viernes, 28 de octubre de 2011

EL MENSAJE DE LUCÍA, MUY DIVULGADO PERO POCO OBEDECIDO

Sor Lucía

Presentamos algunos pasajes de la entrevista que tuvo el padre Agustín Fuentes, sacerdote mexicano, el día 26 de diciembre de 1957 con Sor Lucía. Las apremiantes palabras de la vidente principal de las apariciones de Fátima se han difundido bastante pero han sido echadas en saco roto por la mayoría, de ahí la necesidad de publicarlas nuevamente. Meditemos y obedezcamos lo que ahí se nos pide.

Narra este sacerdote:

«Quiero contaros la última conversación que tuve con ella, que fue el 26 de diciembre del año pasado (1957): La encontré en su convento muy triste, pálida y demacrada; y me dijo: “Padre, la Santísima Virgen está muy triste, porque nadie hace caso a su Mensaje, ni los buenos ni los malos. Los buenos, porque prosiguen su camino de bondad; pero sin hacer caso a este mensaje.

«Los malos, porque no viendo el castigo de Dios, actualmente sobre ellos, a causa de sus pecados, prosiguen también su camino de maldad, sin hacer caso a este Mensaje(...).

«Padre, el demonio está librando una batalla decisiva contra la Virgen; y como sabe qué es lo que más ofende a Dios y lo que, en menos tiempo, le hará ganar mayor número de almas, está tratando de ganar a las almas consagradas a Dios, ya que de esta manera también deja el campo de las almas desamparado, y (el demonio) más fácilmente se apodera de ellas.»

«Dígales también, Padre, que mis primos Francisco y Jacinta se sacrificaron porque vieron siempre a la Santísima Virgen muy triste en todas sus apariciones. Nunca se sonrió con nosotros, y esa tristeza y angustia que notábamos en la Santísima Virgen, a causa de las ofensas a Dios y de los castigos que amenazaban a los pecadores, nos llegaban al alma; y no sabíamos qué idear para encontrar en nuestra imaginación infantil medios para hacer oración y sacrificio (…).

«Lo segundo que santificó a los niños fue la visión del infierno (…). Por esto, Padre, no es mi misión indicarle al mundo los castigos materiales que ciertamente vendrán sobre la tierra si el mundo antes no hace oración y penitencia. No. Mi misión es indicarles a todos el inminente peligro en que estamos de perder para siempre nuestra alma si seguimos aferrados al pecado

Los videntes
«Padre —me decía Sor Lucía—, no esperemos que venga de Roma una llamada a la penitencia, de parte del Santo Padre, para todo el mundo; ni esperemos tampoco que venga de parte de los señores Obispos cada uno en su diócesis; ni siquiera tampoco de parte de las Congregaciones Religiosas. No; ya Nuestro Señor usó muchas veces estos medios, y el mundo no le ha hecho caso.

«Por eso, ahora que cada uno de nosotros comience por sí mismo su reforma espiritual; que tiene que salvar no sólo su alma, sino salvar a todas las almas que Dios ha puesto en su camino…

«Padre, la Santísima Virgen no me dijo que nos encontramos en los últimos tiempos del mundo, pero me lo dio a demostrar por tres motivos:

«El primero, porque me dijo que el demonio está librando una batalla decisiva con la Virgen y una batalla decisiva, es una batalla final en donde se va a saber de qué partido es la victoria, de qué partido es la derrota. Así que ahora, o somos de Dios, o somos del demonio; no hay término medio.

«Lo segundo, porque me dijo, tanto a mis primos como a mí, que dos eran los últimos remedios que Dios daba al mundo; el Santo Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón de María. Y, al ser los últimos remedios, quiere decir que son los últimos, que ya no va a haber otros.

«Y tercero, porque siempre en los planos de la Divina Providencia, cuando Dios va a castigar al mundo, agota antes todos los demás medios; y cuando ha visto que el mundo no le ha hecho caso a ninguno de ellos, entonces, como si dijéramos a nuestro modo imperfecto de hablar, nos presenta con cierto temor el último medio de salvación, su Santísima Madre.

«Si despreciamos y rechazamos este último medio, ya no tendremos perdón del cielo; porque hemos cometido un pecado, que en el Evangelio suele llamarse pecado contra el Espíritu Santo; que consiste en rechazar abiertamente, con todo conocimiento y voluntad, la salvación que se presenta en las manos.

«Y también porque Nuestro Señor es muy buen  Hijo… y no permite que ofendamos y despreciemos a su Santísima Madre, teniendo como testimonio patente la historia de varios siglos de la Iglesia que, con ejemplos terribles, nos indica cómo Nuestro Señor siempre ha salido en defensa del honor de su Santísima Madre.»

«Dos son los medios para salvar al mundo, me decía Sor Lucía de Jesús: la oración y el sacrificio (…) Y luego, el Santo Rosario. Mire Padre, la Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en que estamos viviendo, ha dado una nueva eficacia al rezo del Santo Rosario. De tal manera que ahora no hay problema, por más difícil que sea, sea temporal o sobre todo espiritual, que se refiera a la vida personal de cada uno de nosotros; o a la vida de nuestras familias, sean familias del mundo o Comunidades Religiosas; o la vida de los pueblos y naciones.
Padre Fuentes

«No hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario.

«Con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas. Y luego, la devoción al Corazón Inmaculado de María, Santísima Madre, poniéndonosla como sede de la clemencia, de la bondad y el perdón; y como puerta segura para entrar al cielo. Esta es la primera parte del Mensaje referente a Nuestra Señora de Fátima; y la segunda parte, que, aunque es más breve, no es menos importante, se refiere al Santo Padre».

Este texto contó con el Imprimatur de S.E.R. Arzobispo Monseñor Sánchez de Santa Cruz, México, y fue publicado con el título “Declaraciones de Sor Lucía al Padre Agustín Fuentes” en la revista Fátima Findlings, (junio de 1959), así como en el Messaggero del Cuore di Maria, (septiembre de 1961). Ha sido documentado con todo detalle por el Hermano Michel de la Sainte Trinité en el Volumen III de su serie Toute la Verité sur Fatima (Toda la verdad sobre Fátima). En un futuro post trataremos otros aspectos de esta entrevista.
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3 comentarios:

  1. Me alegra y lo felicito por publicar este material, por que lo cierto y lo triste de la realidad es que, cada ves son menos los fieles católicos que rezan el Santo Rosario diariamente, y esto sin contar el clero, que además de que son pocos los que lo rezan, no lo predican ya casi en las Iglesias. Y esto es muy grave, porque además de desoír a nuestra Madre, nos estamos privando de los últimos remedios que cielo nos envía. Por eso estamos como estamos. Y la prueba de que pocos rezan el Rosario es la siguiente: “El Rosario todo lo puede”, pero vemos que el mundo esta cada vez peor, conclusión, es por que poco se lo reza.

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  2. Ya es hora que el Papa consagre al Inmaculado Corazón de María a Rusia y al mundo en comunión con los obispos como lo pidió la Virgen en Fátima. Que nos están privando del Reinado del Inmaculado Corazón de María por no atender a ese pedido. Cuanto mal ya se hubiera evitado si lo hubiesen hecho antes de que empiece el concilio VII cuando estaban los obispos reunidos.

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  3. DIOS NO le había pedido a Juan XXIII que sea profeta de calamidades sino que realice esa consagración. Que desgracia esta desobediencia.

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