martes, 11 de mayo de 2021

¿QUÉ DICE LA IGLESIA SOBRE EL CONTROL NATAL?

 


Dada la confusión que existe en este tema, es necesario tener presente lo siguiente:


a) El fin primario del acto conyugal es la procreación de los hijos. S.S. Pío XII condenó como errores modernos los de aquellos que "afirman que el fin primario del matrimonio no es la procreación de los hijos o que los fines secundarios no están subordinados al primario, sino que son independientes del mismo" (Denz. 2295).

b) La Iglesia enseña que todo aquello que a través de cualquier artificio impida, por métodos no naturales, la concepción de un hijo es gravemente pecaminoso (encíclicas Casti Conubii de Pío XI y Humanae Vitae de Pablo VI. Puedes consultarlas haciendo click sobre su nombre).

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c) Así, todo método artificial de control natal está prohibido por la ley natural y es ilícito.

d) Existen métodos artificiales que sólo evitan la concepción (como sucede con el preservativo) y existen otros que son microabortivos. Estando todos prohibidos gravemente por la moral, sin duda habrá mayor culpabilidad si se utilizan aquellos que impliquen la privación (o al menos la posible privación) de una vida humana ya concebida.

MICROABORTO = MACROCRIMEN


e) Algunos métodos son mixtos, así por ejemplo ahora las actuales píldoras anticonceptivas convencionales tienen ya un doble efecto: en primera instancia son anovulatorias, esto significa que evitan la ovulación; en segunda instancia, si fallan como anovulatorias, y hubiese fecundación, actúan evitando la implantación (la fijación) del óvulo ya fecundado en el útero, lo que significa un aborto al que se denomina microaborto (por el tamaño del ser humano ya concebido al que se le priva la vida). Cabe señalar que en sus inicios las píldoras anticonceptivas eran sólo anovulatorias y la mayoría de las mujeres que hoy en día las utilizan desconocen -porque se les ha ocultado- el segundo efecto que ahora se les ha agregado.

Otro tanto, por ejemplo, ha de decirse del Dispositivo Intrauterino (DIU). Actúa de cuatro maneras: 1) Irrita la capa interna del útero (endometrio) impidiendo que el espermatozoide suba hasta la trompa 2) Produce contracciones del útero en contra del ascenso del espermatozoide 3) El cobre atrae a los espermatozoides por medio de cargas eléctricas. 4) Y como último mecanismo, si los demás fallaron impide la implantación del óvulo fecundado. Lo que significa la eliminación de una vida humana por medio de un microaborto.

La mayoría de los médicos que implantan Dispositivos Intrauterinos o prescriben pastillas niegan su acción microabortiva, a través de un subterfugio: sostienen que el embarazo se inicia luego de la implantación de óvulo fecundado y al no haber tal implantación todavía, el hecho de impedir que un óvulo fecundado se implante no puede ser -según ese sofisma- considerado como un microaborto. En realidad, la ciencia ha demostrado que en el momento que el óvulo es fecundado se inicia la vida de un ser humano. Así, el padre de la genética moderna, DrJerome Lejeune, ha dicho: "Aceptar el hecho de que después de que la fertilización un nuevo ser humano cobra vida, ya no es un motivo de pruebas u opiniones, es simple evidencia". Luego, su eliminación es un aborto pues se acaba y trunca esa vida humana, independientemente de que esté o no ya implantada.

Igual ha de decirse de la píldora del día después, que también tiene efectos microabortivos como ha comprobado la FDA de Estados Unidos (*). Veamos:


Por lo tanto, siendo falta grave cualquier uso de métodos artificiales, sin duda la gravedad aumenta -en gran proporción- cuando aquellos que se utilizan tienen un posible efecto microabortivo. El tamaño del cadáver no impide que sea un macrocrimen.

f) Existe un deber de fecundidad en el matrimonio. El fin primordial de este sacramento es la procreación y educación de la prole. Ver el siguiente escrito: ¿FAMILIAS NUMEROSAS HOY EN DIA? . Lamentablemente, los mismos católicos han sido bombardeados por la propaganda antinatalista y muchos creen que es lícito evitar los hijos sin una razón grave o realmente seria. Esto es falso.

g) Cuando en un matrimonio existan razones verdaderamente serias -a juicio de personas con un criterio moral bien formado- para evitar más hijos, se puede acudir a evitar la relación sexual temporalmente o emplear métodos naturales que evitan el acto sexual en los días fértiles de la mujer y lo emplean en aquellos que son infecundos. Los más conocidos son el ritmo, la temperatura y el Billings, siendo éste último más seguro, pues por medio de la mucosidad cervical femenina permite saber si la mujer se halla o no en un día fértil. Si bien todo método de control natal -tanto los naturales como los artificiales- tiene un margen de error, se ha tratado de exagerar el de los naturales, pues no conviene al gran negocio farmacéutico de las grandes transnacionales. Hay activistas del método Billings que han acudido a comunidades rurales y han comprobado su alto margen de eficacia entre personas poco ilustradas. Además, el criterio para medir la moralidad de esto no es la mayor o menor eficacia sino la naturaleza del acto en sí mismo.

h) El empleo de métodos naturales no siempre es lícito. Muchas personas ignorantes consideran a estos métodos como si fueran los recomendados en todo caso y situación por la Iglesia. Ello no es así. Como ya hemos explicado, la Iglesia los permite sólo cuando exista una seria razón que justifique su uso. Así, si un matrimonio sólo usare del mismo en sus momentos infecundos de manera continua y sin ninguna causa seria para ello, estaría transgrediendo el deber de fecundidad. No habría falta por el empleo de un método inmoral (como lo son los artificiales) sino por faltar al deber de fecundidad. La mayor o menor gravedad (esto es, si existe falta venial o pecado mortal) en ello, iría en relación con el tiempo en que esos hijos se evitaran sin existir razón seria para ello.

Enseña S.S. Pío XII:
"El contrato matrimonial que confiere a los esposos el derecho de satisfacer la inclinación de la naturaleza, los constituye en un estado de vida, que es el estado matrimonial. Ahora bien, a los cónyuges que hacen uso del acto específico de su estado, la naturaleza, el Creador, les impone la función de proveer a la conservación del género humano. Esta es la prestación característica, que constituye el valor propio de su estado: el bonum prolis. El individuo y la sociedad, el pueblo y el Estado, la Iglesia misma, dependen para su existencia, en el orden por Dios establecido, del matrimonio fecundo. De ahí que abrazar el estado matrimonial, usar continuamente de la facultad propia suya y sólo en él lícita, y, por otra parte, sustraerse siempre y deliberadamente, sin grave motivo, a su deber primario, sería un pecado contra el sentido mismo de la vida conyugal".

"De aquella prestación positiva obligatoria pueden eximir, aun por largo tiempo, hasta por la duración entera del matrimonio, serios motivos, como los que se dan no raras veces en la llamada «indicación» médica, eugénica, económica y social. De ahí se sigue que la observación de los tiempos infecundos puede ser lícita bajo el aspecto moral, y en las condiciones mencionadas es realmente tal. Mas si no se dan, según juicio razonable y justo, semejantes razones graves personales o derivadas de las condiciones exteriores, la voluntad de evitar habitualmente la fecundidad de su unión, aun persistiendo en satisfacer plenamente su sensualidad, no puede derivar más que de una falsa estimación de la vida y de motivos extraños a las rectas normas éticas". (Alocución de S.S. Pío XII el 29 de ocubre de 1951. Denzinger 2338-2339).

Finalizamos este tema señalando que las normas de moralidad objetiva que señala la Iglesia no pueden ser dejadas a la interpretación personal de la conciencia de cada individuo y que quien tal cosa dijera, sea quien fuere, se aparta del magisterio mismo de la Iglesia Católica. No es de extrañarse este alejamiento de algunos -incluso eclesiásticos- que enseñan posturas contrarias a la moral católica, lo mismo sucedió cuando algunos de los seguidores de Cristo se escandalizaron de sus enseñanzas y lo abandonaron. Pero ni Cristo ni su Iglesia hablan para halagar los oídos del hombre ni para seguir las máximas y criterios del mundo, sino para enseñar la Verdad y el camino de salvación.
Si algunos pastores no hablan, hablarán las piedras.

(*) Nota: La FDA o Food and Drug Administration (Administración de Alimentos y Fármacos, por sus siglas en inglés) es la agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos (tanto para seres humanos como para animales), suplementos alimenticios, medicamentos (humanos y veterinarios), cosméticos, aparatos médicos (humanos y animales), productos biológicos y productos heméticos.
Ver el siguiente escrito: ¿FAMILIAS NUMEROSAS HOY EN DIA?
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