jueves, 27 de enero de 2022

TABERNÁCULO Y PÚLPITO 


 “El tabernáculo y el púlpito son los dos lugares augustos del templo de Dios; en uno se pide y desde el otro se ordena, en uno se habla de Dios, en el otro es Dios el que habla; en uno Jesucristo se hace adorar en la realidad de su Cuerpo, en el otro se da a conocer en la verdad de su doctrina (cuando ésta es enseñada por sacerdotes fieles al Magisterio de la Iglesia). Son los dos lugares desde donde se distribuye el alimento celestial: en aquél se predica en silencio y en éste se enseña de viva voz; en aquél el Espíritu Santo, por medio de las palabras místicas, transforma el pan en el Cuerpo divino, y aquí el mismo poder transforma a los fieles en miembros de Cristo. San Agustín decía: ‘¿Qué les parece más importante, la palabra de Dios o el Cuerpo de Cristo? Si quieren contestar con verdad, se verán obligados a responder que la palabra de Jesucristo no es menos estimable que su Cuerpo, y, por lo tanto, los mismos cuidados que guardamos para no dejar caer al suelo el Cuerpo del Señor cuando nos lo entregan, debemos tomar para que no caiga de nuestro corazón la palabra de Cristo que se nos predica. Porque no es menos culpable el que escucha negligentemente la palabra santa que quien, por su culpa, deja caer el Cuerpo del Señor’”.

 J.B.L Bossuet

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