martes, 11 de octubre de 2011

APRENDIZAJE DE LA ORACIÓN por San Francisco de Sales



Práctica de oración:

a) Ponerse en presencia de Dios con alguna de estas ideas:
- Pensar que Dios está en todas partes.
- Dios está en tu corazón y alma.
- Considera al Salvador que nos contempla desde el cielo.
- Imagínate al Salvador junto a ti.

b) Invocar a Dios
Tu alma, al sentirse en la presencia de Dios, se postra ante El en señal de reverencia, ... su divina Bondad quiere que esté ante El, solicita la gracia de servirle y adorarle en la meditación.

c) Entrar en el misterio por la imaginación
Con una representación del misterio de Jesús a meditar encerramos nuestro espíritu para que no corra alocado de acá para allá.

d) De la imaginación a la inteligencia: la consideración
Meditación es una o más consideraciones hechas a fin de mover nuestros afectos hacia Dios o las cosas divinas. Si tu espíritu encuentra satisfacción, luz y fruto en alguna de las consideraciones, detente en ella sin pasar a otra... si no encuentras gusto pasa a otra... has de proceder sencillamente y sin prisa.

e) De la inteligencia a la voluntad (o parte afectiva de nuestra alma)
La meditación despierta buenos sentimientos en la parte afectiva de nuestra alma: el amor a Dios y al prójimo, el deseo del paraíso y de la gloria eterna, el celo por la salvación de las almas, la imitación de Cristo, la compasión, la admiración, la alegría, la tristeza por la ofensa a Dios; el temor al juicio y al infierno, el horror al pecado, la confianza en la bondad y misericordia divina, la confusión por la mala vida pasada; en estos afectos nuestro espíritu se debe explayar lo mas posible...
No te detengas mucho en los afectos generales. Los afectos especiales debes convertirlos en resoluciones especiales para tu corrección y enmienda...
Por ejemplo Nuestro Señor en la cruz despertará un afecto en tu alma: el deseo de perdonar a tus enemigos y de amarlos. Esto es poco si no añades un propósito especial: "No me sentiré molesto con las bromas de fulano."
De esta manera corregirás tus faltas en poco tiempo, de otra manera lo conseguirás tarde y mal.

f) Privilegiar siempre el movimiento del amor en la oración
Te ocurrirá alguna vez que inmediatamente tu afecto se sentirá movido hacia Dios; entonces dale rienda suelta.

g) De la oración a la acción
Así como cuantos pasean por un jardín salen con cuatro o cinco flores para olerlas en la jornada... a fin de recordarlos en el día y olerlos espiritualmente.
Pon tu espíritu frecuentemente en la presencia de Dios (con las cuatro alternativas del inciso a).

h) La oración continua más allá del tiempo de oración: aspiración y retiro espiritual
Elévate frecuentemente a Dios con breves y ardientes aspiraciones de tu alma; admira su bondad, invoca su ayuda, arrójate en espíritu al pie de la Cruz, adora su bondad, pídele que te conceda la salvación, ofrécele mil veces al día tu alma, clava tu mirada interior en su corazón, tiende las manos hacia El, como el niño pequeño a su padre, a fin de que El te guíe...

Adaptado de: Las páginas más bellas de San Francisco de Sales, Burgos, Editorial Monte Carmelo, 2005, p. 159.

LA ORACIÓN ININTERRUMPIDA


La oración ininterrumpida consiste en mantener el espíritu sometido a Dios con una gran reverencia y un gran amor, sostenerlo en la esperanza de Dios, realizar en Dios todas nuestras acciones y vivir en Él todo lo que nos sucede.
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