lunes, 21 de abril de 2025
HA MUERTO EL PAPA
jueves, 11 de abril de 2024
¿DIGNITAS INFINITA?
El lunes 8 de abril de 2024, día de la Fiesta de la Anunciación, aplazada este año, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) publicó la Declaración Dignitas infinita sobre la dignidad humana. Dicha declaración fue aprobada por el Papa Francisco el 25 de marzo pasado.
La presentación que precede a la Declaración, firmada por el prefecto del DDF, el cardenal Víctor Manuel Fernández, explica la génesis del texto cuya redacción se decidió hace más de cinco años. Después de varios proyectos, la Declaración fue finalmente aprobada en mayo de 2023, pero el Papa pidió en noviembre realizar modificaciones antes de aceptar la versión actual.
La primera parte describe la “toma de conciencia progresiva de la centralidad de la dignidad humana”. La segunda parte afirma que “la Iglesia proclama, promueve y garantiza la dignidad humana”. La tercera parte presenta la dignidad como “fundamento de los derechos y deberes humanos”. Finalmente, la última parte describe “algunas violaciones graves de la dignidad humana”.
Una noción equivocada de la dignidad humana
La declaración retoma, y agrava, la noción trastornada o desequilibrada de la dignidad humana, que es el núcleo del Concilio Vaticano II, afirmada en la Declaración sobre la libertad religiosa (Dignitatis humanae). El Concilio habla de la dignidad que poseen “todos los hombres por el hecho de ser personas, es decir, dotadas de razón y libre albedrío”, dignidad llamada “ontológica”.
El Concilio fundamenta la libertad religiosa en esta dignidad ontológica, que conduce a una relativización de la fe católica al otorgar un “derecho al error” en materia religiosa. Derecho “negativo”, pero derecho al fin y al cabo. Este punto fue uno de los más discutidos por los fieles obispos reunidos en el Coetus internationalis patrum que detectaron en él una negación de la Realeza de Cristo.
Una distinción importante
Desde el primer número, la Declaración habla de esta dignidad como "infinita", y señala en el número siguiente que fue proclamada "con autoridad" en la Declaración Universal de los Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948.
En el nº 7 el texto presenta una “cuádruple distinción del concepto de dignidad”: ontológica, moral, social y existencial. Los dos últimos elementos son bastante accidentales, los dos primeros en cambio son esenciales y es necesario explicarlos bien.
El alma humana, creada directamente por Dios, es unida por Él a un cuerpo: ejerce entonces una doble función. En primer lugar, otorga una naturaleza humana al individuo creado, que es, por tanto, una persona, según la célebre definición de Boecio, citada en la nota 17 del documento. El alma es, pues, la fuente de la dignidad ontológica, que, por consiguiente, es la misma para todos los seres humanos.
En segundo lugar, el alma es el principio de la acción humana a través de sus facultades: la inteligencia y la voluntad. Esta acción constituye el dominio moral. Cuando las acciones humanas nos permiten desarrollar nuestra humanidad orientándonos hacia nuestro fin, que es Dios, se califican de “buenas”. Cuando, por el contrario, nos alejan de este fin, se trata de actos “malos”.
La dignidad moral de una persona depende, por tanto, de sus acciones: quien hace el bien para alcanzar su fin último posee una dignidad tanto mayor cuanto más busca ese fin. Pero quien se desvía de su objetivo y hace el mal se priva de esta dignidad: se despoja de ella.
Este hecho se reconoce en el nivel natural de las sociedades: familiar, social o político. Así, el ciudadano que hace el bien es recompensado de diversas maneras: incluso puede servir como un ejemplo mediante distinciones: menciones, medallas, honores. Pero el que hace el mal es castigado por la ley. Estas recompensas y castigos dan al sujeto lo que merece –para bien o para mal– y permiten a la sociedad defenderse de quienes la amenazan.
Cómo Vaticano II y Dignitas infinita trastornan la dignidad humana
Evidentemente no se trata de negar la dignidad ontológica, sino todo lo contrario. Esta última corresponde a la dignidad fundamental del hombre e indica en particular la intangibilidad de la vida humana inocente. El niño en el vientre de su madre, el niño antes de la edad de razón, el hombre que carece de uso de razón; todos poseen esta dignidad que excluye cualquier perjuicio.
Por otra parte, para todos los demás, para todos aquellos que son capaces de actuar moralmente, es la dignidad moral la que tiene prioridad, especialmente ante los ojos de la sociedad. Porque, finalmente, ¿cómo se puede castigar a una persona dotada de una dignidad inalienable e inviolable? Esto solo puede suceder desde el ángulo de esta dignidad moral, que la Declaración reconoce en el número 7.
Pero la nueva doctrina, al introducir un desequilibrio entre los dos aspectos de la dignidad humana, limita la autoridad en sus prerrogativas destinadas a proteger a la sociedad y a la Iglesia. Así, la tercera parte sobre “la dignidad, como fundamento de los derechos y deberes humanos” se centra en la dignidad ontológica, utilizando muy parcialmente la dignidad moral, sin siquiera nombrarla.
Esto se caracteriza por un énfasis erróneo en el plano objetivo (la dignidad ontológica), descuidando así el plano subjetivo (la dignidad moral). Esto se manifiesta en primer lugar por la doctrina de la libertad religiosa que impide a una autoridad política católica defender adecuadamente la fe.
Se manifiesta además en un cambio radical con respecto a la pena de muerte, que compete a la autoridad de la Ciudad (el Estado). Si bien la doctrina católica siempre ha aceptado y justificado la pena capital, ahora se afirma que ya no es así. Siempre en nombre de esta dignidad ontológica inviolable y haciendo caso omiso de la indignidad moral del culpable, que se ha convertido en un peligro para la sociedad y sus miembros.
¿Una dignidad infinita?
Cabe señalar de paso el agravamiento de esta doctrina por el uso del término “infinito” asociado a la dignidad ontológica. Lo cual ya no es ni siquiera una desviación, sino una aberración. Solo Dios es infinito. Ni siquiera los ángeles, espíritus puros, tienen una dignidad infinita.
Desde el punto de vista de la naturaleza humana, solo una posee esta dignidad infinita: la santa humanidad de Cristo unida hipostáticamente al Verbo divino. Se pueden añadir, en cierto sentido, los santos del cielo que gozan de la visión beatífica, porque están asociados a la dignidad misma de Dios.
Graves violaciones de la dignidad humana
La cuarta parte aborda “algunas de las muchas violaciones graves de la dignidad humana en el mundo contemporáneo” (n°34): pobreza, guerra, inmigrantes, trata de personas, abuso sexual, violencia contra las mujeres, aborto, gestación subrogada, eutanasia y suicidio asistido, eliminación de las personas con discapacidad, teoría de género, cambio de sexo y, finalmente, violencia digital.
Todos estos temas son ciertamente importantes y es bueno que se repitan una y otra vez ciertas condenas, así como leer argumentos que pueden ser utilizados por los defensores de la doctrina católica. Sin embargo, sigue siendo desalentador observar que se recurre repetidamente a la autoridad de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (núms. 2, 23, 56 y 63). Y creer que solo ella puede inspirar a los hombres un verdadero respeto por la dignidad humana.
Esto significa olvidar por enésima vez que solo la virtud es capaz de inspirarnos a hacer el bien, y que solo la Iglesia tiene la capacidad de orientarnos correctamente por este camino. Y aunque algún bien natural se puede llevar a cabo en una Ciudad sin Dios, el bien de la sociedad no se puede lograr sin el Reino social de Nuestro Señor Jesucristo.
Fuente: Saint-Siège – Fsspx. Actualités
viernes, 6 de octubre de 2023
ROMA: CINCO CARDENALES PRESENTAN SUS "DUBIA" AL PAPA FRANCISCO
Los cardenales Brandmüller, Burke, Zen, Sandoval y Sarah presentaron cinco preguntas, llamadas dubia, el 21 de agosto, en busca de aclaraciones sobre algunas cuestiones relacionadas con el desarrollo doctrinal, la bendición de las parejas homosexuales, la autoridad del Sínodo sobre la Sinodalidad, la ordenación de mujeres y la absolución sacramental.
Estos dubia fueron firmados por los cardenales Walter Brandmüller, de 94 años, presidente del Comité Pontificio para las Ciencias Históricas; Raymond Burke, 75 años, prefecto emérito de la Signatura Apostólica; Joseph Zen Ze-Kiun, 90 años, obispo emérito de Hong Kong; Juan Sandoval Íñiguez, 90 años, arzobispo emérito de Guadalajara; y Robert Sarah, 78 años, prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Los hechos
En una Notificación a los Fieles de Cristo sobre los dubia presentados a Francisco, los cardenales explican que primero escribieron una serie de "preguntas" enviadas al Soberano Pontífice el 10 de julio de 2023. La respuesta no tardó mucho, ya que está fechada el 11 de julio, es decir, al día siguiente.
Sin embargo, esta carta no sigue el método del dubium. En efecto, este tipo de preguntas reciben una respuesta de "sí" o "no". Sin embargo, el Papa dio una respuesta detallada que no satisfizo a los cinco redactores, porque la encontraron demasiado vaga en todos los puntos. Por tanto, escribieron una segunda versión, más precisa, pidiendo expresamente un sí o un no.
"Después de estudiar su carta, que no seguía la práctica de la responsa ad dubia, reformulamos los dubia para obtener una respuesta clara basada en la doctrina y disciplina perennes de la Iglesia. Mediante una carta del 21 de agosto de 2023, presentamos al Romano Pontífice los dubia reformulados. Hasta la fecha no hemos recibido respuesta", concluyen.
Los dubia originales y su reformulación
Primer dubium
Analiza el desarrollo de la doctrina y la afirmación de los obispos de que la revelación divina "debe ser reinterpretada a la luz de los cambios culturales de nuestro tiempo y de la nueva visión antropológica que estos cambios promueven. Dichos obispos sostienen que estos cambios deberían impulsar a la Iglesia a enseñar lo contrario de lo que siempre ha enseñado".
La respuesta del Papa indica que la Iglesia "puede profundizar su comprensión de la fe". Pero los cardenales no quedaron satisfechos, porque se trata de "cuestiones esenciales, y no secundarias, para nuestra salvación, como la confesión de la fe, las condiciones subjetivas del acceso a los sacramentos y la observancia de la ley moral", declararon.
Por lo tanto, reformularon su dubium: "¿Es posible que la Iglesia hoy enseñe doctrinas contrarias a las que ha enseñado anteriormente en materia de fe y de moral, ya sea por el Papa ex cathedra, ya sea en las definiciones de un Concilio Ecuménico, o en el magisterio universal ordinario de los obispos esparcidos por el mundo (cf. Lumen Gentium, 25)?"
Segundo dubium
Sobre la bendición de las uniones homosexuales. Los cardenales subrayan la enseñanza de la Iglesia sobre la creación de la naturaleza humana, hombre y mujer, y el mandamiento de la fecundidad (Gen 1, 27-28). El dubium inicial preguntaba si la Iglesia puede apartarse de esta enseñanza y aceptar "como un 'bien posible' situaciones objetivamente pecaminosas, como las uniones homosexuales".
La respuesta del Papa indica que equiparar el matrimonio con la bendición de las parejas homosexuales conduce a la confusión y, por tanto, debería evitarse. Pero los cardenales temen que "la bendición de las parejas del mismo sexo pueda crear confusión en todos los casos (…) porque los actos homosexuales serían presentados prácticamente como algo bueno".
El dubium se reformula de la siguiente manera: ¿es posible, en "ciertas circunstancias", que un sacerdote bendiga las uniones homosexuales "sugiriendo así que el comportamiento homosexual en sí mismo no sería contrario a la ley de Dios y al camino de cualquiera hacia Dios?"
En relación con esta duda, se preguntan si sigue siendo válida la enseñanza de la Iglesia, a saber, que "cualquier acto sexual fuera del matrimonio, y en particular los actos homosexuales, constituyen un pecado objetivamente grave contra la ley de Dios, cualesquiera que sean las circunstancias en las que tiene lugar y la intención con la que se realiza".
Tercer dubium
Sobre la sinodalidad: la cuestión inicial preguntaba si este puede ser "el criterio supremo de gobierno de la Iglesia" sin poner en peligro "el orden constitutivo deseado por su Fundador", dado que el Sínodo de los obispos no representa al colegio episcopal, sino que es "solo un órgano asesor del Papa".
La respuesta del Papa Francisco enfatiza la "dimensión sinodal de la Iglesia" que incluye a todos los fieles laicos, pero los cardenales expresaron su preocupación por el hecho de que la "sinodalidad" se presente como si "fuera la autoridad suprema de la Iglesia" en comunión con el Papa.
Su dubium reformulado plantea la cuestión así: "El Sínodo de los Obispos que se celebrará en Roma y que incluirá solo una representación electa de pastores y fieles, ejercerá, en las cuestiones doctrinales o pastorales sobre las cuales será llamado a expresarse, ¿la autoridad suprema de la Iglesia, que pertenece exclusivamente al Romano Pontífice y, al colegio de los obispos unidos al Papa (cf. can. 336)?"
Cuarto dubium
El cuarto dubium se refiere a la posible ordenación de mujeres. Se pregunta si la enseñanza de la Ordinatio Sacerdotalis, que "afirma definitivamente la imposibilidad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, sigue siendo válida" y si esta enseñanza "ya no puede ser modificada ni objeto de libre discusión por parte de los pastores o teólogos".
En su dubium reformulado, los cardenales señalan que el Papa afirma que la Ordinatio Sacerdotalis debe mantenerse definitivamente y "que es necesario entender el sacerdocio, no en términos de poder, sino en términos de servicio". Pero objetan su respuesta aduciendo que el tema "aún podría explorarse más a fondo".
"Tememos que algunos interpreten esta afirmación como si la cuestión aún no se hubiera decidido definitivamente", afirman. Su dubium reformulado dice: "¿Podría la Iglesia en el futuro tener la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, contradiciendo así la reserva exclusiva de este sacramento a los varones bautizados, que pertenece a la sustancia misma del sacramento del orden, que la Iglesia no puede cambiar?"
Quinto dubium
Sobre la absolución sacramental. El dubium inicial hace referencia a la insistencia de Francisco relacionada con el deber de absolver a todos y siempre, de modo que parece como si el arrepentimiento no fuera una condición necesaria para la absolución. Se pregunta si la contrición es siempre necesaria para la validez de la confesión "de modo que el sacerdote debería posponer la absolución cuando sea evidente que no se cumple con dicha condición".
En el dubium reformulado, los cardenales explican que el Papa confirmó la enseñanza del Concilio de Trento, a saber, que la absolución requiere el arrepentimiento del pecador, el cual incluye la resolución de no volver a pecar. Añaden: "Pero algunos podrían interpretar que la respuesta significa que la confesión es una condición suficiente para recibir la absolución, en el sentido de que esto podría incluir implícitamente la confesión de los pecados y el arrepentimiento".
Por lo tanto, reformularon su dubium de la siguiente manera: "¿Puede un penitente que, admitiendo un pecado, niega de alguna manera la intención de no volver a cometerlo, recibir válidamente la absolución sacramental?"
El Vaticano publica la respuesta del Papa a los cinco cardenales
Probablemente molesto por la publicación de la Notificación a los Fieles de Cristo de los cinco cardenales, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe –seguramente con el acuerdo o a petición del Papa– publicó la carta de respuesta de Francisco a los cinco porporati, con fecha del 11 de julio, que estos últimos no quisieron hacer pública. Consideraban que era una respuesta personal del Papa y que no tenían que publicarla.
Estos últimos episodios, ocurridos justo antes de la apertura del Sínodo, no deben ser vistos con buenos ojos ni en el Vaticano ni en Santa Marta. Pero una cosa es segura: no debemos esperar que Francisco responda sí o no a las preguntas formuladas.
Fuentes: InfoCatolica/vatican.va/cath.ch–Fsspx.Actualités
jueves, 30 de marzo de 2023
EN LA CIUDAD DE ROMA: UNA CAMPAÑA DE CARTELES A FAVOR DE LA MISA TRADICIONAL
Desde el lunes 27 de marzo de 2023 y hasta el 9 de abril, domingo de Pascua, se organiza en Roma una campaña de carteles a favor de la Misa Tridentina.
En un comunicado de prensa, los responsables de esta campaña declaran que quieren demostrar públicamente su "profundo apego a la Misa Tradicional en el momento mismo en que parece que está prevista su extinción: por amor al Papa, para que se muestre paternalmente abierto a la comprensión de estas "periferias" litúrgicas que desde hace unos meses ya no se sienten bienvenidas en la Iglesia, porque encuentran en la liturgia tradicional la expresión plena y completa de la fe católica en su totalidad".
El período elegido para esta campaña de carteles no es una mera casualidad. De hecho, según el sitio de habla alemana Summorum Pontificum del 13 de enero de 2023, una nueva constitución apostólica limitaría aún más la posibilidad de celebrar la Misa Tridentina.
Esta constitución podría ser publicada durante la Semana Santa, con motivo del aniversario de la promulgación de la constitución Missale romanum de Pablo VI (3 de abril de 1969) que instituyó el Novus Ordo Missæ. –Ver nuestro artículo "Vaticano: ¿hacia una sepultura definitiva de la Misa Tradicional?"
Los organizadores de esta campaña pertenecen a los blogs italianos Messainlatino y Campari & de Maistre, así como a las asociaciones Coordinación Nacional de Summorum Pontificum y San Michele Arcangelo.
En su declaración, citan a Benedicto XVI: "Lo que era sagrado para las generaciones precedentes sigue siendo sagrado e importante para nosotros también, y no puede ser prohibido por completo de repente o incluso considerado dañino".
Y añaden: "La creciente hostilidad hacia la liturgia tradicional no encuentra justificación ni a nivel teológico ni a nivel pastoral. Las comunidades que celebran según el Misal de 1962 no son rebeldes a la Iglesia.
"Por el contrario, bendecidas por un crecimiento constante de fieles y de vocaciones sacerdotales, constituyen un ejemplo de perseverancia inquebrantable en la fe y en la unidad católicas, en un mundo cada vez más insensible al Evangelio, y en un tejido eclesial cada vez más sujeto a embestidas desintegradoras".
Insisten, subrayando la actitud contradictoria de las autoridades romanas: "En la Iglesia de hoy, donde la escucha, la acogida y la inclusión inspiran toda acción pastoral, y donde se debe construir la comunión eclesial 'con el método sinodal', este pueblo de fieles ordinarios, de familias jóvenes, de sacerdotes fervientes, guarda la esperanza de que su voz no será sofocada, sino acogida, escuchada y considerada seriamente.
"Quien asiste a la 'Misa en latín' no es un creyente de segunda clase, ni un desviado que hay que reeducar, ni una carga de la que hay que deshacerse".
Esta iniciativa tiene la virtud de presentar una postura en Roma, ante el Papa y la Curia. Pero debemos recordar que la actitud romana actual está basada en el Concilio y sus textos. Por ejemplo, el 19 de marzo, el cardenal Arthur Roche, prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, señaló: "La teología (modernista)... HA CAMBIADO. (…) Antes el sacerdote representaba a todo el pueblo a distancia, pero hoy no es solo el sacerdote el que celebra la liturgia, sino todo el pueblo".
Para el cardenal, los fieles de la Misa Tradicional son opositores al Concilio Vaticano II, y por esta razón debe ser restringida, incluso abolida. Y es verdad que la Misa Tradicional se opone, por naturaleza, a las desviaciones actuales. Por eso la defensa de la Misa va de la mano con la crítica al Concilio.
Fuente: Comité directeur de la campagne d’affichage – FSSPX.Actualités
martes, 22 de marzo de 2022
DE NO RECTIFICAR, LA CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA NO CUMPLIRÁ PLENAMENTE LO SOLICITADO POR LA VIRGEN EN FÁTIMA
lunes, 21 de marzo de 2022
LOS OBISPOS DE TODO EL MUNDO ESTÁN INVITADOS A UNIRSE A LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA Y UCRANIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA QUE REALIZARÁ EL PAPA EL VIERNES 25 DE MARZO.
lunes, 28 de octubre de 2019
MONS. SCHNEIDER: ES IMPOSIBLE QUE UN OBISPO CATÓLICO PERMANEZCA EN SILENCIO ANTE ESTE ESCÁNDALO

domingo, 16 de julio de 2017
martes, 4 de abril de 2017
EL PAPA FRANCISCO CONCEDE JURISDICCIÓN PARA CELEBRAR MATRIMONIOS A LOS SACERDOTES DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PÍO X
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Mons. Marcel Lefebvre, fundador de la FSSPX |
jueves, 16 de marzo de 2017
¡AUNQUE USTED NO LO CREA!
martes, 14 de marzo de 2017
EL VATICANO PROFANADO CON LA LITURGIA ANGLICANA
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[Secretum Meum Mihi] Mons. Arthur Roche, secretario de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, ahora al comando de una comisión creada por Francisco con el objetivo de “relajar las reglas de traducción de los textos litúrgicos”, pero que en realidad tendría la misión de “reformar la Misa de tal modo que se pueda celebrar junto a cristianos de otras confesiones”, predica sobre San Gregorio en la primeras vísperas anglicanas celebradas Mar-13-2017 en la Basílica de San Pedro en el Vaticano (imagen proporcionada por Sally Axworthy vía Twitter).
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Llegando al Desagravio |
Antecedentes: https://www.youtube.com/watch?v=3RNfBedkJr8 y https://www.youtube.com/watch?v=SYmwvLOoQRU
viernes, 10 de febrero de 2017
martes, 22 de noviembre de 2016
ROMA MANTIENE LA JURISDICCIÓN DE LOS SACERDOTES DE LA FSSPX PARA CONFESAR
"En el Año del Jubileo había concedido a los fieles, que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, la posibilidad de recibir válida y lícitamente la absolución sacramental de sus pecados (Cf. Carta con la que se concede la indulgencia con ocasión del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, 1 septiembre 2015). Por el bien pastoral de estos fieles, y confiando en la buena voluntad de sus sacerdotes, para que se pueda recuperar con la ayuda de Dios, la plena comunión con la Iglesia Católica, establezco por decisión personal que esta facultad se extienda más allá del período jubilar, hasta nueva disposición, de modo que a nadie le falte el signo sacramental de la reconciliación a través del perdón de la Iglesia".