lunes, 21 de julio de 2025
LARGO Y DURO PURGATORIO POR COMETER ADULTERIO
miércoles, 2 de julio de 2025
¿POR QUÉ LA GENTE SE QUEDA CON LA IDEA POPULAR Y ERRÓNEA QUE AL MORIR ALGUIEN YA LA HIZO EN AUTOMÁTICO Y SE VA DE FRENTE AL CIELO?
martes, 22 de abril de 2025
MEMENTO MORI
lunes, 13 de enero de 2025
LA HISTORIA DEL PADRE PIO Y UN ALMA DEL PURGATORIO
Una noche, mientras rezaba solo, el Padre Pío abrió los ojos y encontró a un anciano de pie frente a él. Confundido, le preguntó: “¿Quién eres? ¿Qué quieres?”
El hombre respondió: “Soy Pietro Di Mauro. Morí en este convento en 1908 y todavía estoy en el purgatorio. Necesito una santa misa para liberarme”.
El Padre Pío prometió rezar por él. Al día siguiente, descubrió registros que confirmaban la muerte del hombre exactamente como se describe.
Esta no fue la única vez que las almas del purgatorio buscaron las oraciones del Padre Pío. Una vez dijo: “Por este camino pasan tantas almas de muertos como de vivos”.
¡Un poderoso recordatorio de la importancia de la oración y la misa para los fieles difuntos!
viernes, 8 de noviembre de 2024
MEDITACIÓN SOBRE LAS ALMAS DEL PURGATORIO
I. Las almas del purgatorio sufren la pena de daño, porque están privadas de la vista de Dios. ¡Qué cruel es esta separación! La naturaleza y la gracia los impulsan violentamente hacia Dios, pero no pueden llegar hasta Él. Lo que les causa más pena es ver que su dicha es aplazada porque, en la tierra, gozaron de algunos leves placeres que les estaban prohibidos. Ten piedad de estas almas y, con tus mortificaciones, trabaja por retirarlas de esta triste morada.
II. Estas almas son atormentadas por el mismo fuego que atormenta a los condenados, su pena es la misma; la única diferencia está en que los condenados sufrirán toda la eternidad y las almas del purgatorio solamente un tiempo. Puedes abreviar este tiempo con tus oraciones, ayunos y limosnas. ¿Negarás esta caridad a tus padres, a tus hermanos cristianos que te la piden? Oye su queja: ¡Tened piedad de mí, tened piedad de mí, por lo menos vosotros que fuisteis mis amigos!
III. Estas santas almas, sin embargo, tienen consuelos en medio de sus suplicios, porque están resignadas a la voluntad de Dios que en ellas se cumple para purificarlas, y porque ven, por un lado, el infierno que evitaron, y por el otro, el cielo que las espera. Cristianos, aprended de ellas cómo hay que sufrir y pasad lo más que podáis vuestro purgatorio en esta vida; sufrid con la misma fortaleza y la misma esperanza que las almas del purgatorio. Señor, purificadme en esta vida, a fin de que después de esta vida escape de las llamas del purgatorio (San Agustín).
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La devoción a las almas del purgatorio.
Orad por su liberación.
miércoles, 3 de julio de 2024
¿POR QUÉ LA GENTE SE QUEDA CON LA IDEA POPULAR Y ERRÓNEA QUE AL MORIR ALGUIEN YA LA HIZO EN AUTOMÁTICO Y SE VA DE FRENTE AL CIELO?
¡Cuántas almas llevarán años y años en el purgatorio por causa de esas ideas!
Y escuchamos frases como:
-Por fin ya está descansando con Diosito.
- Ya tenemos un angelito en el cielo.
- Era bien bueno, ya está en paz.
No amigos, solo Dios sabe en qué estado llegó esa alma a su presencia, pero los buenos deseos no son suficientes para salvar un alma, por más querida que sea.
Por eso, no dejemos de ofrecer oraciones, misas y sacrificio por las almas del purgatorio, ellas pueden seguir necesitando mucho de nosotros.
NO NOS OLVIDEMOS DE ELLAS.
miércoles, 13 de marzo de 2024
POCOS VAN DIRECTAMENTE AL CIELO SIN PASAR POR EL PURGATORIO
Cuando una persona muere, no va directamente al Cielo, a menos que sea Santo en la Tierra (N. de la R: o haya conseguido una indulgencia plenaria al momento de morir). Haces un gran daño a tus seres queridos si no oras por ellos.
¡No digas que mi pariente está ahora en el cielo! Si son católicos y mueren confesando, han ido al Purgatorio. Es vuestra obligación asegurar que esa persona reciba los últimos sacramentos, es vuestra obligación, si de verdad la amáis, orar para que pronto salga del fuego del Purgatorio.
Una Santa Misa una vez al año, ¡es cruel!
Una vez al mes no es mucho mejor. Piensa en tu tiempo, en cómo te gustaría que la gente orara por ti.
Recuerde, un solo segundo en el Purgatorio es como si hubieran pasado años.
Oren y digan muchas Misas por sus seres queridos. Nadie va al Cielo si no es puro.
"Vengo a deciros que sufren en el Purgatorio, que lloran y que piden con gritos urgentes el auxilio de vuestras oraciones y de vuestras buenas obras. Me parece oírles gritar desde lo más profundo de esos fuegos que los devoran: 'Díselo a nuestros seres queridos, díselo a nuestros hijos, dilo a todos nuestros familiares cuán grandes son los males que nos hacen sufrir. Nos arrojamos a sus pies para implorar la ayuda de sus oraciones. ¡Ah! ¡Diles que desde que nos separaron de ellos hemos estado aquí ardiendo en llamas!". San Juan María Vianney.
jueves, 23 de noviembre de 2023
EL FUEGO PURIFICA AL ORO
(Escrito sobre el Purgatorio y las Benditas Ánimas del Purgatorio).
Todos nosotros sabemos con certeza que estamos vivos, nuestro latir y la respiración nos lo confirman. Nadie ignora -aunque muchos olvidan- que un día, aciago o bienaventurado, habremos de morir y enfrentarnos al inexorable Juicio de Dios. Pocos saben o recuerdan que en tal Juicio se decidirá si la síntesis de nuestra vida fue un continuo amar a Dios y al prójimo y por lo tanto mereceremos el cielo, o si hicimos de nosotros o del mundo nuestro dios y entonces nos ganamos el rechazo de Quien fue primero rechazado por nosotros: Dios, cuya ausencia total sólo es el Infierno mismo.
Y desgraciadamente sólo una ínfima parte de los católicos recuerda que, si bien las personas podemos haber sido medianamente buenas durante la vida, en el momento final de ver a Dios cara a cara, haber sido moderadamente bueno es habernos quedado como un atleta que entrenó para la Gran Carrera arduamente pero no quiso competir en ella: no merece el premio por no haber querido competir, o porque sus anhelos no se tornaron en acción. Mas Dios en su infinita misericordia ha concedido y concede aún una oportunidad de enmendar tal falta. A aquellos que no llegaron a amarle perfectamente, que no se gastaron la vida en el servicio al prójimo y no se quemaron como incienso en el altar del sacrificio de sí mismos, los conduce luego de la muerte al Purgatorio.
En el Purgatorio, como del nombre deducimos, las almas se purgan, no se castigan. Purgar significa «limpiar, purificar algo, quitándole lo innecesario, inconveniente o superfluo». En el purgatorio pues, se le purifican al alma los afectos desordenados que tenía al mundo o a la carne, se expían los pecados ya perdonados pero no reparados y se le ejercita en las virtudes en la que en vida flaqueó.
Pero así como el oro no llegará a su máximo grado de pureza si no está al rojo vivo, así el alma que no aprovechó los sufrimientos durante su vida para purificarse, ha de ser encendida en un fuego intensísimo para que hasta la más mínima inclinación desordenada y el más inconsciente pecado venial se evapore.
No se entienda esto mal, imaginándose el lector que Dios es tan exagerademente exigente e inmisericorde que condena a almas inocentes a un castigo injusto; todo lo contrario. Es parte de la Justicia que las deudas sin pagar se paguen y las ofensas se reparen. Pero la Bondad de Dios permite que un alma con pecado -venial- sea salva. ¡Ah cuánta misericordia Señor!, porque a Dios el más pequeño pecado le infringe una ofensa infinita que debiera ser castigada, pero deja a las almas que no han cometido pecado mortal que experimenten pena por un tiempo y luego vayan a gozar eternamente del Cielo.
Y también es que, la misma alma que fue imperfecta, cuando durante su juicio particular ve a Dios que es la belleza misma, el amor más ardiente, la ternura más embargante y en fin, la suma de todo lo que ha buscado, y luego se ve a ella misma llena de pequeñas manchas de pecados veniales y afectos a cosas de la tierra, no puede ni soportar la idea de llegar impura a Dios, ni la justicia Divina puede permitir que algo manchado llegue al Reino Celestial. Así que se encamina al Fuego del Purgatorio a limpiarse.
El fuego que allí hay es horrendísimo. Tanto, que San Cirilo de Alejandría dice que “sería preferible sufrir todos los tormentos en la tierra hasta el día final, que pasar un sólo día en el Purgatorio”
Estas Almas están encerradas en esa prisión de fuego hasta que todas sus faltas se borren, así que cada persona pasará un tiempo proporcionado a lo que debe expiar.
Mas, como somos tan débiles, y más aún en estos tiempos modernos en que el pecado es bien visto y hasta recompensado, podemos llegar a cometer una infinidad de pecados veniales en nuestra vida. Y si por un solo pecado se condenaron los ángeles; si por un sólo pecado mortal se va un alma al Infierno, ¿cuánto no habremos de expiar si nosotros mismos hemos cometido cientos de pecados mortales, perdonados en el Sacramento de la Confesión, sí, pero que hemos reparado tan poco?
Las pobres almas que allí están sufren muchísimo y por un tiempo definido, pero este tiempo, ¡oh gran misericordia de Dios! puede ser acortado. ¿Por quién y cómo? Por nosotros, los que aún estamos con vida.
Como el tiempo de hacer acciones por amor a Dios y ganar por ellas mérito para el Cielo es cuando aún late nuestro corazón y respiran nuestros pulmones, las almas del purgatorio no pueden ya hacer nada por sí mismas. Han de estar allí hasta que cuando estén blancas como la nieve, salgan; pero como nosotros seguimos vivos, y podemos hacer acciones meritorias, podemos aplicarlas por ellos.
Asistir al Santo Sacrificio de la Misa ofreciéndola por las benditas Ánimas es el más grande y excelso refrigerio y sufragio para sus penas. Además de calmar un poco el ardor de las llamas que las rodean, al aplicar los infinitos méritos de la misa por ellas se borran faltas de esas Almas y por lo tanto, pueden salir más pronto por tener menos deudas que pagar.
El Sacratísimo Rosario es un arma poderosísima en la tierra, y aplicando sus dulces bendiciones por las Ánimas, es una magnífica reparación por lo que algunas almas hayan dejado de rezar en su vida.
Los actos de la vida diaria, hechos con amor, reparan las faltas de entrega al prójimo que ellas hayan tenido.
Entonces, si nosotros tan fácilmente podemos ayudar a acortar el tiempo de la purga, sería una grandísima falta no hacerlo si de ello somos conscientes. Porque si el Señor, el día del Juicio Final, juzgará a aquellos que hayan ayudado al prójimo dándole -o negándole- un pequeño vaso de agua -agua para calmar una sed del cuerpo, que es soportable-, cuánto más no será duro en su juicio si pudimos haber ayudado a un alma a salir de un Fuego Ardentísimo y calmar una sed inmensa y no lo quisimos hacer.
Es más grave aún la omisión si son nuestros mismos parientes los que sufren y no les ayudamos con nuestras pequeñas oraciones y sacrificios.
Pero si hemos visto la necesidad de ayudar a los que ya están Purgando, ¿no es razonable tomar ejemplo de su situación y tratar por todos los medios de evitarla?
Tenemos los católicos la fantástica ventaja de que nuestras acciones son como un arma de doble filo: cuando hacemos sacrificios y oraciones por las Almas, al mismo tiempo estamos haciendo un acto de amor al ofrecerlo por ellas; y como nuestro Señor evalúa a las almas en la medida en que le amaron y amaron a los demás, estamos obteniendo un doble beneficio al santificarnos y evitar nuestro purgatorio, mientras evitamos y purgamos el Purgatorio de otros.
“Seremos juzgados en el amor”, dice San Juan de la Cruz, y “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”, dijo Nuestro Señor. En dedicar nuestra vida a amar a Dios y amar al prójimo encontraremos nuestra dicha terrenal, porque así ha configurado Dios nuestra alma, y hallaremos al final la eterna por haber competido y salido vencedores contra el Mundo, el Demonio y la Carne.
Invoquemos a Nuestra Santísima e Inmaculada Madre para que ayude a las Benditas Almas que sufren, que ella, que es la Reina del Purgatorio y Madre de las Almas a la vez, tiene compasión de sus sufrimientos y consuela con su bendita presencia a las ánimas.
Y por eso mismo si rogamos a María por las almas, ella se regocijará de que sus pequeños hijos de la Iglesia militante estén ayudado a la purgante, e intercederá por Nosotros ante Dios pidéndole que nos haga cada vez más santos, y nos cuidará de que no caigamos en el mismo Purgatorio del que ayudamos a sacar almas por Sus Puras Manos.
El fuego purifica al oro, no lo castiga. El fuego quema, produce dolor y por eso todos evitamos que toque nuestro cuerpo material. Pero si queremos tener un alma firme, acrisolada y templada, hemos de sufrir el ardor del fuego.
Sí, sólo se llega al Cielo cargando con amor nuestra cruz de cada día. Buscando la santidad y ofreciendo jaculatorias, indulgencias y buenas obras así como aceptando y ofreciendo los sufrimientos que nos depara la vida para expiar la pena debida por los pecados ya perdonados en el confesionario, es factible llegar a evitar el purgatorio. Mas si no nos convence saber que hemos de sufrir aquí en la tierra por amor, para parecernos a Cristo y ser más perfectos, habremos de pasar por el Fuego del purgatorio, porque el que no quiso sufrir en la tierra sufrirá en la eternidad. No he de agregar más.
¿Sufrimos entonces, por Cristo, por Su Iglesia, y lo ofreceremos todo a Él?
Santa María, Reina del Purgatorio, rogad por Nosotros y por la Iglesia.
María Teresita (enviado por la autora a Catolicidad).
Ad Maiorem Dei Gloriam
jueves, 19 de octubre de 2023
viernes, 21 de julio de 2023
MUCHOS SE SALVAN POR MEDIO DE LA LIMOSNA
En el libro “El Purgatorio, una Revelación Particular”, se lee el siguiente testimonio:
«Mientras rezaba en mi habitación, vi aparecer una especie de torbellino de fuego delante de mí, sobre el cual había un hombre conocido mío que había muerto 25 años atrás.
Este hombre había tenido una espantosa reputación. No era creyente y despreciaba la religión. La gente decía que era un libertino, jugador, sin escrúpulos, incapaz de una buena acción, duro hacia sus empleados y familia, etc... Había muerto en un accidente, sin tiempo para recibir los sacramentos. La gente rumoraba que seguramente se había condenado. A mí también me parecía que se había condenado, pero sentí mucho consuelo al saber que se hallaba en el Purgatorio.
Me miró, le sonreí, recé por él y entonces exclamó:
“¡Gracias, hijo mío, gracias! Si Dios permite que me manifieste aquí, es porque quiere aliviar mis penas y permitir que sea consolado después de tanto tiempo. Nadie de mi familia rezó por mí, y los que me conocieron me tienen olvidado. He padecido un terrible Purgatorio a causa de mis innumerables pecados, pero, como bien ves, me he salvado.
¿Sabes lo que me ha salvado? Las limosnas que di, los numerosos socorros que hice llegar a tantas personas necesitadas, y muchas de esas buenas personas a las que yo socorrí, han rezado y siguen rezando por mí, sin saber que fui yo quien les envió la ayuda, pues lo hice de forma anónima. Ya ves que no hay que juzgar nunca a nadie, no dejarse llevar por las apariencias.
¿Te gustaría rezar por mí y pedirle a mis hijos que rueguen por mí? Esto dará gloria al Señor adelantando mi liberación”.
Le prometí hacerlo y se puso muy feliz. Se hizo la señal de la cruz y desapareció».
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Qué gran valor tiene el hacer obras de misericordia, incluso estando en pecado grave. Mueven a Dios a regalar gracias especiales incluso cuando la persona muere de forma (aparentemente) repentina, para que alcance a arrepentirse.
Aunque lo ideal es intentar estar en estado de gracia, para evitar un Purgatorio pesado y alcanzar mayor gloria en el Cielo.
martes, 2 de mayo de 2023
NO OLVIDES REZAR POR LAS ALMAS BENDITAS DEL PURGATORIO. ASÍ COMO ELLAS AHORA LO NECESITAN, TÚ PUEDES REQUERIRLO EN UN FUTURO
La verdadera muerte es el olvido. Nunca dejemos de orar por las almas benditas del purgatorio, quizá mañana, nosotros estaremos esperando una piadosa oración.
¡Cuántas almas de muchos hermanos y bautizados en la Iglesia católica están en el purgatorio esperando nuestras oraciones por ellas!
A veces creemos y nos quedamos con la idea errónea que al morir un ser querido, nos causa mucho dolor y pena… y ya. Y escuchamos frases como:
- Por fin ya está descansando con Diosito.
- Ya tenemos un angelito en el cielo.
- Era bien bueno, ya esta en paz.
No hermanos, sólo Dios sabe en qué estado llegó esa alma a su presencia, pero los buenos deseos no son suficientes para salvar un alma, por más querida que sea.
No dejemos de ofrecer oraciones, jaculatorias y misas por las almas de nuestros conocidos (y de las almas del purgatorio en general) que pueden seguir necesitando mucho de nosotros. Puede que algún día seamos nosotros los que necesitemos de las oraciones de los que quedan en este valle de lágrimas. Además, los justos que hayan salido o aminorado su estancia en el purgatorio por nuestras preces, seguramente intercederán por nosotros cuando seamos nosotros quienes lo necesitemos.
¡Oremos siempre por ellos!
Oración por las benditas ánimas del Purgatorio
Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres, imploramos tu clemencia para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los santos, concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores, que han salido de este mundo, la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad.
Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio; vengo a depositar en tu Corazón Inmaculado una oración en favor de las almas benditas que sufren en el lugar de expiación. Dígnate escucharla, clementísima Señora, si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo
Amén.
María, Reina del Purgatorio, te ruego por aquellas almas por las cuales tengo o pueda tener alguna obligación, sea de caridad o de justicia.
Amén.
sábado, 12 de noviembre de 2022
UNA MAMÁ QUE TODAVÍA SE HALLABA EN EL PURGATORIO
El Padre Giuseppe Tomaselli cuenta una experiencia suya con su propia madre fallecida:
«Mi madre fue una persona de gran ejemplo, y a ella le debo en gran parte mi vocación sacerdotal. Iba a Misa y comulgaba todos los días, incluso en la vejez. Jamás dejó de rezar el Rosario. Caritativa, hasta el punto de perder un ojo mientras realizaba un gran acto de caridad hacia una pobre mujer. Siempre conforme al querer de Dios, tanto que cuando mi padre yacía muerto en nuestra casa, cuando yo me pregunté: “¿Qué le puedo decir a Jesús en estos momentos para agradarle?”, ella me dijo que repitiera: “Señor, hágase tu voluntad”. En su lecho de muerte recibió los últimos Sacramentos con fe viva. Unas horas antes de su muerte, sufriendo demasiado, repetía: “¡Oh Jesús, quisiera pedirte que disminuyas mis sufrimientos! Pero no quiero oponerme a tus deseos; ¡haz tu voluntad!” Así murió aquella mujer que me trajo al mundo.
Teniendo muy presente lo que es la Justicia Divina, y prestando poca atención a los elogios que podían dar los conocidos y los mismos sacerdotes sobre mi madre, intensifiqué los sufragios por su alma. Ofrecí gran número de santas Misas, muchas obras de caridad, y donde predicaba exhortaba a los fieles a ofrecer comuniones, oraciones y buenas obras en sufragio de ella.
2 años y medio después de su muerte, de repente se apareció aquí en mi habitación, luciendo muy triste, y tuvo lugar la siguiente conversación:
—¡Me dejaste en el Purgatorio!
—¿Todo este tiempo has estado en el Purgatorio?
—¡Y todavía lo estoy! ¡Mi alma está rodeada de tinieblas y no puedo ver la Luz, que es Dios! Estoy a las puertas del Paraíso, cerca del gozo eterno, y me desgarra el deseo de entrar en él, ¡pero no puedo! Cuantas veces he dicho: Si mis hijos supieran mi terrible tormento, ¡vendrían pronto en mi ayuda!
—¿Y por qué no viniste antes para hacérmelo saber?
—No me era permitido.
—¿Aún no has visto al Señor?
—Tan pronto como expiré, vi a Dios, pero no en toda su luz.
—¿Qué podemos hacer para liberarte de inmediato?
—Sólo necesito una Misa. Dios me ha permitido venir para pedirlo.
—¡Tan pronto como entres al Cielo, regresa para darme la noticia!
—¡Si el Señor lo permite! ¡Qué luz! ¡Qué esplendor!
Se celebraron 2 Misas y algunos días después volvió a aparecerse, y dijo: “¡Estoy en el Paraíso!”
Meditando en esto que he expuesto, me digo a mí mismo: ella llevaba una vida tan ejemplarmente cristiana, y se habían ofrecido por su alma una gran cantidad de sufragios... ¡y aun así permaneció 2 años y medio en el Purgatorio! ¡Nuestros juicios son tan equivocados!»
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Continuemos orando mucho por nuestros difuntos, aunque hayan parecido muy santos, no sea que los dejemos en el Purgatorio largo tiempo por pensar que ya están en el Cielo.
Benditos sean Jesús y María.
martes, 4 de octubre de 2022
NO TE OLVIDES DE LOS FIELES DIFUNTOS DEL PURGATORIO
Esta doctrina se basa también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Sagrada Escritura. Por eso Judas Macabeo pidió un sacrificio expiatorio para que los muertos fueran liberados de sus culpas (2 Mac 12, 46). ). Desde el principio, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos, ofreciendo sufragios a su favor, en particular el Santo Sacrificio de la Misa para que, purificados, alcancen la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda la limosna, las indulgencias y las obras de penitencia por los difuntos.
Oración de Santa Gertrudis
Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de Tu Divino Hijo Jesús, en unión con todas las Misas que se celebran hoy en todo el mundo; por todas las almas santas del purgatorio, por los pecadores en todas partes, por los pecadores en toda la Iglesia, por los de mi casa y mis vecinos. Amén.
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¡Oremos por las almas del purgatorio!
sábado, 11 de junio de 2022
ORACIÓN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Padre misericordioso, en unión con la Iglesia Triunfante en el cielo, te suplico tengas piedad de las almas del Purgatorio. Recuerda tu eterno amor por ellas y muéstrales los infinitos méritos de tu amado Hijo. Dígnate librarles de penas y dolores para que pronto gocen de paz y felicidad. Dios, Padre celestial, te doy gracias por el don de perseverancia que has concedido a las almas de los fieles difuntos.
Amable Salvador, Jesucristo, eres el Rey de reyes en el país de la dicha. Te pido que por tu misericordia oigas mi oración y liberes las almas del Purgatorio, en particular, N... LLévalas de la prisión de las tinieblas a la luz y libertad de los hijos de Dios en el Reino de tu gloria. Amable Salvador, te doy gracias por haber redimido las pobres almas con tu preciosísima Sangre, salvándolas de la muerte eterna.
Dios Espíritu Santo, enciende en mí el fuego de tu divino amor. Aviva mi fe y confianza, acepta benignamente las oraciones que te ofrezco por las almas que sufren en el Purgatorio. Quiero aplicar los méritos de esta devoción en favor de toda la Iglesia Sufriente y en especial por mis difuntos padres, hermanos, hermanas, bienhechores, parientes y amigos. Atiende mi plegaria para que podamos reunirnos en el Reino de tu gloria.
Dios Espíritu Santo, te doy gracias por todos los beneficios con que has santificado, fortalecido y aliviado a estas benditas almas y en especial por consolarlas en los actuales sufrimientos con la certeza de la felicidad eterna. Que pronto se unan contigo y oigan aquellas benditas palabras que las llaman al hogar del Cielo: "¡Vengan, los Bendecidos por mi Padre! Tomen posesión del Reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo" (Mt 25, 34).
POR LOS PADRES DIFUNTOS
¡Oh Dios! Nos mandaste honrar padre y madre. Por tu misericordia, ten piedad de mi padre (madre) y no recuerdes sus pecados. Que yo pueda verlo (la) de nuevo en el gozo de eterno fulgor. Te lo pido por Cristo nuestro Señor. Amén.
LA FAMILIA
¡Oh Buen Jesús! El dolor y sufrimiento de los demás conmovía siempre tu corazón. Mira con piedad las almas de mis queridos familiares del Purgatorio. Oye mi clamor de compasión por ellos y haz que aquellos a quienes separaste de nuestros hogares y corazones disfruten pronto del descanso eterno en el hogar de tu amor en el cielo.
ORACIÓN
¡Oh Dios! Nuestro Creador y Redentor, con tu poder Cristo conquistó la muerte y volvió a Ti glorioso. Que todos tus hijos que nos han precedido en la fe (especialmente N...) Participen de su victoria y disfruten para siempre de la visión de tu gloria donde Cristo vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. Brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.
María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor. Amén,
miércoles, 4 de mayo de 2022
NO TE OLVIDES DE TUS DIFUNTOS. EXISTE UN DEBER DE JUSTICIA O CARIDAD DE REZAR POR ELLOS.
Nunca dejemos de orar por las almas benditas del purgatorio, quizá mañana, nosotros estaremos esperando una piadosa oración.
¡Cuántas almas de muchos hermanos y bautizados en la Iglesia católica están en el purgatorio esperando nuestras oraciones y nuestras indulgencias por ellas!
A veces creemos y nos quedamos con la idea errónea que al morir un ser querido, nos causa mucho dolor y pena… y ya. Y escuchamos frases como:
- Por fin ya está descansando con Diosito.
- Ya tenemos un angelito en el cielo.
- Era bien bueno, ya está en paz.
No hermanos, sólo Dios sabe en qué estado llegó esa alma a su presencia, pero los buenos deseos no son suficientes para salvar un alma, por más querida que sea. Además, los seres humanos nunca se convierten en ángeles: alcanzan la visión beatifica si llegan a la gloria eterna.
No dejemos de ofrecer oraciones y misas por las almas de nuestros conocidos, y por las almas del purgatorio en general. Pueden seguir necesitando mucho de nosotros. Lo más probable es que algún día seremos nosotros los que necesitemos de las oraciones de los que quedan en este valle de lágrimas. Por gratitud, las almas que hayan salido del purgatorio por nuestras oraciones e indulgencias seguramente también intercederán en la gloria por nosotros.
¡Oremos siempre por ellas!
Oración por las benditas ánimas del Purgatorio:
Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres, imploramos tu clemencia para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los santos, concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores, que han salido de este mundo, la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad.
Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio; vengo a depositar en tu Corazón Inmaculado una oración en favor de las almas benditas que sufren en el lugar de expiación. Dígnate escucharla, clementísima Señora, si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo
Amén.
María, Reina del Purgatorio, te ruego por aquellas almas por las cuales tengo o pueda tener alguna obligación, sea de caridad o de justicia.
Amén.
martes, 19 de octubre de 2021
SOCORRAMOS CON MISAS, JACULATORIAS Y ORACIONES A NUESTROS DIFUNTOS Y A LAS ÁNIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO EN GENERAL
martes, 31 de agosto de 2021
ECOS DEL CIELO EN EL PURGATORIO
sábado, 17 de julio de 2021
jueves, 7 de noviembre de 2019
sábado, 2 de noviembre de 2019
2 DE NOVIEMBRE: LOS FIELES DIFUNTOS
"Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora. Una oración por su alma, la recibe Dios." -San Agustín
"Cada uno se presentará ante el tribunal de Dios para darle cuenta de lo que ha hecho, de lo bueno y de lo malo." - Santa Biblia
Las tres Iglesias: Se llama Iglesia a la asociación de los que creen en Jesucristo. La Iglesia se divide en tres grupos. Iglesia triunfante: los que ya se salvaron y están en el cielo (los que festejamos ayer). Iglesia militante: los que estamos en la tierra luchando por hacer el bien y evitar el mal. E Iglesia sufriente: los que están en el purgatorio purificándose de sus pecados, de las manchas que afean su alma.
Debemos conocer la siguiente doctrina del Purgatorio:
1ª. Los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, sufren después de su muerte una purificación, para obtener la completa hermosura de su alma.
2ª. La Iglesia llama Purgatorio a esa purificación, y ha hablado de ella en el Concilio de Florencia y en el Concilio de Trento. La Iglesia para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: "La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego". (1Cor. 3, 14).
3ª. La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º. de los Macabeos en la S. Biblia dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46).
4ª. La Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos (Cuenta San Agustín que su madre Santa Mónica lo único que les pidió al morir fue esto: "No se olviden de ofrecer oraciones por mi alma").
5ª. San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso".
De San Gregorio se narran dos hechos interesantes. El primero, que él ofreció 30 misas por el alma de un difunto, y después el muerto se le apareció en sueños a darle las gracias porque por esas misas había logrado salir del purgatorio. Y el segundo, que un día estando celebrando la Misa, elevó San Gregorio la Santa Hostia y se quedó con ella en lo alto por mucho tiempo. Sus ayudantes le preguntaron después por qué se había quedado tanto tiempo con la hostia elevada en sus manos, y les respondió: "Es que vi que mientras ofrecía la Santa Hostia a Dios, descansaban las benditas almas del purgatorio". Desde tiempos de San Gregorio (año 600) se ha popularizado mucho en la Iglesia Católica la costumbre de ofrecer misas por el descanso de las benditas almas.
La respuesta de San Agustín: a este gran Santo le preguntó uno: "¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?", y él le respondió: "Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él".
¿Vamos a rezar más por los difuntos? ¿Vamos a ofrecer por ellos misas, comuniones, indulgencias, ayudas a los pobres y otras buenas obras? Los muertos nunca jamás vienen a espantar a nadie, pero sí rezan y obtienen favores a favor de los que rezan por ellos.
Fuente: Congregación obispo Alois Hudal