próximo Sínodo extraordinario. El 69% dice ser «católico» sin necesidad de aceptar los dogmas de la Iglesia. El 86% de los «católicos» alemanes aprueba el uso de anticonceptivos y, en Baviera, el 69% de los divorciados vueltos a casar comulgan habitualmente (de manera sacrílega). La situación entre los jóvenes es aún peor. El cardenal Lehman ha asegurado que los obispos ya sabían cuál podía ser el resultado de la encuesta.

La Federación de Juventudes Católicas Alemanas (BDKJ) elaboró incluso una versión simplificada del cuestionario a la que respondieron rápidamente unos 10.000 jóvenes con ayuda de sus ordenadores. Sus conclusiones con claras: «La moral sexual eclesiástica no significa absolutamente nada para nueve de cada diez jóvenes católicos alemanes. Las relaciones prematrimoniales y los anticonceptivos forman parte normal de su vida». Y nadie tiene por ello una mala conciencia.

El 96% de las personas que conviven en una relación sexual sin pasar por el altar no tienen tampoco problemas de conciencia y, además, participan (sacrílega y) habitualmente en los sacramentos, revela también la BDJK.

¿CATÓLICOS?

Los resultados del estudio demuestran que, en relación al papel del Magisterio de la Iglesia, la gran mayoría de los «católicos» alemanes están más cercanos a las tesis del protestantismo luterano liberal que a la fe católica.

Las cifras han llegado a tal punto que el cardenal Karl Lehmann ha reconocido que «crean y refuerzan la impresión de una situación infeliz y fatal». El purpurado añade que «sabíamos hace tiempo» lo que estaba ocurriendo.


EN ALEMANIA APENAS QUEDAN CATÓLICOS
por Luis Fernando Pérez B *.

Si lo que publica Dier Spiegel es cierto, y no parece improbable que lo sea, solo cabe sacar una conclusión en relación a la situación del catolicismo en Alemania. A saber, que apenas existe. Es una especie en extinción. Hablamos de una nación en la que más o menos la mitad de sus ciudadanos han sido bautizados en la fe católica. La otra mitad son luteranos. Aunque dada la inmigración turca, cada vez son más los nacidos en el país que profesan la religión musulmana.

Cristo dijo:  "Pero cuando viniera el Hijo del hombre,
¿os parece que hallará fe sobre la tierra?" Lc. XVIII, 8.
Y las Sagradas Escrituras profetizan que al final de
los tiempos se presentará la apostasía universal.
Ciertamente en Alemania la apostasía es ya muy 
generalizada, pero en otros países también está ya
presente en alguna medida nada despreciable, misma
que crece día a día. Los católicos fieles terminarán
siendo un pequeño rebaño. De ahí nuestra obligación
de alejarnos del falso catolicismo liberal que predican 
los modernistas. Apartémonos de los falsos pastores,
de los que nos advirtió Cristo. Huyamos de la herejía
 como se huye de la peste.
A nadie extraña que estén así las cosa. El cardenal Lehman ha reconocido que los obispos alemanes se imaginaban que ese sería el resultado de las respuestas al cuestionario con motivo del próximo sínodo. Y eso a pesar de que los prelados evitaron que los fieles respondieran a algunas preguntas. Concretamente a las relacionadas con el aborto y el “matrimonio homosexual". Pero, seamos sinceros, si casi el 70% de los encuestados dicen no tener en cuenta los dogmas de la Iglesia, podemos deducir lo que opinan sobre esos temas.

Llama la atención que la mayoría de los que se pasan las enseñanzas de la Iglesia por el forro, decidan acudir a Misa y comulgar. Si lo que se encontraran en los púlpitos fuera la predicación de la fe y moral católica, seguramente desistirían de hacerlo. Ni irían a Misa ni, desde luego, osarían profanar la Eucaristía. Y ese es el gran drama de la Iglesia en Alemania: un número ingente de fieles llevan seguramente décadas sin ser educados y formados en la fe católica. Mucho me temo que si la encuesta se realizara solo entre los sacerdotes germanos, los resultados no serían muy diferentes.

Puede que haya quien crea que el rechazo del magisterio alcanza solo a la moral sexual. Pero quien no cree en lo que la Iglesia enseña sobre el matrimonio y los sacramentos, ¿por qué va a creer en el resto de dogmas? Un católico que decide lo que cree y deja de creer ha abandonado el catolicismo para convertirse en protestante. El protestantismo acepta el libre examen. Dado que el luteranismo en Alemania es mayoritariamente liberal, cabe pensar que esos católicos heterodoxos son tan liberales como sus camaradas de herejía luteranos. Que les pregunten si creen en la virginidad de María, en la historicidad de los milagros, etc. Verán como los resultados son similares.

Este, y no otro, es el resultado de décadas de pastoral funesta. Cinco siglos después, la reforma protestante ha triunfado casi por completo en el país donde nació. Lástima que sea en su versión “liberal". Lutero murió seguramente más “católico” que gran parte de los que han respondido al cuestionario de marras. Algunos ilusos dirá que esos datos han de ser interpretados como la respuesta del “sensus fidei". Es más, se alegran de que las cosas estén así porque es lo que necesitan en su cruzada secularizante. Pero es que allá apenas quedan “fidei". La Iglesia en Alemania vive una gran farsa por la cual se pretende que se acepten como católicos a quienes viven como si no lo fueran. Sabemos que el sacramento del bautismo imprime carácter, pero también lo “imprimió” en Lutero.

Ante un drama espiritual de estas dimensiones caben tres actitudes (Nota de la Redacción: las dos primeras no son católicas sino apóstatas, práctica o formalmente):

1- Seguir como si nada ocurriera. Salvo alguna declaración ocasional, no se recuerda en los últimos años de ninguna acción conjunta del episcopado alemán encaminada a que sus fieles sean de verdad católicos y no luteranos disfrazados de “catolicismo” modernista.

2- Intentar forzar al resto de la Iglesia a que acepte la realidad y cambie la doctrina, de manera que, por ejemplo, se acepte que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar. Quizás se conformen con que esa sea una “norma” a aplicar solo en los países donde el catolicismo esté en esa situación. Es decir, dirán algo así como “que en Alemania o Suiza se acepte eso no significa que en España o Chile se haga lo mismo". Tendríamos entonces un catolicismo a la carta, que dependería de lo que cada episcopado nacional quisiera. Estaríamos ante una situación de cisma abierto, pero ¿acaso no lo estamos ya?

3- Predicar la fe católica. No se trata de empezar de cero, porque hay un porcentaje pequeño de católicos alemanes que realmente profesan la fe de la Iglesia. Pero al mismo tiempo, cabe indicar que no es lo mismo predicar a quien nunca ha oído hablar de la fe que a quienes se han apartado de ella y piensan que siguen siendo lo que no son. Es más, si de repente los obispos alemanes decidieran que solo puede ejercer como sacerdote quien no se aparte mi medio milímetro de la fe católica y además no tenga miedo de predicar la misma abiertamente, seguramente no habría curas suficientes para atender a un número importante de parroquias. Habría, por tanto, que reestructurar por completo las diócesis, de manera que no quedara ni rastro de herejía en los púlpitos y confesionarios. Pero para hacer eso es necesario un valor y una determinación que no parece abundar.

Los últimos papas han hablado en repetidas ocasiones del avance de la apostasía en Europa. Pero a la apostasía no se la combate desde el error ni desde una complacencia cómplice. El papa Francisco ha pedido salir a las periferias para predicar el evangelio. Y ciertamente debemos llevar la buena nueva a todas partes. Pero hay naciones enteras, por no decir continentes, donde lo primero que hay que hacer es evangelizar a los que creyendo ser cristianos católicos, no lo son. Si no evangelizamos a los bautizados que acuden a Misa, ¿cómo vamos a hacerlo con los demás? Hay países en el que ni siquiera cabe aplicar al catolicismo la fábula del “Rey desnudo”. No es que el rey esté sin ropa. Es que está muerto. Y además, hiede como Lázaro tras cuatro días en la tumba. Hoy, como entonces, es necesario que se oiga la voz del Señor diciendo: “Lázaro, sal fuera". Esa voz no es otra cosa que la fe de la Iglesia.



OJO: FALSA NOTICIA SOBRE SUPUESTAS DECLARACIONES DEL PAPA CORRE POR LA RED

Corre un bulo en internet atribuyendo al Papa Francisco falsas declaraciones héreticas, entre ellas supuestamente dice que la Biblia está anticuada en muchos pasajes como la dizque ‘fábula de Adán y Eva’ o el infierno, que todas las religiones son iguales, que Dios está cambiando y evolucionando y la verdad religiosa también, y otros errores semejantes. Todo esto lo habría dicho el Papa en el ‘Tercer concilio vaticano II’. El Vaticano, a través de su cuenta de Facebook News.va desmintió estas falsedades. El Papa no hizo tales declaraciones que son contrarias a la fe católica. No creamos todo lo que aparece en internet. Acudamos a fuentes confiables.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Card. Brandmüller propone acción firme contra la rebelión de sacerdotes modernistas de Austria

Recuerda que gracias a la oportuna reacción del Romano Pontífice, anteriores cismas se redujeron a su mínima expresión hace casi un siglo

Por Sandro Magister*

CIUDAD DEL VATICANO, 20 de marzo de 2012 – “Como nació un cisma": es el título de una artículo publicado en "L'Osservatore Romano", firmado por el cardenal bávaro Walter Brandmüller (en la foto). Un artículo de corte histórico, pero con referencias explícitas a la actualidad.

Un artículo que, desde el principio, recuerda al movimiento anti-romano "Los von Rom", nacido en Austria entre los siglos XIX y XX y que "consiguió alejar de la Iglesia a casi cien mil austriacos".

Este movimiento –continua el cardenal entrando en la actualidad– "fue retomado después del Concilio Vaticano II." No sólo. "Tendencias análogas parecen emerger de vez en cuando también en nuestros días, con algunos llamamientos a la desobediencia respecto al papa y a los obispos."


El cardenal se refiere de manera evidente a cuanto está sucediendo en Viena y alrededores con la "Pfarrer Initiative", promovida en 2006 por monseñor Helmut Schüller – hasta 1999 vicario general del cardenal Christoph Schönborn en la capital austriaca, anteriormente presidente de Caritas nacional – y que tiene entre sus objetivos clave la abolición del celibato y reintegrar en el ejercicio del sacerdocio a sacerdotes "casados" y que viven en concubinato.

Este movimiento está sostenido por más de 400 entre sacerdotes y diáconos, y ha lanzado un claro “Llamamiento a la desobediencia” respecto a Roma, que quiere extenderse más allá de la frontera austriaca creando una red internacional. Ya se han adherido sectores del clero en Alemania, Francia, Eslovaquia, Estados Unidos, Australia. El pasado octubre, el propio Schüller fue a Irlanda para hacer proselitismo.

La iniciativa se sigue en Vaticano con bastante inquietud, tanto que a dicha cuestión se dedicó el pasado 23 de enero una reunión reservada entre una representación de los obispos austriacos y los vértices de los dicasterios vaticanos más importantes. En este encuentro, que tuvo lugar en el edificio del Santo Oficio, participaron: de Austria, el cardenal Schönborn, el arzobispo de Salzburgo Alois Kothgasser, los obispos de Graz y Sankt Polten, Egon Kapellari y Klaus Küng, mientras que del Vaticano estaban presentes, entre otros, los cardenales prefectos de la congregación para la doctrina de la fe, William J. Levada, de los obispos, Marc Ouellet, y del clero, Mauro Piacenza.

El cardenal Schönborn, junto a otros obispos, ha tomado las distancias de manera muy firme de la "Pfarrer Initiative", criticando tanto la forma como los contenidos del llamamiento. Hasta ahora, de todos modos, no ha impulsado ninguna acción canónica contra el mismo.

Pero volvamos al texto del cardenal Brandmüller.

El artículo analiza además el cisma que tuvo lugar en Bohemia tras la primera guerra mundial con el movimiento de protesta "Jednota", que también tenía como caballo de batalla "la abolición de la obligación del celibato" y cuyo líder, Bohumil Zahradnik, era un "sacerdote y novelista, que desde 1908 vivía una relación matrimonial ilegítima".

El cisma llevó el 8 de enero de 1920 a la proclamación de una "Iglesia checoslovaca". Pero lo que más interesa al cardenal es el análisis de cómo la Santa Sede, guiada por Benedicto XV, reaccionó a esta rebelión del clero bohemio.

La causa principal fue individuada en la "formación insuficiente del clero, tanto desde el punto de vista teológico como espiritual, en los decenios precedentes", de lo cual se derivó "una crisis que sacudía a la fe católica en sus fundamentos."

De aquí el rechazo, por parte de Roma, de apaciguar a los sacerdotes rebeldes con concesiones. El Santo Oficio los excomulgó "inmediatamente", obteniendo el pleno apoyo de los obispos. Y Benedicto XV truncó toda ilusión sobre la mitigación de la "sacrosanta y sublime benéfica" ley del celibato.

De este modo el cisma afectó sólo a una pequeña fracción de los católicos bohemios. Concluye el autor del artículo: "Este modo de actuar de la Santa Sede, no determinado por reflexiones políticas y pragmáticas, sino sólo por la verdad de la fe, se reveló "el único justo" que había que seguir."

Aquí se detiene la reflexión de Brandmüller el cual, en "L'Osservatore Romano", es calificado simplemente como "cardenal diácono de San Julián de los Flamencos”, pero que es mucho más. Académico y profesor de historia de la Iglesia medieval y moderna en la Universidad de Augsburgo durante casi treinta años, de 1998 al 2009 presidió la pontificia comisión de ciencias históricas, en la cual había entrado a formar parte en 1981, sustituyendo a Hubert Jedin, el gran histórico del Concilio de Trento, fallecido el año anterior.

Nacido en 1929, Brandmüller ha sido siempre muy estimado por el compañero profesor y compatriota bávaro Joseph Ratzinger que, convertido en Benedicto XVI, lo mantuvo en la dirección del comité hasta el cumplimiento de los 80 años, y al que quiso honrar con el cardenalato en el consistorio del 20 de noviembre de 2010.

Gran experto en historia de los Concilios, Brandmüller no desdeña la polémica docta, como cuando en un artículo publicado el 13 de julio de 2007 contemporáneamente en "L'Osservatore Romano" y en el diario de la conferencia episcopal italiana "Avvenire", criticó a fondo el planteamiento de la obra “Conciliorum Oecumenicorum Generaliumque Decreta” editada por la escuela historiográfica de Bolonia.

Como tampoco desdeña hablar de hoy recordando las analogías con el pasado, como sucede con el artículo del diario vaticano del 11 de marzo de 2012, reproducido de forma íntegra en este enlace (haz click).

Que en este caso la historia pueda convertirse verdaderamente en “magistra vitæ”, y que Benedicto XVI quiera repetir hoy –respecto a la "Pfarrer Initiative" y otros movimientos de sacerdotes rebeldes– los pasos llevados a cabo por Benedicto XV hace casi un siglo, es... otra historia.

*Fuente: ChiesaDiario Vaticano / Sacerdotes contra el celibato. En Austria se repite.
Antecedentes: LA REBELIÓN MODERNISTA CONTRA EL PAPA: UN CISMA SILENCIOSO
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miércoles, 8 de febrero de 2012

LA REBELIÓN MODERNISTA CONTRA EL PAPA: UN CISMA SILENCIOSO *


Por Andrea Tornielli


Las Iglesias del norte y centro de Europa están atravesadas por vientos de rebelión. Está quien lo llama “cisma silencioso”, o quien en cambio lo minimiza. Ciertamente se trata de un fenómeno preocupante, que involucra a países de antigua tradición católica, como Austria o Bélgica.

En Bélgica, por ejemplo, más de doscientos sacerdotes, respaldados por miles de fieles, piden por escrito la admisión de los divorciados en nueva unión a la comunión (lo que es un sacrilegio), la ordenación sacerdotal de hombres casados pero también de las mujeres (lo que va contra los fundamentos de la fe, pues es inmutable verdad católica que la mujer no puede acceder al sacerdocio. Ni siquiera la Virgen tuvo ese privilegio), así como la posibilidad para los laicos de realizar la homilía durante la Misa dominical. Lo que impresiona, en el llamamiento belga, son las firmas. Entre los firmantes hay personalidades muy visibles del catolicismo, como el rector honorario de la Universidad católica de Lovaina, Roger Dillemans; el gobernador de la provincia de Flandes occidental Paul Breyne, los anteriores miembros del Consejo pastoral inter-diocesano y algunos conocidos sacerdotes. En el llamamiento se lee: “Estamos convencidos de que, si como creyentes tomamos la palabra, los obispos escucharán y estarán listos para llevar adelante el diálogo sobre estas reformas urgentemente necesarias” (consideran "urgente", al parecer, destruir la Iglesia).

Como se recordará, en el 2010 – un auténtico annus horribilis para la Iglesia belga – la policía mantuvo detenida por todo un día a la entera conferencia episcopal, mientras eran abiertas las tumbas de los cardenales buscando documentos sobre la pedofilia que sólo una mente al estilo Dan Brown podía imaginar que se custodiaran en los sepulcros de los arzobispos que ya habían pasado a mejor vida. El escándalo de la pedofilia es utilizado por los firmantes del llamamiento para justificar una revisión de la norma del celibato: si bien las estadísticas han demostrado ampliamente que no hay un vínculo entre celibato y pedofilia, dado que la gran parte de estos terribles abusos tiene lugar dentro de las familias. En Buizingen, al sudeste de Bruselas, después de la muerte del viejo párroco de la iglesia de Don Bosco, para el cual no se encontró un sustituto, los parroquianos han constituido un movimiento alternativo haciendo celebrar la Misa a los laicos (un sacrilegio y una herejía pues el orden sacerdotal es exclusivo del sacerdote consagrado y no de los laicos).

Movimientos similares están extendidos ya desde hace años en Austria, donde 329 párrocos han adherido a la así llamada “Pfarrer-Iniciative”, un “llamado a la desobediencia” en el cual se piden "reformas" urgentes en la Iglesia. Vale la pena recordar que precisamente en Austria, en la diócesis de Linz, se produjo uno de los incidentes que han marcado el pontificado de Benedicto XVI. En enero de 2009 el Papa había nombrado obispo auxiliar de Linz a Gehard Wagner, obligado a renunciar antes de ser consagrado porque era considerado “demasiado conservador”. Entre aquellos que pedían en voz alta su renuncia estaba un canónigo de la diócesis de Linz que no ocultaba su convivencia con una mujer (desfachatez en su pecado).

Los firmantes del “llamado a la desobediencia” han involucrado a otros grupos de base (como “Somos Iglesia”), que desde hace años lanzan pedidos similares a la Santa Sede, es decir, la abolición de la obligación del celibato para los sacerdotes de la Iglesia latina, la comunión a los divorciados en nueva unión y el sacerdocio femenino. En las pasadas semanas los disidentes han amenazado con su intención de proceder con las “misas” celebradas por laicos en el caso de que no sean acogidas sus peticiones de ordenar sacerdotes a hombres casados y a mujeres (o sea, la declaración de un cisma formal y abierto).

Al respecto, es bueno recordar que los dos pedidos no son equivalentes en absoluto: la Iglesia católica considera el celibato de los sacerdotes un don precioso que debe ser defendido, pero admite excepciones a la opción celibataria – disciplina que tiene motivaciones también teológicos – en el caso de los sacerdotes católicos pertenecientes a las Iglesias orientales (que pueden casarse antes de la ordenación), o en el caso más reciente de los anglicanos que vuelven a la comunión con Roma. Bien distinto es el pedido de ordenación sacerdotal para las mujeres, declarada varias veces inadmisible y objeto de una específica Carta apostólica de Juan Pablo II (Ordinatio sacerdotalis, 1994), en la cual el Papa escribía: “Si bien la doctrina sobre la ordenación sacerdotal, reservada sólo a los hombres, sea conservada por la Tradición constante y universal de la Iglesia, y sea enseñada firmemente por el Magisterio en los documentos más recientes, no obstante, en nuestro tiempo y en diversos lugares se la considera discutible, o incluso se atribuye un valor meramente disciplinar a la decisión de la Iglesia de no admitir a las mujeres a tal ordenación”. “Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos, declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia”.

El pasado 6 de noviembre, los contestatarios austriacos han firmado un nuevo documento sobre la “Eucaristía en tiempo de escasez de sacerdotes”, en el cual se definen “reglas obsoletas” las que están en vigor en la Iglesia y se considera al celibato sacerdotal una “praxis tardía”. Se pide “confiar la dirección de las comunidades y la celebración de la eucaristía a hombres y mujeres casados”, y se afirma que “el camino hacia la ordenación femenina no puede ser obstaculizado por prohibiciones del Papa a que se discuta”, porque cada comunidad “tiene derecho a un guía, hombre o mujer” (¿puede ser más clara la intención cismática?).

El cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena (modernista también, pero menos radical que sus sacerdotes) y el obispo de St. Pölten, Klaus Küng, han definido estas propuestas “una ruptura abierta con una verdad central de nuestra fe católica” y “un gran peligro”. Aunque las encuestas deben ser tomadas con pinzas y adecuadamente relativizadas, generan preocupación en el Vaticano los resultados de una encuesta promovida por la TV austríaca Orf, según la cual el 72 por ciento de los sacerdotes del país serían favorables al “llamado a la desobediencia”. El 71 por ciento querría abolir la obligación del celibato y el 55 por ciento permitir la ordenación de las mujeres. Cada día que pasa, el fantasma de un cisma se vuelve cada vez más cercano y amenazador.

Se equivocaría quien subestima estas señales, que a los italianos resultan tan lejanas. Y se equivocaría quien cree que estos fenómenos están difundidos solamente en algunas Iglesias del centro de Europa conocidas por su efervescencia e históricamente caracterizadas por la confrontación con el mundo del protestantismo. Noticias similares llegan, de hecho, también de otros países y otras latitudes. En los Estados Unidos, hay 157 sacerdotes que se manifiestan contra el Papa, pidiéndole anular la obligación del celibato y abrir a la ordenación sacerdotal de las mujeres. Mientras que, en Australia, mil fieles de la diócesis de Toowoomba, cerca de Brisbane, en el sudeste del país, han enviado a Benedicto XVI una carta para contestar la decisión hecha pública el pasado mes de mayo de remover al obispo William M. Morris, de 67 años. Monseñor Morris se había pronunciado a favor de la posibilidad de ordenación de mujeres sacerdotes y, para remedir la falta de sacerdotes, había llamado a las celebraciones a pastores protestantes. Los firmantes de la carta enviada al Vaticano piden explicaciones sobre la remoción de Morris y piden también que “nunca más un tratamiento de este tipo se repita en otras diócesis de Australia”.

La aparición de este disenso duele al Papa, quien continuamente vuelve a llamar a la conversión, invitando a no pensar que la solución está en el cambio de las estructuras o en la adecuación de los “ministerios”.


Fuente: La Bussola Quotidiana. Traducción: La Buhardilla de Jerónimo. *Título original: La rebelión contra el Papa: un cisma silencioso. Paréntesis de CATOLICIDAD.
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LO QUE DIJO SAN PÍO X SOBRE LA INFILTRACIÓN MODERNISTA QUE INTENTA SOCAVAR LA IGLESIA:

"No es necesario buscar a los fabricantes de errores entre los enemigos abiertos, sino que, con grande y angustioso dolor, los vemos introducidos en el seno mismo de la Iglesia, y son por ello tanto más peligrosos cuanto que son más difíciles de descubrir. Nos referimos, Venerables Hermanos, a tantos seglares y, lo que es más lastimoso, a tantos sacerdotes que, con un falso amor a la Iglesia, sin ningún sólido fundamento filosófico ni teológico, incluso impregnados de doctrinas envenenadas, que inoculan hasta la médula de los huesos de la Iglesia, se alzan como reformadores, con una absoluta falta de humildad; como ejército compacto arremeten contra lo que de más santo hay en la obra de Cristo, y ni siquiera: respetan la persona del Redentor divino: con sacrílega osadía la reducen a la categoría de puro y simple hombre. A todos ellos los incluimos entre los enemigos aun cuando ellos mismos se asombren; pero -dejando aparte sus intenciones que sólo Dios puede juzgar- nadie que conozca sus doctrinas y su modo de hablar y de actuar podrá extrañarse de lo que decimos. Y no exageraría quien los incluyese entre los peores adversarios de la Iglesia. Pues, como hemos dicho, no desde fuera, sino dentro mismo de la Iglesia llevan a cabo su perversa actividad; por eso, el peligro se encuentra metido en las venas y en las entrañas de la Iglesia; con mucha mayor eficacia dañina, puesto que conocen tan íntimamente a la Iglesia. A todo esto se añade que no atacan las ramas o los retoños, sino las raíces mismas: la fe y sus más profundas fibras. y una vez dañada esta raíz de inmortalidad, intentan propagar el virus por todo el árbol, de tal manera, que no hay aspecto de la verdad católica en donde no pongan su mano y que no traten de corromper. Emplean tales tácticas para hacer daño, que no se encuentran otras más malvadas ni más insidiosas: son una mezcla de racionalista y católico, tan hábilmente presentada, que con facilidad engañan a los incautos; y son hasta tal punto osados, que no hay consecuencia que les detenga o que no mantengan con firme obstinación. Además, suelen llevar una vida llena de actividad, con gran dedicación al estudio, y unas costumbres intachables que les atrae la estima de todos, lo cual es muy adecuado para engañarles. Pero lo que hace pensar que no tienen remedio es que tienen el espíritu tan absorbido por sus doctrinas, que no admiten ninguna autoridad ni aceptan ningún freno; y como obran con conciencia errónea, creen que es celo por la verdad lo que en realidad sólo es efecto de la soberbia y de la obcecación. Habíamos esperado conseguir que algún día estos hombres rectificaran su actitud, adoptando con ellos primero una actitud indulgente, como con hijos Nuestros que son; después, siendo más severos; por último, aun contra nuestros deseos, hemos tenido que reprenderles públicamente. Sabéis bien, Venerables Hermanos, que todo ha sido inútil: se sometían un momento, para volver a levantar la cabeza más llenos de soberbia. Si se tratase sólo de ellos, quizá hasta podríamos pasar todo esto por alto, pero se trata del prestigio y de la tranquilidad de la religión católica. Por tanto, es preciso interrumpir un silencio, que sería criminal prolongar, y arrancar la máscara de estos hombres, para mostrarlos ante la Iglesia entera tal y como son. Como los modernistas (este es el nombre que con razón se les da) utilizan la táctica insidiosa de no exponer sus doctrinas orgánicamente estructuradas, sino desarticuladas, para que parezcan inconexas y poco concretas, cuando en realidad son firmes y consistentes, lo primero que hay que hacer es presentar esas doctrinas en su conjunto, señalando los lazos que las unen, y a continuación determinar las causas de los errores e indicar los remedios adecuados para atajar el mal".

S.S. San Pío X de su encíclica "Pascendi Dominici Gregis".
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