Naturalmente, lo aconsejable sería asistir a ellos, pues unos cuantos días en los que se hace un alto a la cotidianidad y en medio de la tranquilidad y paz, con profundas reflexiones y auto-análisis de la vida que hasta el momento hemos llevado, nos permitirán tomar serias resoluciones para mejorarla de una manera radical y positiva. Los Ejercicios de San Ignacio han probado su enorme eficacia para transformar a quien acude a ellos con las debidas disposiciones de superarse en todos los sentidos. Son un breve y necesario alto en el camino de nuestra existencia para profundizar en nosotros mismos y sacar lo mejor que tenemos para beneficio propio y de nuestro prójimo. Traen paz al alma, reconciliación con Dios, transformación espiritual y un proyecto de vida superior que abarca todas sus manifestaciones. Hacer Ejercicios es trabajar intensamente durante varios días en vencerse a sí mismo, en dar orientación definitiva a nuestra propia vida y poner orden perfecto en ella en todos los afectos del corazón y en todos los sentidos.
El protagonista en Ejercicios eres tú. Tú, y no el sacerdote, desempeñas el papel principal. Todo gira alrededor de ti. Todo depende, después de la gracia de Dios, de tu trabajo personal. Los Ejercicios requieren activismo vital.
Cuanto más pienses tú, y medites y reflexiones, tanto mejor harás Ejercicios. Cuanto más te apropies lo que oyes y mejor lo asimiles, tanto mayor fruto sacarás de los Ejercicios.
Cuanto más te dejes empapar de los sentimientos de cada meditación y mejor te pongas a tono con las materias que vayas meditando, tanto mayor efecto producirán en ti.
Cuanto más pidas a Dios y mas íntimamente comuniques con Él, tanto mayores serán las maravillas que se obrarán en tu alma.
Los Ejercicios son fragua de grandes caracteres y de grandes santos. Los Ejercicios irradian luz que disipa las más densas tinieblas de la mente. Sosiegan toda inquietud interna.
Hacen brotar en el alma un surtidor perenne de alegría. La robustecen para recorrer sin cansancio el camino del deber.
Los Ejercicios arreglan el pasado y disponen para el futuro. Para el alma atormentada, son un sedante. Para el alma extraviada, orientación y luz. En todo caso, paz, alegría y fortaleza.
No temas esperar demasiado de los Ejercicios. No temas una decepción.
Trabaja animosamente por tu parte, Y, sobre todo, pide a Dios que te ilumine y te ayude. Emprende con valentía la solución del problema de tu vida. Tienes que terminar los Ejercicios orientado, decidido, transformado.
He aquí los instrumentos (haz click):
1)· Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola (PDF)
2)· Manual del Ejercitante (PDF)
http://catolicidad-catolicidad.blogspot.mx/2012/06/san-ignacio-de-loyola-y-los-ejercicios.html
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