¿Por qué te llaman todos la Reina de las flores?...
¿Por qué se alegra el mundo sólo con verte a ti?...
¿Por qué te quieren tanto los pobres pecadores?...
Le pregunté a mi madre, y ella me dijo así:
“Le quieren, hija mía, porque es hermosa y pura;
porque es la dulce Madre de nuestro Redentor;
Le quieren porque es Ella la más bella criatura
salida de las manos de Dios, nuestro Señor.
“Le quieren porque es fuente de amor y de consuelo,
porque es nuestro refugio y alivio en la orfandad;
La Madre que tenemos nosotros en el cielo,
prodigio de ternura, tesoro de bondad.
“Invócala en tus cuitas; acude siempre a Ella,
y nunca a tu reclamo la Virgen faltará.
Cuando en tu pobre alma ponga el dolor su huella,
verás, hija querida, como a tu lado está”…
Así dijo mi madre; y yo con alegría
aquí vengo a ofrecerte mi pobre corazón.
¡Imprime en él tu nombre, bendita Madre mía,
y no me falte nunca tu santa protección!
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