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sábado, 26 de julio de 2025
LA REVOLUCIÓN Y LA RESTAURACIÓN DEL SER
Sobre la disolución del orden y la vocación eterna de la forma
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I. EL COMIENZO DE LA PÉRDIDA
La historia no siempre avanza: también se precipita. Hay siglos que edifican, y hay momentos que desgarran la urdimbre invisible del mundo. La Revolución no fue una evolución, ni una maduración de la conciencia humana, sino una ruptura: no un fruto, sino una gangrena. Su origen no está en una reivindicación justa mal canalizada, sino en un principio falsificado desde su raíz: la negación del orden recibido, la desacralización del mundo, la apostasía del ser.
La tradición católica, a través de sus pensadores más lúcidos, ha discernido en la Revolución no un fenómeno político, sino un movimiento metafísico. No comienza en las plazas, sino en los corazones. No estalla con la guillotina, sino con la apostasía. El siglo XVIII no hizo más que consumar la obra iniciada mucho antes, cuando el pensamiento europeo, seducido por el espejismo de la autonomía, decidió destronar a Dios en nombre de la razón y emancipar al hombre de su Creador. Esa pretendida liberación no trajo luz, sino oscuridad; no generó armonía, sino desintegración.
“La Revolución no comienza cuando cae una monarquía, sino cuando el alma deja de inclinarse ante lo que está por encima de ella.”
(Joseph de Maistre)
La autoridad dejó de ser reflejo del Autor de todo, y se convirtió en una ficción contractual. La ley dejó de expresar la voluntad divina para convertirse en el producto efímero del consenso. El bien dejó de ser aquello que conviene a la naturaleza, y pasó a ser lo que cada uno decida. Y así, el mundo comenzó a vaciarse de sentido, mientras el hombre, ebrio de una libertad sin forma, se lanzaba a una danza macabra con el caos.
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II. LA NEGACIÓN DEL SER
Toda Revolución es, en el fondo, una negación ontológica. Niega la esencia de las cosas, su naturaleza, su forma. Pretende rehacerlo todo desde el artificio, sin atender a lo que las cosas son. En nombre de la voluntad, se destruye la verdad. En nombre de la igualdad, se nivela la jerarquía del ser. En nombre del derecho, se aniquila el deber. Y así, el orden natural, moral y político es minado desde sus cimientos.
“La Revolución no destruye simplemente el trono o el altar: destruye la noción misma del orden.”
(Louis de Bonald)
Cuando la razón ya no se reconoce como participante del Logos divino, sino como fuente autónoma de toda verdad, lo real deja de ser norma y límite, y se convierte en materia moldeable al capricho humano. Esta es la raíz profunda del nihilismo moderno: no un odio explícito a lo verdadero, sino su ignorancia práctica, su sustitución por construcciones arbitrarias que no se anclan en nada que trascienda al individuo.
Donoso Cortés vio con claridad esta dinámica cuando advirtió que detrás de la idolatría del progreso o la soberanía popular se escondía la negación de Dios. Si Dios no reina, el hombre se diviniza. Pero el hombre sin Dios no es más que carne sin forma, voluntad sin dirección, poder sin límite. Y el resultado no puede ser otro que la autodestrucción.
“El siglo moderno ha dado la espalda a Dios, y se asombra de que el mundo se le derrumbe.”
(Juan Donoso Cortés)
El proceso revolucionario, que comenzó negando la ley natural, ha terminado negando la misma naturaleza. Donde antes había jerarquía, ahora hay igualitarismo; donde había formas estables, hay fluidez; donde había deberes, hay deseos. Todo puede redefinirse: el hombre, la familia, la vida, la muerte, el cuerpo, la patria. Nada permanece. Todo se disuelve.
Y sin embargo, esta negación no se presenta como tal: se disfraza de libertad, de derechos, de humanismo. Pero es una libertad sin verdad, unos derechos sin deberes, un humanismo sin hombre.
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III. LA IDOLATRÍA DE LA LIBERTAD
La libertad, cuando no está ordenada al bien, no es más que una cadena invisible. El drama del mundo moderno no es que haya buscado la libertad, sino que la haya absolutizado, desfigurándola. La Revolución no propuso una libertad concreta, limitada, responsable, sino una libertad abstracta, incondicional, sin forma ni fin. No una libertad para el bien, sino una libertad para lo que sea.
“No es enemigo de la libertad quien le da forma, sino quien la disuelve.”
(Louis de Bonald)
Así, la libertad, desprovista de su vínculo con la verdad y el bien, se convirtió en un ídolo. Y como todo ídolo, exige sacrificios: se ha sacrificado la autoridad, la familia, la ley, el sentido común. Bajo la consigna de “liberar al hombre”, se lo ha dejado sin patria, sin padre, sin Dios. Y lo que se ha generado no es un individuo soberano, sino un ser fragmentado, huérfano, manipulable, esclavo de sus pasiones y del poder que se disfraza de libertad.
“La libertad que no reconoce superior alguno se convierte en tiranía.”
(Juan Vázquez de Mella)
La verdadera libertad no consiste en hacer lo que uno quiera, sino en poder hacer lo que se debe. El árbol que crece sin dirección no alcanza la luz; el hombre que vive sin ley no alcanza su plenitud. La autoridad, lejos de oprimir, eleva; la ley, lejos de encadenar, forma. Pero esto la Revolución no lo comprendió jamás. Rechazó todo límite como si fuera opresión, y confundió el deber con imposición, la disciplina con violencia.
Así, la libertad se volvió auto-referencial, narcisista, vacía. Y en ese vacío, creció la anarquía. No como caos aparente, sino como sistema: una anarquía legalizada, institucional, tecnocrática, que ya no reconoce otro orden que el de la voluntad del momento. Se ha destruido el alma de la ley, y solo queda su cáscara: el poder de hacer normas sin anclaje moral alguno.
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IV. EL MITO DEL PROGRESO
Si la libertad fue el ídolo de la Revolución, el progreso fue su religión. Una fe sin revelación, sin dogma, sin teología, pero con todos los rasgos de una superstición moderna. Se creyó —y aún se cree— que la historia marcha inevitablemente hacia un bien mayor, que cada cambio es un avance, que toda innovación es mejora. La ciencia, la técnica, la economía: todo se volvió medida de valor. Ya no se preguntó por el bien, sino por la novedad; ya no se buscó la sabiduría, sino la eficiencia.
“El progreso material sin progreso moral es una aceleración hacia el abismo.”
(Blanc de Saint-Bonnet)
Esta fe ciega en el progreso sustituyó a la Providencia divina. Pero el progreso no tiene alma. No sabe a dónde va. Puede construir puentes o cámaras de gas. Puede conectar a millones o aislar a cada uno. Puede prolongar la vida o destruirla en el vientre materno. La técnica, sin la moral, es poder sin freno; y el poder sin freno engendra monstruos.
El progreso sin orden no edifica: pulveriza. Ha destruido la comunidad, ha trivializado la vida, ha hecho del cuerpo un producto, del lenguaje un juego, de la educación una ideología, del arte una provocación. Ha prometido emancipación y ha entregado desarraigo. Ha hecho del hombre un consumidor compulsivo, un dato estadístico, una masa sin rostro.
“No hay progreso sin forma, como no hay música sin partitura.”
(Charles Péguy)
Y sin embargo, el mundo moderno sigue cantando su canto de sirena, convencido de que lo nuevo es siempre mejor, de que lo viejo es siempre opresión. Se desprecia la sabiduría de los siglos, se ridiculiza la virtud, se sepulta la tradición. El progreso se ha convertido en una carrera sin meta, en una fiebre sin cura.
Pero el alma humana no se sacia con novedades. Tiene hambre de sentido, de belleza, de verdad. El progreso que no responde a estas hambres es puro vértigo, puro humo.
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V. LA DEMOCRACIA COMO IDOLATRÍA POLÍTICA
Cuando la Revolución destronó a Dios, no dejó el trono vacío: lo ocupó con la voluntad humana. Primero lo hizo en nombre del pueblo; luego, en nombre del individuo; y finalmente, en nombre del deseo. Así nació la democracia como dogma, no como forma de gobierno limitada, sino como teología laica de la soberanía absoluta del hombre.
“La Revolución es la soberanía del número; el culto de la cantidad, la negación de la verdad.”
(Joseph de Maistre)
La democracia moderna no reconoce más verdad que la opinión, ni más autoridad que el sufragio. No pregunta si una ley es justa, sino si ha sido votada. No examina si una acción es buena, sino si ha sido consensuada. La mayoría ha sustituido al bien. Y en esa transmutación se ha fundado la legitimidad del error, la legalización del crimen, la institucionalización del pecado.
“La democracia moderna es el politeísmo del yo: cada uno un dios, todos esclavos.”
(Miguel Ayuso)
Se ha disuelto la política como arte del bien común, y en su lugar se ha instalado una mecánica de voluntades. La comunidad ha sido sustituida por la masa. La prudencia ha cedido al cálculo. El bien ha sido exiliado del lenguaje público. Lo que queda es un poder sin principios, un sistema sin alma, un consenso sin verdad.
La democracia se vuelve así idolatría cuando olvida su vocación subsidiaria, cuando se cree fin en lugar de medio. Y peor aún: cuando se convierte en la coartada perfecta para la injusticia legalizada. Porque en nombre de la voluntad colectiva, se puede aniquilar toda forma, toda ley natural, todo límite sagrado.
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VI. LA AUTODEMOLICIÓN DEL SUJETO MODERNO
Después de haber negado a Dios, disuelto el orden, profanado la forma, el hombre moderno se enfrenta ahora a sí mismo. Y no se reconoce. Se ha convertido en un extraño en su propia carne, en su propio sexo, en su propio nombre.
“El sujeto moderno no sabe quién es porque ha olvidado de dónde viene y a dónde va.”
(Danilo Castellano)
Esta es la segunda etapa de la Revolución: su fase terminal. Ya no basta con destruir las estructuras externas; ahora hay que demoler la identidad misma. Se ha pasado del ateísmo al transhumanismo, del individualismo al nihilismo, del racionalismo al caos emocional. El yo se ha diluido en el deseo. La libertad ha devenido fluidez. El cuerpo ya no es forma, sino material disponible. La palabra ya no es signo de verdad, sino vehículo de manipulación.
La posmodernidad, lejos de superar los errores del modernismo, es su ruina final. El hombre ya no quiere ser libre, sino percibirse libre. No quiere ser verdadero, sino sentirse auténtico. Y esa autenticidad subjetiva, sin forma ni ley, lo devora.
“El hombre posmoderno ya no cae: se disuelve.”
(Juan Fernando Segovia)
La revolución, en su etapa última, ha devorado al sujeto que la engendró. Ha destruido al yo que decía liberar. Y en su lugar queda un vacío que ni el placer ni la técnica pueden llenar. Porque el alma no se alimenta de estímulos, sino de sentido. No se sacia con derechos, sino con verdad. No se eleva con elección, sino con forma.
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VII. LA RESTAURACIÓN DEL SER
Frente a esta disolución universal, la Contrarrevolución no es una nostalgia, ni una estrategia, ni una política. Es una ontología. Una afirmación del ser, del orden, de la verdad. No es una reacción, sino una revelación: la reaparición del Logos en medio del caos.
“El desorden no se combate con resistencia, sino con forma.”
(Donoso Cortés)
La Contrarrevolución no es solo una negación del error, sino una afirmación de la plenitud. Es la voz del Ser que reclama su forma perdida. Es el resplandor del orden eterno que quiere volver a habitar la historia. No se limita a protestar: propone. No se contenta con resistir: edifica. No se esconde en el pasado: lo trasciende hacia la plenitud.
Esta restauración no comienza en los sistemas, ni en las instituciones, ni en las leyes. Comienza en el alma. En cada hombre que acepta ser criatura, que vuelve a su principio, que consiente el límite y abraza la forma. Allí renace el orden. Allí se siembra la civilización nueva. No por planificación, sino por conversión. No por ideología, sino por santidad.
“La verdadera Contrarrevolución es una restauración espiritual: es volver a ser.”
(Ramiro de Maeztu)
Y ese “volver a ser” no es un proyecto humano, sino un acto de gracia. Una respuesta libre al llamado eterno. Una aceptación del orden que nos precede y nos trasciende. Una vocación a la plenitud que solo se alcanza por el camino de la forma, del sacrificio, de la obediencia, del amor.
CONCLUSIÓN Y EPÍLOGO FINAL
El Orden que Arde: El Fiat que Reconstruye el Mundo
La Revolución no fue un extravío accidental de la razón. Fue una traición esencial del alma. Una apostasía que, en nombre de la libertad, desfiguró al hombre; en nombre del progreso, profanó la forma; en nombre del poder, destronó a Dios. No nació como error, sino como rebelión. No quiso reformar el mundo: quiso rehacerlo sin su Creador. Fue, en palabras de Donoso, “el proceso de autodeificación de la criatura”.
“El siglo moderno ha dado la espalda a Dios, y se asombra de que el mundo se le derrumbe.”
(Donoso Cortés)
Y se derrumba. Con cada generación más confundida que la anterior. Con cada civilización más desarraigada, más líquida, más invertebrada. La Revolución prometió libertad y nos dejó esclavitudes sin nombre. Prometió igualdad y sembró resentimiento. Idolatró un progreso sin alma y entregó un hombre sin rostro.
Frente a este abismo, la Contrarrevolución no es un eco del pasado, ni una reacción visceral. Es una afirmación profunda y luminosa del ser. Es la restauración del orden perdido: en la ley, en la autoridad, en la familia, en la forma, en el alma. No se contenta con decir “no” al error; dice un “sí” rotundo, glorioso, eucarístico a la verdad. No teme a la historia, porque conoce su origen y su destino. No se rinde ante la cultura dominante, porque vive de una fuente que el mundo no puede secar.
“No es enemigo de la libertad quien le da forma, sino quien la disuelve.”
(Louis de Bonald)
Hoy, más que sistemas, necesitamos almas. Más que estructuras, necesitamos conversiones. Más que reformas políticas, necesitamos corazones inflamados por la verdad. Porque el orden no se impone por decreto: se engendra desde dentro. Se fecunda en lo profundo. Se siembra en la interioridad que ha sido purificada por la gracia y encendida por el amor.
Y es allí, en esa interioridad abierta, donde el mundo puede comenzar de nuevo. Pero no en cualquier alma. En un corazón concreto, perfecto, inviolado: el de María.
“El Corazón de María es la primera tierra contrarrevolucionaria: intacta, invicta, inviolable.”
(Ramiro de Maeztu)
Allí, en ese santuario purísimo, el Ser fue acogido sin sombra de resistencia. Allí, el orden no fue discutido, sino amado. Allí, la forma no fue rechazada, sino encarnada. Mientras la Revolución vociferaba su eterno “non serviam”, una joven de Nazaret pronunciaba el “Fiat” que volvió a abrir el cielo. En ese Fiat se rehizo el mundo, porque en ese consentimiento ardía todo el orden divino, humano y cósmico.
“El triunfo del Corazón Inmaculado será el triunfo del orden.”
(Miguel Ayuso)
Por eso, toda verdadera Contrarrevolución será mariana. No por devoción sentimental, sino por necesidad teológica. Porque solo en ese Corazón se conserva intacto lo que la Revolución ha querido destruir: la ley, la forma, la virginidad, la obediencia, la gracia. Allí permanece el diseño eterno. Allí reposa la arquitectura de lo humano. Allí se custodia, como en un arca viva, el modelo del orden que salva.
Quien quiera restaurar la civilización, comience por consagrarse. Quien desee reconstruir el mundo, rinda su alma a ese Corazón. Porque cuando todo se disuelva, cuando el polvo cubra los restos de las catedrales rotas, cuando el lenguaje se haya vuelto irreconocible y la ley incomprensible, ese Corazón seguirá latiendo. Y desde Él, como desde un nuevo Génesis, se volverá a decir el Fiat que rehace todas las cosas:
Fiat voluntas tua.
Fiat ordo.
Fiat pax.
OMO
martes, 15 de noviembre de 2022
lunes, 17 de diciembre de 2018
LA REVOLUCIÓN por Monseñor De Segur. 2a. Parte.
(2) LA REVOLUCIÓN - Monseñor De Segur. Impreso en 1895.
IV
Quién es el verdadero padre de la Revolución y cuándo nació ésta.
Hay en la Revolución un misterio, misterio de iniquidad que los revolucionarios no pueden comprender, porque sólo la fe puede explicarlo, y a ellos les falta fe.
Para comprender la Revolución, es preciso remontarse hasta el padre de toda rebeldía, el primero que se atrevió a decir y tendrá la osadía, de repetir hasta la consumación de los siglos: Non serviam: “No obedeceré”.
Sí; el padre de la Revolución es Satanás. Es obra suya, comenzada en el cielo, y que viene perpetuándose entre los hombres de siglo en siglo. El pecado original, por el cual nuestro padre Adán se rebeló asimismo contra Dios, introdujo en el mundo, no precisamente la Revolución, pero sí el espíritu de orgullo y de rebeldía, que es su principio: y desde entonces el mal fue aumentando de día en día hasta la aparición del Cristianismo, que lo combatió y obligó a retroceder.
El Renacimiento pagano, más tarde Lutero y Calvino, y en fin, Voltaire y Rousseau, reanimaron el poder maldito de Satanás, su padre; y este poder, favorecido por los excesos del cesarismo, recibió en los principios de la Revolución francesa una especie de consagración, una constitución que no había tenido hasta entonces, y que hace decir con justicia que la Revolución nació en Francia en 1789. “La Revolución francesa, decía en 1793 el feroz Babeuf, no es más que la precursora de otra revolución mucho más grande, mucho más solemne, y que será la última”. Esta revolución suprema y universal que llena ya el mundo, es la Revolución. Por primera vez, después de seis mil años, ha tenido la osadía de tomar a la faz del cielo y de la tierra su verdadero y satánico nombre: la Revolución; esto es, la gran rebeldía.
Tiene por lema, como el demonio, el famoso Non serviam. Es satánica en su esencia, y aspirando a derribar todas las autoridades tiene por fin postrero la destrucción total del reinado de Jesucristo en la tierra. La Revolución, no hay que olvidarlo, la Revolución, es ante todo, un misterio de orden religioso, es el Anticristianismo, como lo hizo constar en su Encíclica de 8 de Diciembre de 1849 el soberano Pontífice Pío IX: “La Revolución es inspirada por el mismo Satanás. Su objeto no es otro que destruir completamente el Cristianismo y reconstruir sobre sus ruinas el orden social del paganismo”. Aviso solemne confirmado al pie de la letra por la Revolución misma. “Nuestro objeto final, dice la Instrucción secreta de la Venta suprema, es el mismo de Voltaire y de la Revolución francesa: el aniquilamiento completo del Catolicismo y hasta de la idea cristiana”.
domingo, 2 de diciembre de 2018
LA REVOLUCIÓN - Monseñor De Segur. 1a. Parte.
(1a. parte) LA REVOLUCIÓN - Monseñor De Segur
I
La Revolución.- Lo que no es.
Palabra es ésta muy elástica, y abúsase a cada paso de ella para alucinar las inteligencias de los hombres.
Revolución, en general, es cualquier cambio radical en las costumbres, ciencias, artes o letras, y sobre todo, en la legislación y en el gobierno de las sociedades. En religión y en política es el completo triunfo de un principio subversivo de todo el antiguo orden social.
La palabra Revolución se toma por lo regular en mal sentido: esta regla, sin embargo, tiene excepciones. Así se dice: “El cristianismo causó una gran revolución en el mundo, y esta revolución fue muy provechosa”. Lo mismo se dice: “Ha estallado en tal o cual país una revolución que lo ha pasado todo a sangre y fuego”. También esto es revolución, pero muy mala.
Hay diferencia esencial entre una revolución y lo que desde hace un siglo se llama LA REVOLUCIÓN. En todos tiempos ha habido en la sociedad humana revoluciones, mientras que la Revolución es fenómeno del todo moderno.
Creen muchos (porque así lo dicen en los periódicos) que todos los adelantos en industria, comercio, bienestar; que todas las invenciones modernas en artes y ciencias de sesenta años acá, se deben a la Revolución; que sin ella no tendríamos telégrafos, ni ferrocarriles, ni vapores, ni máquinas, ni ejércitos, ni instrucción, ni gloria; en una palabra, que sin la Revolución todo estaría perdido, y que el mundo caería nuevamente en las tinieblas.
Nada más falso. Si en tiempo de la Revolución se ha realizado algún progreso, no ha sido obra suya. El gran sacudimiento que ha impreso al mundo entero habrá precipitado sin duda en algunos casos el desarrollo de la civilización material; pero en cambio, en muchos otros lo han hecho abortar. La Revolución, considerada en sí misma nunca ha sido el principio de progreso alguno.
Tampoco ha sido, como se nos quiere hacer creer, la libertad de los oprimidos, la supresión de abusos inveterados, el mejoramiento y progreso de la humanidad, la difusión de luces y conocimientos, la realización de todas las aspiraciones generosas de los pueblos, etc.; y de esto nos convenceremos cuando a fondo la conozcamos.´
Ni es la Revolución el grande hecho histórico y sangriento que trastornó a Francia y aun a Europa al concluir el último siglo. Este hecho sólo fue un fruto, un producto de la Revolución, que en sí es mas bien una idea, un principio, que un hecho. Es muy importante no confundir estas cosas.
¿Qué es, pues, la Revolución?
II
Qué es la Revolución, y cómo es cuestión religiosa más aún que política y social.
La Revolución no es cuestión meramente política, sino también religiosa; y bajo este punto de vista únicamente hablo aquí de ella. La Revolución es no solamente una cuestión religiosa, sino la gran cuestión religiosa de nuestro siglo. Para convencerse de ello, basta precisar las ideas y reflexiones.
Tomada en su sentido más general, la Revolución es la REBELDÍA erigida en principio y en derecho. No se trata del mero hecho de la rebelión, pues en todos tiempos la ha habido: se trata del derecho, del principio de rebelión elevado a regla práctica y fundamento de las sociedades; de la negación sistemática de la autoridad legítima; de la apología de la misma; de la consagración legal del principio de toda rebelión. Tampoco es la rebelión del individuo contra su legítimo superior: esto se llama desobediencia; es la rebelión de la sociedad como sociedad; el carácter de la Revolución es esencialmente social y no individual.
Hay tres grados en la Revolución:
1º. La destrucción de la Iglesia como autoridad y sociedad religiosa, protectora de las demás autoridades y sociedades; en este grado, que nos interesa directamente, la Revolución es la negación de la Iglesia, negación erigida en principio y fórmula como derecho; la separación del la Iglesia y el Estado, con el fin de dejar a éste descubierto, quitándole su apoyo fundamental.
2º. La destrucción de los tronos y de la legítima autoridad política, consecuencia inevitable de la destrucción de la autoridad católica. Esta destrucción es la última expresión del principio revolucionario de la moderna democracia, y de lo que se llama hoy día la soberanía del pueblo.
3º. La destrucción de la sociedad, esto es, de la organización que recibió de Dios: o sea la destrucción de los derechos de la familia y de la propiedad, en provecho de una abstracción que los doctores revolucionarios llaman el Estado. Es el socialismo, la última palabra de la Revolución, la última rebelión, destrucción del último derecho. En este grado, la Revolución es, o más bien sería, la destrucción total del orden divino en la tierra, y el reinado completo del demonio en el mundo.
Claramente formulada primero por J. J. Rousseau, y después en 1789 y 1793 por la Revolución francesa, la Revolución se mostró desde su origen, enemiga implacable del Cristianismo. Sus furiosas persecuciones contra la Iglesia recuerdan las del paganismo. Ha dado muerte a obispos, asesinado sacerdotes y católicos, cerrado o destruido templos, dispersado las Ordenes religiosas, y arrastrado por el fango las cruces y reliquias de los Santos. Su rabia se ha extendido por toda Europa; ha roto todas las tradiciones, y hasta ha llegado a creer por un momento que había destruido el Cristianismo, al que ha llamado con desprecio: "antigua y fanática superstición".
Sobre todas esas ruinas ha levantado un nuevo régimen de leyes ateas, de sociedades sin religión, de pueblos y de reyes absolutamente independientes. Desde hace un siglo ya dilatándose más y más; crece y se extiende en el mundo entero, destruyendo en todas partes la influencia social de la Iglesia, pervirtiendo las inteligencias, calumniando al clero, y minando por su base todo el edificio de la fe.
Desde el punto de vista religioso, la Revolución puede definirse del modo siguiente: Negación legal del reinado de Jesucristo en la tierra, destrucción social de la Iglesia.
Combatir la Revolución es, por lo tanto, un acto de fe, un deber religioso de la mayor importancia, y además, de buen ciudadano y hombre de bien, pues así se defiende la patria y la familia. Si los partidos políticos de buena fe y que conservan su honra, la combaten desde sus puntos de vista, nosotros los cristianos debemos combatirla desde los nuestros, que son mucho más elevados, pues defendemos aquello que amamos más que la propia vida.
III
La Revolución, hija de la incredulidad.
Basta saber, para juzgar a la Revolución, si cree o no en Jesucristo. Si Cristo es Dios hecho hombre, si el Papa es su Vicario, si la Iglesia es obra suya y es su enviada claro está que tanto las sociedades como los individuos deben obediencia a los mandamientos de la Iglesia y del Papa, que son mandatos del mismo Dios. La Revolución, que establece como principio la independencia absoluta de las sociedades respecto de la Iglesia, es decir, la separación de la Iglesia y del Estado, declara con eso sólo, que no cree en el Hijo de Dios, y está ya juzgada de antemano según el Evangelio.
Resulta, pues, que la cuestión revolucionaria es, en definitiva, una cuestión de fe. El que crea en Jesucristo y en la misión de su Iglesia no puede ser revolucionario, si es lógico; y cualquiera incrédulo o protestante dejará de ser lógico si no adopta el principio apóstata de la Revolución, y no combate a la Iglesia bajo su bandera; puesto que si la Iglesia católica (como ellos creen) no es divina, usurparía de un modo tiránico los derechos del hombre.
Jesucristo, ¿es Dios? ¿Le pertenece todo poder en el cielo y sobre la tierra? Los Pastores de la Iglesia y el Sumo Pontífice a su cabeza, ¿tiene por derecho divino y por orden misma de Jesucristo la misión de enseñar a todas las naciones y a todos los hombres lo que es preciso hacer o evitar para cumplir la voluntad de Dios? ¿Existe un solo hombre, príncipe o súbdito; existe una sola sociedad que tenga el derecho de rechazar esta enseñanza infalible, o de sustraerse a esta alta dirección religiosa? Ahí está todo. Es esta una cuestión de fe, de Catolicismo.
El Estado debe obedecer a Dios vivo, lo mismo que la familia y el individuo. Es cuestión de vida, tanto para el uno como para el otro.
Continuará...
martes, 28 de noviembre de 2017
EL VERDADERO ROSTRO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
La "fraternidad" de la Revolución francesa.
En 1794, en el período de la Revolución francesa conocido como el reino del terror, dieciséis hermanas carmelitas del Monasterio de Compiègne fueron condenadas a muerte, acusadas de fanatismo, y ejecutadas por no aceptar secularaizarse rompiendo sus votos y abandonado su convento ya que estaban prohibidos y suprimidos. Fueron asesinadas en París, en la plaza. A los pies de la guillotina, cantaban himnos religiosos y renovaron sus votos. Este es el verdadero rostro de la "libertad", la "igualdad" y la "fraternidad" que proclamaba la masonería. Y esta es la fe y entereza de aquellas mártires católicas.
Ver película aquí: http://www.catolicidad.com/2011/03/dialogos-de-carmelitas-el-film.html
Ver película aquí: http://www.catolicidad.com/2011/03/dialogos-de-carmelitas-el-film.html
Fuente: Crestomatía del filme Diálogo de carmelitas.
martes, 8 de agosto de 2017
LOS MODERNISTAS HACEN TODO LO CONTRARIO AL CONSEJO DE ESTE SANTO
FUENTE: SAN EZEQUIEL MORENO, Cartas pastorales, p. 244.
miércoles, 26 de julio de 2017
LA ESTRATEGIA DE LOS LOBOS: LA DESOBEDIENCIA COMO FUENTE DE LEY
La desobediencia como fuente de ley es un mal principio, pues el desobediente, el rebelde, siempre exigirá más. El modernista nunca se contentará con lo logrado. La rebeldía no se contiene con permisividad. Los hechos lo han demostrado: no se frena el mal sino, por el contrario, se multiplica.
domingo, 23 de julio de 2017
martes, 11 de julio de 2017
SI ESTE NO ES EL FIN DE LOS TIEMPOS, ¡DEBE SER EL ENSAYO!
En algunos países van más "avanzados", pero hacia allá nos intentan dirigir a todos.
¡Vaya época en la que vivimos!
Quieren que los sacerdotes se casen y que los casados se divorcien.
Quieren que los heterosexuales se unan sin casarse, porque dicen que el amor debe ser "libre", y quieren que los homosexuales se "casen".
Quieren que las mujeres se vistan como hombres, y los hombres como las mujeres.
Quieren que se exalte por "valiente" a quien sale del clóset y se satanice como "intolerante" y "fascista" al que esté orgulloso de su heterosexualidad.
Quieren que se reconozca el "derecho" a un varón adulto de creerse y actuar como niñita (y ser protegida como tal) y a la vez quieren que se pervierta a los niños, desde muy menores, con adoctrinamiento sobre Ideología de Género que deforma y hace precoz su sexualidad.
Quieren incentivar la sexualidad de los menores de edad y no quieren aumento de natalidad ni deserción escolar por embarazos (para eso están los microabortivos y los abortos, piensan).
Quieren que se proteja la vida de los animales y, a la vez, que se permita a una adolescente embarazada asesinar a su hijo sin que sus padres se enteren.
Quieren hablar de los derechos de los niños, pero que no se les dé el derecho a tener a un padre y una madre (con las adopciones homosexuales) o el derecho más elemental a la vida, al establecerse el aborto "legal".
Quieren incentivar gratuitamente el cambio de sexo y el aborto, aunque no haya recursos para coberturas gratuitas de muchas enfermedades graves o cobertura médica para todos o no exista el debido cupo en los hospitales.
Quieren exaltar la "libertad", pero que se elimine la objeción de conciencia de médicos y enfermeras que no deseen practicar abortos, y que se prohiba penalmente a un sicólogo tratar de revertir, a quien se lo pida, la tendencia homosexual.
Quieren exaltar la "libertad", pero que se elimine la objeción de conciencia de médicos y enfermeras que no deseen practicar abortos, y que se prohiba penalmente a un sicólogo tratar de revertir, a quien se lo pida, la tendencia homosexual.
Quieren prohibir todo signo o culto religioso público, que consideran viola la "laicidad" y "falta al respeto" a los no creyentes, y quieren que se permita, en nombre de la "libertad", dar derecho al sacrilegio y poder profanar imágenes religiosas y templos.
Y todo esto sin analizar lo que sucede al interior de la Iglesia sitiada por quintacolumnistas que intentan hacer un culto global masónico que incluya todas las religiones.
Y todo esto sin analizar lo que sucede al interior de la Iglesia sitiada por quintacolumnistas que intentan hacer un culto global masónico que incluya todas las religiones.
Si este no es el fin de los tiempos, ¡debe ser el ensayo!
Tomado y enriquecido de un escrito del P. Vila Verde
Tomado y enriquecido de un escrito del P. Vila Verde
sábado, 5 de noviembre de 2016
miércoles, 15 de junio de 2016
LA ESPERANZA DEL FUTURO: LOS NIÑOS NO CONTAMINADOS
Preservemos a nuestros hijos de la corrupción generalizada. Luchemos contra ella en todas sus formas: "educación" de género en las escuelas, pornografía en internet y películas, televisión, malas compañías, ocasiones de pecado, etc. Sembremos en ellos los principios cristianos, logremos que se conviertan en convicciones firmes para que, a su vez, los transmitan a las siguientes generaciones. Pero recuerda que la educación sin ejemplo resulta estéril.
Los niños bien formados, con amor a Dios e íntimas convicciones, serán el futuro que restaure, de nuevo, todo en Cristo. Nos toque verlo o no, el triunfo será de Dios. Vendrán tiempos peores y más difíciles, pero con Dios estamos en el bando que vencerá. La Virgen lo prometió: "Al fin, mi Inmaculado Corazón triunfará".
¡Haz a tus hijos del ejército de los vencedores!
Los niños bien formados, con amor a Dios e íntimas convicciones, serán el futuro que restaure, de nuevo, todo en Cristo. Nos toque verlo o no, el triunfo será de Dios. Vendrán tiempos peores y más difíciles, pero con Dios estamos en el bando que vencerá. La Virgen lo prometió: "Al fin, mi Inmaculado Corazón triunfará".
¡Haz a tus hijos del ejército de los vencedores!
viernes, 19 de febrero de 2016
NINGUNA DE LAS 3,177 EMBARAZADAS CON ZIKA HAN DADO A LUZ BEBÉS CON MICROCEFALIA EN COLOMBIA
En medio del acalorado debate en torno al virus zika y el aborto en Latinoamérica, los hechos empiezan a desmentir la tesis promulgada por grupos feministas e incluso por la misma ONU, que han pedido ampliar el aborto a las embarazadas para evitar los efectos secundarios del virus.
En Colombia, que tiene 31.555 casos registrados, el segundo país del mundo tras Brasil, se confirmó que no ha habido un solo bebé de las 3.177 mujeres diagnosticadas con zika que haya nacido con el defecto congénito conocido como microcefalia.
La noticia la hizo oficial el presidente Juan Manuel Santos, quien también dijo que al país llegará un equipo médico-científico de Estados Unidos para ayudar a investigar el virus transmitido por mosquitos.
Con estos datos se empieza a tambalear la teoría de las autoridades brasileñas, donde hay más de un millón y medio de infectados, que consideran que el virus está detrás del aumento inusual de casos de microcefalia. Datos del ejecutivo brasileño que han servido a la Organización Mundial de la Salud para declarar una emergencia sobre el virus.
Esto solo mostraría que se necesitan “políticas públicas que mejoren las condiciones de salud y que combatan la pobreza en nuestros países, no abortos”, según expresó Danelia Cardona, médico psiquiatra, directora del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal de Colombia.
En la actualidad, el virus se ha expandido en 20 países americanos. Sólo uno de cada cuatro afectados sufren síntomas y la tasa de hospitalización es baja. Asimismo, los efectos son leves: fiebres no elevadas y conjuntivitis durante 2 a 7 días.
Antecedentes (haz clic): LA ONU UTILIZA COMO PRETEXTO EL ZIKA PARA INTENTAR IMPLANTAR TOTALMENTE EL CRIMEN DEL ABORTO Y EL CONTROL POBLACIONAL EN TODA AMÉRICA LATINA
Antecedentes (haz clic): LA ONU UTILIZA COMO PRETEXTO EL ZIKA PARA INTENTAR IMPLANTAR TOTALMENTE EL CRIMEN DEL ABORTO Y EL CONTROL POBLACIONAL EN TODA AMÉRICA LATINA
Fuente: Actuall.com. Por: María Isabel Magaña, corresponsal en América Latina. Ha trabajado para El Mundo, para ValorFuturo, para la Agencia EFE, en Noticias RCN y editora en Periódico en Directo.
sábado, 6 de febrero de 2016
LA ONU UTILIZA COMO PRETEXTO EL ZIKA PARA INTENTAR IMPLANTAR TOTALMENTE EL CRIMEN DEL ABORTO Y EL CONTROL POBLACIONAL EN TODA AMÉRICA LATINA
La ONU hace una recomendación para hacer frente al zika: permitir el aborto.
Dos altos funcionarios de Naciones Unidas instaron ayer a los países afectados por el virus a garantizar el acceso a métodos anticonceptivos y al aborto debido a la supuesta (es una mera posibildad que no está comprobada) liga del zika con la microcefalia fetal, que -según la ONU- convertiría a las embarazadas en un grupo de riesgo.
Evidentemente se trata de crear una gran alarma y relacionar aquello que aún no está comprobado con el fin de controlar más el crecimiento poblacional e implantar medidas sanguinarias, como lo es el asesinato de bebés en el vientre materno, en todos los países en los que este crimen aún no es totalmente aceptado.
CONFERENCIA EPISCOPAL DE BRASIL
Ante esto, los obispos de la Conferencia de Obispos Católicos de Brasil (CNBB) afirmaron ayer que el virus del zika y la crisis sanitaria que se ha generado tanto en su país como en otros, dado su POSIBLE relación con la microcefalia en los bebés en gestación, «no es justificación para defender el aborto» como, lamentablemente, proponen «determinados grupos que se organizan para llevar este asunto al Supremo Tribunal Federal, siendo esto una total falta de respeto hacia el don de la vida».
En efecto, la microcefalia -ocasionada o no por este virus- no es motivo para asesinar a un ser humano, pues ello sería un crimen que iría contra la Ley Natural y la Ley Divina.
Actualmente el Ministerio de Salud de Brasil está investigando 3,670 casos reportados de microcefalia en el país. Hoy confirmaron que 404 son efectivamente de microcefalia, u otras alteraciones en el sistema nervioso central, y que solo 17 de éstos podrían estar relacionados con el virus zika. También han descartado otros 709 casos. Los obispos brasileros resaltaron que «merece una atención especial el virus zika por su probable relación con la microcefalia, aunque aquello NO SE HAYA PROBADO AÚN CIENTÍFICAMENTE».
CENTROS PARA EL CONTROL Y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES DE EUA
CENTROS PARA EL CONTROL Y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES DE EUA
Si bien han hecho una serie de sugerencias para que las mujeres embarazadas eviten las picaduras de mosquitos en las regiones afectadas por la epidemia, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) han precisado que “se necesitan estudios adicionales para distinguir mejor esta relación (zika-microcefalia)”.
Esta enfermedad, explican los CDC, “suele ser leve con síntomas persistentes durante varios días a una semana”. Raramente mueren personas infectadas con el virus zika, señalan, y “usualmente no se enferman tanto como para ir al hospital”.
BILDERBERG
La posible expansión del virus zika y su falta de vacuna están siendo explotadas para el control de reducción poblacional que la alta cúpula de Bilderberg puso en práctica hace décadas. Recordemos que David Rockefeller intervino (en el marco del Business Council for the United Nations), como presidente del Grupo Rockefeller, en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada la primera quincena de septiembre de 1994 en El Cairo (Egipto) organizada por la ONU. En su discurso, Rockefeller destacó la idea de la necesidad de contener el crecimiento humano para evitar una "superpoblación" (recomendamos ver AQUÍ un video que habla de las tasas de crecimiento necesarias para que una nación subsista). De ahí que -según su ideología- se haga imprescindible aprobar medidas eugenésicas. En segundo lugar, hay que resaltar el papel preponderante y exclusivo que Rockefeller desea otorgar a la ONU en esta tarea de controlar el desarrollo de la población mundial. La ONU es el organismo que los Bilderbergs quieren como gobierno mundial, controlado, claro está, por una élite privada. Es decir, por ellos.
La estrategia revolucionaria es fomentar el miedo irracional y difundir el pánico para efectos de control, que entre otros aspectos les permitirá intentar un cambio más radical y definitivo a favor del aborto y el control poblacional. No importa que para ello contradigan a su hermano masón Franklin Delano Roosevelt que sostenía: “Permítanme manifestar la firme convicción de que de lo único a que debemos sentir temor es al temor mismo, al miedo anónimo, irracional y sin sentido que paraliza todos los esfuerzos que son necesarios para convertir el retroceso en una marcha hacia delante” (4 de marzo de 1933).
CARDENAL DA LA VOZ DE ALERTA
El Arzobispo de São Paulo (Brasil), Cardenal Odilo Scherer, alertó del peligro del aborto y la eugenesia en casos de microcefalia presuntamente originada por el virus del zika en mujeres embarazadas. Con esta práctica, explicó, se hace en realidad una “selección de los individuos que pueden nacer de acuerdo con las posibilidades que tenga de rendir a lo largo de su vida”.
El Arzobispo de São Paulo (Brasil), Cardenal Odilo Scherer, alertó del peligro del aborto y la eugenesia en casos de microcefalia presuntamente originada por el virus del zika en mujeres embarazadas. Con esta práctica, explicó, se hace en realidad una “selección de los individuos que pueden nacer de acuerdo con las posibilidades que tenga de rendir a lo largo de su vida”.
“Creo que si la humanidad se guía por privilegiar solamente a los que son saludables, fuertes y poderosos, nos estaremos encaminando a la eugenesia. La ley de la eugenesia manda a eliminar. Ese razonamiento en relación al ser humano es absolutamente indigno de una civilización”, declaró a la cadena BBC.
La eugenesia es una expresión de la cultura de muerte actual. Se refiere a la mejora de los rasgos hereditarios mediante diversas formas de intervención manipulada.
Sobre la crisis sanitaria que se ha generado por el virus del zika y de la posible relación que tendría con la microcefalia en los bebés en gestación, el Arzobispo de São Paulo indicó que “en todo embarazo siempre hay la incógnita de que el bebé puede tener alguna anomalía” pero que es “un ser humano desde el primer instante de su concepción”.
“Un bebé microcéfalo, aunque tenga sus limitaciones, puede tener cierta autonomía. Es una persona que tendrá alegrías en la vida. Entonces es preciso acoger a ese ser humano con sus limitaciones y ver como una misión el acompañarlo durante toda su vida”, indicó.
Además, el Cardenal Scherer resaltó que la vida es “un derecho humano”, y que éste no solo es un asunto religioso, sino también es un “asunto moral y ético. La vida del ser humano es un valor”.
LA PRIORIDAD DEBE SER COMBATIR EL VIRUS ZIKA Y NO ASESINAR A NIÑOS INOCENTES: CEC
Por su parte, El P. Pedro Mercado, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), lamentó que “la delicada situación provocada por el virus del zika en algunos países, especialmente en Brasil, está siendo indebidamente aprovechada por algunos grupos para hacer campaña a favor del aborto” y exigió a las autoridades centrar sus prioridades en prevenir el contagio y acabar con la transmisión del virus zika y no la promoción del aborto, como estratégicamente pretenden diversas organizaciones promotoras de esta práctica. En declaraciones recogidas ayer por el diario colombiano El Tiempo, el P. Mercado subrayó que “la prioridad debe ser acabar con los mosquitos transmisores de la enfermedad y no con la vida de niños inocentes”.
Ver también: NINGUNA DE LAS 3,177 EMBARAZADAS CON ZIKA HAN DADO A LUZ BEBÉS CON MICROCEFALIA EN COLOMBIA
Ver también: NINGUNA DE LAS 3,177 EMBARAZADAS CON ZIKA HAN DADO A LUZ BEBÉS CON MICROCEFALIA EN COLOMBIA
Fuentes: Aciprensa, Infocatólica, Aciprensa, Cristina Martín, Reforma.
sábado, 5 de diciembre de 2015
sábado, 26 de septiembre de 2015
EL CARDENAL DANNEELS ADMITE QUE FORMARON UNA "MAFIA" PARA DIRIGIR LA IGLESIA
El arzobispo emérito de Bruselas reconoce que él y otros cardenales modernistas unidos por el deseo de ‘modernizar’ la Iglesia (Kasper, Martini y Lehman), formaron una “mafia” para influir en las elecciones de los papas. De probarse, los cardenales podrían ser excomulgados.
Godfried Danneels (nacido en 1933) ha sido uno de los cardenales europeos más influyentes de los últimos años. Entre 1979 y 2010, fue presidente de la conferencia episcopal belga y arzobispo de Malinas-Bruselas. En 2010, Benedicto XVI le aceptó su renuncia por motivos de edad.
Esta semana Dannels presentó en Bruselas una biografía suya autorizada y reconoció, como se explica en el libro, la existencia de un grupo de cardenales centroeuropeos que desde 1996 se confabularon para controlar la sucesión de Juan Pablo II e impedir que accediera a la silla de Pedro el cardenal Joseph Ratzinger.
Los miembros de lo que Danneels define en el vídeo como “mafia”, aunque también recibía el nombre piadoso de Grupo de Saint-Gall/Sankt Gallen por la abadía suiza en que celebraba sus reuniones, eran, aparte de él, que se incorporó en 1999, el cardenal arzobispo de Milán, Carlo Mario Martini (fallecido en 2012 y llorado por la masonería) y su compatriota Achille Silvestrini, los cardenales alemanes Walter Kasper y Karl Lehman, el británico Basil Hume (fallecido en 1999) y el obispo holandés Adriaan Van Luyn.
Durante el pontificado de Juan Pablo II, a Roma llegaron los rumores de que algo maquinaban los cardenales que se reunían en Saint-Gall y se envió al cardenal Camillo Ruini a investigar, pero éste dijo no haber encontrado nada sospechoso.
Los acuerdos entre cardenales para elegir papa, prohibidos.
Cuando Ratzinger fue elegido papa en 2005, la “mafia” no se deshizo, sino que decidió oponerse a él y preparar la sucesión del pontífice alemán, comportamiento prohibido por el Derecho Canónico. Para ello, no dudaron en criticar en público a Benedicto XVI y reclamar que la Iglesia debía ser más ‘alegre’ y menos ‘antipática’.
Las maquinaciones y acuerdos entre los cardenales para elegir papa están prohibidos por la constitución apostólica ‘Universi Dominici Gregis’, promulgada en 1996, y cuyo artículo 79 reza así:
“Confirmando también las prescripciones de mis Predecesores, prohíbo a quien sea, aunque tenga la dignidad de Cardenal, mientras viva el Pontífice, y sin haberlo consultado, hacer pactos sobre la elección de su Sucesor, prometer votos o tomar decisiones a este respecto en reuniones privadas”.
En el artículo 81, esos compromisos se castigan con la excomunión.
Alegría de Danneels por el matrimonio homosexual
El objetivo de la “mafia” de Saint Gall era ‘modernizar’ la Iglesia católica para adaptarla a los tiempos de hoy, lo que implica modificar la doctrina sobre el aborto y la ideología de género.
En la biografía, que pondrá a la venta el 29 de septiembre, se devela también que Danneels escribió en mayo de 2003 una carta al primer ministro belga Guy Verhofstad felicitándole por haber introducido en el país el matrimonio para los homosexuales y terminar, de esta manera, con la discriminación para las parejas formadas por personas del mismo sexo.
Esta actitud de Danneels contrasta con la que tuvo el actual papa cuando era arzobispo de Buenos Aires. Al discutirse en Argentina la aprobación del matrimonio para los homosexuales, el cardenal Jorge Bergoglio mandó a cuatro monasterios de su diócesis una carta en las que se pronunció así: “No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una ‘movida’ del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”.
En abril de 2015, al cumplirse 25 años de la aprobación de la ley del aborto en Bélgica, dos políticos, Philippe Moureau (socialista valón) y Mark Eyskens (democristiano flamenco), afirmaron que el cardenal Danneels trató de convencer al rey Balduino de que, como católico y monarca, podía promulgar la ley. Cuando se le preguntó al religioso, éste contestó con un “No hay comentarios”.
Protegió a un obispo pederasta
Las revelaciones sobre el deseo por parte de este grupo de cardenales centroeuropeos de controlar los últimos cónclaves no son nuevas. En 2014, el periodista inglés Austen Ivereigh, que fue subdirector de la revista ‘The Tablet’, director de las relaciones públicas del cardenal Cormac Murphy-O’Connor, arzobispo emérito de Westminester, y doctorado con una tesis sobre la Iglesia en la política de Argentina, publicó una biografía del papa Francisco, El Gran Reformador. En ella, su autor afirma que, en los días precedentes al cónclave de 2013, cuatro cardenales, Murphy O’Connor, Kasper, Daneels (quien ya no podía participar en el acto debido a su edad) y Lehmann, se aseguraron el consenso del cardenal Bergoglio para su eventual elección y después pusieron en marcha una campaña para conseguirla.
Entonces, los cardenales señalados respondieron que era mentira lo publicado. Según declaró el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, en teletipo recogido por Zenit el 1 de diciembre: “Puedo declarar que los cuatro cardenales arriba mencionados niegan explícitamente esta descripción de los hechos, tanto en lo relacionado con la petición de un consentimiento previo por parte del cardenal Bergoglio, como en lo relacionado con la conducción de una campaña para su elección, y desean que se sepa que están sorprendidos y decepcionados por lo publicado”.
Unos meses después, uno de los señalados en ese libro, el cardenal Danneels, reconoce que esa “mafia” o logia existía y, por tanto, que él mintió en 2014.
Pese a estar implicado en el encubrimiento de un caso de pederastia cometido por el obispo de Brujas (Danneels se negó a creer las primeras quejas y más tarde, en 2010, la víctima le grabó pidiéndole que retirase su denuncia), el papa Francisco le nombró por voluntad personal miembro del Sínodo sobre la Familia celebrado en 2014 y le ha vuelto a designar para el que se celebrará a finales de este año.
Otro de los señalados por Danneels, el Cardenal Walter Kasper, ha sido el principal promotor de la idea de dar la Sagrada Comunión a los divorciados vueltos a casar. Para ello, en el Sínodo de 2014, lideró una campaña para lograr apoyos para su propuesta, algo que choca frontalmente con la doctrina católica sobre el Matrimonio y la Eucaristía.
Video donde este cardenal modernista admite, de su propia boca (valga la redundancia), las maquinaciones. Haz clic: http://nieuws.vtm.be/binnenland/159605-danneels-zat-soort-maffiaclub
Fuente: Infovaticana.TEMA RELACIONADO (HAZ CLIC): LA MASONERÍA EXPRESA SU DOLOR POR LA MUERTE DEL CARDENAL MARTINI
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